Frente al tamaño de lo sucedido en Oaxaca en 2006, la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió ayer una recomendación aparatosa, insuficiente y facciosa. Es cierto que en primera lectura resulta altamente plausible la decisión de los altos ministros de responsabilizar al gobernador Ulises Ruiz de las múltiples violaciones a derechos y garantías que se dieron en aquella entidad durante la histórica movilización popular de tres años atrás. Pero tal resolución, que carece de carácter obligatorio en sus términos (aunque tiene el valor ético y mediático que se le quiera reconocer a su fuente, la máxima instancia nacional de discernimiento jurídico), corre el riesgo de parecer un acto ruidoso, una especie de alharaca palaciega, autorizada por los mandos ejecutivos que suelen controlar las mayorías votantes de la Corte, para generar un vano entretenimiento público por fuera de lo que hoy es la máxima pifia política del calderonismo, o su máxima apuesta autoritaria, decidida a pasar por encima de lo que sea, la del conflicto con el Sindicato Mexicano de Electricistas.
No se duda ni por equivocación de las culpas del dictadorcillo oaxaqueño ni se pone en entredicho la sinceridad y congruencia de los ministros de la Corte que empujaron desde un principio la tesis de que las responsabilidades de la gran represión de 2006 iban más allá de algunos jefes policiacos menores, como lo sugería el proyecto de resolución presentado por el derechista y controlado ministro Mariano Azuela. Pero llama la atención que justamente ese segmento mayoritario de ministros, que suele obedecer las instrucciones de su fuente de inspiración que está en Los Pinos, hubiera ayer transitado con tanta suavidad el camino hacia el señalamiento de Ruiz como violador de derechos y garantías, en una súbita iluminación de criterios que devino en la crucifixión política de quien había sido aliado de Calderón y ahora se ha distanciado de él, tanto en razón del oponerse al paquete económico felipista como en función del apoyo abierto, con recursos públicos y privados, que ha dado a los proyectos expansionistas del priísmo que causaron la derrota mapacheril del PAN en los pasados comicios.
La decisión judicial de ayer tiene, además de ese tufo a medida distractora que acabará en la nada, pues no hay condiciones para que los congresos estatal o federal tumben al represor oaxaqueño, el sello de otra insuficiencia inocultable, el comportamiento faccioso que protegió al gran jefe electoral de 2006 y aplicado represor clasista, el vaquero Fox, que no fue tocado más que con el pétalo de algunas menciones críticas de ministros de la Corte, pero que finalmente resultó absuelto, al igual que sus funcionarios involucrados en el tema, Carlos Abascal, Eduardo Medina Mora y Genaro García Luna. Aun cuando la presencia de las fuerzas federales en Oaxaca fue causa de múltiples violaciones a los derechos humanos, las garantías constitucionales y la legalidad, los ministros decidieron ayer excluir de responsabilidad no sólo a esa plana mayor, sino incluso al coordinador de las fuerzas federales de apoyo y al jefe del Estado Mayor de la entonces Policía Federal Preventiva, Ardelio Vargas Fosado, ahora diputado federal y poderoso presidente de la comisión de la defensa nacional de esa cámara.
El sesgo partidista de protección a Fox, y la concentración de tibia metralla de salva en Ulises Ruiz, dejan esa resolución de la Corte en un plano que pareciera servir para revivir la oposición al mandatario oaxaqueño que está en la tentación de adelantar la postulación de su candidato a la sucesión ante el calentamiento del ambiente que han hecho Gabino Cué y López Obrador. También servirá la decisión de la Suprema para que los cortesanos mediáticos apuntalen sus análisis con la versión de que en México se vive una nueva etapa de poder, con un Calderón que impulsa golpes a monopolios y adversarios pesados, no sólo sindicatos izquierdosos sino también gobernadores incómodos. ¡Oh, sí, cuántos pantalones del lic. del Caldero Grande: ayer contra el SME, hoy contra Ulises de Salida! ¿Quién seguirá mañana (si es que hay mañana)?
Astillas
Bitácora eléctrica: Marcelo Ebrard, bien con la propuesta de una mesa de diálogo y el recuerdo de los derechos constitucionales de los trabajadores; Calderón precisó los términos del chantaje a los trabajadores pues, dijo,”para ser más claro, mientras más pronto pueda procesarse esta decisión (la de firmar la liquidación, nota de Astillero), más fácil y prioritaria será la reincorporación a la vida laboral para aquel trabajador que así lo desee” y también se diagnosticó con absoluta tranquilidad de conciencia; Martín Esparza siguió picando piedra con legisladores federales, y los cheques de liquidación fueron cobrados por pocos trabajadores y en medio de gran desorden administrativo y técnico; por último, los apagones y el enojo social por tanto desbarajuste inducido continuaban ayer... Eliezer Rodríguez, desde el código postal 02060, pregunta: La colonia donde vivo se llama Sindicato Mexicano de Electricistas; si desaparece el sindicato ¿cómo se llamará ahora?... Víctor Betancourt reporta que en Radio Ibero, 90.9 de FM, fue transmitida la opinión del doctor Alberto Montoya, especialista en estudios estratégicos de la Universidad Iberoamericana: sostuvo, invitando a revisar la Constitución, que los argumentos de Calderón para el cierre de LFC no se sostienen, que son puras mentiras. Mostró que lo de los recursos que, según Calderón, iban al pago de salarios y pensiones, es falso. Y describió las transas con el gas que México importa a la CFE (para la producción de energía), a través de Repsol y que la CFE vende a Luz y Fuerza a un precio elevado... Y, mientras ha saltado de nuevo al foro el desinflado Guanito para meter ruido, ahora con su nueva telenovela de que siempre sí quiere regresar a la jefatura delegacional de Iztapalapa, ¡hasta mañana, luego de que hoy por la tarde caminemos del Ángel al Zócalo!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
No se duda ni por equivocación de las culpas del dictadorcillo oaxaqueño ni se pone en entredicho la sinceridad y congruencia de los ministros de la Corte que empujaron desde un principio la tesis de que las responsabilidades de la gran represión de 2006 iban más allá de algunos jefes policiacos menores, como lo sugería el proyecto de resolución presentado por el derechista y controlado ministro Mariano Azuela. Pero llama la atención que justamente ese segmento mayoritario de ministros, que suele obedecer las instrucciones de su fuente de inspiración que está en Los Pinos, hubiera ayer transitado con tanta suavidad el camino hacia el señalamiento de Ruiz como violador de derechos y garantías, en una súbita iluminación de criterios que devino en la crucifixión política de quien había sido aliado de Calderón y ahora se ha distanciado de él, tanto en razón del oponerse al paquete económico felipista como en función del apoyo abierto, con recursos públicos y privados, que ha dado a los proyectos expansionistas del priísmo que causaron la derrota mapacheril del PAN en los pasados comicios.
