Julio Hernández López: Astillero
El PRI ganó las pasadas elecciones mediante un río de dinero que superó la cartera y las maniobras igualmente fraudulentas del PAN-gobierno federal. Una parte importante de esos recursos económicos provinieron de las arcas de gobernadores que están haciendo equipo con Arturo Enrique Peña Montiel para llevarlo a Los Pinos, pero aún es desconocido el origen del grueso de los billetes con los que se movió esa impresionante estructura electoral defraudadora. Con el nuevo poder adquirido, el PRI parece estar en condiciones de presionar para que se replanteen los términos de la lucha contra el narcotráfico. Ayer, en Ciudad Juárez, el punto más rojo del mapa nacional de la materia, con un cuadro delictivo aun peor que cuando grandes contingentes del Ejército llegaron a la entidad, comenzó el verdadero desfile militar mediante un proceso de sustitución de soldados por cadetes municipales recién egresados de lo que pomposamente son llamadas academias. Luego de recibir adiestramiento militar, mil 182 policías noveles se harán cargo de tareas de seguridad pública que hasta ahora realizaban las fuerzas castrenses, mientras en la ciudad se ha producido otro asesinato múltiple (diez muertos) en un centro, sin registro oficial, de rehabilitación de adictos y, en las afueras de la delegación de la PGR, asesinaban a un agente federal y su acompañante.
De continuar esa paulatina reducción de la presencia militar en las plazas fuertes del narcotráfico se dará pie a preguntar si está en marcha un nuevo pacto entre cárteles y el nuevo poder priísta, que ahora condiciona y determina las acciones del damnificado de Los Pinos, y si acaso el muchísimo dinero que corrió por las tuberías electorales para dar un triunfo exagerado al PRI fue una inversión de grandes empresarios subterráneos para restituir viejas formas de tolerancia y entendimiento para que el negocio siga funcionando sin tanta sangre ni ruido.
Un ejemplo de los ¿nuevos? tiempos ha llegado del norte. Un juez federal de Estados Unidos dejó a Zhenli Ye Gon en capacidad de disponer libremente de fondos que le habían sido retenidos en función de un juicio en su contra que ahora va quedando en simple papeleo allá, aunque en espera de que se resuelva un turbio pedido de extradición que colocaría al empresario de origen oriental en tribunales mexicanos. El magistrado Emmet Sullivan desechó la posibilidad de que Los Pinos pudiera quedarse con los bienes y dinero ahora restituidos a Ye Gon pues, dijo, no compartió pruebas de lo que se acusaba a Zhenli: México desairó a Estados Unidos. Sospechosos desaires, al estilo de los expedientes de la PGR que llevan sembrados los errores procesales que luego los abogados de los narcotraficantes encontrarán y explotarán con éxito.
Paraísos judiciales que contrastan con lo sufrido por Jacinta Francisco Marcial, que ayer salió de la cárcel luego de tres años de estar acusada de secuestrar a agentes federales. La PGR rápidamente vistió las sucias prendas del oportunismo para tratar de demostrar su bondad y sentido de justicia al abstenerse de presentar pruebas acusatorias contra la otomí. Tal vez el perdón trate de suavizar socialmente el camino hacia el nombramiento de un comisionado del bufete del Jefe Diego (un abogado de apellidos Chávez Chávez) para que se encargue de la PGR, pues los panistas, un priísta y los mercenarios del Verde Ecologista han acordado sumar en el Senado los votos necesarios para su designación.
Por cierto, en Ciudad Juárez la delegación del PGR ha abierto averiguación previa contra familiares de mujeres asesinadas y activistas sociales que en días pasados pintaron cruces negras sobre fondo rosa en paredes de esa dependencia, como rechazo a la pretensión de nombrar al antedicho ChaCha como procurador federal. Ángel Torres Valadez, vocero de la citada delegación, a cargo de Héctor García Rodríguez, reconoció que los daños ocasionados por las pintas no fueron significativos, pero se decidió abrir un proceso judicial para dejar un precedente y ya no se vuelvan a presentar esos disturbios.
Y, ¿los Gritos? Bueno, todo fue felicidad en el interior de Palacio Nacional, y tanto la noche del 15, como la mañana del 16, el lic. Calderón estuvo perfectamente resguardado por el instrumental militar siempre sabido y, en la noche de fiesta, por miles de agentes y soldados vestidos de civil que así, con aire de público común y corriente, constituyeron una primera muralla de prevención en el Zócalo. López Obrador, por su parte, hizo un discurso reiterativo en el Hemiciclo a Juárez, con una presencia popular importante y un llamado a una voluntarista campaña nacional de concien- tización que contrarreste los engaños hechos por la mayoría de los medios de comunicación. Gómez Mont estuvo en Dolores Hidalgo y, hasta eso, no lanzó vivas al Jefe Diego ni al tráfico de influencias que les ha dado lana, y al siguiente día, al pie del Ángel de la Independencia continuó en la demagogia simplona. El precandidato Peña Montiel, por su parte, lució a la Gaviota Televisa en los actos patrios, mientras el veracruzano Fidel Herrera se hizo acompañar de Laura Bozzo, la peruana conductora de telebasura que ahora será apoyada por ese gobierno para que haga 12 programas de crímenes, infidelidades y escándalos sucios y promueva los logros del DIF de esa entidad.
En Monterrey, mientras tanto, crece la oposición a un Plan de Desarrollo Urbano Metropolitano que, entre otras cosas, contempla la construcción de un túnel en la Sierra Cerro de la Silla y en el Cerro de las Mitras. Las protestas también frenaron provisionalmente que el cabildo de la capital neoleonesa diera en comodato a Publimax y Televisión Azteca Noreste un parque público de más de 3 mil metros cuadrados para que ampliaran su estudio de grabación y lo usaran como espacio privado.
Y, mientras siguen las detonaciones menores, que parecen indicativas de tentaciones desestabilizadoras desde sótanos de poder, ¡hasta mañana, con Amalia peleando contra la palabra atentado!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Enrique Galván Ochoa: Dinero
Apenas comenzando el sexenio estalló el primer escándalo de corrupción. Éste es un breve relato:
1. El empresario de origen chino Zhenli Ye Gon obtuvo del ex canciller del foxismo Jorge Castañeda la carta que le otorgó la ciudadanía. El entonces oficial mayor de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Jorge Lomónaco Tonda, firmó el documento número 000740 el 11 de noviembre de 2002.
2. En 2003 el entonces secretario de Salud, Julio Frenk, inauguró su planta de producción en Toluca, y en 2005 Fox le entregó a Ye Gon el Premio Nacional de Tecnología.
3. Súbitamente cambió su suerte. El 15 de marzo de 2007 fue cateada su residencia en Lomas de Chapultepec por agentes federales y decomisaron más de 200 millones de dólares en efectivo y otros bienes. La PGR acusa a Ye Gon de tener nexos con el narcotráfico. No se encontraba en el lugar, no fue detenido.
4. El empresario aparece en Estados Unidos y desde allá denuncia que el dinero tenía como destino la campaña política de Felipe Calderón, se lo habían dado a guardar, bajo la amenaza de “copela o cuello”. Identifica al secretario de Trabajo, Javier Lozano, como el autor del amago, había formado parte del grupo compacto de la campaña calderonista, junto con Genaro García Luna y el fallecido Camilo Mouriño.
5. Lozano rechaza la acusación. Anuncia que demandará penalmente al empresario. Viaja a Nueva York a asesorarse por abogados estadunidenses, desiste de su empeño sin mayores explicaciones.
6. El martes 24 de julio de 2007 el procurador Medina Mora informó que autoridades estadunidenses detuvieron a Ye Gon en Rockville, Maryland.
7. Apenas tres días después de la aprehensión, Medina Mora anuncia que los más de 200 millones de dólares fueron distribuidos en partes iguales entre la PGR, la Secretaría de Salud y el Poder Judicial. No hubo fallo de juez, simplemente la PGR tomó la decisión de hacer el reparto, ya que había expirado el plazo para que Ye Gon reclamara su dinero.
