PORTADAS: EL UNIVERSAL: MORELIA: EJÉRCITO VA TRAS AGRESORES EXCÉLSIOR: SON UNOS COBARDES Y MISERABLES: CALDERÓN MILENIO: NO SE PUEDE ATENTAR CONTRA EL ESTADO: CALDERÓN LA JORNADA: INTEGRANTES DEL CÁRTEL DEL GOLFO, POSIBLES RESPONSABLES DEL ATENTADO EN MORELIA LA CRÓNICA: UNIDAD NACIONAL CONTRA TERRORISMO, EXIGE FCH CAMBIO DE MICHOACÁN: YA HAY RETRATO HABLADO DE UNO DE LOS PRESUNTOS RESPONSABLES DEL ATENTADO
EL UNIVERSAL: MORELIA: EJÉRCITO VA TRAS AGRESORESSoldados, agentes federales y policías iniciaron una batida en toda la ciudad y municipios aledaños para ubicar a uno de los presuntos responsables del atentado con granadas que provocó la muerte de siete personas y lesiones a 132 más durante los festejos por la Independencia en esta ciudad, luego del retrato hablado que se elaboró con las declaraciones de testigos y heridos. Testimonios y videos confirman que en la agresión se usaron granadas de fragmentación y que, por lo menos en uno de los dos ataques, un hombre gordo vestido de negro fue quien lanzó la granada contra la gente que se encontraba en la plaza Melchor Ocampo, cuando el gobernador Leonel Godoy daba el grito de Independencia. VER NOTA COMPLETA
EXCÉLSIOR: SON UNOS COBARDES Y MISERABLES: CALDERÓN El presidente Felipe Calderón calificó de asesinos sin escrúpulos, cobardes y miserables a los responsables del atentado de la noche del 15 de septiembre en el centro de Morelia, que hasta el momento ha causado siete muertos y 101 heridos. El mandatario llamó en su mensaje a condenar de manera unánime el atentado y pidió cerrar filas en torno a las acciones del gobierno para castigar los ataques en la capital michoacana. VER NOTA COMPLETA
MILENIO: NO SE PUEDE ATENTAR CONTRA EL ESTADO: CALDERÓN El presidente Felipe Calderón advirtió que “no se puede atentar contra el Estado” y, en nombre de la República, demandó unidad a los mexicanos para enfrentar la “hora crítica” que vive el país. “Que no haya duda: contra los enemigos de México se aplicará todo el rigor de la ley y se actuará con todo el poder.” Aseguró que las instituciones son sólidas y no serán vulneradas. “No cederemos el paso a los enemigos de México y habremos de seguir combatiéndolos sin tregua y frontalmente hasta vencerlos. “Se equivocan quienes creen que actos cobardes como los ocurridos en Morelia debilitarán al Estado.” Al contrario: “Hoy más que nunca verán la acción de un Estado decidido a enfrentarlos y vencerlos”. VER NOTA COMPLETA
LA JORNADA: INTEGRANTES DEL CÁRTEL DEL GOLFO, POSIBLES RESPONSABLES DEL ATENTADO EN MORELIA Una de las líneas de investigación del gobierno federal en torno a lo sucedido en esta capital, es que integrantes del crimen organizado, vinculados al cártel del Golfo, serían los responsables del estallido de dos granadas de fragmentación durante la celebración del Grito de Independencia, informaron fuentes gubernamentales que participan en la investigación del atentado que dejó siete muertos y 132 heridos. Los informantes señalaron que órganos federales de inteligencia descartaron que el atentado hubiera sido provocado por grupos subversivos, “toda vez que cuentan con base social y sus ataques, por grandes o impactantes que hayan sido, no tratan de dañar a población civil, además de que los artefactos que usan son de distinta manufactura”. VER NOTA COMPLETA
LA CRÓNICA: UNIDAD NACIONAL CONTRA TERRORISMO, EXIGE FCH En la que calificó como “hora crítica” por la que atraviesa la nación, el presidente Felipe Calderón demandó unidad a todos los mexicanos, “sin excepción ni cortapisa”. “Sin importar creencias, sin importar posiciones ideológicas, tenemos que unirnos en el repudio completo a estos cobardes atentados”, dijo el Mandatario federal en alusión al atentado perpetrado en el zócalo de Morelia, en su natal Michoacán. VER NOTA COMPLETA
CAMBIO DE MICHOACÁN: YA HAY RETRATO HABLADO DE UNO DE LOS PRESUNTOS RESPONSABLES DEL ATENTADO La Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE) ya cuenta con el primer retrato hablado de uno de los presuntos responsables de los “atentados terroristas” en el Centro Histórico de Morelia, donde fallecieron siete personas y 101 más resultaron heridas. La imagen fue elaborada por especialistas de la Procuraduría en base a las versiones de diversos testigos y víctimas. VER NOTA COMPLETA
EL UNIVERSAL: MORELIA: EJÉRCITO VA TRAS AGRESORESSoldados, agentes federales y policías iniciaron una batida en toda la ciudad y municipios aledaños para ubicar a uno de los presuntos responsables del atentado con granadas que provocó la muerte de siete personas y lesiones a 132 más durante los festejos por la Independencia en esta ciudad, luego del retrato hablado que se elaboró con las declaraciones de testigos y heridos. Testimonios y videos confirman que en la agresión se usaron granadas de fragmentación y que, por lo menos en uno de los dos ataques, un hombre gordo vestido de negro fue quien lanzó la granada contra la gente que se encontraba en la plaza Melchor Ocampo, cuando el gobernador Leonel Godoy daba el grito de Independencia. VER NOTA COMPLETA
EXCÉLSIOR: SON UNOS COBARDES Y MISERABLES: CALDERÓN El presidente Felipe Calderón calificó de asesinos sin escrúpulos, cobardes y miserables a los responsables del atentado de la noche del 15 de septiembre en el centro de Morelia, que hasta el momento ha causado siete muertos y 101 heridos. El mandatario llamó en su mensaje a condenar de manera unánime el atentado y pidió cerrar filas en torno a las acciones del gobierno para castigar los ataques en la capital michoacana. VER NOTA COMPLETA
MILENIO: NO SE PUEDE ATENTAR CONTRA EL ESTADO: CALDERÓN El presidente Felipe Calderón advirtió que “no se puede atentar contra el Estado” y, en nombre de la República, demandó unidad a los mexicanos para enfrentar la “hora crítica” que vive el país. “Que no haya duda: contra los enemigos de México se aplicará todo el rigor de la ley y se actuará con todo el poder.” Aseguró que las instituciones son sólidas y no serán vulneradas. “No cederemos el paso a los enemigos de México y habremos de seguir combatiéndolos sin tregua y frontalmente hasta vencerlos. “Se equivocan quienes creen que actos cobardes como los ocurridos en Morelia debilitarán al Estado.” Al contrario: “Hoy más que nunca verán la acción de un Estado decidido a enfrentarlos y vencerlos”. VER NOTA COMPLETA
LA JORNADA: INTEGRANTES DEL CÁRTEL DEL GOLFO, POSIBLES RESPONSABLES DEL ATENTADO EN MORELIA Una de las líneas de investigación del gobierno federal en torno a lo sucedido en esta capital, es que integrantes del crimen organizado, vinculados al cártel del Golfo, serían los responsables del estallido de dos granadas de fragmentación durante la celebración del Grito de Independencia, informaron fuentes gubernamentales que participan en la investigación del atentado que dejó siete muertos y 132 heridos. Los informantes señalaron que órganos federales de inteligencia descartaron que el atentado hubiera sido provocado por grupos subversivos, “toda vez que cuentan con base social y sus ataques, por grandes o impactantes que hayan sido, no tratan de dañar a población civil, además de que los artefactos que usan son de distinta manufactura”. VER NOTA COMPLETA
LA CRÓNICA: UNIDAD NACIONAL CONTRA TERRORISMO, EXIGE FCH En la que calificó como “hora crítica” por la que atraviesa la nación, el presidente Felipe Calderón demandó unidad a todos los mexicanos, “sin excepción ni cortapisa”. “Sin importar creencias, sin importar posiciones ideológicas, tenemos que unirnos en el repudio completo a estos cobardes atentados”, dijo el Mandatario federal en alusión al atentado perpetrado en el zócalo de Morelia, en su natal Michoacán. VER NOTA COMPLETA
CAMBIO DE MICHOACÁN: YA HAY RETRATO HABLADO DE UNO DE LOS PRESUNTOS RESPONSABLES DEL ATENTADO La Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE) ya cuenta con el primer retrato hablado de uno de los presuntos responsables de los “atentados terroristas” en el Centro Histórico de Morelia, donde fallecieron siete personas y 101 más resultaron heridas. La imagen fue elaborada por especialistas de la Procuraduría en base a las versiones de diversos testigos y víctimas. VER NOTA COMPLETA
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, determinó que Bolivia ya no coopera con su país en la guerra antidroga, y colocó a la nación latinoamericana en una lista negra, reporta EL DIARIO de Bolivia. Sin embargo, Bush no anunció recortes a la ayuda de Washington para Bolivia, una de las consecuencias que puede traer la inclusión en esa lista negra. Bolivia, una importante productora de cocaína, se une a Venezuela y a Myanmar en una lista estructurada por Washington, de naciones que “han fracasado de manera comprobable” en los objetivos internacionales de lucha contra la producción y el tráfico de drogas ilícitas. “Así que designo a Bolivia, Birmania y Venezuela como países que han fracasado en demostrar durante los previos 12 meses sus obligaciones bajo acuerdos internacionales contra la lucha de narcóticos”, dijo Bush en un comunicado emitido por la Casa Blanca. Myanmar es también conocido como Birmania. Estos países pueden sufrir serios recortes de ayuda financiera enviada por Estados Unidos, aunque Bush decidió renunciar a imponer esas multas a Venezuela y Bolivia, apunta EL DIARIO.
