México: Intenso brigadeo de electricistas y demás en todo el país para la huelga nacional
Pedro Echeverría V.
1. El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), en su masiva asamblea de ayer con la presencia de más de 30 organizaciones, convocó a integrar un frente nacional de lucha con el propósito de revertir las decisiones de un gobierno al que calificó de despótico, autoritario y represivo. Señaló su líder Martín Esparza: “El gobierno sacó a nuestros compañeros con la fuerza pública y de un día para otro dejó sin empleo a 44 mil trabajadores, pero cada uno de sus actos los va a pagar con el movimiento nacional pacífico”. El coraje obrero contra el funesto gobierno ilegítimo de Calderón era grande y en ese momento estaban dispuestos a tomar el cielo por asalto; sobre todo cuando veían un gran apoyo de diferentes organizaciones dispuestas a acompañarlos en sus próximas batallas. El enorme auditorio vibraba por la energía de las masas.
2. En apoyo a la convocatoria de los electricistas, de la correcta demanda “de pasar de las acciones aisladas débiles a las colectivas y poderosas”, decenas de organizaciones políticas, campesinas, universitarias y de la sociedad civil –entre las que destacaron los lópezobradoristas, la UNT, la CNTE, estudiantes de la UNAM, IPN, Bachilleres, campesinos de San Salvador Atenco, de la Central Cardenista, incluso directivos de la CNC y representantes de partidos (PRD y PT)- acordaron conformar brigadas, “boteos” para conseguir dinero para votantes y pasajes de autobús. Hoy domingo nuevas asambleas y reuniones en cada ejido, parque o escuela, buscarán constituir las brigadas que prepararán la huelga nacional. Todo esto mientras el gobierno y demás líderes de congreso buscan entretener con la “disputa” sobre el presupuesto.
3. A propósito, en el movimiento estudiantil de 1968, por órdenes de los empresarios y del gobierno, los periódicos, la radio y la televisión se dedicaron a lanzar basura y a calumniar a los jóvenes estudiantes, tal como hay contra los electricistas; sin embargo decenas de miles de brigadistas, después de enlistarnos en brigadas de cada escuela y Facultad, caminábamos todas las noches y madrugadas para depositar un volante de información (la verdadera) debajo de cada puerta de las casas de la ciudad de México. Por ese hecho, mas los mítines en los mercados y las grandes manifestaciones, siempre gozamos de grandes apoyos a los lados de nuestras enormes marchas. Nuestras brigadas –sobre todo quienes idealmente queríamos “obrerizar” el movimiento estudiantil- llegaban a Lechería, Cuautitlán, Campos Hnos, Pantaco, Valle Ceilán y Tlalnepantla.
4. Ahora se presenta una coyuntura diferente: es la clase obrera, los electricistas -el sector más importante de ella- la que recibirá el apoyo del activismo estudiantil. Al mismo tiempo esta lucha obrera seguramente ayudará a los estudiantes de la UNAM, del IPN, de la UAM y otras instituciones de educación, a rescatar un movimiento que parece muerto después de la represión brutal que sufrió aquel 6 de febrero de 2000 y el encarcelamiento de más de 900 estudiantes. Aunque en estos días las autoridades educativas se quejan con lamentos contra los recortes presupuestales que sufre la educación y hacen fuertes críticas al gobierno, los estudiantes tienen que aprovechar estas condiciones para levantar nuevamente sus demandas por las que han luchado por lo menos desde la década de los sesenta. Ahora estudiantes y obreros estarán juntos.
5. Por eso los gritos combativos de “Huelga, huelga, huelga” que los obreros del graderío lanzaron ayer y que toda la asamblea siguió, no pedían que se iniciara de inmediato el paro, sino que fueron gritos para que en ese momento comenzara la organización y el brigadeo de la huelga para evitar que se enfriaran los ánimos. Así como en 1968 todos los mimeógrafos de las Facultades se pusieron a trabajar y se integraron las comisiones de control de brigadas para estar informados de cualquier represión policíaca, urge ahora la conformación de comisiones para visitar a dirigentes obreros y estudiantiles, a organizaciones campesinas, para saber quiénes están dispuestos a estallar la huelga general. En México hay pocas experiencias, pero ahí están los obreros franceses, italianos, españoles y argentinos que nos podrían ayudar.
6. La huelga general tiene casi siempre un sentido sindical porque los problemas que se debaten tienen que ver con la regulación del mundo del trabajo y sus actores principales son las organizaciones sindicales. Pero en la medida que se trata de leyes, o de su modificación, y de un choque frontal entre el movimiento obrero y el gobierno la movilización adquiere un sentido político. La huelga general plantea a toda la sociedad que se pronuncie, ya sea preparando y participando en la huelga, ya sea adoptando una posición neutra, de simpatía o de apoyo externo, como sectores de la pequeña burguesía, comerciantes, etc. o pronunciándose abiertamente contra la huelga y apoyando las tesis del gobierno. Ocurre lo mismo con los partidos políticos, están obligados a situarse en uno u otro lado, o apoyando el movimiento y oponiéndose al gobierno, o formando parte del frente que ataca los derechos de los trabajadores. (Ver a Miguel Salas)
7. Es el gobierno quien politiza las huelgas al calumniarlas y reprimirlas. La izquierda debe participar ampliamente en esos movimientos para sumar fuerzas y construir alternativas. La huelga general es una de esas ocasiones en que las fuerzas progresistas, particularmente la izquierda que quiere cambiar las cosas, no se limitan a gestionar mejor el capitalismo, tiene que poner todo para que las cosas vayan bien y siempre hacia adelante. Para lograrlo tiene que ser la primera en animar a la gente a participar en la huelga; debe colaborar con los sindicatos y otras organizaciones sociales en preparar las condiciones; denunciar desde el terreno político todas las maniobras y campañas del gobierno, ayudar desde el terreno institucional a la propaganda de la huelga y, sobre todo, dar el máximo de carácter unitario a todas las iniciativas.
8. La asamblea de ayer en el sindicato electricista fue fundamental. Fue sin duda, como antes dije en recientes artículos, la gran oportunidad para unificar fuerzas y hacer avanzar los procesos. El gobierno de la República está preocupado y dispuesto a tirar sumas multimillonarias del presupuesto que todos pagamos, para comprar medios, periodistas, líderes, pero sobre todo, para fortalecer más a los órganos de represión. Aprovechemos en la izquierda antiparlamentaria esta coyuntura para hacer trabajo político de brigadeo entre todos los sectores de la población para esta gran huelga general, para las futuras grandes marchas y para otras huelgas por si el gobierno no quiere escuchar y obedecer al pueblo. Invitemos a los sectores ligados al zapatismo para que también ellos sean parte de las luchas, así como nosotros los apoyaremos en su momento. ¡Viva la huelga general! ¡Viva la clase obrera!
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