8. En los dos años siguientes tribunales federales de Estados Unidos han ventilado un proceso por narcotráfico y otros delitos, mantienen preso al empresario, y el gobierno mexicano pide su extradición.
9. El juez Emmet Sullivan desestimó definitivamente –según se dio a conocer el día 8 de agosto pasado–, y por falta de pruebas, los cargos de tráfico de drogas y conspiración para el lavado de dinero presentados contra Ye Gon. Expediente cerrado, ya no podrá ser juzgado por los mismos delitos en el país vecino. Siguió preso y en espera de una audiencia que resolvería la solicitud de extradición del gobierno mexicano.
10. El mismo juez federal Sullivan liberó ayer todos los bienes congelados hace más de dos años a Ye Gon y a su ex amante Michelle Wong. Consisten en más de 1.7 millones de dólares y cuatro autos de lujo. Por separado, el juez que lleva el expediente de extradición, John Facciosa, decidió conceder más tiempo al empresario, originalmente estaba programada para hoy. El argumento de la defensa es que si lo entregan al gobierno mexicano su vida correría peligro.
11. El principal argumento de la defensa de Ye Gon es que los funcionarios mexicanos que lo han venido persiguiendo son corruptos. O ya renunciaron –como el procurador Medina Mora– o están en la cárcel.
Todo indica que el sonado caso se salió de las manos del gobierno mexicano y que el acusado no será extraditado, por lo pronto fue exonerado y ya recuperó sus bienes en Estados Unidos. Pero quedan flotando varias preguntas, éstas entre otras: ¿en qué manos quedaron los 205 millones del gran reparto? ¿El origen del dinero fue una contribución para la campaña presidencial panista? ¿De quién o quiénes?
Otro reparto
La tunda que le propinaron al secretario de Hacienda los diputados priístas en su comparecencia fue el resultado de la señal que recibieron de la presidenta del partido, Beatriz Paredes. El mensaje tenía un destinatario: el senador Beltrones. Horas antes había dicho que el SuperIVA del 2 por ciento seguía vivito y coleando. Y días antes se había reunido con Felipe Calderón a negociar el tema. Pero se estaba brincando las trancas, no demostraba respeto a los demás jefes del partido, entre ellos, a Enrique Peña Nieto, que manda sobre más de 100 votos de la Cámara y, sobre, todo a la jefa, y eso no se vale. Al final de cuentas tendrán que arreglarse, no querrán repetir el error de hace seis años, cuando el mismo tema del IVA condujo a la miss Gordillo a formar otro partido. La cuestión de fondo es en qué forma se repartirán entre el gobierno federal y los gobernadores –oooootro reparto– el dinero de la recaudación del impuesto de la pobreza. El calderonismo propone un 70-30, a algunos gobernadores les parece una limosna, de sus diputados depende que prospere el atraco. Su contrapropuesta es que deben ir al fifty-fifty.
Apenas comenzando el sexenio estalló el primer escándalo de corrupción. Éste es un breve relato:
1. El empresario de origen chino Zhenli Ye Gon obtuvo del ex canciller del foxismo Jorge Castañeda la carta que le otorgó la ciudadanía. El entonces oficial mayor de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Jorge Lomónaco Tonda, firmó el documento número 000740 el 11 de noviembre de 2002.
2. En 2003 el entonces secretario de Salud, Julio Frenk, inauguró su planta de producción en Toluca, y en 2005 Fox le entregó a Ye Gon el Premio Nacional de Tecnología.
3. Súbitamente cambió su suerte. El 15 de marzo de 2007 fue cateada su residencia en Lomas de Chapultepec por agentes federales y decomisaron más de 200 millones de dólares en efectivo y otros bienes. La PGR acusa a Ye Gon de tener nexos con el narcotráfico. No se encontraba en el lugar, no fue detenido.
4. El empresario aparece en Estados Unidos y desde allá denuncia que el dinero tenía como destino la campaña política de Felipe Calderón, se lo habían dado a guardar, bajo la amenaza de “copela o cuello”. Identifica al secretario de Trabajo, Javier Lozano, como el autor del amago, había formado parte del grupo compacto de la campaña calderonista, junto con Genaro García Luna y el fallecido Camilo Mouriño.
5. Lozano rechaza la acusación. Anuncia que demandará penalmente al empresario. Viaja a Nueva York a asesorarse por abogados estadunidenses, desiste de su empeño sin mayores explicaciones.
6. El martes 24 de julio de 2007 el procurador Medina Mora informó que autoridades estadunidenses detuvieron a Ye Gon en Rockville, Maryland.
7. Apenas tres días después de la aprehensión, Medina Mora anuncia que los más de 200 millones de dólares fueron distribuidos en partes iguales entre la PGR, la Secretaría de Salud y el Poder Judicial. No hubo fallo de juez, simplemente la PGR tomó la decisión de hacer el reparto, ya que había expirado el plazo para que Ye Gon reclamara su dinero.
8. En los dos años siguientes tribunales federales de Estados Unidos han ventilado un proceso por narcotráfico y otros delitos, mantienen preso al empresario, y el gobierno mexicano pide su extradición.
9. El juez Emmet Sullivan desestimó definitivamente –según se dio a conocer el día 8 de agosto pasado–, y por falta de pruebas, los cargos de tráfico de drogas y conspiración para el lavado de dinero presentados contra Ye Gon. Expediente cerrado, ya no podrá ser juzgado por los mismos delitos en el país vecino. Siguió preso y en espera de una audiencia que resolvería la solicitud de extradición del gobierno mexicano.
10. El mismo juez federal Sullivan liberó ayer todos los bienes congelados hace más de dos años a Ye Gon y a su ex amante Michelle Wong. Consisten en más de 1.7 millones de dólares y cuatro autos de lujo. Por separado, el juez que lleva el expediente de extradición, John Facciosa, decidió conceder más tiempo al empresario, originalmente estaba programada para hoy. El argumento de la defensa es que si lo entregan al gobierno mexicano su vida correría peligro.
11. El principal argumento de la defensa de Ye Gon es que los funcionarios mexicanos que lo han venido persiguiendo son corruptos. O ya renunciaron –como el procurador Medina Mora– o están en la cárcel.
Todo indica que el sonado caso se salió de las manos del gobierno mexicano y que el acusado no será extraditado, por lo pronto fue exonerado y ya recuperó sus bienes en Estados Unidos. Pero quedan flotando varias preguntas, éstas entre otras: ¿en qué manos quedaron los 205 millones del gran reparto? ¿El origen del dinero fue una contribución para la campaña presidencial panista? ¿De quién o quiénes?
Otro reparto
La tunda que le propinaron al secretario de Hacienda los diputados priístas en su comparecencia fue el resultado de la señal que recibieron de la presidenta del partido, Beatriz Paredes. El mensaje tenía un destinatario: el senador Beltrones. Horas antes había dicho que el SuperIVA del 2 por ciento seguía vivito y coleando. Y días antes se había reunido con Felipe Calderón a negociar el tema. Pero se estaba brincando las trancas, no demostraba respeto a los demás jefes del partido, entre ellos, a Enrique Peña Nieto, que manda sobre más de 100 votos de la Cámara y, sobre, todo a la jefa, y eso no se vale. Al final de cuentas tendrán que arreglarse, no querrán repetir el error de hace seis años, cuando el mismo tema del IVA condujo a la miss Gordillo a formar otro partido. La cuestión de fondo es en qué forma se repartirán entre el gobierno federal y los gobernadores –oooootro reparto– el dinero de la recaudación del impuesto de la pobreza. El calderonismo propone un 70-30, a algunos gobernadores les parece una limosna, de sus diputados depende que prospere el atraco. Su contrapropuesta es que deben ir al fifty-fifty.