BOLIVIA ACUSA A EU DE USAR LUCHA AL NACRO PARA CONTROL POLÍTICO
El presidente de Bolivia, Evo Morales, acusó hoy a Estados Unidos de usar la lucha contra el narcotráfico como “instrumento de control geopolítico” y aseguró que no le asustan los chantajes o “listas negras” del país norteamericano, refiere EXCÉLSIOR. Morales reaccionó así ante la decisión del Gobierno de Washington de colocar a Bolivia y a Venezuela en su “lista negra” de países que han “fallado manifiestamente” en la lucha contra el narcotráfico en el último año. “Estados Unidos no tiene moral ni ética para hablar de la droga”, espetó el presidente boliviano, quien defendió que el narcotráfico se combate eliminando el mercado de consumidores. Antes, según Morales, era EU el que impulsaba los cultivos de coca en Bolivia e incluso daba “premios y condecoraciones” porque le interesaba que los mineros consumieran la hoja para extraer de los yacimientos el estaño que se llevaban los norteamericanos. El presidente atribuyó la inclusión de Bolivia en la “lista negra” de Estados Unidos a la expulsión del embajador de ese país en La Paz, Philip Goldberg, a quien declaró “persona non grata” acusándolo de conspirar contra su Gobierno y de apoyar y financiar a sus opositores. “Son cuestiones netamente políticas”, dijo el presidente indígena y aún principal dirigente cocalero en Bolivia, quien pidió que la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) se encargue internamente del combate contra el narcotráfico en la región, destaca EXCÉLSIOR.
GOBIERNOS OPOSITORES ACEPTAN NEGOCIAR CON EVO
La agencia gubernamental de noticias ABI informa que el presidente de la República, Evo Morales, convocó públicamente al diálogo a los prefectos de la denominada “media luna” para la tarde de este miércoles y pidió que también participen como observadores, además de la Iglesia Católica, las iglesias Metodista y Evangélica, reporta LA RAZÓN de Bolivia. “Quiero verlos esta tarde a los prefectos para iniciar diálogo, no hablemos de 30 días, sino tiempo completo a puertas cerradas. Enviaré cartas para iniciar el diálogo hoy mismo, como ellos quieren”, aseveró el Jefe de Estado en Palacio Quemado en el acto de la firma de contrato transaccional entre YPFB y Shell Gas. Anticipó el envío inmediato de cartas para que los prefectos se constituyan en Cochabamba a objeto de instalar el diálogo desde las 16:00 de esta jornada. En la oportunidad lamentó el uso de la mentira en el accionar político como actuó el prefecto Mario Cossío y de la Iglesia Católica, liderada por el cardenal Julio Terrazas, que se presta a los prefectos opositores, señala LA RAZÓN.
Editorial
Ante la barbarie, respuesta improcedente
La noche del lunes pasado, durante la celebración del 198 aniversario del inicio de la Independencia, varios artefactos explosivos fueron activados en la repleta plaza Melchor Ocampo, de Morelia, Michoacán. El saldo del atentado es, según cifras de la procuraduría estatal, de siete muertos y más de un centenar de heridos.
El ataque, abominable desde cualquier perspectiva, constituye un nuevo escalón en la barbarie que sacude al territorio nacional, en la medida en que ha tomado como objetivo a personas inocentes y ajenas a los conflictos entre organizaciones criminales y a las pugnas entre éstas y las corporaciones de seguridad pública.
Si se considera que este atentando artero contra civiles fue perpetrado en la ciudad natal del titular del Ejecutivo federal, en el momento culminante de la más significativa ceremonia republicana y horas antes de la mayor exhibición de fuerza militar por parte del poder público –es decir, con la garantía de una cobertura informativa masificada e instantánea–, es inevitable percibir en esta atrocidad tanto la intención de provocar un impacto mediático de gran escala en todo el país como la carga simbólica de un inequívoco mensaje de desafío a las más altas instancias del Estado.
La sociedad se encuentra ante un hecho delictivo de extremada violencia que escapa, al parecer, a la lógica tradicional de disputas territoriales, venganzas y ajustes de cuentas en el seno de la delincuencia organizada, y asiste al surgimiento de ataques homicidas perpetrados sin otro propósito que causar pánico y zozobra en la población y en las autoridades.
En el desfile militar de ayer, en un discurso fuera de programa, Felipe Calderón Hinojosa formuló severas descalificaciones contra los autores del atentado, lo vinculó de alguna forma con la fractura política que vive el país, exhortó a la oposición a renunciar a sus posturas e hizo un enésimo llamado a la unidad nacional que, según él, ameritan sus estrategias contra la criminalidad. La alocución referida falló en el tono, expresó ideas erróneas y, lejos de aportar elementos para la comprensión de lo ocurrido, introdujo factores adicionales de confusión ante la opinión pública: en una circunstancia como la presente cabe esperar de una jefatura de Estado firmeza, sí, pero también serenidad y mesura en la formulación de los problemas. En cambio, los ácidos denuestos vertidos por Calderón contra los agresores criminales dejaron ver inseguridad y descontrol. Adicionalmente, por más que haya resultado tentador el empleo de la expresión “traidores a la patria” en un discurso de 16 de septiembre, llamar así a quienes, en rigor, no lo son –y no hay aquí afán alguno de exculpar a los responsables del atentado, sino reclamo de precisión conceptual–, confunde y distorsiona la percepción pública del fenómeno delictivo. Lo más preocupante del mensaje comentado es la referencia a la polarización política que afecta a la ciudadanía, como si esa división fuese un factor causal o un agravante de la escalada de violencia delictiva y como si, para erradicarla, bastara con que la oposición depusiera sus diferencias con la administración actual.
La fractura referida, hay que recordarlo, no empezó antenoche en el Zócalo capitalino, sino en las postrimerías del foxismo, cuando el régimen intentó impedir por todos los medios –legales e ilegales– la llegada al poder de un proyecto alternativo de sociedad y de país, y se profundizó en el desaseado proceso electoral de julio de 2006, que culminó con la conformación de una presidencia impugnada por un tercio del electorado y deficitaria en legitimidad. El colapso de la seguridad pública y la ofensiva de la criminalidad, en cambio, son resultado de la desintegración social causada por el ciclo de gobiernos neoliberales todavía vigente y por la falta de visión y pericia de la actual administración.
El movimiento opositor al que Calderón Hinojosa exhortó ayer a la claudicación es, sin embargo, diametralmente opuesto a la salvaje violencia delictiva que se hizo notar en Morelia: mientras que ésta sembraba la muerte, el dolor y el pánico en la plaza central de esa ciudad, los seguidores de Andrés Manuel López Obrador hacían gala de civismo y espíritu pacífico en el principal espacio público de la ciudad de México, cercado por las fuerzas federales de seguridad, y que, sin embargo, fue ocupado, utilizado y desalojado en completo orden y disciplina por los integrantes de la resistencia civil. No hay razón ni justificación, por lo tanto, para mezclar, en una misma alocución, asuntos tan distintos e inconexos como las contiendas políticas en curso y el sangriento acoso de la criminalidad organizada.
Ante la barbarie, respuesta improcedente
La noche del lunes pasado, durante la celebración del 198 aniversario del inicio de la Independencia, varios artefactos explosivos fueron activados en la repleta plaza Melchor Ocampo, de Morelia, Michoacán. El saldo del atentado es, según cifras de la procuraduría estatal, de siete muertos y más de un centenar de heridos.
El ataque, abominable desde cualquier perspectiva, constituye un nuevo escalón en la barbarie que sacude al territorio nacional, en la medida en que ha tomado como objetivo a personas inocentes y ajenas a los conflictos entre organizaciones criminales y a las pugnas entre éstas y las corporaciones de seguridad pública.
Si se considera que este atentando artero contra civiles fue perpetrado en la ciudad natal del titular del Ejecutivo federal, en el momento culminante de la más significativa ceremonia republicana y horas antes de la mayor exhibición de fuerza militar por parte del poder público –es decir, con la garantía de una cobertura informativa masificada e instantánea–, es inevitable percibir en esta atrocidad tanto la intención de provocar un impacto mediático de gran escala en todo el país como la carga simbólica de un inequívoco mensaje de desafío a las más altas instancias del Estado.
La sociedad se encuentra ante un hecho delictivo de extremada violencia que escapa, al parecer, a la lógica tradicional de disputas territoriales, venganzas y ajustes de cuentas en el seno de la delincuencia organizada, y asiste al surgimiento de ataques homicidas perpetrados sin otro propósito que causar pánico y zozobra en la población y en las autoridades.
En el desfile militar de ayer, en un discurso fuera de programa, Felipe Calderón Hinojosa formuló severas descalificaciones contra los autores del atentado, lo vinculó de alguna forma con la fractura política que vive el país, exhortó a la oposición a renunciar a sus posturas e hizo un enésimo llamado a la unidad nacional que, según él, ameritan sus estrategias contra la criminalidad. La alocución referida falló en el tono, expresó ideas erróneas y, lejos de aportar elementos para la comprensión de lo ocurrido, introdujo factores adicionales de confusión ante la opinión pública: en una circunstancia como la presente cabe esperar de una jefatura de Estado firmeza, sí, pero también serenidad y mesura en la formulación de los problemas. En cambio, los ácidos denuestos vertidos por Calderón contra los agresores criminales dejaron ver inseguridad y descontrol. Adicionalmente, por más que haya resultado tentador el empleo de la expresión “traidores a la patria” en un discurso de 16 de septiembre, llamar así a quienes, en rigor, no lo son –y no hay aquí afán alguno de exculpar a los responsables del atentado, sino reclamo de precisión conceptual–, confunde y distorsiona la percepción pública del fenómeno delictivo. Lo más preocupante del mensaje comentado es la referencia a la polarización política que afecta a la ciudadanía, como si esa división fuese un factor causal o un agravante de la escalada de violencia delictiva y como si, para erradicarla, bastara con que la oposición depusiera sus diferencias con la administración actual.
