Concluye informe de la CEPAL
De la redacción
México, DF, 16 dic 08 (CIMAC).- La violencia contra la mujer representa una alta carga para la salud pública y conlleva riesgos asociados a infecciones de transmisión sexual, así lo informó el estudio Panorama social de América Latina 2008, de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) de Naciones Unidas, que dedica un capítulo al tema de la violencia juvenil y familiar en Latinoamérica.
El estudio de CEPAL muestra una clara relación entre los maltratos y el deterioro de la salud de las mujeres víctimas y sus hijas e hijos. Por ejemplo, las mujeres que habían sufrido maltratos de sus parejas tenían mayor número de partos no deseados y partos de niños muertos (entre un 33 por ciento y un 72 por ciento) que las que nunca sufrieron violencia de este tipo.
Hay evidencias que asocian la violencia con patologías como bajo peso al nacer, parto prematuro y aborto. Las mujeres víctimas de violencia mostraban mayores probabilidades de tener infecciones de transmisión sexual y, por el otro lado, menos probabilidades tanto de recibir atención prenatal durante el primer trimestre del embarazo como de vacunar correctamente a sus hijas e hijos de 12 a 35 meses.
Asimismo, había mayor probabilidad de que los hijos de dichas mujeres murieran antes de cumplir los 5 años de edad.
El informe señala también que las manifestaciones de la violencia de género en el ámbito doméstico están asociadas a patrones de desigualdad en las relaciones de poder al interior de la familia y en la pareja.
Un estudio comparativo sobre violencia doméstica en nueve países en desarrollo descubrió que las mujeres que compartían la mayoría de las decisiones del hogar con sus esposos o compañeros corrían menor riesgo de ser maltratadas (sin importar el nivel de ingreso del hogar). Dicho informe, reveló que las mujeres cuyas madres fueron maltratadas por los padres tenían el doble de probabilidades de ser víctimas de violencia doméstica.
FACTORES DE VIOLENCIA
La crisis financiera podría agravar los factores que exacerban la violencia juvenil en América Latina en la medida que provoque un incremento del desempleo juvenil y mayor frustración de expectativas de movilidad social de jóvenes.
La violencia creció en la mayor parte de la región en los últimos años y los jóvenes están sobre representados en la incidencia y gravedad de esta tendencia, como víctimas y como perpetradores. En muchos países de América Latina se cometen crímenes violentos a edades cada vez más tempranas y las víctimas por este efecto son cada vez más precoces. Urge, de acuerdo al informe, contar con políticas que aborden las causas que llevan a esta escalada de violencia en que los jóvenes son tanto víctimas como protagonistas.
De la redacción
México, DF, 16 dic 08 (CIMAC).- La violencia contra la mujer representa una alta carga para la salud pública y conlleva riesgos asociados a infecciones de transmisión sexual, así lo informó el estudio Panorama social de América Latina 2008, de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) de Naciones Unidas, que dedica un capítulo al tema de la violencia juvenil y familiar en Latinoamérica.
El estudio de CEPAL muestra una clara relación entre los maltratos y el deterioro de la salud de las mujeres víctimas y sus hijas e hijos. Por ejemplo, las mujeres que habían sufrido maltratos de sus parejas tenían mayor número de partos no deseados y partos de niños muertos (entre un 33 por ciento y un 72 por ciento) que las que nunca sufrieron violencia de este tipo.
Hay evidencias que asocian la violencia con patologías como bajo peso al nacer, parto prematuro y aborto. Las mujeres víctimas de violencia mostraban mayores probabilidades de tener infecciones de transmisión sexual y, por el otro lado, menos probabilidades tanto de recibir atención prenatal durante el primer trimestre del embarazo como de vacunar correctamente a sus hijas e hijos de 12 a 35 meses.
Asimismo, había mayor probabilidad de que los hijos de dichas mujeres murieran antes de cumplir los 5 años de edad.
El informe señala también que las manifestaciones de la violencia de género en el ámbito doméstico están asociadas a patrones de desigualdad en las relaciones de poder al interior de la familia y en la pareja.
Un estudio comparativo sobre violencia doméstica en nueve países en desarrollo descubrió que las mujeres que compartían la mayoría de las decisiones del hogar con sus esposos o compañeros corrían menor riesgo de ser maltratadas (sin importar el nivel de ingreso del hogar). Dicho informe, reveló que las mujeres cuyas madres fueron maltratadas por los padres tenían el doble de probabilidades de ser víctimas de violencia doméstica.
FACTORES DE VIOLENCIA
La crisis financiera podría agravar los factores que exacerban la violencia juvenil en América Latina en la medida que provoque un incremento del desempleo juvenil y mayor frustración de expectativas de movilidad social de jóvenes.
La violencia creció en la mayor parte de la región en los últimos años y los jóvenes están sobre representados en la incidencia y gravedad de esta tendencia, como víctimas y como perpetradores. En muchos países de América Latina se cometen crímenes violentos a edades cada vez más tempranas y las víctimas por este efecto son cada vez más precoces. Urge, de acuerdo al informe, contar con políticas que aborden las causas que llevan a esta escalada de violencia en que los jóvenes son tanto víctimas como protagonistas.
EL ESTUDIO-DIAGNÓSTICO
Durante 2008, CEPAL realizó una encuesta con autoridades de los Ministerio del Interior de gobiernos latinoamericanos sobre políticas y programas contra la violencia juvenil. Los resultados indican que el principal problema es la violencia juvenil organizada: delincuencia, pandillas, violencia callejera, y porte de armas que afecta a determinadas zonas urbanas de países de la región. La situación de las pandillas (maras en Centroamérica, quadrilhas en Brasil), el aumento de la delincuencia en el cono sur y la violencia en los países andinos revelan la necesidad de determinar áreas de intervención específica. Preocupa especialmente la articulación de pandillas juveniles con el consumo de drogas, el narcotráfico y el tráfico de migrantes. La violencia familiar, en el noviazgo e intergeneracional fueron percibidos como problemas graves por los funcionarios entrevistados. La denuncia de la violencia de género aumentó y persiste una grave desprotección para niñas, niños y jóvenes abusados, además existe inquietud sobre conductas violentas auto-inflingidas o dirigidas a otros vinculadas al consumo de alcohol y drogas. Las autoridades expresan que el factor que más afecta a los jóvenes de ambos sexos es la pobreza, en tanto que el mayor problema percibido por los varones es el desempleo y por las jóvenes la violencia familiar.
AVANCES EN NORMAS INTERNACIONALES
En la región, según el informe de la CEPAL, existen recientes avances en las normativas nacionales. Hay leyes de juventud; códigos de protección de la infancia y adolescencia; sobre violencia familiar, de género; e imputabilidad legal de adolescentes. Sin embargo, la política de prevención debe darle mayor atención a la especificidad de la situación de los distintos grupos juveniles; armonizar el papel de los actores (gobiernos centrales y locales, ONGs, policías, jueces, entre otros), y sostener un diálogo permanente con la juventud. Además, es necesario combinar políticas y medidas preventivas con punitivas, lo que implica represión de los efectos pero atención a las causas; acciones educativas; programas que fortalezcan el primer empleo, y una adecuada reinserción social para los jóvenes rehabilitados.
08/VRI/CV
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