Julio Hernández López: Astillero
Es el mundo electoral al revés: el ulisismo delincuencial invoca leyes y justicia para exigir que le sea retirado el registro a su único opositor verdadero, Gabino Cué, mientras César Nava de Patylú se reúne de nuevo con su cómplice en pactos inmorales, Fernando Gómez-Mont, para pedir desde el presunto poder federal que se ponga freno a la elección de Estado que en Yucatán estaría organizando la gobernadora aficionada al mapache pibil, y en Sinaloa el Partido del Trabajo ensaya fórmula hipócrita para beneficiar al perreanismo, evitando la presentación de un candidato propio a gobernador para así cumplir la instrucción lopezobradorista de no apoyar alianzas con el PAN, pero al mismo tiempo no dividir el voto esperado por el priísta ahora opositor conocido como Malova. Con ternura sin igual, el PT dará apoyo moral al candidato priísta del ex gobernador Juan S. Millán, postulado también por el PAN. Vaya tabla de valores: respaldo ético y práctico a quien formalmente no se apoya por sus alianzas inaceptables. ¡Viva la congruencia!
Decaimiento sostenido de los comicios como opción: en Aguascalientes el PAN arranca campaña sin candidato oficialmente registrado, pues Martín Orozco está sujeto a proceso judicial por una presunta triquiñuela que habría hecho para beneficiarse económicamente cuando era presidente municipal de la capital, lo que llevó a que el instituto electoral estatal le negara el derecho a competir, todo ello en el contexto de la embestida del actual gobernador, Luis Armando Reynoso –un caso de corrupción, frivolidad y oportunismo que ahora está jugando las contras al PAN nacional, es decir, al calderonismo–, contra la postulación de un correligionario que él, el cacique local blanquiazul, no acepta. El escándalo de las aguas panistas calientes ha llegado a la amenaza centralista de expulsar al gobernador rejego, quien a la vez acusa a Cesarín Nava de estar tejiendo una alianza “de facto” con el PRD para recargarse en este partido en caso de que el tribunal electoral federal confirme la negativa a Martín Orozco para que sea candidato panista.
En Tamaulipas, el mismo partido federalmente en el poder se queja de que no hay quienes deseen ser postulados a cargos de elección popular. José Julián Sacramento, senador que pidió licencia para ser candidato a gobernador sin esperanza alguna de ganar, ha dicho que en varios municipios no han registrado aspirantes a presidencias, ni a diputado en algún distrito, por las amenazas del narcotráfico, que así regula los comicios, aprobando o desaprobando la participación de ciertos ciudadanos o partidos. El fenómeno tamaulipeco se reproduce en otras partes del país, por lo cual sonó a autogol federal lo que dijo el dirigente nacional panista al rechazar el ofrecimiento de vigilancia que la administración estatal priísta hizo al amenazado Sacramento: Parece que un gobierno que no es capaz de garantizar la seguridad de los ciudadanos tampoco podría garantizar la seguridad de los candidatos, dijo C. Nava sin reparar en la justa adjudicación que de esa frase se podría hacer a la administración calderonista.
Al precandidato Peña Nieto tampoco parecieran dársele las declaraciones afortunadas en materia de narcotráfico y seguridad pública. Con gran desparpajo ha dejado constancia de que la zona metropolitana conurbada es un refugio de líderes de bandas comercializadoras de droga, en razón del gran mercado que significa la aglomeración humana que forman el Distrito Federal y el estado de México. A Peña Nieto no se le dan los asuntos relacionados con leyes y justicia (allí están, como ejemplos contundentes, la impunidad otorgada al tío impulsor, Arturo Montiel Rojas, y el caso de la niña Paulette, manipulado con descaro y derivado ahora hacia detalles menores), así es que tampoco cree necesario rendir cuentas judiciales de la reunión que en Puebla tuvo para impulsar las candidaturas priístas a gobernador de esa entidad y de Tlaxcala. Tramposamente dice que son ataques políticos en su contra y anuncia otras salidas de turismo electoral que realizará en fechas próximas.
La embarrada narcoinmobiliaria de Peña Nieto no afectó en nada los planes electorales y de financiamiento que hoy consumen la atención del otro precandidato en activo, CaMarchelo Ebrard, que anuncia cobros sacados de la manga por habilitados cambios de tarjetas de circulación y, en tanto, sigue en sus giras de promoción personal, con la esperanza puesta en que a López Obrador le sea imposible remontar la enorme campaña de descrédito desatada en su contra y entonces el actual jefe de gobierno quede como única opción posible, como beneficiario paciente de un seguro de vida política obligadamente cobrado. El tabasqueño persistente, a su vez, declara orgullosamente instalada la organización nacional que necesitamos para la transformación del país. Ahora sí tiene con qué defender un triunfo electoral, con 15 mil dirigentes, 2 mil 500 comités municipales y 2.5 millones de representantes.
En otras pistas del gran circo nacional, Fox insulta a los diputados federales que no logran demostrar el gran saqueo al erario que practicó a su arrasador paso por Los Pinos, en tanto su sucesor, Felipe Calderón, plantaba un ósculo en la mejilla de la señora Margarita para responder al coro peticionario de asistentes a un acto oficial conmemorativo de maternidades. Un momento conyugal de picardía aterrizada en una caricia de superficie.