La fractura referida, hay que recordarlo, no empezó antenoche en el Zócalo capitalino, sino en las postrimerías del foxismo, cuando el régimen intentó impedir por todos los medios –legales e ilegales– la llegada al poder de un proyecto alternativo de sociedad y de país, y se profundizó en el desaseado proceso electoral de julio de 2006, que culminó con la conformación de una presidencia impugnada por un tercio del electorado y deficitaria en legitimidad. El colapso de la seguridad pública y la ofensiva de la criminalidad, en cambio, son resultado de la desintegración social causada por el ciclo de gobiernos neoliberales todavía vigente y por la falta de visión y pericia de la actual administración.
El movimiento opositor al que Calderón Hinojosa exhortó ayer a la claudicación es, sin embargo, diametralmente opuesto a la salvaje violencia delictiva que se hizo notar en Morelia: mientras que ésta sembraba la muerte, el dolor y el pánico en la plaza central de esa ciudad, los seguidores de Andrés Manuel López Obrador hacían gala de civismo y espíritu pacífico en el principal espacio público de la ciudad de México, cercado por las fuerzas federales de seguridad, y que, sin embargo, fue ocupado, utilizado y desalojado en completo orden y disciplina por los integrantes de la resistencia civil. No hay razón ni justificación, por lo tanto, para mezclar, en una misma alocución, asuntos tan distintos e inconexos como las contiendas políticas en curso y el sangriento acoso de la criminalidad organizada.
Astillero
Julio Hernández López Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
■ Las trampas de la “unidad”
■ Desactivar y satanizar oposiciones
■ Aprovechamiento de desgracias
Julio Hernández López Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
■ Las trampas de la “unidad”
■ Desactivar y satanizar oposiciones
■ Aprovechamiento de desgracias
En los meses recientes, el escenario político y la sensibilidad social han sido cambiados con rapidez por sucesos impactantes (el caso Martí; ahora el estallido de granadas en Morelia) que hacen aflorar sentimientos primarios válidos y compartidos pero peculiarmente exacerbados por los mismos responsables o beneficiarios de esos males detonados y que, con esa oportuna generación de ansiedad y desasosiego colectivos, empujan a la sociedad desvalida a buscar soluciones desesperadas y a asumir un discurso mediáticamente impuesto que convoca a la unidad nacional y al abatimiento de las naturales y largamente cultivadas diferencias políticas e ideológicas, para entonces así, de manera mágica y sin crítica que pueda ser “patrióticamente” válida, luchar todos los mexicanos por supuestos intereses superiores, sin recordar ni ahondar en las causas de las catástrofes y mucho menos atreverse a señalar a los culpables y exigir correcciones o castigos.
Una primera lectura de lo sucedido la noche del 15 en Morelia apunta sin duda a Felipe Calderón como el blanco político escogido. Fue en su tierra natal (donde, además, residen varios de sus familiares) y donde 10 días después de haberse hecho del poder había arrancado la llamada “guerra contra el narcotráfico” (11 de diciembre de 2006, cuando el “gabinete de seguridad” anunció la Operación Conjunta Michoacán, primer paso de lo que sería la actual “guerra contra el narcotráfico”). Y fue virtualmente a la misma hora en que ese político cumplía con la ceremonia oficial del grito de Independencia, en un Zócalo que una hora atrás había escuchado un discurso opositor reiterativo que sin embargo constituyó por sí mismo la confirmación de que el poder real no está en los recintos oficiales.
Pero la estrategia del gobierno de facto pasa por convertir todo error en virtud y toda desgracia social en oportunidad de legitimación. Sonriente, casi triunfador, Calderón es capaz de convocar a un concurso nacional de detección del trámite más inútil de los que su gobierno impone a los ciudadanos, como si él fuera ajeno a lo que sucede, una especie de ONG con domicilio provisional en Los Pinos para recibir donaciones y reclutar voluntarios para luchar contra los abusos del poder establecido. En ese tenor, lo más grave ha sido la transmutación de episodios dolorosos en estrategias políticas perversas: el asesinato del hijo secuestrado de un próspero empresario fue utilizado para promover la aparición y movimiento de una fuerza social de clase media y grupos derechistas que sin programa ni organización política ayudaron a sustituir en la agenda política el tema de la defensa del petróleo por el de la lucha contra la inseguridad pública.
Y, ahora, la peculiar nueva gradación de los ataques armados de ciertos narcotraficantes (¿por qué o para qué habrían de atentar contra población inocente?, ¿cuál es la ganancia esperada de quienes hasta ahora han actuado con cierto éxito, para sus propósitos, mediante mantas informativas y ataques directos a policías y militares?) es utilizada por el habitante provisional de Los Pinos para convocar a los mexicanos a cerrar filas en derredor de su gobierno, un gobierno largamente impugnado por su origen electoral fraudulento, por la división social que impuso, por las políticas altamente dañinas para el interés nacional que impulsa y, además, por haber sumido al país en un baño de sangre a causa de una “guerra” contra el narcotráfico que él determinó por sus intereses específicos de militarizar al país (para así tomar control de él, aunque sólo fuera por las armas sacadas a las calles, y para estar en condiciones de enfrentar revueltas o protestas sociales), de servir a los planes estratégicos de Estados Unidos y, también, de establecer nuevas reglas de mercado, con nuevos gerentes nacionales y regionales, en el negocio imparable de las drogas.
La pretensión felipista de aprovechar los sucesos trágicos de Morelia para abonar sus tierras sin títulos válidos queda de manifiesto en el discurso que ayer pronunció ante el Ángel de la Independencia. No hubo ningún asomo de autocrítica en relación con una “guerra” tan mal llevada y planteada que hoy ha comenzado a pagar masivamente víctimas inocentes. Lo que más importó al comandante en jefe del Ejército Mexicano fue insistir en la importancia de que haya unidad nacional, “sin importar creencias, sin importar posiciones ideológicas”, una unidad “sin excepción ni cortapisa”, en la que no haya lugar para quienes “pretenden sembrar el miedo o el desaliento para satisfacer ambiciones o intereses personales o de grupo”. Las palabras de Calderón parecerían dirigidas más a las contiendas políticas, partidistas y electorales, y en especial en la lucha cerrada en defensa del petróleo que mexicanos decididos han anunciado: “La Patria, La Patria exige la unidad nacional, unidad que supone un repudio unánime y sin matices a tan repudiables hechos, unidad que implica dejar ya a un lado acciones o intereses que buscan dividir a los mexicanos”. Declarado por sí mismo intérprete y vocero de La Patria, el predestinado Calderón dejó en claro, enseguida, que si habla a nombre de ella es porque, en realidad, ella ha encarnado en él (La Patria soy yo: letrero de ganga en un sillón Felipe XIV): “Unidad que asume el hecho de que toda la fuerza de los mexicanos, concentrada en las instituciones que lo representan (‘Yo soy el representante, yo, yo’, grita entusiasmado un ciclista fallido a mitad de esa frase), y en el Estado que organiza a la Nación, se aboque, precisamente, a esta prioridad nacional”. ¿Guerra contra el narcotráfico o guerra contra AMLO y la defensa del petróleo?: “La Patria exige unidad en los mexicanos. Se puede discrepar pero no deliberadamente dividir y enconar. Se puede opinar distinto en la libertad que nos han heredado nuestros próceres, en el marco de libertad que el propio Estado garantiza, pero no se puede atentar contra el Estado mismo. Por eso, en nombre de la República demando a todos los mexicanos, sin excepción, en esta hora crítica, la unidad que México necesita”. ¡Hasta mañana!
Una primera lectura de lo sucedido la noche del 15 en Morelia apunta sin duda a Felipe Calderón como el blanco político escogido. Fue en su tierra natal (donde, además, residen varios de sus familiares) y donde 10 días después de haberse hecho del poder había arrancado la llamada “guerra contra el narcotráfico” (11 de diciembre de 2006, cuando el “gabinete de seguridad” anunció la Operación Conjunta Michoacán, primer paso de lo que sería la actual “guerra contra el narcotráfico”). Y fue virtualmente a la misma hora en que ese político cumplía con la ceremonia oficial del grito de Independencia, en un Zócalo que una hora atrás había escuchado un discurso opositor reiterativo que sin embargo constituyó por sí mismo la confirmación de que el poder real no está en los recintos oficiales.
Pero la estrategia del gobierno de facto pasa por convertir todo error en virtud y toda desgracia social en oportunidad de legitimación. Sonriente, casi triunfador, Calderón es capaz de convocar a un concurso nacional de detección del trámite más inútil de los que su gobierno impone a los ciudadanos, como si él fuera ajeno a lo que sucede, una especie de ONG con domicilio provisional en Los Pinos para recibir donaciones y reclutar voluntarios para luchar contra los abusos del poder establecido. En ese tenor, lo más grave ha sido la transmutación de episodios dolorosos en estrategias políticas perversas: el asesinato del hijo secuestrado de un próspero empresario fue utilizado para promover la aparición y movimiento de una fuerza social de clase media y grupos derechistas que sin programa ni organización política ayudaron a sustituir en la agenda política el tema de la defensa del petróleo por el de la lucha contra la inseguridad pública.