La decisión judicial de ayer tiene, además de ese tufo a medida distractora que acabará en la nada, pues no hay condiciones para que los congresos estatal o federal tumben al represor oaxaqueño, el sello de otra insuficiencia inocultable, el comportamiento faccioso que protegió al gran jefe electoral de 2006 y aplicado represor clasista, el vaquero Fox, que no fue tocado más que con el pétalo de algunas menciones críticas de ministros de la Corte, pero que finalmente resultó absuelto, al igual que sus funcionarios involucrados en el tema, Carlos Abascal, Eduardo Medina Mora y Genaro García Luna. Aun cuando la presencia de las fuerzas federales en Oaxaca fue causa de múltiples violaciones a los derechos humanos, las garantías constitucionales y la legalidad, los ministros decidieron ayer excluir de responsabilidad no sólo a esa plana mayor, sino incluso al coordinador de las fuerzas federales de apoyo y al jefe del Estado Mayor de la entonces Policía Federal Preventiva, Ardelio Vargas Fosado, ahora diputado federal y poderoso presidente de la comisión de la defensa nacional de esa cámara.
El sesgo partidista de protección a Fox, y la concentración de tibia metralla de salva en Ulises Ruiz, dejan esa resolución de la Corte en un plano que pareciera servir para revivir la oposición al mandatario oaxaqueño que está en la tentación de adelantar la postulación de su candidato a la sucesión ante el calentamiento del ambiente que han hecho Gabino Cué y López Obrador. También servirá la decisión de la Suprema para que los cortesanos mediáticos apuntalen sus análisis con la versión de que en México se vive una nueva etapa de poder, con un Calderón que impulsa golpes a monopolios y adversarios pesados, no sólo sindicatos izquierdosos sino también gobernadores incómodos. ¡Oh, sí, cuántos pantalones del lic. del Caldero Grande: ayer contra el SME, hoy contra Ulises de Salida! ¿Quién seguirá mañana (si es que hay mañana)?
Astillas
Bitácora eléctrica: Marcelo Ebrard, bien con la propuesta de una mesa de diálogo y el recuerdo de los derechos constitucionales de los trabajadores; Calderón precisó los términos del chantaje a los trabajadores pues, dijo,”para ser más claro, mientras más pronto pueda procesarse esta decisión (la de firmar la liquidación, nota de Astillero), más fácil y prioritaria será la reincorporación a la vida laboral para aquel trabajador que así lo desee” y también se diagnosticó con absoluta tranquilidad de conciencia; Martín Esparza siguió picando piedra con legisladores federales, y los cheques de liquidación fueron cobrados por pocos trabajadores y en medio de gran desorden administrativo y técnico; por último, los apagones y el enojo social por tanto desbarajuste inducido continuaban ayer... Eliezer Rodríguez, desde el código postal 02060, pregunta: La colonia donde vivo se llama Sindicato Mexicano de Electricistas; si desaparece el sindicato ¿cómo se llamará ahora?... Víctor Betancourt reporta que en Radio Ibero, 90.9 de FM, fue transmitida la opinión del doctor Alberto Montoya, especialista en estudios estratégicos de la Universidad Iberoamericana: sostuvo, invitando a revisar la Constitución, que los argumentos de Calderón para el cierre de LFC no se sostienen, que son puras mentiras. Mostró que lo de los recursos que, según Calderón, iban al pago de salarios y pensiones, es falso. Y describió las transas con el gas que México importa a la CFE (para la producción de energía), a través de Repsol y que la CFE vende a Luz y Fuerza a un precio elevado... Y, mientras ha saltado de nuevo al foro el desinflado Guanito para meter ruido, ahora con su nueva telenovela de que siempre sí quiere regresar a la jefatura delegacional de Iztapalapa, ¡hasta mañana, luego de que hoy por la tarde caminemos del Ángel al Zócalo!
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No es sólo mala suerte la que persigue a Felipe Calderón, también lo siguen los resultados de decisiones equivocadas. Veamos. Le encargó a Javier Lozano maquinar la sustitución de la dirigencia del Sindicato Mexicano de Electricistas por otra menos aguerrida, menos izquierdosa, pero el copela o cuello fracasó. Se atribuye a Confucio una máxima llena de sabiduría: si te aprietan los zapatos, no te cortes los dedos, mejor cambia de zapatos. En vez de cambiar al secretario de Trabajo por alguien menos torpe se lanzó a la tarea de cortar la fuente de sustento a 44 mil 551 sindicalizados, más un número indeterminado de empleados de confianza. Como era de esperar, el gremio se lanzó a protestar, pero la dirigencia optó por el camino de la ley: está tratando de obtener apoyo en la Cámara de Diputados, a fin de reunir el número suficiente de votos para promover una controversia constitucional. El litigio hubiera durado muchos meses, se hubiera abierto un espacio para buscarle salidas al conflicto. Otra vez se equivocó: arregló en lo oscurito que el PRI diera instrucciones a sus diputados para que votaran en contra del recurso jurídico. Les cerró el camino de la ley a los electricistas, él mismo está lanzándolos a que lleven a cabo acciones desesperadas. Un panista advirtió el riesgo: Javier Corral. Se pronunció a favor de que sea la Suprema Corte de Justicia la que resuelva si hubo violaciones a la Constitución. Si la cerrazón gubernamental genera actos de violencia ya Corral les hizo ver a panistas y priístas que había otro camino. ¿Verdad que no es sólo mala suerte?
La clase media
Sólo el 7% de las personas que trabajan en México ganan 50 mil pesos mensuales o más al mes. Conforman la clase media. Las personas con empleo y prestaciones quizá suman 25 millones, así que la clase media la componen menos de 2 millones. El resto se ubica entre los que ganan de 50 mil pesos a nada, es decir, los que viven de milagro. Esa menguada clase media será la que reciba el golpe del aumento al ISR de 28 a 30%, más el gravamen en las telecomunicaciones y los demás que contiene el presupuesto del año próximo. El PRI ya se puso de acuerdo con el PAN y la semana siguiente conoceremos el dictamen aprobatorio de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados. Seguirán los días de vino y rosas de los secretarios de Estado, los gobernadores, los senadores, los ministros, los diputados y, desde luego, los líderes charros. En cambio, la clase media sufrirá una contracción dolorosa.