Carlos Fernández-Vega: México SA
Muy atareados andan los voceros oficiales y oficiosos –no sólo aquí, sino en la mayor parte del orbe– en su intento por convencer a propios y extraños de que lo peor de la crisis ya pasó, y que de aquí a unas cuantas semanas los habitantes de este sacrificado planeta volverán a sonreír como –según ellos– lo hacía la humanidad antes del catarrito generalizado. Sin embargo, salvo ellos, pocos podrán sentirse felices tras los resultados de tan contundente resfrío, que se suman a los de zarandeadas anteriores.
Retomar la senda del crecimiento, como asegura la versión oficial, equivale a dejar las cosas tal cual estaban antes del estallido de la crisis, en espera de la siguiente; es reproducir las condiciones que llevaron al catarrito masivo. De hecho ni siquiera los reportes del siempre optimista Banco Mundial (Informe sobre el desarrollo mundial 2010; desarrollo y cambio climático) permiten esbozar siquiera una leve sonrisa ahora que lo peor ya pasó, pues el organismo advierte que por primera vez en la historia, este año se ha superado el umbral de los mil millones de personas hambrientas. Cuando son todavía tantos los que viven en la pobreza y sufren hambre, el crecimiento y la mitigación de la pobreza continúan siendo la prioridad dominante para los países en desarrollo.
¿Debe el planeta retomar las políticas que condujeron al estallido de la crisis como si nada hubiera sucedido? El propio Banco Mundial, uno de los entusiastas promotores de tales políticas, nos obsequia un rápido recorrido que, sin desearlo, da respuesta a la duda: una cuarta parte de la población de los países en desarrollo continúa viviendo con menos de 1.25 dólares al día; mil millones de personas carecen de agua potable, mil 600 millones de electricidad y 3 mil millones de servicios de saneamiento adecuados. La cuarta parte de todos los niños de países en desarrollo están malnutridos. Hacer frente a estas necesidades debe seguir siendo la prioridad tanto para los países en desarrollo como para las entidades que prestan ayuda para el desarrollo, en vista de que el progreso se volverá más arduo y no más fácil, aunque lo atribuye a los efectos del cambio climático.
A la devastación social provocada por las políticas neoliberales (no reconocida abiertamente por el Banco Mundial) hay que sumar los efectos del cambio climático, que “amenazan al mundo entero, pero los países en desarrollo son los más vulnerables. Según las estimaciones, soportarán aproximadamente entre 75 y 80 por ciento del costo de los daños provocados por la variación del clima. Incluso un calentamiento de 2 grados centígrados por encima de las temperaturas pre industriales –probablemente lo mínimo que padecerá el planeta– podría generar en África y Asia meridional una reducción permanente del producto interno bruto de entre 4 y 5 por ciento. La mayor parte de los países en desarrollo carecen de la capacidad financiera y técnica suficiente para manejar el creciente riesgo climático. Asimismo, dependen en forma más directa de recursos naturales sensibles al clima para generar sus ingresos y su bienestar. Además, la mayoría se ubica en regiones tropicales y subtropicales ya sujetas a un clima sumamente variable”.
Ahora que lo peor ya pasó, el Banco Mundial subraya que es improbable que el crecimiento económico por sí solo sea lo suficientemente rápido o equitativo para contrarrestar las amenazas derivadas del cambio climático, en particular si continúa el elevado nivel de intensidad del carbono y se acelera el calentamiento mundial. En consecuencia, la política climática no puede presentarse como una opción entre crecimiento y cambio climático. De hecho, las políticas climáticas inteligentes son las que propician el desarrollo, reducen la vulnerabilidad y permiten financiar la transición hacia caminos con niveles más bajos de emisión de carbono. El crecimiento es condición necesaria, pero no suficiente, para lograr mayor capacidad de resistencia. El crecimiento económico es necesario para reducir la pobreza y es la base para lograr mayor capacidad de resistencia al cambio climático en los países pobres. Pero, por sí solo, no es la respuesta al cambio climático. No es probable que el crecimiento sea lo bastante rápido para ayudar a los países más pobres, y puede aumentar la vulnerabilidad a los riesgos climáticos. El crecimiento tampoco suele ser lo bastante equitativo para ofrecer protección a los más pobres y más vulnerables.
Los países más ricos tienen más recursos para hacer frente a los impactos del clima, y las poblaciones con mejor nivel de instrucción y de salud tienen, por naturaleza, mayor capacidad de resistencia, apunta el organismo, “pero el proceso de crecimiento puede exacerbar la vulnerabilidad al cambio climático, como ocurre, por ejemplo, en el caso de la extracción cada vez mayor de agua para la agricultura, la industria y el consumo… No es probable que el crecimiento sea lo bastante rápido como para que los países de ingreso bajo puedan permitirse el tipo de protección con que cuentan los países ricos”.
En América Latina y el Caribe la crisis arrasó y, por si fuera poco, los ecosistemas más importantes están amenazados. En primer lugar, se prevé la desaparición de los glaciares tropicales de los Andes, lo que modificaría el calendario y la intensidad del agua a disposición de varios países y provocaría estrés hídrico por falta de agua al menos a 77 millones de personas ya en el año 2020, así como una amenaza para la energía hidroeléctrica, fuente de más de la mitad de la electricidad en muchos países de América del Sur. En segundo lugar, el calentamiento y la acidificación de los océanos darán lugar a episodios frecuentes de blanqueamiento y posible extinción progresiva de los arrecifes de coral en el Caribe, que cuentan con los criaderos de aproximadamente 65 por ciento de todas las especies ictícolas de la cuenca, ofrecen protección natural frente a las mareas de tormenta y son un activo fundamental para el turismo. En tercer lugar, los daños en los humedales del Golfo de México harán que esta costa sea más vulnerable a los huracanes más intensos y más frecuentes. En cuarto lugar, el impacto más desastroso podría ser la extinción dramática del bosque amazónico y la transformación de grandes extensiones en sabana, con graves consecuencias para el clima de la región, y quizá de todo el mundo.
Las rebanadas del pastel
¡Felicidades!, porque lo peor ya pasó.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Muy atareados andan los voceros oficiales y oficiosos –no sólo aquí, sino en la mayor parte del orbe– en su intento por convencer a propios y extraños de que lo peor de la crisis ya pasó, y que de aquí a unas cuantas semanas los habitantes de este sacrificado planeta volverán a sonreír como –según ellos– lo hacía la humanidad antes del catarrito generalizado. Sin embargo, salvo ellos, pocos podrán sentirse felices tras los resultados de tan contundente resfrío, que se suman a los de zarandeadas anteriores.
Retomar la senda del crecimiento, como asegura la versión oficial, equivale a dejar las cosas tal cual estaban antes del estallido de la crisis, en espera de la siguiente; es reproducir las condiciones que llevaron al catarrito masivo. De hecho ni siquiera los reportes del siempre optimista Banco Mundial (Informe sobre el desarrollo mundial 2010; desarrollo y cambio climático) permiten esbozar siquiera una leve sonrisa ahora que lo peor ya pasó, pues el organismo advierte que por primera vez en la historia, este año se ha superado el umbral de los mil millones de personas hambrientas. Cuando son todavía tantos los que viven en la pobreza y sufren hambre, el crecimiento y la mitigación de la pobreza continúan siendo la prioridad dominante para los países en desarrollo.
¿Debe el planeta retomar las políticas que condujeron al estallido de la crisis como si nada hubiera sucedido? El propio Banco Mundial, uno de los entusiastas promotores de tales políticas, nos obsequia un rápido recorrido que, sin desearlo, da respuesta a la duda: una cuarta parte de la población de los países en desarrollo continúa viviendo con menos de 1.25 dólares al día; mil millones de personas carecen de agua potable, mil 600 millones de electricidad y 3 mil millones de servicios de saneamiento adecuados. La cuarta parte de todos los niños de países en desarrollo están malnutridos. Hacer frente a estas necesidades debe seguir siendo la prioridad tanto para los países en desarrollo como para las entidades que prestan ayuda para el desarrollo, en vista de que el progreso se volverá más arduo y no más fácil, aunque lo atribuye a los efectos del cambio climático.