Y, ahora, la peculiar nueva gradación de los ataques armados de ciertos narcotraficantes (¿por qué o para qué habrían de atentar contra población inocente?, ¿cuál es la ganancia esperada de quienes hasta ahora han actuado con cierto éxito, para sus propósitos, mediante mantas informativas y ataques directos a policías y militares?) es utilizada por el habitante provisional de Los Pinos para convocar a los mexicanos a cerrar filas en derredor de su gobierno, un gobierno largamente impugnado por su origen electoral fraudulento, por la división social que impuso, por las políticas altamente dañinas para el interés nacional que impulsa y, además, por haber sumido al país en un baño de sangre a causa de una “guerra” contra el narcotráfico que él determinó por sus intereses específicos de militarizar al país (para así tomar control de él, aunque sólo fuera por las armas sacadas a las calles, y para estar en condiciones de enfrentar revueltas o protestas sociales), de servir a los planes estratégicos de Estados Unidos y, también, de establecer nuevas reglas de mercado, con nuevos gerentes nacionales y regionales, en el negocio imparable de las drogas.
La pretensión felipista de aprovechar los sucesos trágicos de Morelia para abonar sus tierras sin títulos válidos queda de manifiesto en el discurso que ayer pronunció ante el Ángel de la Independencia. No hubo ningún asomo de autocrítica en relación con una “guerra” tan mal llevada y planteada que hoy ha comenzado a pagar masivamente víctimas inocentes. Lo que más importó al comandante en jefe del Ejército Mexicano fue insistir en la importancia de que haya unidad nacional, “sin importar creencias, sin importar posiciones ideológicas”, una unidad “sin excepción ni cortapisa”, en la que no haya lugar para quienes “pretenden sembrar el miedo o el desaliento para satisfacer ambiciones o intereses personales o de grupo”. Las palabras de Calderón parecerían dirigidas más a las contiendas políticas, partidistas y electorales, y en especial en la lucha cerrada en defensa del petróleo que mexicanos decididos han anunciado: “La Patria, La Patria exige la unidad nacional, unidad que supone un repudio unánime y sin matices a tan repudiables hechos, unidad que implica dejar ya a un lado acciones o intereses que buscan dividir a los mexicanos”. Declarado por sí mismo intérprete y vocero de La Patria, el predestinado Calderón dejó en claro, enseguida, que si habla a nombre de ella es porque, en realidad, ella ha encarnado en él (La Patria soy yo: letrero de ganga en un sillón Felipe XIV): “Unidad que asume el hecho de que toda la fuerza de los mexicanos, concentrada en las instituciones que lo representan (‘Yo soy el representante, yo, yo’, grita entusiasmado un ciclista fallido a mitad de esa frase), y en el Estado que organiza a la Nación, se aboque, precisamente, a esta prioridad nacional”. ¿Guerra contra el narcotráfico o guerra contra AMLO y la defensa del petróleo?: “La Patria exige unidad en los mexicanos. Se puede discrepar pero no deliberadamente dividir y enconar. Se puede opinar distinto en la libertad que nos han heredado nuestros próceres, en el marco de libertad que el propio Estado garantiza, pero no se puede atentar contra el Estado mismo. Por eso, en nombre de la República demando a todos los mexicanos, sin excepción, en esta hora crítica, la unidad que México necesita”. ¡Hasta mañana!
Bernardo Barranco V.
Desencuentro mediático del cardenal Rivera
Respuesta a Hugo Valdemar. En diversas colaboraciones para La Jornada he mostrado la crisis mediática que desde hace varios años padece el cardenal Norberto Rivera, que no es producto sólo de un mal manejo de su imagen, sino que tiene un fondo más profundo que se centra en la dislocación de diálogo cultural entre el prelado y la sociedad secular contemporánea. El cardenal ha privilegiado en los hechos el lenguaje del poder y de lo político sobre el religioso y el espiritual, por tanto, está pagando los costos de las opciones que ha venido tomando. En las sociedades democráticas la transparencia y el derecho a la información son demandas ciudadanas enérgicas que allanan no sólo a los gobiernos, sino a las instituciones nodales de la sociedad donde los medios de comunicación juegan un papel determinante para hacer llegar a los ciudadanos el comportamiento real de los principales actores, instituciones e individuos, que conducen el país.
El cardenal Rivera llega a la arquidiócesis un año después del fatídico 1994; los vacíos de liderazgo le facilitaron aspirar a convertirse en un sólido líder religioso con autoridad política y visibilidad mediática; se consolidó, pues, como el personaje clerical más notorio de la Iglesia católica mexicana, posición que le permitió mimetizarse e incidir en las elites de la clase política mexicana. Sin embargo, su falta de coherencia y consistencia principalmente religiosa le han provocado una prematura erosión y persistente afinidad por los conflictos, disputas de amplia cobertura en medios que han venido convulsionando su imagen como jerarca católico y de la propia Iglesia mexicana en su conjunto.
El padre Hugo Valdemar, su vocero, con defensas nerviosas y aprensivas quiere demostrar que el problema está en los medios, en malos periodistas y analistas que le tienen mala fe al prelado y por tanto distorsionan la percepción que la población debería tener del cardenal. Sin embargo, es inocultable que el problema es estructural y no se resuelve con reclamos quisquillosos, sino que atañe a cómo se construye un nuevo entramado institucional entre las posiciones de la arquidiócesis con una cultura social, política y mediática laicas, cuyo diálogo se presenta en otros términos, utiliza otros lenguajes, ya no vive del ceremonial del pasado, que no se articula solo en un discurso formal. Es decir, el problema de origen del arzobispo primado es que no puede ignorar la condición de las actuales y cambiantes circunstancias; por ello, tiene obligación de estar permanentemente ubicando la realidad, especialmente cultural, para hacer un ejercicio de comunicación asertivo.
Cuando Valdemar me reclama pruebas precisas sobre la postura “colérica” del cardenal ante la presentación de proyecto de despenalización del aborto en la asamblea legislativa del DF, abril de 2007 (El Correo Ilustrado, 5/09/08) le recuerdo que sus desplantes crisparon el clima político al grado que la Secretaría de Gobernación les llamó la atención y solicitó tanto a usted como al cardenal Rivera moderar sus declaraciones, ante lo cual usted externó a una agencia católica: “Nuestra opinión es que la Segob obedeció a las presiones y chantajes del PRD… al referirse al procedimiento administrativo iniciado por esta institución gubernamental contra el arzobispo de México, cardenal Norberto Rivera, y contra él mismo por supuesta violación a la Ley de Cultos” (www.aciprensa.com/noticia.php?n=16633). En este mismo episodio en que usted dijo haber librado la principal batalla contra la despenalización del aborto terminó declarándose: “el primer perseguido político del gobierno de Marcelo Ebrard”. Ante la amenaza de excomunión directa a los legisladores del DF por aprobar el proyecto, Valdemar me solicita pruebas del dicho por el cardenal, me “reta”; he rastreado los medios periodísticos y me conducen a la oficina del vocero de la arquidiócesis, quien reitera a diferentes medios una posición que de lejos puede interpretarse personal pero que es a todas luces institucional, la siguiente es un ejemplo: “(…) la oficina de comunicación del cardenal Norberto Rivera externó (…) Se contempla dentro del derecho canónico –que rige la conducta de toda la Iglesia universal– que la excomunión tendrá lugar ipso facto para todas la personas que participan en la aprobación de la ley. Cometen pecado gravísimo y se colocan en las puertas del infierno” (La Jornada, 24/04/07).
El vocero Valdemar dice que debo distinguir entre la arquidiócesis y su arzobispo. Yo le respondo que él debe distinguir al arzobispo, la arquidiócesis y la Iglesia en su conjunto, porque sus declaraciones se realizan a nombre de la arquidiócesis y parece hablar en nombre de toda la Iglesia, y tomo un ejemplo: “La Iglesia católica excomulgará a los asambleístas del DF que aprueben la despenalización del aborto, así como a las mujeres que lo permitan, aseguró el vocero de la arquidiócesis de México, Hugo Valdemar, quien lo haga sabe bien que las penas que impone la Iglesia, son de las más graves: queda excomulgado, queda fuera de la comunión de la Iglesia, no puede recibir los sacramentos, es un pecado tan grave que queda reservado al obispo” [Hoy por Hoy 20032007]. Ante la corrección de Roma sobre la falta de elementos canónicos para ejecutar la excomunión de legisladores del DF, resulta insólito el deslinde del propio cardenal cuando declara: “Ésta es una controversia que se dio en los medios. Para nosotros es muy claro lo que dice el derecho canónico. Solo aquél que procura un aborto y llega a consumarlo queda excomulgado, eso es muy claro. Nadie ha dado ningún documento de excomunión a ningún político, a ningún legislador, o al jefe de gobierno de la ciudad de México” (18/05/07, www.zenit.org/article-23655?l=test). Y cuando todo este embrollo salió de su propia oficina de prensa, resulta que son los medios, los reporteros, los analistas tendenciosos, los responsables del desencuentro mediático del cardenal.
Desencuentro mediático del cardenal Rivera
Respuesta a Hugo Valdemar. En diversas colaboraciones para La Jornada he mostrado la crisis mediática que desde hace varios años padece el cardenal Norberto Rivera, que no es producto sólo de un mal manejo de su imagen, sino que tiene un fondo más profundo que se centra en la dislocación de diálogo cultural entre el prelado y la sociedad secular contemporánea. El cardenal ha privilegiado en los hechos el lenguaje del poder y de lo político sobre el religioso y el espiritual, por tanto, está pagando los costos de las opciones que ha venido tomando. En las sociedades democráticas la transparencia y el derecho a la información son demandas ciudadanas enérgicas que allanan no sólo a los gobiernos, sino a las instituciones nodales de la sociedad donde los medios de comunicación juegan un papel determinante para hacer llegar a los ciudadanos el comportamiento real de los principales actores, instituciones e individuos, que conducen el país.
El cardenal Rivera llega a la arquidiócesis un año después del fatídico 1994; los vacíos de liderazgo le facilitaron aspirar a convertirse en un sólido líder religioso con autoridad política y visibilidad mediática; se consolidó, pues, como el personaje clerical más notorio de la Iglesia católica mexicana, posición que le permitió mimetizarse e incidir en las elites de la clase política mexicana. Sin embargo, su falta de coherencia y consistencia principalmente religiosa le han provocado una prematura erosión y persistente afinidad por los conflictos, disputas de amplia cobertura en medios que han venido convulsionando su imagen como jerarca católico y de la propia Iglesia mexicana en su conjunto.