Y, mientras Emilio Gamboa (el político XHEG, por su permanente sintonía con los intereses de las grandes televisoras) se acomoda en su nuevo nicho futurista de la CNOP, ocupado hasta ahora por el tamaulipeco Marco Antonio Bernal, miembro destacado del equipo principal de Manlio Fabio Beltrones, ¡hasta mañana, con esta especie de semifinal feliz en Día de las Madres, con Lisette Farah llegando a acuerdos con su esposo para recuperar a la hija sobreviviente!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Es el mundo electoral al revés: el ulisismo delincuencial invoca leyes y justicia para exigir que le sea retirado el registro a su único opositor verdadero, Gabino Cué, mientras César Nava de Patylú se reúne de nuevo con su cómplice en pactos inmorales, Fernando Gómez-Mont, para pedir desde el presunto poder federal que se ponga freno a la elección de Estado que en Yucatán estaría organizando la gobernadora aficionada al mapache pibil, y en Sinaloa el Partido del Trabajo ensaya fórmula hipócrita para beneficiar al perreanismo, evitando la presentación de un candidato propio a gobernador para así cumplir la instrucción lopezobradorista de no apoyar alianzas con el PAN, pero al mismo tiempo no dividir el voto esperado por el priísta ahora opositor conocido como Malova. Con ternura sin igual, el PT dará apoyo moral al candidato priísta del ex gobernador Juan S. Millán, postulado también por el PAN. Vaya tabla de valores: respaldo ético y práctico a quien formalmente no se apoya por sus alianzas inaceptables. ¡Viva la congruencia!
Decaimiento sostenido de los comicios como opción: en Aguascalientes el PAN arranca campaña sin candidato oficialmente registrado, pues Martín Orozco está sujeto a proceso judicial por una presunta triquiñuela que habría hecho para beneficiarse económicamente cuando era presidente municipal de la capital, lo que llevó a que el instituto electoral estatal le negara el derecho a competir, todo ello en el contexto de la embestida del actual gobernador, Luis Armando Reynoso –un caso de corrupción, frivolidad y oportunismo que ahora está jugando las contras al PAN nacional, es decir, al calderonismo–, contra la postulación de un correligionario que él, el cacique local blanquiazul, no acepta. El escándalo de las aguas panistas calientes ha llegado a la amenaza centralista de expulsar al gobernador rejego, quien a la vez acusa a Cesarín Nava de estar tejiendo una alianza “de facto” con el PRD para recargarse en este partido en caso de que el tribunal electoral federal confirme la negativa a Martín Orozco para que sea candidato panista.
En Tamaulipas, el mismo partido federalmente en el poder se queja de que no hay quienes deseen ser postulados a cargos de elección popular. José Julián Sacramento, senador que pidió licencia para ser candidato a gobernador sin esperanza alguna de ganar, ha dicho que en varios municipios no han registrado aspirantes a presidencias, ni a diputado en algún distrito, por las amenazas del narcotráfico, que así regula los comicios, aprobando o desaprobando la participación de ciertos ciudadanos o partidos. El fenómeno tamaulipeco se reproduce en otras partes del país, por lo cual sonó a autogol federal lo que dijo el dirigente nacional panista al rechazar el ofrecimiento de vigilancia que la administración estatal priísta hizo al amenazado Sacramento: Parece que un gobierno que no es capaz de garantizar la seguridad de los ciudadanos tampoco podría garantizar la seguridad de los candidatos, dijo C. Nava sin reparar en la justa adjudicación que de esa frase se podría hacer a la administración calderonista.
Al precandidato Peña Nieto tampoco parecieran dársele las declaraciones afortunadas en materia de narcotráfico y seguridad pública. Con gran desparpajo ha dejado constancia de que la zona metropolitana conurbada es un refugio de líderes de bandas comercializadoras de droga, en razón del gran mercado que significa la aglomeración humana que forman el Distrito Federal y el estado de México. A Peña Nieto no se le dan los asuntos relacionados con leyes y justicia (allí están, como ejemplos contundentes, la impunidad otorgada al tío impulsor, Arturo Montiel Rojas, y el caso de la niña Paulette, manipulado con descaro y derivado ahora hacia detalles menores), así es que tampoco cree necesario rendir cuentas judiciales de la reunión que en Puebla tuvo para impulsar las candidaturas priístas a gobernador de esa entidad y de Tlaxcala. Tramposamente dice que son ataques políticos en su contra y anuncia otras salidas de turismo electoral que realizará en fechas próximas.
La embarrada narcoinmobiliaria de Peña Nieto no afectó en nada los planes electorales y de financiamiento que hoy consumen la atención del otro precandidato en activo, CaMarchelo Ebrard, que anuncia cobros sacados de la manga por habilitados cambios de tarjetas de circulación y, en tanto, sigue en sus giras de promoción personal, con la esperanza puesta en que a López Obrador le sea imposible remontar la enorme campaña de descrédito desatada en su contra y entonces el actual jefe de gobierno quede como única opción posible, como beneficiario paciente de un seguro de vida política obligadamente cobrado. El tabasqueño persistente, a su vez, declara orgullosamente instalada la organización nacional que necesitamos para la transformación del país. Ahora sí tiene con qué defender un triunfo electoral, con 15 mil dirigentes, 2 mil 500 comités municipales y 2.5 millones de representantes.
En otras pistas del gran circo nacional, Fox insulta a los diputados federales que no logran demostrar el gran saqueo al erario que practicó a su arrasador paso por Los Pinos, en tanto su sucesor, Felipe Calderón, plantaba un ósculo en la mejilla de la señora Margarita para responder al coro peticionario de asistentes a un acto oficial conmemorativo de maternidades. Un momento conyugal de picardía aterrizada en una caricia de superficie.
Y, mientras Emilio Gamboa (el político XHEG, por su permanente sintonía con los intereses de las grandes televisoras) se acomoda en su nuevo nicho futurista de la CNOP, ocupado hasta ahora por el tamaulipeco Marco Antonio Bernal, miembro destacado del equipo principal de Manlio Fabio Beltrones, ¡hasta mañana, con esta especie de semifinal feliz en Día de las Madres, con Lisette Farah llegando a acuerdos con su esposo para recuperar a la hija sobreviviente!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Enrique Galván Ochoa: Dinero
a firma consultora Deloitte genera cada tres meses el Barómetro de Empresas; es el resultado de un sondeo que lleva a cabo entre los ejecutivos de las más importantes compañías respecto de sus preocupaciones. A veces coinciden en que la mayor, en tal trimestre, es la inflación; otras ocasiones el tipo de cambio, o los desacuerdos entre los jefes de los partidos políticos. El más reciente Barómetro develó que la mayor inquietud de los hombres de negocios en el momento presente tiene que ver con la inseguridad. Tomen nota de este dato: Deloitte decidió cerrar sus oficinas en Ciudad Juárez y sus ejecutivos trabajan en sus hogares desde computadoras conectadas a la red. Han recibido amenazas. Se trata de preservar la seguridad de su personal. Otras empresas están haciendo lo mismo, en la medida en que la naturaleza de sus funciones lo permite.