Las fundaciones
Autoridades judiciales han iniciado una investigación sobre los manejos de las fundaciones y otras instituciones de servicio social que viven de los donativos del público. Se ha detectado que algunas emplean el dinero para otros propósitos, o para eludir el pago de impuestos. ¡Que no panda el cúnico! Esto sucede en Francia, no en México, allá también tienen sus teletones, las fundaciones para la salud (sospechosamente asociadas a compañías cigarreras) y campañas en cajeros automáticos para sacarle dinero a la gente.
e@Vox Populi
La clase media
Sólo el 7% de las personas que trabajan en México ganan 50 mil pesos mensuales o más al mes. Conforman la clase media. Las personas con empleo y prestaciones quizá suman 25 millones, así que la clase media la componen menos de 2 millones. El resto se ubica entre los que ganan de 50 mil pesos a nada, es decir, los que viven de milagro. Esa menguada clase media será la que reciba el golpe del aumento al ISR de 28 a 30%, más el gravamen en las telecomunicaciones y los demás que contiene el presupuesto del año próximo. El PRI ya se puso de acuerdo con el PAN y la semana siguiente conoceremos el dictamen aprobatorio de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados. Seguirán los días de vino y rosas de los secretarios de Estado, los gobernadores, los senadores, los ministros, los diputados y, desde luego, los líderes charros. En cambio, la clase media sufrirá una contracción dolorosa.
Las fundaciones
Autoridades judiciales han iniciado una investigación sobre los manejos de las fundaciones y otras instituciones de servicio social que viven de los donativos del público. Se ha detectado que algunas emplean el dinero para otros propósitos, o para eludir el pago de impuestos. ¡Que no panda el cúnico! Esto sucede en Francia, no en México, allá también tienen sus teletones, las fundaciones para la salud (sospechosamente asociadas a compañías cigarreras) y campañas en cajeros automáticos para sacarle dinero a la gente.
e@Vox Populi
Carlos Fernández-Vega: México SA
Estaba el inquilino de Los Pinos duro y dale con aquello de que la extinción de Luz y Fuerza del Centro fue una decisión que se pospuso y pospuso no sólo durante años, durante décadas, cuando alguien de su círculo íntimo le dijo: espérate, Felipe, que tu también tienes tu historia. Pero estaba tan contento y realizado con sus amigochos de la tele y de la radio, que no escuchó la advertencia y siguió: “… con ese espíritu que antepone el interés de la nación, que el gobierno federal, a mi cargo, tomó la muy difícil, pero indispensable decisión de extinguir la empresa LFC el pasado domingo…. teníamos que resolver un problema, y un problema grave que había sido pospuesto durante mucho tiempo y que había llegado a niveles verdaderamente insostenibles en los últimos años… en la medida en que sepamos los mexicanos enfrentar y no evadir nuestros problemas, por muy difíciles y por muy costosas que sean las soluciones y sus consecuencias, en esa misma medida nuestro querido México será un país mejor”.
Y otra vez, jodón, el del círculo íntimo al oído: Felipe, bájale, que como secretario de Energía nada hiciste para anteponer el interés de la nación y enfrentar y no evadir los problemas de Luz y Fuerza del Centro, y menos como inquilino de Los Pinos, con todas las herramientas a la mano. Si como titular de la Sener supiste cuál era la situación y qué tan profunda era la bronca, ¿por qué no actuaste cuando, con Fox, presidías la junta de gobierno de LFC? Y, ya instalado en Los Pinos, con el expediente en la mano, ¿por qué tardaste casi tres años? Pero el aludido nada respondió, atrapado por el desinteresado aplauso de sus amigochos de la tele y la radio.
¡Ah!, qué fábulas tan bonitas. Pero más allá de los cuentos de valerosos cuan entrones príncipes carismáticos que destruyen feroces dragones de 45 mil cabezas, si fuera cierto lo que ayer dijo a los representantes de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión, entonces no cabe duda que seis años atrás Felipe Calderón tendría que haber renunciado a la Secretaría de Energía por posponer lo que otros habían pospuesto y no responder a los intereses de la nación. Ya como inquilino de Los Pinos, de inmediato debió resolver el problema que otros pospusieron y pospusieron. Tampoco fue así, y menos renunció: esperó casi un trienio para proceder, y sólo lo hizo en una coyuntura política para él desastrosa, con el barco a medio hundir, y nada más contra una de las partes del conflicto, olvidando que, por ley, Luz y Fuerza del Centro tenía una junta de gobierno, su máximo órgano de administración, que entre sus obligaciones tenía fijar las políticas administrativas y de organización que le permitan alcanzar una gestión eficiente, productiva, rentable y autosuficiente, acordes con las necesidades de los usuarios, en su ámbito de influencia. Lo anterior, sin perjuicio de las atribuciones que le confieren los distintos ordenamientos legales que resulten aplicables (artículo quinto del estatuto orgánico de LFC, vigente hasta el pasado 11 de octubre). Todo ello, en cumplimiento del programa sectorial en cuanto a la prestación del servicio público de energía eléctrica (ídem).
Además, entre otras atribuciones indelegables, la junta de gobierno de LFC establecía las políticas generales; definía las prioridades a las que deberá sujetarse el organismo relativas a producción, productividad, comercialización, finanzas, investigación, desarrollo tecnológico y administración general; aprobaba los programas y presupuestos del organismo, así como sus modificaciones, en los términos de la legislación aplicable; fijaba y ajustaba los precios de bienes y servicios que produzca o preste el organismo, con excepción de los de aquellos que se determinen por acuerdo del Ejecutivo federal, y aprobaba anualmente los estados financieros y autorizaba la publicación de los mismos.
Entonces, más allá del dragón de 45 mil cabezas y la mítica espada de Felipe El Rabioso, la primera que tendría que haber sido fulminada por no corregir los niveles verdaderamente insostenibles en LFC se llama Georgina Kessel, secretaria de Energía del calderonato y presidenta de la junta de gobierno de la paraestatal defenestrada, y de su mano el director general de Luz y Fuerza del Centro, Jorge Gutiérrez Vera, quienes pospusieron y pospusieron y no se animaron a anteponer el interés de la nación para resolver el entuerto. Junto a ese par, de tiempo atrás un ejército de funcionarios tendría que haber sido dado de baja. El artículo 6 del citado estatuto precisa: “la junta de gobierno (de LFC) se integra por el secretario de Energía, quien la presidirá, y por sendos representantes de las secretarías de Hacienda y Crédito Público; de Desarrollo Social; de Economía; de Medio Ambiente, Recursos Naturales, por conducto de la Comisión Nacional del Agua; asimismo, por el director general de la Comisión Federal de Electricidad, y tres representantes del sindicato titular del contrato colectivo de trabajo que rija las relaciones laborales en el organismo. La junta de gobierno designará a su secretario. Los integrantes de la junta de gobierno nombrarán a sus respectivos suplentes y en ausencia del secretario de Energía la junta de gobierno será presidida por el director general de la Comisión Federal de Electricidad… (además) el representante que al efecto nombre la Secretaría de la Función Pública, y su respectivo suplente”.