A la devastación social provocada por las políticas neoliberales (no reconocida abiertamente por el Banco Mundial) hay que sumar los efectos del cambio climático, que “amenazan al mundo entero, pero los países en desarrollo son los más vulnerables. Según las estimaciones, soportarán aproximadamente entre 75 y 80 por ciento del costo de los daños provocados por la variación del clima. Incluso un calentamiento de 2 grados centígrados por encima de las temperaturas pre industriales –probablemente lo mínimo que padecerá el planeta– podría generar en África y Asia meridional una reducción permanente del producto interno bruto de entre 4 y 5 por ciento. La mayor parte de los países en desarrollo carecen de la capacidad financiera y técnica suficiente para manejar el creciente riesgo climático. Asimismo, dependen en forma más directa de recursos naturales sensibles al clima para generar sus ingresos y su bienestar. Además, la mayoría se ubica en regiones tropicales y subtropicales ya sujetas a un clima sumamente variable”.
Ahora que lo peor ya pasó, el Banco Mundial subraya que es improbable que el crecimiento económico por sí solo sea lo suficientemente rápido o equitativo para contrarrestar las amenazas derivadas del cambio climático, en particular si continúa el elevado nivel de intensidad del carbono y se acelera el calentamiento mundial. En consecuencia, la política climática no puede presentarse como una opción entre crecimiento y cambio climático. De hecho, las políticas climáticas inteligentes son las que propician el desarrollo, reducen la vulnerabilidad y permiten financiar la transición hacia caminos con niveles más bajos de emisión de carbono. El crecimiento es condición necesaria, pero no suficiente, para lograr mayor capacidad de resistencia. El crecimiento económico es necesario para reducir la pobreza y es la base para lograr mayor capacidad de resistencia al cambio climático en los países pobres. Pero, por sí solo, no es la respuesta al cambio climático. No es probable que el crecimiento sea lo bastante rápido para ayudar a los países más pobres, y puede aumentar la vulnerabilidad a los riesgos climáticos. El crecimiento tampoco suele ser lo bastante equitativo para ofrecer protección a los más pobres y más vulnerables.
Los países más ricos tienen más recursos para hacer frente a los impactos del clima, y las poblaciones con mejor nivel de instrucción y de salud tienen, por naturaleza, mayor capacidad de resistencia, apunta el organismo, “pero el proceso de crecimiento puede exacerbar la vulnerabilidad al cambio climático, como ocurre, por ejemplo, en el caso de la extracción cada vez mayor de agua para la agricultura, la industria y el consumo… No es probable que el crecimiento sea lo bastante rápido como para que los países de ingreso bajo puedan permitirse el tipo de protección con que cuentan los países ricos”.
En América Latina y el Caribe la crisis arrasó y, por si fuera poco, los ecosistemas más importantes están amenazados. En primer lugar, se prevé la desaparición de los glaciares tropicales de los Andes, lo que modificaría el calendario y la intensidad del agua a disposición de varios países y provocaría estrés hídrico por falta de agua al menos a 77 millones de personas ya en el año 2020, así como una amenaza para la energía hidroeléctrica, fuente de más de la mitad de la electricidad en muchos países de América del Sur. En segundo lugar, el calentamiento y la acidificación de los océanos darán lugar a episodios frecuentes de blanqueamiento y posible extinción progresiva de los arrecifes de coral en el Caribe, que cuentan con los criaderos de aproximadamente 65 por ciento de todas las especies ictícolas de la cuenca, ofrecen protección natural frente a las mareas de tormenta y son un activo fundamental para el turismo. En tercer lugar, los daños en los humedales del Golfo de México harán que esta costa sea más vulnerable a los huracanes más intensos y más frecuentes. En cuarto lugar, el impacto más desastroso podría ser la extinción dramática del bosque amazónico y la transformación de grandes extensiones en sabana, con graves consecuencias para el clima de la región, y quizá de todo el mundo.
Las rebanadas del pastel
¡Felicidades!, porque lo peor ya pasó.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Pedro Miguel: Navegaciones
La semana pasada dejamos a Jacinta y a Andrés embobados la una con el otro y al revés, en algún hostal próximo a la frontera franco-suiza. Se habían conocido horas antes, en la estación de Montparnasse, cuando ambos estaban a punto de abordar el tren a la nación helvética. En el camino decidieron no llegar a sus respectivos destinos originales (él se dirigía a Meyrin en viaje de estudio, ella a Ginebra en turismo de fin de semana), dirigirse a cualquier pueblo e irse juntos a platicar y a hacer más cosas. Entre una y otra de esas, Jacinta le contó a Andrés que había investigado a los almeros de la cuenca del Usumacinta que se dedican a enfrascar (y a almacenar, en su caso) el ánima –contenida en el último suspiro– de los moribundos y le expresó su sospecha de que en el aire contenido en los frascos correspondientes había algo más que aire, es decir, algo que ella no sabía qué era, pero que en una de esas resultaba ser realmente, ¡gulp!, el alma del individuo. Inicialmente, Andrés recibió la elucubración con el escepticismo propio de un físico próximo a concluir el doctorado. El joven desarrollaba una experimentación de frontera sobre la caracterización del plasma de quark y gluones, o bien con una pequeña aportación a la búsqueda del Higgs y Susy, y no me pregunten qué es todo eso, porque yo no más transcribo lo que puede hacer un físico mexicano en el laboratorio del CERN en Saint-Genis-Pouilly. Pero Andrés no requirió de una colisión de hadrones para dar cabida en su mente rigurosa a la idea de Jacinta: un par de orgasmos bien trabajados le bastaron para reorientar sus inquietudes teóricas y prácticas, y si la historia resultante fuera cierta, bien podrían haber sido los más trascendentes en la historia del pensamiento científico. Yo no digo que sí ni que no: simplemente consigno la historia tal y como me la contó uno de los participantes, y tampoco revelaré cuál de los dos.
Una referencia fundamental que omití sin querer en la versión impresa del capítulo anterior (pido perdón por la omisión, oportunamente señalada por el lector Alejandro Murillo) es que originalmente Jacinta supo de los almeros por El embotellador de almas, un cuento de Eraclio Zepeda cuya versión en audio, y con voz del autor, puede hallarse, entre otros sitios, en el blog contandoelcuento.bli-goo.com. Fue por leer o escuchar esa historia que Jacinta, una mujer de intuiciones privilegiadas, sospechó que la práctica de enfrascar almas podía ser algo más que ficción, y que, años antes de encontrarse en Francia con Andrés, decidió ir a Chiapas en busca de los almeros. En su práctica de campo dio con algunos de ellos, todos muy viejos. Sintetizando los testimonios obtenidos en ese viaje, ella anotó en su diario de campo lo siguiente: “Quiere la tradición que algún día el aire contenido en esos frascos se licuará y que si se emplea el fluido resultante para humedecer una pizca de hueso del difunto, será posible regresarlo del otro mundo. El problema es que nadie dijo cuánto tiempo hay que esperar para que el gas del frasco se vuelva líquido y que, desde tiempos inmemoriales, los almarios pasan de una generación a otra de enfrascadores sin que ninguno de ellos haya intentado el ritual de la resurrección. Si el conjunto de muebles y recipientes no ha desembocado en una proliferación incontrolable, como las explosiones demográficas que tienen lugar en los cementerios, es porque la credibilidad de estos profesionales se ha visto mellada por la vida moderna y cada vez menos personas recurren a sus servicios.
