9/03/2008

Sordera gubernamental

Diogenes haria una busqueda frustrada en Mexico. Marlos Kax

El gobierno mexicano está sordo y no hay voz lo suficientemente fuerte que revierta ese mal.Un experto en asuntos de secuestro en México me decía que casi el 80% de los casos de secuestro tienen involucramiento policíaco. El tuvo que denunciar que cuando trataba con un alto comandante policíaco descubrió que este era el jefe de la banda de secuestradores.Recientemente salió de la cárcel por orden de un juez un jefe policíaco condenado a diez y nueve años de prisión por encabezar a una banda de secuestradores. El joven que lo denunció encontró la muerte en un accidente muy sospechoso. Y ahora tendremos delinquiendo en las calles a un tipo de gran peligrosidad que ya encontró el camino para evadir el castigo.

Esta por verse si investigan al juez que revirtió la sentencia.Políticos, periodistas y la sociedad en general denuncian que la estrategia del gobierno contra el narco ha fracasado. En Michoacán y Ciudad Juárez se han registrado manifestaciones en contra de los abusos del ejército. Y no falta quién sugiera que tras algunas narcoejecuciones podría estar la mano del gobierno.Ninguno de estos datos es secreto, todos han salido de las páginas de los periódicos. Y resulta que mientras la denuncia abunda, el gobierno brilla por su ausencia y demuestra una sordera profunda.Hace mucho que la sociedad le perdió la confianza al gobierno y ahora el gobierno le perdió la confianza a la sociedad. Más que nunca es válida la máxima de que los gobiernos tienen la sociedad que se merecen, pero también es cierto que en el devenir de la historia ambos factores cambian.

Hace solamente unos pocos años la sociedad levantó la voz frente al nivel de abuso e impunidad que ha convertido al pueblo en rehén del crimen organizado (con y sin uniforme). El gobierno hizo como que se preocupaba y buscaba los recursos que evitaran que el tema se montara en las elecciones. Hoy de nuevo la sociedad sale a la calle y el gobierno ya busca los nuevos recursos para no responder.Lo innovador de la protesta “iluminemos México” es que se globalizó.

Los mexicanos que han tenido que huir del país aprovecharon la oportunidad para levantar la voz desde donde se encuentran, pero al parecer mientras más fuerte es el grito mas aumenta la sordera del gobierno.El experto en secuestros me decía que es indudable la complicidad de los políticos con el crimen organizado, porque hay mucho dinero de por medio. Y en efecto, siendo suspicaz, porque en principio no se puede no serlo, uno tiene que preguntar hasta que nivel llega la cadena corruptora. Tratándose de los municipios donde la policía se corrompe, ¿acaso el flujo de dinero llega con el que nombra al secretario de seguridad pública? Y si brincamos al nivel federal, donde termina la cadena de los policías corruptos –los de caminos son legendarios- o de los soldados que atracan viviendas con toda impunidad bajo el pretexto de estar persiguiendo a alguien.

Sobra quién sostenga que México se ha vuelto un país de cínicos, pero la pregunta es hasta que nivel de gobierno llega el cinismo.Que el presidente reciba a los convocantes de una marcha que sacó a cientos de miles a la calle es absolutamente irrelevante mientras de la oficina presidencial no salgan directivas claras para cesar a funcionarios acusados de negociar con la influencia, o limitar la capacidad de compadres que recomiendan funcionarios acusados de conductas delictivas. Yendo al extremo, que pongan un alto a las conductas delictivas de las así llamadas fuerzas del orden.

Acordar con una delegación de manifestantes, llamar a los familiares de una víctima de secuestro son acciones huecas sin la menor relevancia política y solamente tienen un fin mediático. Por cierto, la familia de un policía caído en el cumplimiento del deber se quejaba de no haber recibido una llamada presidencial, pero no entienden que el jefe del ejecutivo le corre esas cortesías a los potenciales donantes para campañas políticas y que el ciudadano de a pie no cuenta para nada. En efecto las acciones fracasaron porque no se sostienen en una estrategia militar o política. El gobierno solo tiene ojos para las encuestas y sabe que éstas se pueden manipular al igual que la gente que las responde.

El gobierno sufre de sordera para el clamor popular, solamente escucha los reclamos de los dueños del país y los mueve el interés electoral porque con el se reproduce el régimen de privilegio del cual ellos son directamente beneficiarios, de eso la familia Zavala-Calderón puede dar buenos testimonios.¿Habrá un alto a este círculo vicioso? Es difícil considerar que el gobierno se vuelva sensato y recupere el respeto para la sociedad mientras los mexicanos son convidados de piedra en el reparto del botín.

Samuel Schmidt

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