Todos ellos, dice Calderón, se doblegaron ante el dragón de las 45 mil cabezas. Sin embargo, como se constata, el SME sólo ocupaba tres sillas en la junta de gobierno, y el gobierno federal las siete restantes, pero –según el inquilino de Los Pinos– ese tercia de asientos se imponían a la operación de la empresa en el contrato colectivo, obligaban a la misma a ponderar en sus decisiones administrativas, más que las necesidades de los usuarios, las exigencias de los líderes sindicales. Entonces, con mayor razón, los pusilánimes representantes gubernamentales en LFC se ganaron a pulso el despido, pero se pospuso y pospuso.
Lo anterior se redondea con el artículo 7 del mismo estatuto: “la junta sesionará válidamente y sus decisiones serán obligatorias, cuando se reúnan la mayoría de sus integrantes. Las decisiones se tomarán por mayoría de votos y en caso de empate, el presidente (Georgina Kessel en este caso) tendrá voto de calidad…” Y el artículo 8 precisa: “la junta se reunirá una vez cada tres meses, cuando menos (…) Las resoluciones de la junta se tomarán por mayoría de los miembros presentes”.
Las rebanadas del pastel
Entonces, queda la duda: ¿los siete representantes del gobierno calderonista votaron a favor de los tres del SME, o cómo fue?
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Pedro Miguel: Navegaciones
La señora Eduviges Manzano, madre de Jacinta, había esperado muchos meses el momento de hablar con su hija. Y he ahí que ésta, tras un año de ausencia, aparecía de pronto, de la mano de un hombre desconocido, le arrojaba un saludo insípido y se dirigía a trompicones a la bodega de la azotea, y cuando descubría que su amorosa mamá había escombrado y limpiado ese espacio, se echaba a llorar, maldecía y se iba de la casa como había llegado, como poseída, jalando tras de sí a ese novio, o amante, o prometido, o lo que fuera; y se largaba sin preguntar por la salud de ella, de Eduviges y, lo más importante, sin preguntar por papá, el hombre de su vida (o sea, la de ella, de Eduviges), el marido trabajador y sin vicios que les había dado todo aunque él había salido de la nada, el humilde joven que empezó a trabajar como mozo en un despacho y se jubiló como gerente de sucursal; el ser humano discreto que escuchaba y escuchaba y escuchaaaaaaba los problemas ajenos sin abrumar a nadie con los propios, el enigmático cuya vida se encontraba tan bien aceitada que parecía no tenerla, el hombrecillo gris, el reservado que dejó de hablar con ella hasta de las cosas más insignificantes, el adulto mayor que empezó a llenarse de escondrijos y de cajones con llave, el maniático que gritaba: ¡no me toques mis cosas! cuando ella pretendía sacudir y poner orden, el maldito bastardo que acababa de largarse con una enfermera gorda y piruja a la que conoció en el hospital cuando lo operaron de hemorroides; y ella (doña Eduviges, claro), que tan abnegadamente lo había atendido en casa después de la intervención quirúrgica, que le había limpiado el... el... pues sí: el culo, con el mismo esmero y cuidado con que pulía el borde de plata del camafeo que heredó de su abuela; ella, Eduviges Manzano, se veía sometida al escarnio y la murmuración de los vecinos porque, para colmo, el desgraciado había sacado sus maletas de la casa a las dos y media de la tarde, justo a la hora en que regresaban de la escuela los nietecitos de la señora Martínez, que es tan chismosa, y se había tragado el coraje y el orgullo y no había querido contarle nada a Jacinta, ni por correo ni por teléfono, para no echarle a perder su estancia en Europa...
* * *
Conforme se hacía viejo, notaba el incremento de un peso en el cuerpo. No eran sólo los años, ni la fatiga de las batallas, de las cabalgatas y de los trabajos sin número por los que había pasado, y ni siquiera las intrigas inacabables de la Corte (más cuenta me habría tenido conquistar Sevilla y Madrid que no la Tenochtitlan, pensaba, ante cada nuevo enredo en el que se veía envuelto), sino porque a cada paso se topaba con la futilidad de su soberbia. Cuando lo asaltaban esos pensamientos procuraba apaciguarlos formulando alguna pregunta a Tomás, su brujo de Chiapas, y como aquello ocurría con mayor frecuencia mientras avanzaba en edad, dio y tomó por mantenerlo a su lado en todo momento. Él preguntaba y el brujo le respondía cosas que no parecían tener sentido pero que, sin embargo, le daban alguna serenidad. Él preguntaba y Tomás respondía. Así era siempre. En su última travesía a la Península, una noche de calma chicha a mitad del océano, cuando ambos paseaban en silencio sus insomnios por la cubierta de la nao, le sorprendió y le admiró que el indio maya lo interrogara a él, a don Hernando Cortés, con la misma parsimonia y parquedad que ponía en sus respuestas:
SCJN ante Oaxaca: resolución y claroscuros
Por mayoría –siete votos contra cuatro–, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió señalar al gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, y a otros funcionarios de su administración, como responsables de violaciones graves a las garantías individuales ocurridas durante el conflicto que se registró entre mayo de 2006 y enero de 2007 en la capital de esa entidad.
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Por mayoría –siete votos contra cuatro–, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió señalar al gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, y a otros funcionarios de su administración, como responsables de violaciones graves a las garantías individuales ocurridas durante el conflicto que se registró entre mayo de 2006 y enero de 2007 en la capital de esa entidad.
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El Correo Ilustrado
En defensa de Luz y Fuerza del Centro
Sólo deseo expresar mi apoyo a las demandas del SME y reprobrar enérgicamente las arbitrariedades de Felipe Calderón. No es justa la manera en que decidió desaparecer Luz y Fuerza del Centro (LFC). Es un acto que me llena de enojo, de impotencia de mirar cómo vende poco a poco a mi querido México, sólo para beneficiar a una elite y arrojar a la inmensa mayoría de mexicanos a la desesperación y angustia de saberse sin empleo y estar a la deriva. Otro acto que me llena de rabia es observar cómo la mayoría de los medios de comunicación se han vendido y han lapidado, linchado a esta empresa paraestatal (sin dar a conocer la otra cara de la moneda, cómo se está defendiendo LFC, el apoyo que está teniendo de juristas conocidos), y lo peor de todo es que demasiada gente ataca de igual manera y sin saber que en el fondo hay intereses particulares, negociazos para sólo unos cuantos... Es una tristeza el gobierno actual. Me duele en el alma que México esté siendo entregado a la IP. Apoyo al SME. Adelante con esta marcha y que sepa el gobierno que a México lo defenderemos hombres honestos, ciudadanos responsables.