La semana pasada dejamos a Jacinta y a Andrés embobados la una con el otro y al revés, en algún hostal próximo a la frontera franco-suiza. Se habían conocido horas antes, en la estación de Montparnasse, cuando ambos estaban a punto de abordar el tren a la nación helvética. En el camino decidieron no llegar a sus respectivos destinos originales (él se dirigía a Meyrin en viaje de estudio, ella a Ginebra en turismo de fin de semana), dirigirse a cualquier pueblo e irse juntos a platicar y a hacer más cosas. Entre una y otra de esas, Jacinta le contó a Andrés que había investigado a los almeros de la cuenca del Usumacinta que se dedican a enfrascar (y a almacenar, en su caso) el ánima –contenida en el último suspiro– de los moribundos y le expresó su sospecha de que en el aire contenido en los frascos correspondientes había algo más que aire, es decir, algo que ella no sabía qué era, pero que en una de esas resultaba ser realmente, ¡gulp!, el alma del individuo. Inicialmente, Andrés recibió la elucubración con el escepticismo propio de un físico próximo a concluir el doctorado. El joven desarrollaba una experimentación de frontera sobre la caracterización del plasma de quark y gluones, o bien con una pequeña aportación a la búsqueda del Higgs y Susy, y no me pregunten qué es todo eso, porque yo no más transcribo lo que puede hacer un físico mexicano en el laboratorio del CERN en Saint-Genis-Pouilly. Pero Andrés no requirió de una colisión de hadrones para dar cabida en su mente rigurosa a la idea de Jacinta: un par de orgasmos bien trabajados le bastaron para reorientar sus inquietudes teóricas y prácticas, y si la historia resultante fuera cierta, bien podrían haber sido los más trascendentes en la historia del pensamiento científico. Yo no digo que sí ni que no: simplemente consigno la historia tal y como me la contó uno de los participantes, y tampoco revelaré cuál de los dos.
Una referencia fundamental que omití sin querer en la versión impresa del capítulo anterior (pido perdón por la omisión, oportunamente señalada por el lector Alejandro Murillo) es que originalmente Jacinta supo de los almeros por El embotellador de almas, un cuento de Eraclio Zepeda cuya versión en audio, y con voz del autor, puede hallarse, entre otros sitios, en el blog contandoelcuento.bli-goo.com. Fue por leer o escuchar esa historia que Jacinta, una mujer de intuiciones privilegiadas, sospechó que la práctica de enfrascar almas podía ser algo más que ficción, y que, años antes de encontrarse en Francia con Andrés, decidió ir a Chiapas en busca de los almeros. En su práctica de campo dio con algunos de ellos, todos muy viejos. Sintetizando los testimonios obtenidos en ese viaje, ella anotó en su diario de campo lo siguiente: “Quiere la tradición que algún día el aire contenido en esos frascos se licuará y que si se emplea el fluido resultante para humedecer una pizca de hueso del difunto, será posible regresarlo del otro mundo. El problema es que nadie dijo cuánto tiempo hay que esperar para que el gas del frasco se vuelva líquido y que, desde tiempos inmemoriales, los almarios pasan de una generación a otra de enfrascadores sin que ninguno de ellos haya intentado el ritual de la resurrección. Si el conjunto de muebles y recipientes no ha desembocado en una proliferación incontrolable, como las explosiones demográficas que tienen lugar en los cementerios, es porque la credibilidad de estos profesionales se ha visto mellada por la vida moderna y cada vez menos personas recurren a sus servicios.
Antonio Malacara: Jazz
La Big Band Jazz de México acaba de cumplir 10 años de existir como tal, y si ya desde sus primeros tiempos en su natal Xochimilco su sonido era una muy disfrutable experiencia de swing y foxtrot, hoy día esta veintena de músicos –comandados por Martín y Ernesto Ramos– ha alcanzado muy altos niveles de madurez y manejo del color; sobre todo cuando la casi inmaculada sección de metales arremete de frente.
Así, ellos –los saxos, trompetas, trombones (y píccolos furtivos)– se encargan de abrir los conciertos (el del Lunario, por ejemplo) con temas clásicos como Remember Clifford y Manteca, en arreglos que emergen amables para los oídos, pero que evidencian un arduo trabajo a nivel técnico y armónico. Puestos a escoger, estos intros son de los mejores momentos de la banda.
Pero la mayoría de la gente se emociona y ovaciona cuando los cantantes salen a escena. Metales y sección rítmica se olvidan entonces de los riesgos y se alinean (y también lo hacen bien). El primer turno es para las gemelas Beaujean: Ingrid y Jennifer, quienes debutaron profesionalmente hace 11 años haciendo coros para Magos Herrera, aunque el próximo 22 de octubre van a cumplir apenas 23 de edad.
No obstante las muchas tablas recorridas –con Magos, con la big band o con su Beaujean Project–, Ingrid luce todavía un poco tensa en el escenario, mientras Jennifer se despliega con más facilidad entre sus sopranos y sus mezzos. Ambas, por supuesto, tienen una voz estupenda, y ahora que se han puesto a estudiar jazz en la Superior de Música los horizontes se encienden todavía con más fuerza, y nosotros suspiramos en espera de su envite mayor. Mientras tanto, ellas cantan Como yo te amé, Voy a apagar la luz y rolas por el estilo con la gran banda.
Después llega Eduardo Vallarta y sin más ya está cantando Call me irresponsible. Su voz no desafina, pero tampoco dice mucho y, a pesar de que es bien arropada por la big band, no proyecta ni emoción ni personalidad. Cumple y se va. Pero el Lunario, repleto y feliz, espera ansiosamente que pase el intermedio para seguir disfrutando del swing y los boleros jazzeados y las canciones de Sinatra y los gratos recuerdos de las grandes bandas.
A la fecha, la Big Band Jazz de México cuenta con tres discos en su haber, uno en solitario y dos más, de reciente aparición, acompañando a Armando Manzanero con canciones de varios compositores y arreglos de Héctor Infanzón, Eugenio Toussaint, Miguel Villicaña y Mario Santos. A este icono de la música romántica mexicana le gusta jazzear y ser jazzeado, y ya prepara una gira por el sureste mexicano al lado de la banda de la familia Ramos.
Alain Derbez regresó al Festival y Coloquio Internacional de Jazz de Guelph, en Ontario, Canadá. Ahí, el 9 de septiembre, dictó la conferencia Escuchar las escenas y mirar la música, y aprovechó para hablar sobre la próxima publicación del libro Aterrizar en la nota equivocada (Jazz, disonancia y práctica crítica), de Ajay Heble, bajo el sello editorial de la Universidad Veracruzana y con la traducción del maestro Derbez. Además, este saxoservidor llevó su soprano para tocar con los jazzistas canadienses Steve Koven (piano), Rob Clutton (contrabajo) y Dave Clark (percusiones). De los aferrados será el reino de lo cierto.
Se siguen abriendo nuevos lugares de jazz en distintos rumbos de la ciudad de México. Por principio de cuentas, Chali Mercado y Octavio Echávarri anuncian que el ciclo ny at mx cambia de sede, abandona el Anthropology y se va al Voilá Acoustique, ubicado en Plaza Antara (Ejército Nacional 843, Polanco). Inaugurarán la nueva etapa con el Caribbean Jazz Project de Dave Samuels, el 30 de septiembre y el primero de octubre.
También abre sus puertas el Makumba Café, con ofertas jazzísticas de todo tipo. El trío de Israel Cupich fue el encargado de dar inicio al reto. Édgar Chávez, director del foro, también monta exposiciones y mesas de debate (Calzada del Hueso 160, Exhacienda Coapa).
Josafat Cuevas (josafat@servidor.unam.mx) acaba de abrir el Hobos por los rumbos de Coyoacán; mientras la Abadía del Coyote (Miguel Ángel de Quevedo 910, casi esquina Pacífico) programa grupos de jazz desde principios de septiembre. Y la nave va. Salud.
amalacara@prodigy.net.mx
Jacinta: justicia extraviada
Después de tres años y un mes de injusto encarcelamiento, la indígena otomí Jacinta Francisco Marcial fue liberada la madrugada de ayer, luego de que la Procuraduría General de la República (PGR) anunció, a principios de este mes, que presentaría conclusiones no acusatorias en su contra. Para poner el hecho en contexto, cabe recordar que Francisco Marcial y otras dos indígenas otomíes, Alberta Alcántara y Teresa González, fueron detenidas y encarceladas en agosto de 2006, y posteriormente sentenciadas a 21 años de prisión, como consecuencia de una acusación absurda e inverosímil: haber secuestrado a seis elementos de la desaparecida Agencia Federal de Investigación (AFI) en el contexto de una protesta en el pueblo de Santiago Mexquititlán, al sur de Querétaro.