El padre Hugo Valdemar, su vocero, con defensas nerviosas y aprensivas quiere demostrar que el problema está en los medios, en malos periodistas y analistas que le tienen mala fe al prelado y por tanto distorsionan la percepción que la población debería tener del cardenal. Sin embargo, es inocultable que el problema es estructural y no se resuelve con reclamos quisquillosos, sino que atañe a cómo se construye un nuevo entramado institucional entre las posiciones de la arquidiócesis con una cultura social, política y mediática laicas, cuyo diálogo se presenta en otros términos, utiliza otros lenguajes, ya no vive del ceremonial del pasado, que no se articula solo en un discurso formal. Es decir, el problema de origen del arzobispo primado es que no puede ignorar la condición de las actuales y cambiantes circunstancias; por ello, tiene obligación de estar permanentemente ubicando la realidad, especialmente cultural, para hacer un ejercicio de comunicación asertivo.
Cuando Valdemar me reclama pruebas precisas sobre la postura “colérica” del cardenal ante la presentación de proyecto de despenalización del aborto en la asamblea legislativa del DF, abril de 2007 (El Correo Ilustrado, 5/09/08) le recuerdo que sus desplantes crisparon el clima político al grado que la Secretaría de Gobernación les llamó la atención y solicitó tanto a usted como al cardenal Rivera moderar sus declaraciones, ante lo cual usted externó a una agencia católica: “Nuestra opinión es que la Segob obedeció a las presiones y chantajes del PRD… al referirse al procedimiento administrativo iniciado por esta institución gubernamental contra el arzobispo de México, cardenal Norberto Rivera, y contra él mismo por supuesta violación a la Ley de Cultos” (www.aciprensa.com/noticia.php?n=16633). En este mismo episodio en que usted dijo haber librado la principal batalla contra la despenalización del aborto terminó declarándose: “el primer perseguido político del gobierno de Marcelo Ebrard”. Ante la amenaza de excomunión directa a los legisladores del DF por aprobar el proyecto, Valdemar me solicita pruebas del dicho por el cardenal, me “reta”; he rastreado los medios periodísticos y me conducen a la oficina del vocero de la arquidiócesis, quien reitera a diferentes medios una posición que de lejos puede interpretarse personal pero que es a todas luces institucional, la siguiente es un ejemplo: “(…) la oficina de comunicación del cardenal Norberto Rivera externó (…) Se contempla dentro del derecho canónico –que rige la conducta de toda la Iglesia universal– que la excomunión tendrá lugar ipso facto para todas la personas que participan en la aprobación de la ley. Cometen pecado gravísimo y se colocan en las puertas del infierno” (La Jornada, 24/04/07).
El vocero Valdemar dice que debo distinguir entre la arquidiócesis y su arzobispo. Yo le respondo que él debe distinguir al arzobispo, la arquidiócesis y la Iglesia en su conjunto, porque sus declaraciones se realizan a nombre de la arquidiócesis y parece hablar en nombre de toda la Iglesia, y tomo un ejemplo: “La Iglesia católica excomulgará a los asambleístas del DF que aprueben la despenalización del aborto, así como a las mujeres que lo permitan, aseguró el vocero de la arquidiócesis de México, Hugo Valdemar, quien lo haga sabe bien que las penas que impone la Iglesia, son de las más graves: queda excomulgado, queda fuera de la comunión de la Iglesia, no puede recibir los sacramentos, es un pecado tan grave que queda reservado al obispo” [Hoy por Hoy 20032007]. Ante la corrección de Roma sobre la falta de elementos canónicos para ejecutar la excomunión de legisladores del DF, resulta insólito el deslinde del propio cardenal cuando declara: “Ésta es una controversia que se dio en los medios. Para nosotros es muy claro lo que dice el derecho canónico. Solo aquél que procura un aborto y llega a consumarlo queda excomulgado, eso es muy claro. Nadie ha dado ningún documento de excomunión a ningún político, a ningún legislador, o al jefe de gobierno de la ciudad de México” (18/05/07, www.zenit.org/article-23655?l=test). Y cuando todo este embrollo salió de su propia oficina de prensa, resulta que son los medios, los reporteros, los analistas tendenciosos, los responsables del desencuentro mediático del cardenal.
Arnoldo Kraus
Diccionario de las infamias del ser humano
El Diccionario de las infamias del ser humano empezó a fraguarse desde que el hombre y la mujer colonizaron la Tierra. Sin ser humano la Tierra sufriría menos, daría más frutos, no desparecerían algunas especies animales y no habría diccionario. Aunque todavía no se ha publicado, la idea del libro siempre ha estado en el imaginario de algunas personas.
En los últimos tiempos, la “necesidad” del diccionario ha adquirido mayor relevancia. Muchas palabras que no figuran en los diccionarios autorizados de la lengua española son usadas con frecuencia. La razón parece obvia. El homo sapiens ha generado una amplia gama de herramientas y conductas que lo han distanciado de la esencia de la Tierra y de su propia humanidad: la vida. La Tierra como hábitat erosionado y el ser humano como protagonista enfermo y que enferma son, a la vez, víctimas y actores de ese diccionario.
Algunas ideas, todas arbitrarias, todas vigentes, todas desechables y todas corregibles para “inaugurar” el diccionario. Ante las nuevas realidades, la docilidad del lenguaje invita. Crear neologismos es obligatorio.
Colonización biológica. Conducta por medio de la cual los occidentales adinerados explotan a los habitantes de países pobres, ya sea para comprar córneas, alquilar úteros o ensayar medicamentos.
Desaparecido. Ser humano, seguramente asesinado por motivos políticos o por guerras, cuyo cuerpo no aparece y que impide el duelo familiar. Característica de muchos gobiernos latinoamericanos, entre ellos, México.
Diseño inteligente. Actitud, mediante la cual, los creacionistas, sobre todo estadunidenses, pretenden negar la teoría de la evolución, de Charles Darwin y Alfred Russel Wallace, que explica que no procedemos de un creador sobrenatural. Hoy, siglo y medio después de su famoso artículo, El origen de las especies, se sabe que las similitudes entre los genes humanos y los de otros mamíferos, gusanos, e incluso bacterias, es abrumadora. La teoría de la evolución es mal vista porque atenta contra el poder de las Iglesias.
Jaladores. Personas pertenecientes a las mafias, sobre todo guatemaltecas, que detectan embarazos y pagan u obligan a la madre a desprenderse del bebé.
Foxilandia. País en el imaginario del ex presidente mexicano Vicente Fox, donde no existe ni desempleo ni pobreza ni corrupción ni favoritismos familiares ni desnutrición ni narcotráfico.
Guantanamización. 1) Experimento estadunidense para probar los límites psiquiátricos y físicos a los que puede someterse una persona antes de enloquecer o fallecer. 2) Afrenta estadunidense contra la justicia y el orden mundial para conocer si existen o no límites para seguir imponiendo sus dictados aunque violen todos los preceptos éticos.
Infamia. Según el Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española, infamia significa maldad, vileza en cualquier forma. De acuerdo con el Diccionario de las infamias del ser humano, infamia es la capacidad del ser humano para denostar, humillar y maltratar a otras personas por el hecho de considerarlas distintas, desechables, pero, sobre todo, por ser otros.
Limpieza étnica. Conducta humana que busca depurar al mundo “de los otros” y que encontró su apogeo en la Alemania de Hitler, pero que sigue vigente, tal como lo saben los familiares de las víctimas musulmanas de Srebrenica o las de los jemeres rojos en Camboya.
Madres alquiladas. Madres, usualmente hindúes, que arriendan su útero a parejas occidentales con problemas de fertilidad, con la finalidad de satisfacer el deseo de procrear de las segundas y por la ingente necesidad de las primeras para impedir que la muerte se lleve a destiempo a sus seres queridos. Las madres alquiladas en Estados Unidos tienen, al menos, el consuelo de recibir “pagas adecuadas”.
Mercado de niños. Zoco donde los niños y niñas de países pobres, sobre todo centroamericanos, son comprados y colocados en el extranjero. Este negocio genera, en Guatemala, entre 100 y 150 millones de dólares al año.
Macdonalización. Metáfora que surge ante las lacras de la globalización y que es producto de la colonización alimenticia de Estados Unidos.
Niños y niñas de la calle. Niños y niñas que superviven en las calles, usualmente en las coladeras, en la inmensa mayoría de las ciudades de los países pobres y que son resultado de problemas familiares y que exhiben la incapacidad del Estado para albergarlos. Su sufrimiento rebasa cualquier explicación.
Putin, Vladimir. Nombre en ruso de George W. Bush.
Semaforista. Habitante del antes llamado tercer mundo que sobrevive alrededor de los semáforos de las grandes ciudades y que retrasan su muerte por lo que ahí venden. La mayoría son producto del desempleo y triunfo de la rapacidad de políticos y de políticas neoliberales.
Sidoso. Ser humano infectado por el virus de la inmunodeficiencia humana y que, por (malas) “razones” médicas, por homofobia, discriminación o por el encono de la religión es víctima de menosprecio.
Sin papeles. Seres humanos provenientes de países que emigran por razones económicas, políticas o raciales a naciones en busca de trabajo y que suelen ser explotados o maltratados. Indocumentado es sinónimo. En México, deberían ser considerados héroes, ya que las remesas económicas que envían impiden que sus familiares mueran por hambre.
Sin tierra. Seres humanos que nacieron en la Tierra y en su tierra y que son expulsados por sus propios gobiernos.