Don Beltrone no la hizo en Twitter
No todos los personajes de la política resisten la exposición pública en Internet. Recientemente don Beltrone tuvo que cerrar su cuenta en Twitter –apenas duró dos días–, porque la gente comenzó a darle con todo. Ahora el senador sonorense, que rivaliza con don Copetone por el apoyo de Televisa en sus aspiraciones por llegar a Los Pinos, se hace publicidad en Google. También tiene un portal en la red, pero no permite comentarios negativos: www.senadorbeltrones.com.
Continúa en Facebook, muy filtradito, dicen que se manda poner mensajes de felicitación.
Carlos Fernández-Vega: México SA
Los mexicanos deben congratularse porque el derecho a la información está garantizado constitucionalmente. También, por la existencia del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI). Por si fuera poco, desde el micrófono oficial cotidianamente se presume la creciente transparencia en el ejercicio del poder y en la utilización de los recursos públicos, así como el decidido combate a la opacidad. Felicidades, pues, pero no se vayan con la finta: una cosa es lo que establece la ley y otra muy distinta la práctica gubernamental.
Desde los tiempos de López Portillo se adicionó al sexto constitucional aquello del derecho a la información, aunque en los hechos la pelea interinstitucional es saber quién desinforma más; con el advenimiento del cambio surgió el IFAI, y en 2007 se agregaron algunas frases sobre el mismo tema a dicho artículo de la Carta Magna. Ahora todos los mexicanos tienen derecho a la información, pero el gobierno es el que determina el alcance y decide qué sí y qué no, y hasta dónde llega ese derecho. Algo se ha avanzado sí, porque ahora es posible tener acceso a ciertos legajos y detalles, pero cuando se trata de asuntos verdaderamente relevantes, el inquilino en turno de Los Pinos saca su varita mágica y con un simple movimiento transforma la información pública (y de pasadita cancela el derecho de los mexicanos) en información reservada, que mantiene bajo 500 candados (el Fobaproa, para no ir más lejos). Así de sencillo, en este decidido combate a la opacidad, según reza el discurso oficial.
Por ejemplo, los mexicanos tienen derecho a saber cuánto recauda el fisco, pero no a quiénes privilegia el gobierno con esos mismos recursos; tienen derecho a saber a cuánto asciende el presupuesto de gastos fiscales, pero no a qué empresas y empresarios se beneficia con todo tipo de exenciones y regímenes tributarios especiales; tienen derecho a ser informados sobre la cancelación de créditos fiscales, pero no a quiénes (nombres), por cuánto (montos) y con base en qué (argumentos). El gobierno, pues, decide de qué tamaño es el derecho a la información que garantiza una señora llamada Constitución.
Como se ha comentado en este espacio, en 2007 el Servicio de Administración Tributaria, el SAT, decidió cancelar créditos fiscales por cerca de 74 mil millones de pesos en beneficio de un grupo de empresas y empresarios, cuyos nombres se niega a revelar, aduciendo razones de secrecía, protección de la identidad fiscal de los beneficiarios y costo de recuperación muy alto. Conocida la generosa condonación fiscal, algunos ciudadanos exigieron al organismo público divulgar el inventario detallado de los favorecidos, el monto desglosado y con base en qué tomó tan humanitaria decisión en contra de los intereses nacionales.
Como era de esperarse, el Sistema de Administración Tributaria los mandó a paseo, de tal suerte que los ciudadanos, en ejercicio de su derecho constitucional, recurrieron al IFAI, organismo que actuó en consecuencia: el pasado 11 de marzo ordenó al SAT que abriera el expediente y lo hiciera público (decisión que fue calificada de hecho sin precedentes), mandato que el organismo dependiente de la Secretaría de Hacienda simple y sencillamente se pasó por el arco del triunfo, al tiempo que recurrió al amparo –promovido directamente por el titular del propio SAT, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, y un grupo de funcionarios de primer nivel– para que un juez protegiera su negativa a informar.
El IFAI amenazó con denunciar, ante la Secretaría de la Función Pública, a los servidores públicos que abiertamente se negaron a cumplir con la citada orden, pero los del Sistema de Administración Tributaria como quienes oyen llover. Cobijados con su amparo mantienen su postura, y a la comisionada presidenta, Jacqueline Peschard, le mandan decir que le haga como quiera, que de cualquier forma ellos no sueltan el expediente. Así transcurrieron casi dos meses, hasta que el pasado viernes un juez federal revocó el amparo que protegía a los señores del SAT, lo que hasta el momento no lo ha hecho cambiar de postura: el inventario de beneficiarios se mantiene reservado y el grupo de funcionarios en desacato.
De ese tamaño son los intereses que protege el calderonato, de tal suerte que, si bien no se conocen los nombres de empresas y empresarios beneficiados con la cancelación de 74 mil millones de pesos en créditos fiscales, es fácil suponer de quiénes se trata. La propia Auditoría Superior de la Federación hizo el siguiente señalamiento: otra de las áreas de opacidad verdaderamente preocupantes, es la pésima eficiencia recaudatoria del Estado mexicano, último lugar en la OCDE. Los grandes problemas: un padrón de contribuyentes insuficiente, el sector informal de la economía, el contrabando, la falta de certidumbre jurídica en el marco jurídico impositivo, los créditos fiscales incobrables y la pérdida de juicios para recuperar los grandes volúmenes de impuestos que no se recaudan. Y aquí cabría preguntar: ¿por qué se pierden los juicios? ¿Hay abogados o instancias oficiales que manejan los juicios con toda la intención para que sean perdidos? Ésa es la gran pregunta. Si vemos la cartera de recuperación de créditos fiscales nos damos cuenta de que arriba de 50 por ciento de la cartera de créditos fiscales son incobrables.