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La Big Band Jazz de México acaba de cumplir 10 años de existir como tal, y si ya desde sus primeros tiempos en su natal Xochimilco su sonido era una muy disfrutable experiencia de swing y foxtrot, hoy día esta veintena de músicos –comandados por Martín y Ernesto Ramos– ha alcanzado muy altos niveles de madurez y manejo del color; sobre todo cuando la casi inmaculada sección de metales arremete de frente.
Así, ellos –los saxos, trompetas, trombones (y píccolos furtivos)– se encargan de abrir los conciertos (el del Lunario, por ejemplo) con temas clásicos como Remember Clifford y Manteca, en arreglos que emergen amables para los oídos, pero que evidencian un arduo trabajo a nivel técnico y armónico. Puestos a escoger, estos intros son de los mejores momentos de la banda.
Pero la mayoría de la gente se emociona y ovaciona cuando los cantantes salen a escena. Metales y sección rítmica se olvidan entonces de los riesgos y se alinean (y también lo hacen bien). El primer turno es para las gemelas Beaujean: Ingrid y Jennifer, quienes debutaron profesionalmente hace 11 años haciendo coros para Magos Herrera, aunque el próximo 22 de octubre van a cumplir apenas 23 de edad.
No obstante las muchas tablas recorridas –con Magos, con la big band o con su Beaujean Project–, Ingrid luce todavía un poco tensa en el escenario, mientras Jennifer se despliega con más facilidad entre sus sopranos y sus mezzos. Ambas, por supuesto, tienen una voz estupenda, y ahora que se han puesto a estudiar jazz en la Superior de Música los horizontes se encienden todavía con más fuerza, y nosotros suspiramos en espera de su envite mayor. Mientras tanto, ellas cantan Como yo te amé, Voy a apagar la luz y rolas por el estilo con la gran banda.
Después llega Eduardo Vallarta y sin más ya está cantando Call me irresponsible. Su voz no desafina, pero tampoco dice mucho y, a pesar de que es bien arropada por la big band, no proyecta ni emoción ni personalidad. Cumple y se va. Pero el Lunario, repleto y feliz, espera ansiosamente que pase el intermedio para seguir disfrutando del swing y los boleros jazzeados y las canciones de Sinatra y los gratos recuerdos de las grandes bandas.
A la fecha, la Big Band Jazz de México cuenta con tres discos en su haber, uno en solitario y dos más, de reciente aparición, acompañando a Armando Manzanero con canciones de varios compositores y arreglos de Héctor Infanzón, Eugenio Toussaint, Miguel Villicaña y Mario Santos. A este icono de la música romántica mexicana le gusta jazzear y ser jazzeado, y ya prepara una gira por el sureste mexicano al lado de la banda de la familia Ramos.
Alain Derbez regresó al Festival y Coloquio Internacional de Jazz de Guelph, en Ontario, Canadá. Ahí, el 9 de septiembre, dictó la conferencia Escuchar las escenas y mirar la música, y aprovechó para hablar sobre la próxima publicación del libro Aterrizar en la nota equivocada (Jazz, disonancia y práctica crítica), de Ajay Heble, bajo el sello editorial de la Universidad Veracruzana y con la traducción del maestro Derbez. Además, este saxoservidor llevó su soprano para tocar con los jazzistas canadienses Steve Koven (piano), Rob Clutton (contrabajo) y Dave Clark (percusiones). De los aferrados será el reino de lo cierto.
Se siguen abriendo nuevos lugares de jazz en distintos rumbos de la ciudad de México. Por principio de cuentas, Chali Mercado y Octavio Echávarri anuncian que el ciclo ny at mx cambia de sede, abandona el Anthropology y se va al Voilá Acoustique, ubicado en Plaza Antara (Ejército Nacional 843, Polanco). Inaugurarán la nueva etapa con el Caribbean Jazz Project de Dave Samuels, el 30 de septiembre y el primero de octubre.
También abre sus puertas el Makumba Café, con ofertas jazzísticas de todo tipo. El trío de Israel Cupich fue el encargado de dar inicio al reto. Édgar Chávez, director del foro, también monta exposiciones y mesas de debate (Calzada del Hueso 160, Exhacienda Coapa).
Josafat Cuevas (josafat@servidor.unam.mx) acaba de abrir el Hobos por los rumbos de Coyoacán; mientras la Abadía del Coyote (Miguel Ángel de Quevedo 910, casi esquina Pacífico) programa grupos de jazz desde principios de septiembre. Y la nave va. Salud.
amalacara@prodigy.net.mx
Jacinta: justicia extraviada
Después de tres años y un mes de injusto encarcelamiento, la indígena otomí Jacinta Francisco Marcial fue liberada la madrugada de ayer, luego de que la Procuraduría General de la República (PGR) anunció, a principios de este mes, que presentaría conclusiones no acusatorias en su contra. Para poner el hecho en contexto, cabe recordar que Francisco Marcial y otras dos indígenas otomíes, Alberta Alcántara y Teresa González, fueron detenidas y encarceladas en agosto de 2006, y posteriormente sentenciadas a 21 años de prisión, como consecuencia de una acusación absurda e inverosímil: haber secuestrado a seis elementos de la desaparecida Agencia Federal de Investigación (AFI) en el contexto de una protesta en el pueblo de Santiago Mexquititlán, al sur de Querétaro.
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El Correo Ilustrado
Carta al Presidente
Licenciado Felipe Calderón Hinojosa, presidente constitucional de la República Mexicana:
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Hace 25 años fui invitado por Carlos Payán a unirme en el esfuerzo de fundar otro periódico, pues para muchos unomásuno ya no cumplía con su propósito original. No dudé en hacerlo aunque yo no había tenido dificultad alguna con Manuel Becerra Acosta, director de aquel memorable diario. Y no dudé en incorporarme al nuevo proyecto porque yo entré en el anterior gracias a Carlos.
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Al inicio de 2005 Paloma, mi eterna compañera, y yo, nos reunimos con el presidente municipal de Nezahualcóyotl, Luis Sánchez, para conversar sobre la posibilidad de iniciar un programa de promoción de la lectura entre los policías. Dándole vueltas al asunto, surgieron las ideas básicas de Literatura Siempre Alerta, que habría de precisar y poner en marcha muy pronto el escritor Juan Hernández Luna.
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Los discursos de los secretarios de Hacienda (de éste, al menos) son temibles, sobre todo en tiempos de crisis como los actuales. Siempre se las arreglan para fomentar la sensación de que lo peor está por venir. En vez de dar seguridad, confianza en que si se hace un esfuerzo equilibrado y sobre todo justo saldremos adelante, prefieren el golpe seco de las malas noticias para concluir con una ronda retórica de saludos a la bandera y las consabidas promesas de que habrá, si Dios lo quiere, un futuro brillante al cabo de la tormenta. ¡Que distintos sonaban esas proclamas en épocas de bonanza petrolera cuando los jefes de las finanzas públicas distribuían el pastel como si éste fuera eterno y sin guardar para los tiempos duros algunos ahorros! Junto con las grandes reservas del subsuelo, gracias a la ineficiencia y el despilfarro irresponsable, los ingresos declinaron bajo la chata consigna de gastar mucho con vistas a conservar y reproducir sin cambios mayores el poder en la república feudalizada, aunque se profundizaran los abismos sociales entre los mexicanos. No hubo planes a largo plazo. Tampoco se realizaron las inversiones requeridas, aunque algunos vivos se fortalecieron durante la danza sexenal de la oligarquía. El crecimiento, esa utopía de las nuevas generaciones, se quedó en eso, mientras la desigualdad hizo lo suyo, cercenando esperanzas y posibilidades de progreso. A querer o no, los boquetes en salud, las deficiencias educativas, la corrupción, la inseguridad, nos hacen un país más frágil y, por ello, menos soberano. Visto en perspectiva, la ilusión de la modernidad ha sido de algún modo un mal sueño: en vez de concretarse en una idea capaz de organizar el presente para ganar el futuro se impuso la imitación servil, la calca ciega de las recetas importadas y en un lugar de impulsar una visión de Estado se favoreció el egoísmo particular de los intereses privados.