El Diccionario de las infamias del ser humano es un libro en preparación. Por ahora no existe. Es un retrato de la condición humana contemporánea que incluye, en su inmensa mayoría, palabras que no aparecen en los diccionarios, pero sí en la realidad. Los términos propuestos aguardan correcciones, ampliaciones, injurias, desavenencias, opiniones y, con suerte, editor.
Diccionario de las infamias del ser humano
El Diccionario de las infamias del ser humano empezó a fraguarse desde que el hombre y la mujer colonizaron la Tierra. Sin ser humano la Tierra sufriría menos, daría más frutos, no desparecerían algunas especies animales y no habría diccionario. Aunque todavía no se ha publicado, la idea del libro siempre ha estado en el imaginario de algunas personas.
En los últimos tiempos, la “necesidad” del diccionario ha adquirido mayor relevancia. Muchas palabras que no figuran en los diccionarios autorizados de la lengua española son usadas con frecuencia. La razón parece obvia. El homo sapiens ha generado una amplia gama de herramientas y conductas que lo han distanciado de la esencia de la Tierra y de su propia humanidad: la vida. La Tierra como hábitat erosionado y el ser humano como protagonista enfermo y que enferma son, a la vez, víctimas y actores de ese diccionario.
Algunas ideas, todas arbitrarias, todas vigentes, todas desechables y todas corregibles para “inaugurar” el diccionario. Ante las nuevas realidades, la docilidad del lenguaje invita. Crear neologismos es obligatorio.
Colonización biológica. Conducta por medio de la cual los occidentales adinerados explotan a los habitantes de países pobres, ya sea para comprar córneas, alquilar úteros o ensayar medicamentos.
Desaparecido. Ser humano, seguramente asesinado por motivos políticos o por guerras, cuyo cuerpo no aparece y que impide el duelo familiar. Característica de muchos gobiernos latinoamericanos, entre ellos, México.
Diseño inteligente. Actitud, mediante la cual, los creacionistas, sobre todo estadunidenses, pretenden negar la teoría de la evolución, de Charles Darwin y Alfred Russel Wallace, que explica que no procedemos de un creador sobrenatural. Hoy, siglo y medio después de su famoso artículo, El origen de las especies, se sabe que las similitudes entre los genes humanos y los de otros mamíferos, gusanos, e incluso bacterias, es abrumadora. La teoría de la evolución es mal vista porque atenta contra el poder de las Iglesias.
Jaladores. Personas pertenecientes a las mafias, sobre todo guatemaltecas, que detectan embarazos y pagan u obligan a la madre a desprenderse del bebé.
Foxilandia. País en el imaginario del ex presidente mexicano Vicente Fox, donde no existe ni desempleo ni pobreza ni corrupción ni favoritismos familiares ni desnutrición ni narcotráfico.
Guantanamización. 1) Experimento estadunidense para probar los límites psiquiátricos y físicos a los que puede someterse una persona antes de enloquecer o fallecer. 2) Afrenta estadunidense contra la justicia y el orden mundial para conocer si existen o no límites para seguir imponiendo sus dictados aunque violen todos los preceptos éticos.
Infamia. Según el Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española, infamia significa maldad, vileza en cualquier forma. De acuerdo con el Diccionario de las infamias del ser humano, infamia es la capacidad del ser humano para denostar, humillar y maltratar a otras personas por el hecho de considerarlas distintas, desechables, pero, sobre todo, por ser otros.
Limpieza étnica. Conducta humana que busca depurar al mundo “de los otros” y que encontró su apogeo en la Alemania de Hitler, pero que sigue vigente, tal como lo saben los familiares de las víctimas musulmanas de Srebrenica o las de los jemeres rojos en Camboya.
Madres alquiladas. Madres, usualmente hindúes, que arriendan su útero a parejas occidentales con problemas de fertilidad, con la finalidad de satisfacer el deseo de procrear de las segundas y por la ingente necesidad de las primeras para impedir que la muerte se lleve a destiempo a sus seres queridos. Las madres alquiladas en Estados Unidos tienen, al menos, el consuelo de recibir “pagas adecuadas”.
Mercado de niños. Zoco donde los niños y niñas de países pobres, sobre todo centroamericanos, son comprados y colocados en el extranjero. Este negocio genera, en Guatemala, entre 100 y 150 millones de dólares al año.
Macdonalización. Metáfora que surge ante las lacras de la globalización y que es producto de la colonización alimenticia de Estados Unidos.
Niños y niñas de la calle. Niños y niñas que superviven en las calles, usualmente en las coladeras, en la inmensa mayoría de las ciudades de los países pobres y que son resultado de problemas familiares y que exhiben la incapacidad del Estado para albergarlos. Su sufrimiento rebasa cualquier explicación.
Putin, Vladimir. Nombre en ruso de George W. Bush.
Semaforista. Habitante del antes llamado tercer mundo que sobrevive alrededor de los semáforos de las grandes ciudades y que retrasan su muerte por lo que ahí venden. La mayoría son producto del desempleo y triunfo de la rapacidad de políticos y de políticas neoliberales.
Sidoso. Ser humano infectado por el virus de la inmunodeficiencia humana y que, por (malas) “razones” médicas, por homofobia, discriminación o por el encono de la religión es víctima de menosprecio.
Sin papeles. Seres humanos provenientes de países que emigran por razones económicas, políticas o raciales a naciones en busca de trabajo y que suelen ser explotados o maltratados. Indocumentado es sinónimo. En México, deberían ser considerados héroes, ya que las remesas económicas que envían impiden que sus familiares mueran por hambre.
Sin tierra. Seres humanos que nacieron en la Tierra y en su tierra y que son expulsados por sus propios gobiernos.
El Diccionario de las infamias del ser humano es un libro en preparación. Por ahora no existe. Es un retrato de la condición humana contemporánea que incluye, en su inmensa mayoría, palabras que no aparecen en los diccionarios, pero sí en la realidad. Los términos propuestos aguardan correcciones, ampliaciones, injurias, desavenencias, opiniones y, con suerte, editor.
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Lorenzo Córdova Vianello
Castañeda y la CIDH
17 de septiembre de 2008
Castañeda litigó ante el sistema interamericano de derechos humanos por una “enchilada completa” y regresó a casa con un pequeño e insípido “sopecito” que ahora pretende vender como una gran victoria.
Hace un par de semanas, la Corte Interamericana de Derechos Humanos dio por terminado un largo periplo judicial que el ex canciller sostuvo ante instancias judiciales mexicanas y continentales y que comenzó con su pretensión de ser registrado como candidato independiente a la Presidencia.
¿Qué pretendía en sus demandas ante la justicia interamericana? Dos cosas esencialmente: a) que se condenara al Estado mexicano por violar su derecho político de ser votado, al disponer el Cofipe que sólo los partidos pueden presentar candidaturas a cargos de elección federal (y, en consecuencia, también su derecho de igualdad ante la ley); y b) que al no existir en el sistema jurídico mexicano un mecanismo de defensa eficaz para proteger sus derechos frente a las leyes electorales, el Estado le violaba su derecho a la protección judicial.
¿Cuál fue el veredicto? En relación con la primera pretensión, la corte es enfática al señalar que del derecho fundamental de ser votado no puede desprenderse que deban establecerse las candidaturas independientes como una vía de acceso a los cargos de elección popular, y considera válido el que un Estado determine que sólo a través de los p artidos puede accederse a esas candidaturas, máxime si, como ocurre en México, no está establecida legalmente la afiliación a un partido para poder ser postulado por el mismo. Por eso, las leyes mexicanas no violan, en absoluto, ni los derechos políticos de los ciudadanos ni su igualdad ante la ley.
Por lo que hace a la segunda pretensión, la CIDH determinó que, en efecto, en el momento en que Castañeda pretendió impugnar la constitucionalidad del Cofipe, ni el amparo ni la acción de inconstitucionalidad ni el juicio para la protección de los derechos político-electorales del ciudadano eran vías idóneas para tal efecto. El primero porque no procede en materia electoral; la segunda porque no puede ser interpuesta por ciudadanos, y el tercero, porque es conocido por un órgano (el Tribunal Electoral) que no podía juzgar la constitucionalidad de leyes (a raíz, por cierto, de un lamentable criterio de la SCJN de 2002).
Sin embargo, la CIDH también reconoce que esa violación ya no subsiste gracias a la última reforma electoral (esa que Castañeda y otros 14 intelectuales han impugnado y condenado incesantemente), pues ésta faculta al TEPJF a juzgar la inconstitucionalidad de leyes y abre, pues, una vía franca de protección. La corte sólo establece que México tendrá que adecuar su ley secundaria para que esa modificación tenga todos sus efectos, pero eso ya ocurrió con las reformas a varias leyes publicadas el 1 de julio pasado.
Lo interesante es que la corte desestimó todos los perjuicios materiales e inmateriales que, según Castañeda, le paró el haber querido (y no haber podido) ser candidato independiente a la Presidencia (como las actividades profesionales que dejó de realizar, el descrédito que sufrió y el daño a su “proyecto de vida y trayectoria política”). La CIDH es enfática: “Esta sentencia constituye per se una forma de reparación”.
Sí, algo ganó Castañeda: que se le paguen los 7 mil dólares que gastó en transporte y viáticos su equipo jurídico para acudir a la audiencia del juicio en San José. Poca cosa frente a tantas pretensiones.
Investigador y profesor de la UNAM
Hace un par de semanas, la Corte Interamericana de Derechos Humanos dio por terminado un largo periplo judicial que el ex canciller sostuvo ante instancias judiciales mexicanas y continentales y que comenzó con su pretensión de ser registrado como candidato independiente a la Presidencia.
¿Qué pretendía en sus demandas ante la justicia interamericana? Dos cosas esencialmente: a) que se condenara al Estado mexicano por violar su derecho político de ser votado, al disponer el Cofipe que sólo los partidos pueden presentar candidaturas a cargos de elección federal (y, en consecuencia, también su derecho de igualdad ante la ley); y b) que al no existir en el sistema jurídico mexicano un mecanismo de defensa eficaz para proteger sus derechos frente a las leyes electorales, el Estado le violaba su derecho a la protección judicial.