Así es, no ose un ciudadano de a pie dejar de pagar un peso al SAT, porque en cuestión de minutos encima le cae la jauría con órdenes de embargo bajo el brazo. Pero entratándose de los barones mexicanos, todo es generosidad y opacidad. Ese mismo 2007 la propia ASF denunció que en la revisión de la Cuenta de la Hacienda Pública Federal correspondiente a 2005 se logró documentar que 0.04 por ciento de los deudores de créditos fiscales concentraron 48.3 por ciento del adeudo total por ese concepto, y que la mayoría del débito resultaba “irrecuperable o está en litigio… De lo anterior se desprende que no existe un límite para la determinación de créditos fiscales y que ciertos contribuyentes han omitido sus obligaciones por un tiempo prolongado”. No obstante, se detectaron contribuyentes con créditos fiscales que en 2005 obtuvieron devoluciones de impuestos por parte del SAT. Entre los beneficiarios aparecían bancos, televisoras, ingenios azucareros, constructoras, cuatro clubes de futbol, dos empresas de transporte, un partido político, empresas de entretenimiento y comunicaciones, y una compañía editorial.
Las rebanadas del pastel
Entonces, ¿qué sigue, señores comisionados del IFAI?
cfvmexico_sa@hotmail.com - mexicosa@infinitum.com.mx
Marco Buenrostro y Cristina Barros: Itacate
Entre los cientos de plantas comestibles que son originarias de nuestro país, figura el guamúchil. Se trata de un árbol de entre cinco y 20 metros de altura según la región en la que crece. Su nombre técnico es Pithecollobium dulce y pertenece al género de las mimosas; es una leguminosa, como ocurre también con el guaje.
El follaje de este árbol está compuesto por numerosas ramas, sus hojas son ligeras y se mantiene siempre verde, pues cambia sus hojas paulatinamente sin que quede nunca desnudo o sin follaje. Las flores son de color amarillento o blanco verdoso y están dispuestas en racimos; los pájaros se alimentan con sus finos estambres. Los frutos son bayas que pueden tener 15 centímetros de largo, son torcidos en espiral y sus semillas se encuentran en compartimientos estrangulados. Son redondeadas, planas y negras rodeadas de un arillo carnoso de color blanco o rojizo de sabor dulce, que se consume como golosina y se utiliza para elaborar agua fresca.
Carlos Bonfil: El Foro de la Cineteca
Una leyenda acapulqueña: el Perro Largo (Hilario Martínez Valvidia), buzo profesional, personaje pintoresco, querido y respetado por méritos propios y por su cercanía real o inventada con las personalidades extranjeras, hombres políticos y figuras de la farándula (Edward Kennedy, Johnny Weismuller, Silvana Pampanini y un largo etcétera), que en los años 50 y 60 del siglo pasado visitaron el puerto, engalanando la Reseña Internacional de Cine, aportando esplendor instantáneo y mil anécdotas para gacetillas y noticieros gráficos.
El Acapulco del jet set post-alemanista y lo que trabajosamente fue sobreviviendo, y que en su momento capturó la lente de Demetrio Bilbatúa para programado asombro de propios y extraños. Ese Acapulco mítico, anterior a la especulación inmobiliaria y a las periódicas incursiones de los narcotraficantes, es el que hoy recrea el cineasta Carlos Hagerman, con testimonios e imágenes de archivo, en su nostálgico y efusivo documental Vuelve a la vida.
La historia de este coctel fílmico la cuenta John Grillo, hijastro del Perro Largo, y comienza por explicar el doble significado del apodo del protagonista: largo por la estatura y por su fama de hablador y mitotero, perro por sus dientes filosos y posiblemente por su habilidad para caer bien y ser de todo mundo amigo y recuerdo entrañable. Su esposa, Robyn Sidney, una espléndida modelo anglosajona, con el finísimo talle de moda en la época (el look Twiggy), llegó a Acapulco en compañía del pequeño John, y se enamoró del Perro Largo Martínez.
El eurorrescate
Tras las desastrosas caídas de las bolsas de valores del mundo la semana pasada, las finanzas planetarias fueron llevadas a un nuevo pico de optimismo por la decisión de la Unión Europea (UE) de poner a disposición de la colapsada Grecia (y otros países del viejo continente en riesgo de sufrir turbulencias económicas, entre éstos España, Portugal e Irlanda, principalmente) un fondo de 720 mil millones de euros –casi un billón de dólares–, de los cuales el Fondo Monetario Internacional (FMI) aportará cerca de 250 mil millones. El plan no sólo aspira a aliviar las dificultades de endeudamiento de los gobiernos en problemas , sino también, y sobre todo, a garantizar la estabilidad financiera de la UE y la solidez de la divisa común.
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El Correo Ilustrado
Apagones en Iztapalapa dañan aparatos eléctricos, se queja
Soy residente de la colonia Juan Escutia, delegación Iztapalapa, y quiero expresar mi gran molestia ante la serie de apagones que ocurren todas las tardes, lo cual ha provocado descomposición de la comida en el refrigerador y de aparatos eléctricos.
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Enrique Semo: ¿Por qué se rebela la gente?
La revolución es un concepto construido por la ciencia social y la experiencia popular. Se trata de un conjunto de sucesos que unidos tienen un significado que los trasciende. Si hablamos de la Revolución Mexicana no sólo nos referimos al Plan de San Luis Potosí, fechado el 5 de octubre 1910, en donde Madero fijó el domingo 20 de noviembre a las seis de la tarde como día y hora en que todas las poblaciones debían levantarse en armas contra Porfirio Díaz. Tampoco es el congreso Constituyente que se reunió el 21 de noviembre de 1916 en Querétaro para redactar una nueva Constitución. La revolución incluye todos los sucesos que llevaron del primer paso en 1910 al segundo en 1916. Analizados por sí mismos, sin construir la relación que existe entre ellos, no tienen el significado de una revolución, que es una transformación profunda de la realidad política y social en la cual interviene como actor importante el pueblo, o una gran parte del pueblo.