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Adolfo Sánchez Rebolledo: SME y el Estado impune
Con el manotazo contra el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), el gobierno de Felipe Calderón cruzó una frontera que parecía infranqueable: poner en la calle a 44 mil trabajadores de un solo golpe y desaparecer al sindicato que los representa mediante un mismo acto de poder. El Presidente prosigue, y en cierta forma supera, la penosa historia antisindical que ha impedido, mediante la intervención del Estado, la formación de un sólido movimiento obrero autónomo e independiente. Esta vez, el ataque ha sido dirigido contra un gremio particularmente combativo e irritante para el poder, capaz de cometer errores, sin duda, pero inmerecedor del trato ilegal al que se ha visto sometido.
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Con el manotazo contra el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), el gobierno de Felipe Calderón cruzó una frontera que parecía infranqueable: poner en la calle a 44 mil trabajadores de un solo golpe y desaparecer al sindicato que los representa mediante un mismo acto de poder. El Presidente prosigue, y en cierta forma supera, la penosa historia antisindical que ha impedido, mediante la intervención del Estado, la formación de un sólido movimiento obrero autónomo e independiente. Esta vez, el ataque ha sido dirigido contra un gremio particularmente combativo e irritante para el poder, capaz de cometer errores, sin duda, pero inmerecedor del trato ilegal al que se ha visto sometido.
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Jorge Durand: Punto de saturación
Todo parece indicar que la emigración mexicana ha llegado a un punto de saturación. Los indicadores del Inegi, Conapo, la Encuesta Nacional de Empleo; la Migra (HLS), el Centro Hispánico Pew y el Proyecto de Migración de México reportan una tendencia a la baja. De acuerdo con cálculos de Jeffrey Passel, el mejor especialista estadunidense en contar indocumentados, la cifra total de indocumentados de todas las nacionalidades bajó de 12.4 millones en 2007 a 11.9 en 2008. Es decir, se contabilizaron 500 mil indocumentados menos.
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Todo parece indicar que la emigración mexicana ha llegado a un punto de saturación. Los indicadores del Inegi, Conapo, la Encuesta Nacional de Empleo; la Migra (HLS), el Centro Hispánico Pew y el Proyecto de Migración de México reportan una tendencia a la baja. De acuerdo con cálculos de Jeffrey Passel, el mejor especialista estadunidense en contar indocumentados, la cifra total de indocumentados de todas las nacionalidades bajó de 12.4 millones en 2007 a 11.9 en 2008. Es decir, se contabilizaron 500 mil indocumentados menos.
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Octavio Rodríguez Araujo: El chivo expiatorio
El 9 de febrero de 1994 el Diario Oficial de la Federación publicó el decreto que creó el organismo descentralizado Luz y Fuerza del Centro (LFC). El decreto fue firmado por Carlos Salinas de Gortari y varios de sus secretarios de gabinete, pero no el de Gobernación. El nuevo organismo sustituyó a las empresas en liquidación, que eran las compañías de Luz y Fuerza del Centro, de Luz y Fuerza de Pachuca, de Mexicana Meridional de Fuerza y de Luz y Fuerza de Toluca.
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El 9 de febrero de 1994 el Diario Oficial de la Federación publicó el decreto que creó el organismo descentralizado Luz y Fuerza del Centro (LFC). El decreto fue firmado por Carlos Salinas de Gortari y varios de sus secretarios de gabinete, pero no el de Gobernación. El nuevo organismo sustituyó a las empresas en liquidación, que eran las compañías de Luz y Fuerza del Centro, de Luz y Fuerza de Pachuca, de Mexicana Meridional de Fuerza y de Luz y Fuerza de Toluca.
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Soledad Loaeza: Antiliberalismo mexicano
El decreto presidencial que establece la desaparición de Luz y Fuerza del Centro ha reactivado las pulsiones corporativas de sectores de opinión renuentes a la plena transformación del sistema político. En la defensa de los intereses del sindicato de electricistas, el SME, se descubre la tensión que históricamente ha opuesto el liberalismo individualista –igualmente aborrecido por la izquierda y por la derecha–, y la defensa del gremio, de los cuerpos, de los actores colectivos, que comparten los católicos y la vieja izquierda que siempre han mirado con desconfianza al liberalismo. Como ha señalado el gobierno, lo que está en juego es el interés particular de un grupo, el SME, frente al interés general que representa el Estado.
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El decreto presidencial que establece la desaparición de Luz y Fuerza del Centro ha reactivado las pulsiones corporativas de sectores de opinión renuentes a la plena transformación del sistema político. En la defensa de los intereses del sindicato de electricistas, el SME, se descubre la tensión que históricamente ha opuesto el liberalismo individualista –igualmente aborrecido por la izquierda y por la derecha–, y la defensa del gremio, de los cuerpos, de los actores colectivos, que comparten los católicos y la vieja izquierda que siempre han mirado con desconfianza al liberalismo. Como ha señalado el gobierno, lo que está en juego es el interés particular de un grupo, el SME, frente al interés general que representa el Estado.
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Ángel Guerra Cabrera: Los cinco y la venganza del imperio
Hay hechos que provocan sentimientos antagónicos. Tal es el caso de la revisión de la condena de Antonio Guerrero Ramos, uno de los cinco antiterroristas cubanos, por la jueza Jean Lenard, de Miami, quien ahora la redujo a 21 años y 10 meses en lugar de la sentencia de por vida más 10 años impuesta por ella misma en junio de 2001. Por un lado infunde esperanza, por otro indignación. Esperanza por que confirma que la escala adquirida por la solidaridad internacional con los cinco preocupa a Washington, que desde el principio ha hecho de éste un proceso netamente político en que a los antiterroristas se les hace pagar vengativamente por la voluntad de lucha por su independencia y autodeterminación mostrada por el pueblo cubano durante medio siglo. De modo que, como se ha comprobado desde el juicio en Miami y en las distintas instancias de apelación, en este caso no hay nada que esperar del sistema de administración de justicia y todo de la solidaridad internacional. Sin ella no se habría producido la reducción de la sentencia de Antonio, ni su anulación previa, junto a las de Ramón Labañino Salazar (cadena perpetua más 18 años) y Fernando González Llort (19 años) ordenada por el tribunal de apelaciones de Atlanta. Los tres llevan 11 años tras las rejas junto a sus compañeros Gerardo Hernández Nordelo, condenado a dos cadenas perpetuas más 15 años, y René González Sehwerert, 15 años.