¿Cuál fue el veredicto? En relación con la primera pretensión, la corte es enfática al señalar que del derecho fundamental de ser votado no puede desprenderse que deban establecerse las candidaturas independientes como una vía de acceso a los cargos de elección popular, y considera válido el que un Estado determine que sólo a través de los p artidos puede accederse a esas candidaturas, máxime si, como ocurre en México, no está establecida legalmente la afiliación a un partido para poder ser postulado por el mismo. Por eso, las leyes mexicanas no violan, en absoluto, ni los derechos políticos de los ciudadanos ni su igualdad ante la ley.
Por lo que hace a la segunda pretensión, la CIDH determinó que, en efecto, en el momento en que Castañeda pretendió impugnar la constitucionalidad del Cofipe, ni el amparo ni la acción de inconstitucionalidad ni el juicio para la protección de los derechos político-electorales del ciudadano eran vías idóneas para tal efecto. El primero porque no procede en materia electoral; la segunda porque no puede ser interpuesta por ciudadanos, y el tercero, porque es conocido por un órgano (el Tribunal Electoral) que no podía juzgar la constitucionalidad de leyes (a raíz, por cierto, de un lamentable criterio de la SCJN de 2002).
Sin embargo, la CIDH también reconoce que esa violación ya no subsiste gracias a la última reforma electoral (esa que Castañeda y otros 14 intelectuales han impugnado y condenado incesantemente), pues ésta faculta al TEPJF a juzgar la inconstitucionalidad de leyes y abre, pues, una vía franca de protección. La corte sólo establece que México tendrá que adecuar su ley secundaria para que esa modificación tenga todos sus efectos, pero eso ya ocurrió con las reformas a varias leyes publicadas el 1 de julio pasado.
Lo interesante es que la corte desestimó todos los perjuicios materiales e inmateriales que, según Castañeda, le paró el haber querido (y no haber podido) ser candidato independiente a la Presidencia (como las actividades profesionales que dejó de realizar, el descrédito que sufrió y el daño a su “proyecto de vida y trayectoria política”). La CIDH es enfática: “Esta sentencia constituye per se una forma de reparación”.
Sí, algo ganó Castañeda: que se le paguen los 7 mil dólares que gastó en transporte y viáticos su equipo jurídico para acudir a la audiencia del juicio en San José. Poca cosa frente a tantas pretensiones.
Investigador y profesor de la UNAM
PANICO ENTRE GOBERNADORES. PROCESO
Para observar las imagenes del atentado haga click en estos vínculosvideo 1video 2video 3
México, D.F.- Ausencia de autoridades en festejos de la Independencia, incremento de seguridad y pánico enmarcaron las ceremonias por el 198 aniversario de la separación de México ante España.
Los atentados contra civiles en Michoacán, que dejaron un saldo de 7 muertos y 128 heridos, provocaron la inmovilidad y el miedo en Veracruz, Chiapas, Nuevo León y Tabasco.
En Nuevo León, antes de que iniciara el tradicional desfile para celebrar la Independencia de México, especialistas en explosivos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y perros entrenados recorrieron las calles del primer cuadro de Monterrey, para evitar un posible atentado.
Los agentes periciales de la AEI en la entidad portaban equipos especiales en detección de artefactos explosivos y revisaron vehículos estacionados en las calles e incluso botes de basura.
A pesar de no encontrar nada sospechoso, los agentes de Seguridad Pública del estado redoblaron la vigilancia en los alrededores del palacio de Gobierno, donde se efectuó el desfile cívico militar.
En Veracruz el grito de Independencia se vivió en un ambiente de zozobra. Varios alcaldes de la entidad prefirieron no dar la cara en la ceremonia debido a los intentos de extorsión que han enfrentado en las últimas semanas.
Es el caso del alcalde de Ixtaczoquitlán, Nelson Votte, quien desde finales de agosto pasado denunció las amenazas de extorsión que ha recibido vía telefónica por parte de supuestos miembros del grupo criminal Los Zetas, brazo armado del cartel del Golfo.
Además del alcalde de Ixtaczoquitlán, otros 86 presidentes municipales de Veracruz han sido objeto de amenazas por parte de grupos criminales, presuntamente ligados al narcotráfico.
A la par, en Tabasco, el gobernador Andrés Granier Melo confesó que en la ceremonia de los festejos patrios fue reforzada la seguridad en torno de la Plaza de Armas por el temor de que ocurrieran hechos de violencia.
Recordó que a mediados de la semana pasada corrió el rumor de que habían sido colocadas varias narcomantas, en las que se advertía que el 15 y 16 de septiembre "correría sangre" en Tabasco y que 50 personas serían "levantadas" al azar para ejecutarlas justo el día del Grito.
Mientras tanto, la dirigencia del Partido Acción Nacional (PAN) condenó hoy el "ataque despreciable y cobarde" perpetrado anoche.
En un comunicado emitido esta tarde, el Comité Ejecutivo Nacional que preside el michoacano Germán Martínez, expresó su profundo dolor y solidaridad con los familiares de los fallecidos en ese atentado.
"Hacemos pública nuestra solidaridad plena con las víctimas y los heridos en ese ataque despreciable y cobarde a la convivencia pacífica entre mexicanos. La delincuencia ha desafiado a la sociedad y a nuestro orden democrático, pero afirmamos contundentemente que el Estado mexicano es más fuerte y someterá a los criminales.", reclamó el PAN.
En Chiapas, el secretario de Gobierno, Jorge Antonio Morales, aprovechó el desfile cívico-militar para condenar el acto terrorista.
Dijo que se trataba de "una mala noticia, pues murieron niños y civiles que no tienen culpa. Son gente trabajadora y es un acto por demás artero y cobarde".
Con información de: Luciano campos, Álvaro Delgado, Armando Guzmán, Isaín mandujano y Regina Martínez
México, D.F.- Ausencia de autoridades en festejos de la Independencia, incremento de seguridad y pánico enmarcaron las ceremonias por el 198 aniversario de la separación de México ante España.
Los atentados contra civiles en Michoacán, que dejaron un saldo de 7 muertos y 128 heridos, provocaron la inmovilidad y el miedo en Veracruz, Chiapas, Nuevo León y Tabasco.
En Nuevo León, antes de que iniciara el tradicional desfile para celebrar la Independencia de México, especialistas en explosivos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y perros entrenados recorrieron las calles del primer cuadro de Monterrey, para evitar un posible atentado.
Los agentes periciales de la AEI en la entidad portaban equipos especiales en detección de artefactos explosivos y revisaron vehículos estacionados en las calles e incluso botes de basura.
A pesar de no encontrar nada sospechoso, los agentes de Seguridad Pública del estado redoblaron la vigilancia en los alrededores del palacio de Gobierno, donde se efectuó el desfile cívico militar.
En Veracruz el grito de Independencia se vivió en un ambiente de zozobra. Varios alcaldes de la entidad prefirieron no dar la cara en la ceremonia debido a los intentos de extorsión que han enfrentado en las últimas semanas.
Es el caso del alcalde de Ixtaczoquitlán, Nelson Votte, quien desde finales de agosto pasado denunció las amenazas de extorsión que ha recibido vía telefónica por parte de supuestos miembros del grupo criminal Los Zetas, brazo armado del cartel del Golfo.
Además del alcalde de Ixtaczoquitlán, otros 86 presidentes municipales de Veracruz han sido objeto de amenazas por parte de grupos criminales, presuntamente ligados al narcotráfico.
A la par, en Tabasco, el gobernador Andrés Granier Melo confesó que en la ceremonia de los festejos patrios fue reforzada la seguridad en torno de la Plaza de Armas por el temor de que ocurrieran hechos de violencia.
Recordó que a mediados de la semana pasada corrió el rumor de que habían sido colocadas varias narcomantas, en las que se advertía que el 15 y 16 de septiembre "correría sangre" en Tabasco y que 50 personas serían "levantadas" al azar para ejecutarlas justo el día del Grito.
Mientras tanto, la dirigencia del Partido Acción Nacional (PAN) condenó hoy el "ataque despreciable y cobarde" perpetrado anoche.
En un comunicado emitido esta tarde, el Comité Ejecutivo Nacional que preside el michoacano Germán Martínez, expresó su profundo dolor y solidaridad con los familiares de los fallecidos en ese atentado.
"Hacemos pública nuestra solidaridad plena con las víctimas y los heridos en ese ataque despreciable y cobarde a la convivencia pacífica entre mexicanos. La delincuencia ha desafiado a la sociedad y a nuestro orden democrático, pero afirmamos contundentemente que el Estado mexicano es más fuerte y someterá a los criminales.", reclamó el PAN.
En Chiapas, el secretario de Gobierno, Jorge Antonio Morales, aprovechó el desfile cívico-militar para condenar el acto terrorista.
Dijo que se trataba de "una mala noticia, pues murieron niños y civiles que no tienen culpa. Son gente trabajadora y es un acto por demás artero y cobarde".
Con información de: Luciano campos, Álvaro Delgado, Armando Guzmán, Isaín mandujano y Regina Martínez
NARCOTERRORISMO, CABEZA DE HIDRA. PROCESO
WASHINGTON, 16 de septiembre (apro).- Una vez más el gobierno del presidente estadunidense George Bush colocó a México en la "lista negra" del narcotráfico.
Sin embargo, la Casa Blanca aclaró que las 20 naciones que integran esa lista no necesariamente reflejan un mal trabajo de sus gobiernos en el combate al trasiego y elaboración de narcóticos.
De ese grupo, Bush descalificó la cooperación de Burma, Bolivia y Venezuela, países con los que, por cierto, Estados Unidos sostiene una pésima relación diplomática.