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En medio de inacabables debates a propósito de la democracia y de las incontables virtudes del ciudadano, y, por vía de consecuencia, de la ciudadanización de la vida pública, se yergue entre nosotros la más orgullosa de las ausencias de civismo que pueda pensarse. Hay en ello una enorme contradicción que nos negamos a admitir, cegados como estamos por la disputa política, y sin embargo, no hay democracia sin civismo. Esta observación parecerá a muchos incomprensible. Después de todo ya ni en los libros de texto aparece un concepto que huele a viejo, como dirían los luchadores por la democracia de principios del siglo XXI, que se empeñan en definirla sólo en términos de protesta y de reclamo. Han perdido de vista que el civismo tiene que ver con la vida democrática en la ciudad, que debe entonces ser un espacio libre en el que todos tengamos los mismos derechos de caminar, de pasear, de transportarnos, de habitar, etcétera. En su origen latino la civitas es el lugar donde viven los ciudadanos con derechos plenos. Según el Diccionario de la Real Academia, civismo tiene dos significados: celo por las instituciones e intereses de la patria, y celo y generosidad al servicio de los demás ciudadanos.
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Los restos de Juan Almeida Bosque descansan ya en la Sierra Maestra justo en un lugar del territorio que ocupara el Tercer Frente Mario Muñoz Monroy, del que fuera jefe durante la guerra de liberación. Uno de los más heroicos y admirados adalides de la revolución cubana, el pueblo de Cuba se volcó en todos los rincones de la isla a tributarle el último adiós arropándolo con su cariño más entrañable. Almeida es, junto al Che Guevara, Camilo Cienfuegos y Raúl Castro, uno de los integrantes cimeros de la generación de comandantes revolucionarios que hizo sus primeras armas y se formó conducida por Fidel Castro. A la lucha insurreccional encabezada por éste se sumó desde que se conocieron el 10 de marzo de 1952, día del golpe de Estado de Batista, que barrió el régimen constitucional en Cuba.
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Hace un año Lehman Brothers, uno de los bancos de inversión más grandes del mundo, quebró. Con su caída se generó una situación de pánico, como las descritas en los textos clásicos sobre corridas financieras. La decisión de la Reserva Federal (Fed) de permitir que un banco de esa importancia quebrara ha sido muy discutida. Unas semanas antes la Fed había forzado la compra de Bear Stearns por parte de J.P. Morgan, en la que los accionistas prácticamente perdieron su inversión, pero evitaron que la caída de esta empresa afectara al sistema financiero. El riesgo moral se concretó, evitándose el sistémico.
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En el centenario del natalicio de Eugène Ionesco, Enrique Singer con apoyo del Centro Cultural Helénico y la Fundación BBVA Bancomer eligió del autor rumano francés La lección, una de sus primeras obras, en que utiliza el lenguaje para subvertir a la realidad. Si con el estreno de La cantante calva llenó de pasmo al público francés (y al mexicano, cuando se presentó entre nosotros) con esta nueva obra que Alexandro Jodorowsky estrenó en nuestros escenarios en 1960, más de un crítico de la época enfureció de verdad ante lo que entendía como una tomadura de pelo. Hubo de pasar bastante tiempo para que se tomara en serio a Ionesco y a los otros autores del llamado teatro del absurdo y así se entendió que el manejo del idioma francés y sus posibilidades era una piedra angular de la obra de quien ocuparía una silla en la Academia Francesa. Estudiosos como Geneviève Serrau establecieron que si en La cantante calva el uso de giros y tópicos del idioma era una manera de chasquear la realidad, en el nuevo drama cómico el abuso de incoherencias verbales por parte del profesor ocultaba un siniestro deseo criminal. El autor declaró su intención de equilibrar lo burlesco y lo trágico.
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Una de las grandes lecciones de Andy Warhol fue mostrarnos que lo efímero, como la vida, permanece. Sólo así puedo explicarme que sus obras congreguen multitudes y hayan asombrado a los jóvenes de los años 60, de los 90 y aún a quienes desde hace unos días acuden con curiosidad sostenida al Museo de Arte del Banco de la República de Bogotá a mirar la exposición Andy Warhol Mr. América.
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Leonardo García Tsao: La vasta progenie de los hermanos Lumière
Lydia Cacho
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Leonardo García Tsao: La vasta progenie de los hermanos Lumière
Lydia Cacho
Plan B
Narcoseguridad privada
La SIEDO lleva a cabo un operativo conjunto en Cancún, militares y agentes especiales arrestan a un grupo de policías, entre ellos el jefe de una de las corporaciones. Los cargos son serios: protección y colusión con el cártel del Golfo en Quintana Roo. Uno de ellos en particular, según las autoridades, se convirtió en sicario para dicho grupo criminal. Los envían a la cárcel de Mérida, tres años después un juez federal les libera y nadie le cuestiona. La SIEDO está ocupada con los próximos 10 arrestos del mes.
Cuando el ex jefe policiaco sale de prisión, en entrevista con los medios asegura que abrirá una agencia de seguridad privada porque es buen negocio. Decido investigar el número de agencias de seguridad privada en el país cuyos propietarios y directivos son ex miembros de corporaciones policiacas que fueron despedidos o arrestados. La falta de regulación de estas empresas resulta sorprendente; también lo son las pocas estadísticas sobre los delitos cometidos en colusión con dichas empresas en contra de quienes les contratan. Cada vez hay más agentes privados en edificios, calles y colonias de clase media, quienes pagan con la esperanza de sentir que sus familias están seguras.
Las cifras varían entre una y otra procuraduría local; sin embargo, el promedio coincide. En 45% de los secuestros el chofer de la familia está implicado de alguna forma, al igual que agentes de seguridad privada, como informantes.
La mayoría de las empresas de seguridad privada en el país están conformadas por ex policías. Antes, cuando un agente era despedido por mal comportamiento (alcoholismo, corrupción, adicciones, insubordinación y otros delitos menores que no son perseguidos penalmente), se iba a otro estado a pedir trabajo. Ahora, con el registro nacional, las corporaciones buscan prever dichas contrataciones y los expulsados se van al sector privado; a donde en su mayoría llevan los viejos vicios. Encuentro anécdotas de vecinos que luego de sufrir un robo se unieron para pagar seguridad privada, sólo para ser robados por agentes de esa empresa. Algunos, por miedo a represalias (los guardias conocieron a la perfección sus rutinas diarias), se niegan a denunciar.
Si bien es cierto que algunas empresas son fiables, resulta fundamental establecer regulaciones para las agencias de seguridad para que no se conviertan en negocios lícitos que permitan blanquear dinero y controlar territorios de personajes vinculados con el crimen organizado.
La SIEDO lleva a cabo un operativo conjunto en Cancún, militares y agentes especiales arrestan a un grupo de policías, entre ellos el jefe de una de las corporaciones. Los cargos son serios: protección y colusión con el cártel del Golfo en Quintana Roo. Uno de ellos en particular, según las autoridades, se convirtió en sicario para dicho grupo criminal. Los envían a la cárcel de Mérida, tres años después un juez federal les libera y nadie le cuestiona. La SIEDO está ocupada con los próximos 10 arrestos del mes.
