12/19/2008

Atentado del ejército colombiano iba dirigido a mí: Aída Quilcué


Consejera del CRIC había recibido amenazas de muerte

De la redacción

México DF, 18 dic 08 (CIMAC).- “Creo que el atentado era para mí”, expresó Aída Quilcué, Consejera Mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), al referirse al ataque del ejército colombiano el pasado martes en el que murió su compañero Edwin Legarda, quien iba en la camioneta que ella utilizaba para sus recorridos.

La Consejera del CRIC, al analizar las circunstancias del asesinato de su esposo, denunció este hecho como un acto premeditado que en realidad la tenía a ella como objetivo, pues Aida Quilcué ha recibido múltiples amenazas de muerte. Su riesgo aumentó a raíz de sus denuncias nacionales e internacionales sobre la violencia contra los pueblos indígenas, expresó un comunicado del CRIC.

Aída Quilcué, junto a otros líderes del CRIC, encabezó recientemente la "Minga" (marcha o movilización) de los pueblos aborígenes del suroeste del país, que de octubre a noviembre pasados caminaron hasta Bogotá para exigir la devolución de tierras y el fin de la violencia contra sus comunidades.

LOS HECHOS

De acuerdo a informes de testigos, alrededor de las cuatro de la mañana del 16 de Diciembre, el vehículo de la Consejera Mayor del CRIC en el que iba su compañero Edwin Legarda con una misión médica, fue rafagueado por hombres del Ejército Nacional cuando iba pasando por la Finca San Miguel, propiedad del Señor Bolívar Manquillo, en la vereda Gabriel López del municipio de Totoró. En esta finca hay presencia permanente de tropas del ejército colombiano.

Edwin, herido, fue trasladado de inmediato al Hospital San José de Popayán con un impacto de bala en el tórax y dos más en los miembros inferiores. Murió al poco tiempo.

El vehículo del CRIC, que es ampliamente conocido por sus viajes en esa vía, fue atacado por tres costados y presenta 17 impactos de fusil. Según lo aseveraron testigos de los hechos, no había retén en la vía ni se dio la orden de alto por parte de las tropas.

El Comandante de la Tercera División del Ejército, Justo Eliseo Peña, reconoció que, según informes preliminares, en el sitio de los hechos se encontraban soldados campesinos que dispararon cuando se desobedeció la orden de parar. De todos modos, el General Peña lamentó los hechos y dijo que se iniciarán las investigaciones pertinentes, reconociendo que aún si se hubiera desobedecido la orden de detenerse, la reacción de disparar como se hizo no fue apropiada ni corresponde con los protocolos y normas.

CONTRA EL MOVIMIENTO INDÍGENA COLOMBIANO

Luís Evelis Andrade Casama, Consejero Mayor de la El presidente de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), ante estos hechos señaló en comunicado que el atentado contra el CRIC es un atentado contra la ONIC, el Movimiento Indígena Colombiano y contra todas y todos los que se atreven a proponer cambios desde el sentir de los pueblos.

Con este asesinato, se ratifica una vez más por el Estado colombiano que matar indios y líderes sociales es un componente de la seguridad democrática, tal y como se demostró durante la Minga de resistencia. A estos delitos de Estado luego se les colocan nombres como falsos positivos o “acciones aisladas de personas que no comprometen a la institución” pero que en realidad forman parte de una masacre contra el pueblo colombiano, señaló.

La guardia indígena en este momento se ha desplazado hacia la vereda de San Pedro, y no permitirá que quienes han asesinado a su compañero y atentado contra el CRIC, abandonen el sitio sin denunciar a los verdaderos móviles y los autores materiales e intelectuales de este hecho criminal, señaló un comunicado del CRIC.

La Coalición de Movimientos y Organizaciones Sociales de Colombia (COMOSOC) lamentó también, en un comunicado, el fallecimiento de Edwin Legarda, señalando que este hecho ratifica la inexistencia de garantías en Colombia, para que las organizaciones sociales y populares ejerzan sus derechos constitucionalmente reconocidos.

Por el contrario, alertaron, son reiterados los señalamientos contra las organizaciones y sus dirigentes, y la descalificación de toda forma de protesta social, por parte de las más altas instancia del gobierno nacional.

LA POSICIÓN DEL CRIC

El CRIC expresó sus condolencias a la Consejera Mayor Aida Quilcué, manifestándole su afecto y solidaridad, así como a la familia y amistades de Edwin. Manifestaron también, a toda la familia del CRIC, una voz de aliento solidaria y sentida, un llamado reiterado a la unidad para continuar por el sendero de construir en Minga un país diferente, en el que cese por fin el terror y la guerra.

El CRIC reitera la posición de sus mandatos, rechaza las balas, el terror y la guerra, vengan de donde vengan. La impunidad, dicen, no puede permitirse en esta dolorosa situación. “Esta es una guerra contra los pueblos, contra el movimiento indígena por la dignidad, contra la Minga Social y Comunitaria, contra el derecho de construir desde los pueblos un país sin dueños y en paz”.

El CRIC exige que los soldados salgan de los territorios de las comunidades y que los dejen en paz.

Recuerdan también que este 16 de diciembre de 2009, se conmemoró el 17 aniversario de la masacre de 20 comuneras y comuneros en El Nilo, por parte de paramilitares, fuerza pública, narcotraficantes y terratenientes. Y que condenado el Estado Colombiano por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, aún no cumple con sus obligaciones frente a esta masacre.

Por el contrario, el Estado señala a las comunidades de comuneros, pone precio a sus cabezas, los acusa de terroristas por liberar a la Madre Tierra y comete otra acción de muerte. Desde el dolor y la rabia por la muerte de Edwin, el CRIC reitera el compromiso con la vida y con la dignidad y convoca a la solidaridad nacional e internacional para que les apoyen en la exigencia de que salgan todos los actores armados y sus cómplices de los territorios de los comuneros.

08/VRI/CV

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