Según Washington, en los últimos 12 meses esas naciones "fracasaron en el cumplimiento de sus obligaciones internacionales antinarcóticos".
Como ocurre cada año, la Casa Blanca envió el reporte al Departamento de Estado para que éste a su vez notifique el Congreso federal qué países incumplieron sus compromisos en el combate a la producción y tráfico de estupefacientes.
Anteriormente, esa lista se utilizaba para que Estados Unidos certificara el combate a las drogas y luego decidiera suspender todo tipo de ayuda a los países censurados.
En el documento, se alega que "una de las razones por la que se coloca a estos países en la lista de mayor tráfico y producción de drogas, es por la combinación de factores geográficos, comerciales y económicos, que permiten el tránsito o la producción de drogas por encima de las preocupaciones y medidas que aplican los gobiernos para combatirlos".
Los 20 países monitoreados por Estados Unidos son Afganistán, Bahamas, Bolivia, Brasil, Burma, Colombia, Ecuador, Guatemala, Haití, India, Jamaica, Laos, México, Nigeria, Pakistán, Panamá, Paraguay, Perú, Republica Dominicana y Venezuela.
Frente a Bolivia, Venezuela y Burma, está claro que la decisión tuvo que ver con las diferencias políticas que sostienen con Washington, no obstante, la Casa Blanca informó al Congreso que, por "intereses vitales de seguridad nacional", condonaba la descertificación.
En el caso de México, la Casa Blanca indicó que es preocupante que los cárteles del narcotráfico, al lado de los de Colombia, están aumentando su presencia en naciones centroamericanas.
Bush advirtió que "los enfrentamientos armados en marzo de 2008 entre las organizaciones de las drogas en Guatemala, demuestran que organizaciones criminales, como el cártel de Sinaloa, están tratando de reforzar su control del tráfico de enervantes en América Central".
La presencia de narcotraficantes mexicanos en Centroamérica es para la Casa Blanca "un serio reto" para la región, debido a su limitada capacidad para combatir al mercado de los narcóticos y al crimen organizado.
"Estamos particularmente preocupados por la creciente presencia de organizaciones del tráfico de drogas en Centroamérica, las que están escapando de robustos regímenes antinarcóticos en otros países, especialmente en Colombia y México", enfatizó el gobierno de Bush en su notificación al Capitolio.
Sin embargo, la Casa Blanca aclaró que las 20 naciones que integran esa lista no necesariamente reflejan un mal trabajo de sus gobiernos en el combate al trasiego y elaboración de narcóticos.
De ese grupo, Bush descalificó la cooperación de Burma, Bolivia y Venezuela, países con los que, por cierto, Estados Unidos sostiene una pésima relación diplomática.
Según Washington, en los últimos 12 meses esas naciones "fracasaron en el cumplimiento de sus obligaciones internacionales antinarcóticos".
Como ocurre cada año, la Casa Blanca envió el reporte al Departamento de Estado para que éste a su vez notifique el Congreso federal qué países incumplieron sus compromisos en el combate a la producción y tráfico de estupefacientes.
Anteriormente, esa lista se utilizaba para que Estados Unidos certificara el combate a las drogas y luego decidiera suspender todo tipo de ayuda a los países censurados.
En el documento, se alega que "una de las razones por la que se coloca a estos países en la lista de mayor tráfico y producción de drogas, es por la combinación de factores geográficos, comerciales y económicos, que permiten el tránsito o la producción de drogas por encima de las preocupaciones y medidas que aplican los gobiernos para combatirlos".
Los 20 países monitoreados por Estados Unidos son Afganistán, Bahamas, Bolivia, Brasil, Burma, Colombia, Ecuador, Guatemala, Haití, India, Jamaica, Laos, México, Nigeria, Pakistán, Panamá, Paraguay, Perú, Republica Dominicana y Venezuela.
Frente a Bolivia, Venezuela y Burma, está claro que la decisión tuvo que ver con las diferencias políticas que sostienen con Washington, no obstante, la Casa Blanca informó al Congreso que, por "intereses vitales de seguridad nacional", condonaba la descertificación.
En el caso de México, la Casa Blanca indicó que es preocupante que los cárteles del narcotráfico, al lado de los de Colombia, están aumentando su presencia en naciones centroamericanas.
Bush advirtió que "los enfrentamientos armados en marzo de 2008 entre las organizaciones de las drogas en Guatemala, demuestran que organizaciones criminales, como el cártel de Sinaloa, están tratando de reforzar su control del tráfico de enervantes en América Central".
La presencia de narcotraficantes mexicanos en Centroamérica es para la Casa Blanca "un serio reto" para la región, debido a su limitada capacidad para combatir al mercado de los narcóticos y al crimen organizado.
"Estamos particularmente preocupados por la creciente presencia de organizaciones del tráfico de drogas en Centroamérica, las que están escapando de robustos regímenes antinarcóticos en otros países, especialmente en Colombia y México", enfatizó el gobierno de Bush en su notificación al Capitolio.
ÉXICO, D.F., 16 de septiembre (apro).- El atentado en la plaza de Melchor Ocampo, en Morelia, con siete muertos y más de 100 heridos, la mitad en estado de gravedad, es un punto de quiebre en esta guerra de sombras y de sangre contra el crimen organizado que se demuestra ya como una cabeza de hidra.
Ya no se trata sólo de "narcoejecuciones" al estilo mafioso que ha dominado en ciudades como Ciudad Juárez; tampoco de ajusticiamientos a mansalva, como las 12 personas degolladas en Yucatán; los pobladores masacrados en Creel, Chihuahua, por la "confusión" de una banda de pistoleros, o la matanza de 24 hombres humildes, arrojados en un paraje de La Marquesa, para que cada quien derive los mensajes más siniestros de uno de los hallazgos más inquietantes de estos últimos meses.
Las bombas arrojadas en Michoacán constituyen un mensaje brutal a toda la población mexicana: ya nadie está a salvo en esta orgía de matanzas, de exhibicionismo violento, de falta completa de respeto a la vida humana que los narcotraficantes y sus sicarios demuestran todos los días.
Es un acto terrorista no contra el Estado, contra los cuerpos policiacos y militares o contra bandas adversarias. Se trata de una masacre en contra de la población civil que, sin deberla ni temerla, resulta ahora la más afectada de una guerra que claramente están perdiendo las autoridades.
Es un acto para atemorizar y paralizar a la sociedad. Es el ingreso pleno a la etapa del narcoterrorismo que en Colombia demostró sus terribles consecuencias.
Las autoridades michoacanas han reconocido que antes de la ceremonia del Grito de Independencia recibieron amenazas de atentados en poblaciones como Huetamo o el puerto de Lázaro Cárdenas, pero admitieron también que nunca se esperaron un atentado en la plaza pública, en medio de una de las ceremonias con mayor tradición en el imaginario cívico mexicano.
Es una guerra ahora contra los ciudadanos, que se convierten en parte de una escenografía sangrienta para la cual no existe solución pronta ni victoria fácil. En buena medida, las autoridades federales y estatales de todo el país son responsables no sólo por omisión, sino por su absoluta descoordinación para frenar el caldo de cultivo de la impunidad que ha generado que lleguemos a esta fase del "narco-Estado".
El atentado corona la peor temporada en la historia reciente de la lucha contra el crimen. Es un punto de quiebre, porque ahora se suma al temor del empresariado y de las clases privilegiadas ante la ola de secuestros, la vulnerabilidad generalizada ante una cabeza de hidra que ya demostró su peor rostro.
jenarovi@yahoo.com.mx
Ya no se trata sólo de "narcoejecuciones" al estilo mafioso que ha dominado en ciudades como Ciudad Juárez; tampoco de ajusticiamientos a mansalva, como las 12 personas degolladas en Yucatán; los pobladores masacrados en Creel, Chihuahua, por la "confusión" de una banda de pistoleros, o la matanza de 24 hombres humildes, arrojados en un paraje de La Marquesa, para que cada quien derive los mensajes más siniestros de uno de los hallazgos más inquietantes de estos últimos meses.
Las bombas arrojadas en Michoacán constituyen un mensaje brutal a toda la población mexicana: ya nadie está a salvo en esta orgía de matanzas, de exhibicionismo violento, de falta completa de respeto a la vida humana que los narcotraficantes y sus sicarios demuestran todos los días.
Es un acto terrorista no contra el Estado, contra los cuerpos policiacos y militares o contra bandas adversarias. Se trata de una masacre en contra de la población civil que, sin deberla ni temerla, resulta ahora la más afectada de una guerra que claramente están perdiendo las autoridades.
Es un acto para atemorizar y paralizar a la sociedad. Es el ingreso pleno a la etapa del narcoterrorismo que en Colombia demostró sus terribles consecuencias.
Las autoridades michoacanas han reconocido que antes de la ceremonia del Grito de Independencia recibieron amenazas de atentados en poblaciones como Huetamo o el puerto de Lázaro Cárdenas, pero admitieron también que nunca se esperaron un atentado en la plaza pública, en medio de una de las ceremonias con mayor tradición en el imaginario cívico mexicano.
Es una guerra ahora contra los ciudadanos, que se convierten en parte de una escenografía sangrienta para la cual no existe solución pronta ni victoria fácil. En buena medida, las autoridades federales y estatales de todo el país son responsables no sólo por omisión, sino por su absoluta descoordinación para frenar el caldo de cultivo de la impunidad que ha generado que lleguemos a esta fase del "narco-Estado".
El atentado corona la peor temporada en la historia reciente de la lucha contra el crimen. Es un punto de quiebre, porque ahora se suma al temor del empresariado y de las clases privilegiadas ante la ola de secuestros, la vulnerabilidad generalizada ante una cabeza de hidra que ya demostró su peor rostro.
jenarovi@yahoo.com.mx
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