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Eduardo Galeano: Roque Dalton
Hace treinta y cinco años, Roque fue asesinado mientras dormía.
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José Blanco: Declive de Europa
No será a corto plazo. Europa está más amenazada por la crisis económica iniciada por Estados Unidos, que Estados Unidos mismo. Pero en la globalización las carambolas son la regla. Obama está ahora preocupado por el impacto de la crisis griega en el conjunto de Europa. Si podemos estabilizar Europa, eso será bueno para Estados Unidos; la crisis griega es una seria amenaza para Estados Unidos. “Podemos…”
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Marco Rascón: La noche de la derecha y la restauración
Quizás para los gobiernos el impacto de la guerra contra la actividad económica nocturna sea considerado un daño colateral. Lo cierto es que la causa contra el crimen organizado ha dado gran impulso a políticas conservadoras y ha marcado la filosofía de los gobiernos en la idea de tutelar el comportamiento de los ciudadanos mediante el aumento de regulaciones, reglamentos, prohibiciones, restricciones que siempre fueron causa estructural para la corrupción, con base en generar incumplimiento.
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Luis Hernández Navarro: La magia del chuj
Uno tras otro, los últimos presidentes de la República se han tomado la foto con los caciques del municipio de San Juan Chamula. A la menor provocación, acompañados por los gobernadores en turno, los mandatarios se han puesto el chuj de lana, el sombrero tradicional con listones de colores, el pañuelo y el morral al hombro, mientras reciben el bastón de mando y se retratan con los mandamás del ayuntamiento.
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Javier Flores: Un nuevo camino para la UACM
Yo no creo que el elemento principal de la ceremonia en la que Esther Orozco tomó posesión como nueva rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) haya sido el rechazo de su comunidad al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, como se ha dicho en varios medios de comunicación. Algunos gritos aislados –el anonimato, a mi juicio, resta valor y calidad a la protesta– no traducen, ni por asomo, el ánimo que privó en el acto con el que se inicia una nueva etapa en la vida de la institución de educación superior más joven en la capital del país.
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Graciela Schmilchuk, la curadora, logró una selección de la trayectoria de una Helen Escobedo a escala humana, acompañando cada conjunto de explicaciones breves sobre los contextos respectivos, concebidas también con sentido museográfico.
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Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia
Las madres más tristes del mundo
Están en México, en Hermosillo. Y ayer vivieron el segundo día más doloroso de su existencia. El primero fue hace casi un año, aquel 5 de junio que no debió existir jamás. Cuando ocurrió lo inimaginable. El más horrendo de los crímenes en la historia de este país. Nunca una tragedia. Porque estas corresponden —temblores, inundaciones o huracanes— a caprichos terribles de la naturaleza o a fallas técnicas o humanas que provocan muertos y heridos.
Aquí hay un crimen colectivo de larga data. Que comenzó mucho antes del día del incendio y que todavía hoy no termina. Primero, muchos años de corrupción utilizando una obligación del estado como franquicia para favorecer a unos cuantos con la envoltura de la subrogación. Un esquema perverso en la habilitación de guarderías para los jodidos; es decir los trabajadores, ellos y ellas. Porque, entre menos gasten los dueños, mayores son sus ganancias.
El ejemplo prototípico de todo esto lo ha sido la guardería ABC donde siempre alardearon de influencias en las más altas esferas del poder; una de sus socias presume de ser prima de doña Margarita, la primera dama del país. Tal vez fue por eso que el presidente Calderón recibió —casi un año después— tan sólo a los padres menos incómodos. Y no a los que conforman el Movimiento 5 de Junio en memoria de aquel día del horror; aunque nadie sea capaz de imaginar el indecible sufrimiento de los 49 niños que murieron y de otros sesenta que sobreviven con graves secuelas. Hoy, los padres y madres de todos luchan contra otro crimen no menos cruel: el de la desmemoria. Evitar a toda costa que el desdén y el olvido conspiren con la impunidad y la injusticia.
Yo no creo en los roles esquemáticos del padre duro y rudo y la madre débil y tierna. A lo largo de estos meses he visto quebrarse a algunos padres varones de los niños de Hermosillo. En cambio, me ha conmovido la fortaleza de algunas madres por mantenerse en la lucha. Sin embargo, está claro que hay una relación primigenia entre madres e hijos desde el momento mismo de la concepción que se nutre de la sensibilidad irrepetible y mutua sobre todo en los primeros años de la vida, cuando hay que bañarlos, vestirlos y llevarlos a la escuela… o a la guardería.
En el momento de escribir estas líneas es 10 de mayo, día de las madres. Así que, además de mis querencias, no puedo menos que dedicarlas a quienes me estremecen con su sufrimiento, pero también me asombran con su fortaleza. Por eso las he acompañado siempre en su dolor infinito, pero también en su demanda permanente de justicia.
Están en México, en Hermosillo. Y ayer vivieron el segundo día más doloroso de su existencia. El primero fue hace casi un año, aquel 5 de junio que no debió existir jamás. Cuando ocurrió lo inimaginable. El más horrendo de los crímenes en la historia de este país. Nunca una tragedia. Porque estas corresponden —temblores, inundaciones o huracanes— a caprichos terribles de la naturaleza o a fallas técnicas o humanas que provocan muertos y heridos.
Aquí hay un crimen colectivo de larga data. Que comenzó mucho antes del día del incendio y que todavía hoy no termina. Primero, muchos años de corrupción utilizando una obligación del estado como franquicia para favorecer a unos cuantos con la envoltura de la subrogación. Un esquema perverso en la habilitación de guarderías para los jodidos; es decir los trabajadores, ellos y ellas. Porque, entre menos gasten los dueños, mayores son sus ganancias.