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Hay hechos que provocan sentimientos antagónicos. Tal es el caso de la revisión de la condena de Antonio Guerrero Ramos, uno de los cinco antiterroristas cubanos, por la jueza Jean Lenard, de Miami, quien ahora la redujo a 21 años y 10 meses en lugar de la sentencia de por vida más 10 años impuesta por ella misma en junio de 2001. Por un lado infunde esperanza, por otro indignación. Esperanza por que confirma que la escala adquirida por la solidaridad internacional con los cinco preocupa a Washington, que desde el principio ha hecho de éste un proceso netamente político en que a los antiterroristas se les hace pagar vengativamente por la voluntad de lucha por su independencia y autodeterminación mostrada por el pueblo cubano durante medio siglo. De modo que, como se ha comprobado desde el juicio en Miami y en las distintas instancias de apelación, en este caso no hay nada que esperar del sistema de administración de justicia y todo de la solidaridad internacional. Sin ella no se habría producido la reducción de la sentencia de Antonio, ni su anulación previa, junto a las de Ramón Labañino Salazar (cadena perpetua más 18 años) y Fernando González Llort (19 años) ordenada por el tribunal de apelaciones de Atlanta. Los tres llevan 11 años tras las rejas junto a sus compañeros Gerardo Hernández Nordelo, condenado a dos cadenas perpetuas más 15 años, y René González Sehwerert, 15 años.
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Orlando Delgado Selley: La discusión presupuestal
La propuesta de paquete económico para 2010 ha logrado generar un acuerdo casi absoluto en contra. Como pocas veces, desde distintas atalayas, grupos empresariales, productores agrarios, universidades públicas, diferentes entidades federativas, entre otros, han manifestado su desacuerdo con la propuesta del Ejecutivo. Este desacuerdo se ha concentrado en el rechazo al incremento de diferentes impuestos, dada la situación recesiva que se vive. La Cámara Americana de Comercio, por ejemplo, ha planteado la inconveniencia de aumentar al mismo tiempo los impuestos al consumo y a la renta.
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La propuesta de paquete económico para 2010 ha logrado generar un acuerdo casi absoluto en contra. Como pocas veces, desde distintas atalayas, grupos empresariales, productores agrarios, universidades públicas, diferentes entidades federativas, entre otros, han manifestado su desacuerdo con la propuesta del Ejecutivo. Este desacuerdo se ha concentrado en el rechazo al incremento de diferentes impuestos, dada la situación recesiva que se vive. La Cámara Americana de Comercio, por ejemplo, ha planteado la inconveniencia de aumentar al mismo tiempo los impuestos al consumo y a la renta.
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Resulta difícil, al ver Cena de Reyes en dramaturgia de Nicolás Alvarado, no tener en cuenta el Homenaje Teatral a Alfonso Reyes, La conspiración de la Cucaña, de Alfonso de Maria y Campos y Luis de Tavira que dirigiera este último en 1989. En ambas se recuerda al gran polígrafo como conocedor y amante de la buena cocina y la buena bebida –aunque en la de la Cucaña se muestran muchas otras facetas y el propio Reyes aparece en escena– y en ambas se cita Memorias de cocina y de bodega. Es más, en Cena de Reyes se lleva al público a un inútil paseo por todo el espacio (el Teatro de la Ciudad fue en este caso) para darle pequeños sorbos de jerez y una pizca de comida, aunque posteriormente a algunos elegidos se les sirva un buen Tío Pepe y unos menos buenos bocados de cena y en La conspiración de la Cucaña los autores piden que en el vestíbulo, y antes de entrar a la sala, se ofrezca a los espectadores champán y canapés. Son las únicas similitudes y es necesario enfrentar la propuesta de Nicolás Alvarado sin sombra de lo que pudiera ser un remoto y olvidado antecedente.
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Luis Maldonado Venegas
El Día de la Raza y la realidad indígena
No hay un centímetro cuadrado de tierra en valles y montañas, un centímetro cúbico de agua en ríos y lagos, que no haya sido propiedad común de los indígenas hasta antes de la época de la Conquista española.
Cada casa, cada edificio, cada plaza, cada barrio o colonia que vemos se construyó sobre suelo indígena. Hoy, los documentos notariales certifican como “propiedad privada” toda esa riqueza. ¿Cómo vino a dar a nuestras manos?
Tres palabras españolas legitimaron el despojo hace casi 500 años: “Derecho de conquista”. Bartolomé de las Casas, el fraile dominico amigo de los indígenas, relata lo siguiente en uno de sus textos:
“Así que, desde la entrada de la Nueva España, que fue a 18 de abril del dicho año de 18, hasta el año de 30, que fueron 12 años enteros, duraron las matanzas y estragos que las sangrientas y crueles manos y espadas de los españoles hicieron continuamente en 450 leguas en torno casi de la ciudad de México y a su alrededor, donde cabían cuatro y cinco grandes reinos, tan grandes y harto más felices que España”.
En el norte, los indígenas fueron diezmados y los sobrevivientes confinados a la humillación de las reservaciones.
En nuestro México, por desgracia, no parece que haya poder humano ni voluntad política posible que rescate de la marginación y del hambre a poco más de 60 etnias, con casi 13 millones de indígenas marcados por el trauma que significó la Conquista para sus antepasados: lo perdieron todo, les quitaron todo.
La esperada y merecida justicia para los indígenas de México pareció asomarse en el reconocimiento de títulos virreinales sobre tierras comunales, así como en la creación del ejido. Pero ambas medidas parecen haber naufragado en un océano de corrupción, de asesinatos impunes, de sangrientas disputas hasta por un surco de tierra, de brutal e impune expoliación de caciques y de infames complicidades en el mundillo del poder y del dinero.
Presumimos de nuestra preocupación por salvaguardar su cultura, sus lenguas, normas y costumbres, pero al igual que lo hicieron los españoles hace 500 años blandiendo espadas y crucifijos, nosotros les imponemos hoy dominación y subordinación desde las escuelas con el pretexto de la “interculturalidad”. Nosotros decidimos su presente y su futuro.
Hay otros fenómenos que deben avergonzarnos: la venta de niñas y niños, el abandono de tierras, la discriminación cotidiana, la explotación masiva, una creciente desigualdad y la emigración; a este respecto, un conteo realizado en México en el año 2005 registró 150 mil indígenas menos que en el año 2000.
Y también debe considerarse un dilema no resuelto cabalmente: reivindicar el derecho de todas las mujeres indígenas a la diferencia cultural y, al mismo tiempo, el derecho a cambiar las costumbres que las oprimen o excluyen.
Ciertamente, ni idea tenía del porvenir el marinero Rodrigo de Triana el 12 de octubre de 1492, cuando avistó tierra después de dos aburridos y fatigosos meses de navegación con Cristóbal Colón. Mucho menos nuestro José Vasconcelos, al instituir para México esa fecha como Día de la Raza, como ya lo habían hecho otros países en un intento de sincretismo cultural.
luismaldonado@senado.gob.mx
Presidente del CEN de Convergencia y senador de la República
Cada casa, cada edificio, cada plaza, cada barrio o colonia que vemos se construyó sobre suelo indígena. Hoy, los documentos notariales certifican como “propiedad privada” toda esa riqueza. ¿Cómo vino a dar a nuestras manos?