Cuando el ex jefe policiaco sale de prisión, en entrevista con los medios asegura que abrirá una agencia de seguridad privada porque es buen negocio. Decido investigar el número de agencias de seguridad privada en el país cuyos propietarios y directivos son ex miembros de corporaciones policiacas que fueron despedidos o arrestados. La falta de regulación de estas empresas resulta sorprendente; también lo son las pocas estadísticas sobre los delitos cometidos en colusión con dichas empresas en contra de quienes les contratan. Cada vez hay más agentes privados en edificios, calles y colonias de clase media, quienes pagan con la esperanza de sentir que sus familias están seguras.
Las cifras varían entre una y otra procuraduría local; sin embargo, el promedio coincide. En 45% de los secuestros el chofer de la familia está implicado de alguna forma, al igual que agentes de seguridad privada, como informantes.
La mayoría de las empresas de seguridad privada en el país están conformadas por ex policías. Antes, cuando un agente era despedido por mal comportamiento (alcoholismo, corrupción, adicciones, insubordinación y otros delitos menores que no son perseguidos penalmente), se iba a otro estado a pedir trabajo. Ahora, con el registro nacional, las corporaciones buscan prever dichas contrataciones y los expulsados se van al sector privado; a donde en su mayoría llevan los viejos vicios. Encuentro anécdotas de vecinos que luego de sufrir un robo se unieron para pagar seguridad privada, sólo para ser robados por agentes de esa empresa. Algunos, por miedo a represalias (los guardias conocieron a la perfección sus rutinas diarias), se niegan a denunciar.
Si bien es cierto que algunas empresas son fiables, resulta fundamental establecer regulaciones para las agencias de seguridad para que no se conviertan en negocios lícitos que permitan blanquear dinero y controlar territorios de personajes vinculados con el crimen organizado.
Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia
¡Jacinta! ¿Y Teresa y Alberta?
La sacaron a la una de la madrugada. Como si las sombras de la noche pudieran ocultar una injusticia imperdonable. Así, apenas comenzado el 16 de septiembre, Jacinta Francisco Marcial ganó de nuevo su libertad luego de tres años encarcelada en el Reclusorio Femenil de San José el Alto en Querétaro.
Una parte de su vida que le fue robada por la arrogancia de un gobierno federal que se vengó en ella por la rebeldía de su pueblo, Santiago Mexquititlán, cuando aquel 26 de marzo de 2006 seis agentes de la AFI llegaron sin orden de cateo pero con humor de fieras a robarse las mercancías del tianguis. Los mismos que acusaron a Jacinta de haberlos secuestrado. Los mismos —cuatro de seis, porque uno se murió y el otro no aparece— que conocí en la audiencia del lunes. Con sus 1.90 de estatura y sus 120 kilos y sus miradas de rabia contenida porque ya la veían venir, y su ridículo al declararle al juez que se les había olvidado que Jacinta también los golpeó y les jaló los pelos.
El caso es que Jacinta está libre y yo estoy feliz de poder abrazarla de nuevo. Pero sigo triste e indignado porque Alberta y Teresa, con todo y su hija recién nacida, siguen prisioneras en la misma cárcel de la que Jacinta acaba de ser liberada. Acusadas del mismo e inverosímil delito de secuestro. Y ahora en espera de que también se les haga justicia.
Lo que es un decir. Porque la liberación de estas tres mujeres tendría que ser apenas el primer paso: no basta con la cobardía de la Procuraduría General de la República —a cargo del nuevo héroe Medina Mora—, que hasta ahora reconoció que nunca tuvo elementos acusatorios, pero que las persiguió, las secuestró, las encarceló y las acosó perrunamente; tampoco se vale la indiferencia criminal del gobernador Garrido de Querétaro, que antes de que se vaya tiene que explicarnos por qué no movió ni un dedo para defender a tres de sus ciudadanas; igual nos debe una explicación la nefasta y gastalona Comisión Nacional de los Derechos Humanos del señor Soberanes, que se tardó tres años en emitir una recomendación, porque no tenía línea oficial como acostumbra en todos los casos; tampoco puede el gobierno calderonista evadir su responsabilidad en un hecho vergonzante que ya nos exhibió como represores ante la ONU, Amnistía Internacional y buena parte de la opinión pública mundial, como un país que justifica el aplastamiento de los derechos humanos de tres mexicanas porque son mujeres, porque son indígenas y porque son pobres.
Que quede muy claro: una vez liberada Jacinta Francisco Marcial es indispensable la liberación de Teresa González Cornelio y Alberta Alcántara Juan. No es sólo un imperativo del más elemental sentido común sino de estricto proceso jurídico.
Pero la exigencia debe extenderse al gobierno de Felipe Calderón para que ordene primero una investigación y un juicio a los delincuentes oficiales, y a la vez una amplia y generosa reparación del daño en los tres casos. Es cierto que nadie podrá restituirles a ellas tres años de su vida, ni a sus familias el dolor de su ausencia y la batalla de la incertidumbre. Pero una reivindicación es lo mínimo indispensable. No sólo para ellas, sino para el gobierno mismo.
La sacaron a la una de la madrugada. Como si las sombras de la noche pudieran ocultar una injusticia imperdonable. Así, apenas comenzado el 16 de septiembre, Jacinta Francisco Marcial ganó de nuevo su libertad luego de tres años encarcelada en el Reclusorio Femenil de San José el Alto en Querétaro.
Una parte de su vida que le fue robada por la arrogancia de un gobierno federal que se vengó en ella por la rebeldía de su pueblo, Santiago Mexquititlán, cuando aquel 26 de marzo de 2006 seis agentes de la AFI llegaron sin orden de cateo pero con humor de fieras a robarse las mercancías del tianguis. Los mismos que acusaron a Jacinta de haberlos secuestrado. Los mismos —cuatro de seis, porque uno se murió y el otro no aparece— que conocí en la audiencia del lunes. Con sus 1.90 de estatura y sus 120 kilos y sus miradas de rabia contenida porque ya la veían venir, y su ridículo al declararle al juez que se les había olvidado que Jacinta también los golpeó y les jaló los pelos.
El caso es que Jacinta está libre y yo estoy feliz de poder abrazarla de nuevo. Pero sigo triste e indignado porque Alberta y Teresa, con todo y su hija recién nacida, siguen prisioneras en la misma cárcel de la que Jacinta acaba de ser liberada. Acusadas del mismo e inverosímil delito de secuestro. Y ahora en espera de que también se les haga justicia.
Lo que es un decir. Porque la liberación de estas tres mujeres tendría que ser apenas el primer paso: no basta con la cobardía de la Procuraduría General de la República —a cargo del nuevo héroe Medina Mora—, que hasta ahora reconoció que nunca tuvo elementos acusatorios, pero que las persiguió, las secuestró, las encarceló y las acosó perrunamente; tampoco se vale la indiferencia criminal del gobernador Garrido de Querétaro, que antes de que se vaya tiene que explicarnos por qué no movió ni un dedo para defender a tres de sus ciudadanas; igual nos debe una explicación la nefasta y gastalona Comisión Nacional de los Derechos Humanos del señor Soberanes, que se tardó tres años en emitir una recomendación, porque no tenía línea oficial como acostumbra en todos los casos; tampoco puede el gobierno calderonista evadir su responsabilidad en un hecho vergonzante que ya nos exhibió como represores ante la ONU, Amnistía Internacional y buena parte de la opinión pública mundial, como un país que justifica el aplastamiento de los derechos humanos de tres mexicanas porque son mujeres, porque son indígenas y porque son pobres.
Que quede muy claro: una vez liberada Jacinta Francisco Marcial es indispensable la liberación de Teresa González Cornelio y Alberta Alcántara Juan. No es sólo un imperativo del más elemental sentido común sino de estricto proceso jurídico.
Pero la exigencia debe extenderse al gobierno de Felipe Calderón para que ordene primero una investigación y un juicio a los delincuentes oficiales, y a la vez una amplia y generosa reparación del daño en los tres casos. Es cierto que nadie podrá restituirles a ellas tres años de su vida, ni a sus familias el dolor de su ausencia y la batalla de la incertidumbre. Pero una reivindicación es lo mínimo indispensable. No sólo para ellas, sino para el gobierno mismo.
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