El ejemplo prototípico de todo esto lo ha sido la guardería ABC donde siempre alardearon de influencias en las más altas esferas del poder; una de sus socias presume de ser prima de doña Margarita, la primera dama del país. Tal vez fue por eso que el presidente Calderón recibió —casi un año después— tan sólo a los padres menos incómodos. Y no a los que conforman el Movimiento 5 de Junio en memoria de aquel día del horror; aunque nadie sea capaz de imaginar el indecible sufrimiento de los 49 niños que murieron y de otros sesenta que sobreviven con graves secuelas. Hoy, los padres y madres de todos luchan contra otro crimen no menos cruel: el de la desmemoria. Evitar a toda costa que el desdén y el olvido conspiren con la impunidad y la injusticia.
Yo no creo en los roles esquemáticos del padre duro y rudo y la madre débil y tierna. A lo largo de estos meses he visto quebrarse a algunos padres varones de los niños de Hermosillo. En cambio, me ha conmovido la fortaleza de algunas madres por mantenerse en la lucha. Sin embargo, está claro que hay una relación primigenia entre madres e hijos desde el momento mismo de la concepción que se nutre de la sensibilidad irrepetible y mutua sobre todo en los primeros años de la vida, cuando hay que bañarlos, vestirlos y llevarlos a la escuela… o a la guardería.
En el momento de escribir estas líneas es 10 de mayo, día de las madres. Así que, además de mis querencias, no puedo menos que dedicarlas a quienes me estremecen con su sufrimiento, pero también me asombran con su fortaleza. Por eso las he acompañado siempre en su dolor infinito, pero también en su demanda permanente de justicia.
Alberto Aziz Nassif
¿Qué le pasó a los partidos?
Cuando se mira lo que ha pasado con la política mexicana en los últimos 10 años, se entiende de mejor forma lo que le ha sucedido a los principales partidos en nuestro país. En general, podemos ver que a 10 años de haber tenido la primera alternancia presidencial hay cambios importantes, pero infortunadamente, la gran mayoría nos muestran una visión bastante negativa de estos privilegiados actores de la vida pública, que generan tanta desconfianza a los ciudadanos. Veamos sólo algunos rasgos.
Lejos ha quedado la división entre oposición y gobierno, que fue el núcleo de una larga lucha por democratizar las reglas del juego electoral. Ahora los principales partidos son gobierno en diferentes niveles, con la salvedad de que la izquierda no ha podido llegar a Los Pinos, tanto por sus errores, como por los enormes esfuerzos que ha realizado la derecha para impedírselo por las buenas y, sobre todo, por las malas. México pasó del PRI al PAN, dos partidos que comparten en su mayor parte el proyecto económico, el modelo neoliberal que se construyó desde los años ochenta y que necesita una cirugía mayor.
El PRI, desde que dejó la Presidencia de la República, ha estado obsesionado por su regreso a Los Pinos; ha sido una oposición chantajista que se resiste a ser parte activa de las reformas que necesita el país y comparte con el PAN los ejes básicos del proyecto económico. El PRI ha tenido dos ciclos similares en cada uno de los sexenios panistas, pierde la elección presidencial y luego gana las elecciones intermedias y se recupera en las elecciones locales, lo cual le ha permitido tener expectativas firmes para recuperar la Presidencia. Sin cambios internos notorios, tiene una eficaz maquinaria electoral y se mantiene de forma competitiva como el partido a vencer tanto para el PAN, como para el PRD. Este año puede recuperar Aguascalientes, Tlaxcala y Zacatecas, pero puede perder Oaxaca e Hidalgo.
El PAN se ha transformado de forma radical desde que ganó la Presidencia en el año 2000. Ha dejado atrás la imagen del partido de oposición que durante décadas construyó una ética de la política y de la educación ciudadana y se ha mudado hacia un organismo pragmático, factor que siempre es positivo en un gobierno, pero se fue al extremo de desdibujarse por completo. Fox abusó de las herramientas del poder para alterar las condiciones de la competencia, para detener a AMLO; y Calderón, que llegó con una legitimidad cuestionada de origen, ha tenido resultados negativos, sobre todo en su equivocada estrategia de combate al narco. Los gobiernos panistas han recrudecido su contenido de derecha y el partido ha sido tomado por grupos de una derecha extrema; el panismo ha disminuido de forma consistente su componente de liberal y de centro. Prácticamente el panismo más liberal se encuentra marginado o ya no está en el escenario político. Los resultados de sus dos gobiernos llevan a ver un país en donde ha aumentado la pobreza y la desigualdad del ingreso; el PAN persigue causas de derecha que se contraponen a la cultura que defiende los derechos de las minorías, está en favor de la penalización del aborto y en contra de los matrimonios gay. Mantiene alianzas con la parte más corporativa del viejo régimen y está sometido a los intereses monopólicos. Sus pleitos locales lo han fracturado, ver el ejemplo de Aguascalientes.
El PRD, partido que surgió a raíz de la fraudulentas elecciones de 1988, ha sido el mayor esfuerzo de confluencia partidista de las fuerzas de izquierda. Después del sexenio salinista, donde se les reprimió y se les hizo fraude, el PRD empezó a crecer electoralmente, a ganar gobiernos locales, hasta llegar a conquistar espacios que lo ubicaron como una alternativa de gobierno. En 1997 se emparejó al PAN y ganó la ciudad de México y en el año 2006 estuvo a punto de ganar la Presidencia. Desde entonces ha entrado en una espiral a la baja. Ha perdido millones de votos y se ha convertido en el partido más rechazado. Una parte de la explicación tiene que ver con su estrategia ante el resultado del 2006; otra con los liderazgos que se han ido y, además, sus grupos internos se han enemistado. Hoy el caso de Zacatecas es un indicador de sus pulsiones hacia la fragmentación. Su capacidad de influencia en el Congreso ha disminuido de forma notable y sus perspectivas para el 2010 son muy complicadas. Parece como si el PRD, que llegó a sus 21 años, se hubiera pulverizado.