Tres palabras españolas legitimaron el despojo hace casi 500 años: “Derecho de conquista”. Bartolomé de las Casas, el fraile dominico amigo de los indígenas, relata lo siguiente en uno de sus textos:
“Así que, desde la entrada de la Nueva España, que fue a 18 de abril del dicho año de 18, hasta el año de 30, que fueron 12 años enteros, duraron las matanzas y estragos que las sangrientas y crueles manos y espadas de los españoles hicieron continuamente en 450 leguas en torno casi de la ciudad de México y a su alrededor, donde cabían cuatro y cinco grandes reinos, tan grandes y harto más felices que España”.
En el norte, los indígenas fueron diezmados y los sobrevivientes confinados a la humillación de las reservaciones.
En nuestro México, por desgracia, no parece que haya poder humano ni voluntad política posible que rescate de la marginación y del hambre a poco más de 60 etnias, con casi 13 millones de indígenas marcados por el trauma que significó la Conquista para sus antepasados: lo perdieron todo, les quitaron todo.
La esperada y merecida justicia para los indígenas de México pareció asomarse en el reconocimiento de títulos virreinales sobre tierras comunales, así como en la creación del ejido. Pero ambas medidas parecen haber naufragado en un océano de corrupción, de asesinatos impunes, de sangrientas disputas hasta por un surco de tierra, de brutal e impune expoliación de caciques y de infames complicidades en el mundillo del poder y del dinero.
Presumimos de nuestra preocupación por salvaguardar su cultura, sus lenguas, normas y costumbres, pero al igual que lo hicieron los españoles hace 500 años blandiendo espadas y crucifijos, nosotros les imponemos hoy dominación y subordinación desde las escuelas con el pretexto de la “interculturalidad”. Nosotros decidimos su presente y su futuro.
Hay otros fenómenos que deben avergonzarnos: la venta de niñas y niños, el abandono de tierras, la discriminación cotidiana, la explotación masiva, una creciente desigualdad y la emigración; a este respecto, un conteo realizado en México en el año 2005 registró 150 mil indígenas menos que en el año 2000.
Y también debe considerarse un dilema no resuelto cabalmente: reivindicar el derecho de todas las mujeres indígenas a la diferencia cultural y, al mismo tiempo, el derecho a cambiar las costumbres que las oprimen o excluyen.
Ciertamente, ni idea tenía del porvenir el marinero Rodrigo de Triana el 12 de octubre de 1492, cuando avistó tierra después de dos aburridos y fatigosos meses de navegación con Cristóbal Colón. Mucho menos nuestro José Vasconcelos, al instituir para México esa fecha como Día de la Raza, como ya lo habían hecho otros países en un intento de sincretismo cultural.
luismaldonado@senado.gob.mx
Presidente del CEN de Convergencia y senador de la República
Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia
Segundo tiempo
Para una evaluación de la primera mitad, resulta indispensable la primera plana de ayer en EL UNIVERSAL, que no tiene desperdicio.
Primero, una encuesta —esta sí creíble— que prácticamente divide a la opinión pública entre los que aprueban y los que desaprueban la liquidación de Luz y Fuerza del Centro; aunque hay que reconocer la ventaja relativa de 48% a 43% para el gobierno. Llaman también la atención otros rubros del sondeo: desde luego funcionó la atosigante campaña contra el SME, cuando 66% a 18% dominan quienes piensan que los trabajadores maldecidos por el régimen tienen —o tenían— condiciones laborales muy superiores a los demás trabajadores mexicanos; pero la gente no se chupó todo el dedo porque una clara mayoría de 49% a 21% advierte que esas condiciones de privilegio eran también para los directores y empleados de confianza de la paraestatal y no sólo para la base sindicalizada. Pero en la misma encuesta hay una pregunta clave que está cerradísima: apenas por dos pelos de 41% a 39% se imponen los que opinan que mejoró el gobierno de Felipe Calderón a quienes piensan que, por el contrario, empeoró después del cierre de Luz y Fuerza.
Yo no sé qué cálculos hicieron los que desde el primer círculo apostaron a un gran golpe mediático que mostrara un gobierno macho, fuerte, audaz y valiente. Si brincan de gusto o si trinan de coraje porque creen que por tan dudoso resultado se pagó un precio demasiado alto.
Pero más aún, en esa misma primera plana de EL UNIVERSAL una gráfica comparativa entre la satanizada Luz y Fuerza y la idealizada Comisión Federal de Electricidad sintetiza que “tan caro el pinto como el colorado”. En datos reveladores como ingresos, aguinaldos, vacaciones, fondos de ahorro, energía gratis, renta de casa, jubilaciones y otros apoyos, se demuestra que los magnificados privilegios de los trabajadores del SME no son mucho mayores —y en varios aspectos son menores— a los que gozan trabajadores de la CFE.
En lo personal, hay otros números que tampoco me cuadran: se ha dicho hasta la saciedad que Luz y Fuerza requería de sólo 22 mil de sus 44 mil trabajadores parásitos; pero hasta ahora la CFE ha enviado sólo 8 mil para hacerse cargo en definitiva de la operación; por lo que, según yo, faltan 14 mil; a los que hay que sumar esos 8 mil que suponemos tienen que regresar a sus puestos en la eficientísima CFE; así que hay que preguntarse de dónde saldrán los 22 mil trabajadores necesarios para operar lo que fue Luz y Fuerza. ¿Acaso de entre los 44 mil despedidos e inútiles según el criterio oficial? O piensan inventarlos a todos de un día para otro en un gigantesco Frankenstein colectivo.
Por cierto, hoy comienza el segundo tiempo de este rudísimo partido que luego del descontón inicial promete muchas sorpresas. Este día habrán de mostrar el músculo el SME y sus aliados, en una marcha que desde ayer está siendo minimizada por quienes nunca caminan las calles y siguen viendo la realidad desde su pantalla de laptop o la ventanilla del avión. Por lo pronto, el árbitro ya pitó y el balón se puso en movimiento.
Para una evaluación de la primera mitad, resulta indispensable la primera plana de ayer en EL UNIVERSAL, que no tiene desperdicio.
Primero, una encuesta —esta sí creíble— que prácticamente divide a la opinión pública entre los que aprueban y los que desaprueban la liquidación de Luz y Fuerza del Centro; aunque hay que reconocer la ventaja relativa de 48% a 43% para el gobierno. Llaman también la atención otros rubros del sondeo: desde luego funcionó la atosigante campaña contra el SME, cuando 66% a 18% dominan quienes piensan que los trabajadores maldecidos por el régimen tienen —o tenían— condiciones laborales muy superiores a los demás trabajadores mexicanos; pero la gente no se chupó todo el dedo porque una clara mayoría de 49% a 21% advierte que esas condiciones de privilegio eran también para los directores y empleados de confianza de la paraestatal y no sólo para la base sindicalizada. Pero en la misma encuesta hay una pregunta clave que está cerradísima: apenas por dos pelos de 41% a 39% se imponen los que opinan que mejoró el gobierno de Felipe Calderón a quienes piensan que, por el contrario, empeoró después del cierre de Luz y Fuerza.
