Rectificaciones de Calderón

Utopía

Eduardo Ibarra Aguirre

¡Más vale tarde que nunca! Dos años después de aquella extraña e ilegal ceremonia de toma de posesión celebrada en Los Pinos, rodeado de militares y acompañado de Vicente Fox Quesada, el inquilino principal reconoce que la inseguridad pública es “consecuencia de una descomposición gradual y creciente de instituciones públicas en los tres órdenes de gobierno”.
No es un asunto menor el giro dado por Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y que aún no registra la mediocracia que tanto dice apoyarlo y que tan caro le resulta al erario.

Introducir aquel elemento en la visión presidencial, lo aleja de la perspectiva lineal, militar y policiaca, con la que arrancó el sexenio, más por razones de legitimidad política –una suerte de quinazo blanquiazul-- que por el clamor ciudadano para que el Estado mexicano y el gobierno actual cumplan con la más elemental de sus obligaciones.

Además, el titular del Ejecutivo hizo suyas las demandas de los más que rebasados dirigentes de la multitudinaria marcha del 30. Entre éstos se encontraban Elías Kuri Terrazas, empresario que pujó para colarse al gobierno del cambio.

Mantas, gritos y exigencias múltiples, algunas intolerantes en grado extremo, impuso la diversidad ciudadana participante y que fue calculada entre “80 y 200 mil”, según diversos reportes de la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno del Distrito Federal. “Cientos de miles”, al decir de Leopoldo Gómez González, vicepresidente de Noticias de Televisa. “Millones”, desinformó como acostumbra Javier Alatorre Soria. Lo cierto es que no se cumplió ninguna de las previsiones de los organizadores de la protesta, pese a las semanas en que el duopolio televisivo y el oligopolio radiofónico la promovieron sin recato.

La lección se repite y no se acaba de aprender. La capacidad de convocatoria de los grandes medios electrónicos no es como la pintan sus dueños para venderla y la creen los gobernantes para pagarla, sigue sostenidamente a la baja. Como en la elección presidencial de 1988, durante el desafuero de Andrés Manuel López Obrador y los comicios del 2 de julio de 2006. La realidad es harto difícil ocultarla, cuando la padecen millones de personas.

Al hacer suyas Calderón Hinojosa las demandas de los que dicen que iluminaron a México, incluida la ya celebre “¡Si no pueden renuncien!”, al fin y al cabo la paraestatal que dirige María Elena Morera ya aclaró que no lo incluye, el michoacano tomó riesgos innecesarios y fue desmentido al tercer día, cuando Genaro García Luna precisó que no renunciará en diciembre ni después. Amén de negar lo obvio, sus diferencias y descoordinaciones con Eduardo Medina-Mora Icaza, “una idea creada a nivel mediático”. Este cuestionado dueto lleva ocho años al frente de la seguridad pública del país.
Bienvenida la rectificación del economista y abogado. También contempla el auge de la inseguridad pública “por una autoridad y una fuerza policiaca, cada vez con menos incentivos para rechazar de manera contundente la acción intimidatorio o corrupta del crimen”.

Por supuesto que los tres órdenes de gobierno y los tres poderes de la Unión, como últimamente subraya Calderón, deben afrontar la gravísima crisis de seguridad pública que vive la nación.

Lástima que tales planteamientos certeros se presenten 4 mil vidas pérdidas después por levantamientos, ejecuciones, enfrentamientos entre los cárteles del narco, la Policía Federal Preventiva y el Ejército. Pero también por los brutales excesos cometidos por los dos últimos, durante una guerra declarada en forma unilateral, autoritaria, por un gobernante que durante 21 meses muestra limitaciones para conducir al país y, recientemente, hasta su bicicleta.

Acuse de recibo

El buzón electrónico de Utopía acumula opiniones sobre Tres llamadas (1-IX-08). El editor Marcos Antonio Heredia Pérez comparte: “Recuerdo con afecto a Gilberto Rincón Gallardo a quien conocimos en mayo-junio de 1968. Recuerdo que luego de sus amenísimas conferencias-charlas- pláticas-clases sobre política e historia se iba campante al abordaje de algún autobús en la avenida ¿Río Churubusco? cruce con Uxmal”... La comunicadora Maritza Macín Lara aporta: “Yo recuerdo que por 1977 o 1978 fue Rincón quien se acercó a Raúl Macín para invitarlo al PCM, y que Gilberto inició al interior del partido la incorporación del tema del diálogo entre marxistas y cristianos, en los tiempos en que ser cristiano en las filas del comunismo era ser minoría, y paradójicamente ser comunista en las filas cristianas era igualmente marginal. Recordé la actitud siempre respetuosa de Gilberto ante los temas de las diferencias de opinión, de práctica, de vida”… Nora Ahumada Sánchez, abogada tamaulipeca, expresa: “Sentimos el sensible fallecimiento de un hombre que siempre estuvo en la lucha, que a lo largo de su existencia enalteció a la izquierda mexicana, y fue congruente con sus ideales”… Con el número 181 de Forum son cuatro las ediciones bloqueadas por Los Pinos y Bucareli con la publicidad oficial

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