En suma, tres fenómenos atraviesan a los partidos políticos en México: obsesión tricolor por el poder, perversión blanquiazul ante el poder y pulverización amarilla frente al poder.
Investigador del CIESAS
Lejos ha quedado la división entre oposición y gobierno, que fue el núcleo de una larga lucha por democratizar las reglas del juego electoral. Ahora los principales partidos son gobierno en diferentes niveles, con la salvedad de que la izquierda no ha podido llegar a Los Pinos, tanto por sus errores, como por los enormes esfuerzos que ha realizado la derecha para impedírselo por las buenas y, sobre todo, por las malas. México pasó del PRI al PAN, dos partidos que comparten en su mayor parte el proyecto económico, el modelo neoliberal que se construyó desde los años ochenta y que necesita una cirugía mayor.
El PRI, desde que dejó la Presidencia de la República, ha estado obsesionado por su regreso a Los Pinos; ha sido una oposición chantajista que se resiste a ser parte activa de las reformas que necesita el país y comparte con el PAN los ejes básicos del proyecto económico. El PRI ha tenido dos ciclos similares en cada uno de los sexenios panistas, pierde la elección presidencial y luego gana las elecciones intermedias y se recupera en las elecciones locales, lo cual le ha permitido tener expectativas firmes para recuperar la Presidencia. Sin cambios internos notorios, tiene una eficaz maquinaria electoral y se mantiene de forma competitiva como el partido a vencer tanto para el PAN, como para el PRD. Este año puede recuperar Aguascalientes, Tlaxcala y Zacatecas, pero puede perder Oaxaca e Hidalgo.
El PAN se ha transformado de forma radical desde que ganó la Presidencia en el año 2000. Ha dejado atrás la imagen del partido de oposición que durante décadas construyó una ética de la política y de la educación ciudadana y se ha mudado hacia un organismo pragmático, factor que siempre es positivo en un gobierno, pero se fue al extremo de desdibujarse por completo. Fox abusó de las herramientas del poder para alterar las condiciones de la competencia, para detener a AMLO; y Calderón, que llegó con una legitimidad cuestionada de origen, ha tenido resultados negativos, sobre todo en su equivocada estrategia de combate al narco. Los gobiernos panistas han recrudecido su contenido de derecha y el partido ha sido tomado por grupos de una derecha extrema; el panismo ha disminuido de forma consistente su componente de liberal y de centro. Prácticamente el panismo más liberal se encuentra marginado o ya no está en el escenario político. Los resultados de sus dos gobiernos llevan a ver un país en donde ha aumentado la pobreza y la desigualdad del ingreso; el PAN persigue causas de derecha que se contraponen a la cultura que defiende los derechos de las minorías, está en favor de la penalización del aborto y en contra de los matrimonios gay. Mantiene alianzas con la parte más corporativa del viejo régimen y está sometido a los intereses monopólicos. Sus pleitos locales lo han fracturado, ver el ejemplo de Aguascalientes.
El PRD, partido que surgió a raíz de la fraudulentas elecciones de 1988, ha sido el mayor esfuerzo de confluencia partidista de las fuerzas de izquierda. Después del sexenio salinista, donde se les reprimió y se les hizo fraude, el PRD empezó a crecer electoralmente, a ganar gobiernos locales, hasta llegar a conquistar espacios que lo ubicaron como una alternativa de gobierno. En 1997 se emparejó al PAN y ganó la ciudad de México y en el año 2006 estuvo a punto de ganar la Presidencia. Desde entonces ha entrado en una espiral a la baja. Ha perdido millones de votos y se ha convertido en el partido más rechazado. Una parte de la explicación tiene que ver con su estrategia ante el resultado del 2006; otra con los liderazgos que se han ido y, además, sus grupos internos se han enemistado. Hoy el caso de Zacatecas es un indicador de sus pulsiones hacia la fragmentación. Su capacidad de influencia en el Congreso ha disminuido de forma notable y sus perspectivas para el 2010 son muy complicadas. Parece como si el PRD, que llegó a sus 21 años, se hubiera pulverizado.
En suma, tres fenómenos atraviesan a los partidos políticos en México: obsesión tricolor por el poder, perversión blanquiazul ante el poder y pulverización amarilla frente al poder.
Investigador del CIESAS
Alejandro Encinas Rodríguez
Ciudad de México, Ciudad Capital
Sinuosa ha sido la historia de la Ciudad de México por alcanzar su autonomía política. Desde 1824, año en que se crea el Distrito Federal, la confrontación entre liberales y conservadores, federalistas y centralistas, izquierdas y derechas, y sus distintas visiones de país, han atado las posibilidades de edificar una ciudadanía y un gobierno local con derechos plenos.
Si bien se han logrado avances con la elección de jefe de gobierno, asambleístas y jefes delegacionales, el proceso de conformación de un gobierno propio se ha frenado y podría revertirse. Basta analizar las iniciativas de reforma al estatus jurídico del DF, promovidas por el PAN y el PRI, en las que lejos de favorecer la democratización de la Ciudad y ampliar el ejercicio de derechos de sus habitantes, buscan frenar la consolidación de su gobierno y regresar al viejo régimen de subordinación, limitando las atribuciones políticas y la capacidad económica de los poderes locales.
Para retomar el camino de la democratización de la capital debe establecerse la autonomía de la Ciudad de México respecto a los poderes federales, trascendiendo el estatus jurídico de DF, para convertirlo en ciudad capital, gozando de los mismos derechos y prerrogativas constitucionales que cualquier otra entidad de la República. Así, la ciudad de México, en tanto capital de la República, se mantendría como sede de los poderes federales, pero su Ejecutivo local contaría con facultades, para solicitar endeudamiento ante el Congreso local y para designar a los responsables de la procuración de justicia y seguridad pública. El Legislativo local contaría con facultades para legislar en todas las materias, autorizar la deuda del Gobierno, iniciar leyes ante el Congreso de la Unión, y formar parte del Constituyente permanente.