Yo no sé qué cálculos hicieron los que desde el primer círculo apostaron a un gran golpe mediático que mostrara un gobierno macho, fuerte, audaz y valiente. Si brincan de gusto o si trinan de coraje porque creen que por tan dudoso resultado se pagó un precio demasiado alto.
Pero más aún, en esa misma primera plana de EL UNIVERSAL una gráfica comparativa entre la satanizada Luz y Fuerza y la idealizada Comisión Federal de Electricidad sintetiza que “tan caro el pinto como el colorado”. En datos reveladores como ingresos, aguinaldos, vacaciones, fondos de ahorro, energía gratis, renta de casa, jubilaciones y otros apoyos, se demuestra que los magnificados privilegios de los trabajadores del SME no son mucho mayores —y en varios aspectos son menores— a los que gozan trabajadores de la CFE.
En lo personal, hay otros números que tampoco me cuadran: se ha dicho hasta la saciedad que Luz y Fuerza requería de sólo 22 mil de sus 44 mil trabajadores parásitos; pero hasta ahora la CFE ha enviado sólo 8 mil para hacerse cargo en definitiva de la operación; por lo que, según yo, faltan 14 mil; a los que hay que sumar esos 8 mil que suponemos tienen que regresar a sus puestos en la eficientísima CFE; así que hay que preguntarse de dónde saldrán los 22 mil trabajadores necesarios para operar lo que fue Luz y Fuerza. ¿Acaso de entre los 44 mil despedidos e inútiles según el criterio oficial? O piensan inventarlos a todos de un día para otro en un gigantesco Frankenstein colectivo.
Por cierto, hoy comienza el segundo tiempo de este rudísimo partido que luego del descontón inicial promete muchas sorpresas. Este día habrán de mostrar el músculo el SME y sus aliados, en una marcha que desde ayer está siendo minimizada por quienes nunca caminan las calles y siguen viendo la realidad desde su pantalla de laptop o la ventanilla del avión. Por lo pronto, el árbitro ya pitó y el balón se puso en movimiento.
Lydia Cacho
Plan B
¿País podrido?
Las calles se llenan de personas que defienden de todo. Sus cotos de poder corrupto o un puesto de trabajo digno; muchos defienden la injusticia de siglos de pobreza, otros su cómodo puesto de aviadores sindicales. Otros protegen sus canchas de tenis de superlujo y la posibilidad de manipular a miles de personas para avalar el sindicalismo charro electorero.
Cada persona que marcha tiene motivos personales, algunas defienden sus valores y otras sus intereses superfluos.
Otros les miran con recelo, descalifican su movilización y de pronto ya no hay personas: hay enemigos a muerte. Columnistas que escriben filtraciones desde el poder, otros que descalifican y se burlan de quienes marchan señalándoles como el mal del país. Otros les aplauden y les reivindican como si fueran todos santos, víctimas del sistema. Y la ira se retroalimenta.
Cada cultura construye sus propias justificaciones de las conductas violentas de sus miembros, provee normas como excusas culturales de la violencia, verbal, escrita o física. Lo peligroso es que estas prácticas cada vez más comunes en México ayudan a deshumanizar a los grupos que disienten.
La violencia alimenta la desconfianza, el odio. Millones ya no saben qué y en quién creer y aseguran que el país está podrido.
Lo malo de un país podrido es que las personas dejan de mirarse mutuamente como humanas, se cosifican como objetos descompuestos, incapaces de transformarse y crecer, de arrepentirse y mejorar. Hay quienes por la frustración sufren de embotamientos afectivos y dificultades para discriminar entre los estímulos externos y diferenciar entre lo verdaderamente esencial y lo que no lo es; lo que es honesto y lo deshonesto.
La moral y la ética tienen una mala fama en nuestro país. Fernando Savater dice que la ética es el saber vivir: el arte de discernir lo que nos conviene (lo bueno) y lo que no nos conviene (lo malo). El maestro nos recuerda que hay que inventar soluciones razonadas. México no se pudre, pero abonamos su descomposición cuando nos negamos a hacer una reflexión ética, cuando decidimos seguir animando el odio sin tomar decisiones informadas para negociar los conflictos y diferenciar entre los truhanes y las víctimas.
Las calles se llenan de personas que defienden de todo. Sus cotos de poder corrupto o un puesto de trabajo digno; muchos defienden la injusticia de siglos de pobreza, otros su cómodo puesto de aviadores sindicales. Otros protegen sus canchas de tenis de superlujo y la posibilidad de manipular a miles de personas para avalar el sindicalismo charro electorero.
Cada persona que marcha tiene motivos personales, algunas defienden sus valores y otras sus intereses superfluos.
Otros les miran con recelo, descalifican su movilización y de pronto ya no hay personas: hay enemigos a muerte. Columnistas que escriben filtraciones desde el poder, otros que descalifican y se burlan de quienes marchan señalándoles como el mal del país. Otros les aplauden y les reivindican como si fueran todos santos, víctimas del sistema. Y la ira se retroalimenta.
Cada cultura construye sus propias justificaciones de las conductas violentas de sus miembros, provee normas como excusas culturales de la violencia, verbal, escrita o física. Lo peligroso es que estas prácticas cada vez más comunes en México ayudan a deshumanizar a los grupos que disienten.
La violencia alimenta la desconfianza, el odio. Millones ya no saben qué y en quién creer y aseguran que el país está podrido.
Lo malo de un país podrido es que las personas dejan de mirarse mutuamente como humanas, se cosifican como objetos descompuestos, incapaces de transformarse y crecer, de arrepentirse y mejorar. Hay quienes por la frustración sufren de embotamientos afectivos y dificultades para discriminar entre los estímulos externos y diferenciar entre lo verdaderamente esencial y lo que no lo es; lo que es honesto y lo deshonesto.
La moral y la ética tienen una mala fama en nuestro país. Fernando Savater dice que la ética es el saber vivir: el arte de discernir lo que nos conviene (lo bueno) y lo que no nos conviene (lo malo). El maestro nos recuerda que hay que inventar soluciones razonadas. México no se pudre, pero abonamos su descomposición cuando nos negamos a hacer una reflexión ética, cuando decidimos seguir animando el odio sin tomar decisiones informadas para negociar los conflictos y diferenciar entre los truhanes y las víctimas.
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