La Ciudad Capital contaría con una Constitución propia que establecería el régimen interno de gobierno, el número de demarcaciones territoriales en que se subdividiría la entidad; las modalidades del gobierno territorial —llámense alcaldías y cabildos o cualquier otra denominación—, las particularidades de coordinación con el gobierno central y dichas demarcaciones y, en especial los derechos de los ciudadanos para intervenir en los asuntos públicos y en el ejercicio de la democracia directa (plebiscito, referéndum, revocación de mandato, iniciativa popular, rendición de cuentas, candidaturas independientes).
Esta reforma permitiría que fueran los capitalinos quienes decidieran sus propias formas de gobierno, rompiendo la tutela indebida que actualmente ejercen otras entidades sobre asuntos ajenos a su competencia, al prevalecer atribuciones del Congreso de la Unión sobre los derechos de los ciudadanos y su gobierno en la capital.
Al mismo tiempo, se modificarían en definitiva los términos de relación con los poderes federales, estableciendo en la Constitución local la necesaria colaboración del gobierno capitalino para que el territorio pueda fungir como capital, auxiliando al poder federal en todo lo referente a su residencia, al tiempo que la autoridad federal asumiría el costo de capitalidad, es decir, los recursos presupuestales que le significan a la Ciudad ser sede de los poderes federales, entre otros: atender embajadas o resguardar funcionarios y la infraestructura federal.
El punto de partida reside en la reforma al artículo 122 de la Constitución, para que la Ciudad sea sede de los Poderes de la Unión y Capital de los Estados Unidos Mexicanos; que mantenga su autonomía en su régimen interior y se organice conforme a la Constitución de la Ciudad de México; que establezca los derechos y obligaciones de los ciudadanos y personas que en ella se encuentren, y que la ciudadanía pueda ejercer el poder público, de manera autónoma, a través de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Una reforma de tal magnitud conduciría necesariamente a convocar a un Congreso Constituyente de la Ciudad Capital, lo que posibilitaría un ejercicio democrático sin precedente, ya que una transformación de esta naturaleza no podría reducirse a lograr una constitución aprobada por mayoría calificada en el Congreso local, sino que debería someterse al plebiscito público, para que sean los capitalinos y sólo ellos, quienes decidan libremente su forma de gobierno y la forma en que quieren ejercer sus derechos.
alejandro.encinas@congreso.gob.mx
Coordinador de los Diputados Federales del PRD
Si bien se han logrado avances con la elección de jefe de gobierno, asambleístas y jefes delegacionales, el proceso de conformación de un gobierno propio se ha frenado y podría revertirse. Basta analizar las iniciativas de reforma al estatus jurídico del DF, promovidas por el PAN y el PRI, en las que lejos de favorecer la democratización de la Ciudad y ampliar el ejercicio de derechos de sus habitantes, buscan frenar la consolidación de su gobierno y regresar al viejo régimen de subordinación, limitando las atribuciones políticas y la capacidad económica de los poderes locales.
Para retomar el camino de la democratización de la capital debe establecerse la autonomía de la Ciudad de México respecto a los poderes federales, trascendiendo el estatus jurídico de DF, para convertirlo en ciudad capital, gozando de los mismos derechos y prerrogativas constitucionales que cualquier otra entidad de la República. Así, la ciudad de México, en tanto capital de la República, se mantendría como sede de los poderes federales, pero su Ejecutivo local contaría con facultades, para solicitar endeudamiento ante el Congreso local y para designar a los responsables de la procuración de justicia y seguridad pública. El Legislativo local contaría con facultades para legislar en todas las materias, autorizar la deuda del Gobierno, iniciar leyes ante el Congreso de la Unión, y formar parte del Constituyente permanente.
La Ciudad Capital contaría con una Constitución propia que establecería el régimen interno de gobierno, el número de demarcaciones territoriales en que se subdividiría la entidad; las modalidades del gobierno territorial —llámense alcaldías y cabildos o cualquier otra denominación—, las particularidades de coordinación con el gobierno central y dichas demarcaciones y, en especial los derechos de los ciudadanos para intervenir en los asuntos públicos y en el ejercicio de la democracia directa (plebiscito, referéndum, revocación de mandato, iniciativa popular, rendición de cuentas, candidaturas independientes).
Esta reforma permitiría que fueran los capitalinos quienes decidieran sus propias formas de gobierno, rompiendo la tutela indebida que actualmente ejercen otras entidades sobre asuntos ajenos a su competencia, al prevalecer atribuciones del Congreso de la Unión sobre los derechos de los ciudadanos y su gobierno en la capital.
Al mismo tiempo, se modificarían en definitiva los términos de relación con los poderes federales, estableciendo en la Constitución local la necesaria colaboración del gobierno capitalino para que el territorio pueda fungir como capital, auxiliando al poder federal en todo lo referente a su residencia, al tiempo que la autoridad federal asumiría el costo de capitalidad, es decir, los recursos presupuestales que le significan a la Ciudad ser sede de los poderes federales, entre otros: atender embajadas o resguardar funcionarios y la infraestructura federal.
El punto de partida reside en la reforma al artículo 122 de la Constitución, para que la Ciudad sea sede de los Poderes de la Unión y Capital de los Estados Unidos Mexicanos; que mantenga su autonomía en su régimen interior y se organice conforme a la Constitución de la Ciudad de México; que establezca los derechos y obligaciones de los ciudadanos y personas que en ella se encuentren, y que la ciudadanía pueda ejercer el poder público, de manera autónoma, a través de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Una reforma de tal magnitud conduciría necesariamente a convocar a un Congreso Constituyente de la Ciudad Capital, lo que posibilitaría un ejercicio democrático sin precedente, ya que una transformación de esta naturaleza no podría reducirse a lograr una constitución aprobada por mayoría calificada en el Congreso local, sino que debería someterse al plebiscito público, para que sean los capitalinos y sólo ellos, quienes decidan libremente su forma de gobierno y la forma en que quieren ejercer sus derechos.
alejandro.encinas@congreso.gob.mx
Coordinador de los Diputados Federales del PRD
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