Carlos Acosta Córdova
MÉXICO, D.F., 14 de mayo (apro).- Con todo y los 290 mil empleos nuevos creados entre enero y marzo de este año --que con bombo y platillo anunció el gobierno federal--, el número de personas sin ocupación alguna, en ese lapso, aumentó en 170 mil respecto del mismo periodo del año pasado.
En efecto, en el primer trimestre de 2009, el número de desempleados fue de 2 millones 289 mil; un año después, en el primer trimestre de 2010, ya eran 2 millones 459 mil personas las que quedaron en la calle: 170 mil más.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer hoy los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del primer trimestre del año, y de la cual se desprenden las cifras anteriores.
En su reporte, el INEGI revela que la tasa de desocupación en dicho lapso fue de 5.3% de la Población Económicamente Activa (PEA), superior a la tasa de 5.1% registrada en el mismo periodo del año 2009.
Pero no sólo aumentó el número de personas que perdieron su trabajo. Las que teniéndolo, pero que les deja un ingreso insuficiente para satisfacer sus necesidades básicas, y por lo cual buscan otro empleo o más horas de trabajo, aumentaron en mayor proporción.
Según el INEGI, la población subocupada en el primer trimestre de este año fue de 4.1 millones de personas, el 9.4% de la población ocupada, mientras que un año antes, en el mismo lapso, eran 3.4 millones de personas, el 8% de la población ocupada.
Es decir, 700 mil personas con trabajo se sumaron a las filas de quienes andan a la caza de otro empleo para conseguir un ingreso apenas para satisfacer sus necesidades elementales.
Dicho de otra forma, en el primer trimestre de 2010, una de cada diez personas con empleo necesita de otra u otras ocupaciones… para apenas pasarla.
Desde otra óptica, que 700 mil personas deban buscar un empleo adicional es indicativo de la baja calidad de los trabajos que se están creando: mal pagados, sin prestaciones y muchos de ellos temporales.
Otro dato de la realidad del empleo en el país, con las cifras del INEGI, lo ofrece el sector informal. Según la institución, en el primer trimestre de este año había 12.5 millones de personas (el 28.6% de la población ocupada) en la informalidad. Un año antes, en esa condición había 12.1 millones de personas, el 28.2% de la población ocupada en el primer trimestre de 2009.
Es decir, 400 mil personas se sumaron, en un año, a la informalidad.
Este dato, que en sí mismo abruma, adquiere otra dimensión si se le compara con el ritmo de crecimiento de la población ocupada. Según el INEGI, en el primer trimestre de 2009 la población ocupada ascendía a 42 millones 916 mil personas; un año después era de 43 millones 634 mil. Es decir, aumentó en 718 mil.
Entonces, si ahora hay 718 mil ocupaciones más, pero de ellas 400 mil son informales, quiere decir que no sólo la informalidad avanza a un ritmo más acelerado, sino que ésta provee, o al menos proveyó en el primer trimestre de este año, casi el 56% de los empleos nuevos.
Para el primer trimestre de este año, comparado con el mismo lapso del año anterior, el saldo, entonces, es: 170 mil personas más en el desempleo absoluto; 700 mil personas buscando otro empleo, para obtener un mejor ingreso, y 400 mil personas más en la informalidad.
Y si se compara este primer trimestre con el primer trimestre del primer año de gobierno de la que se anunció como la “presidencia del empleo”, el saldo es lapidario:
En el primer trimestre de 2007 había 1 millón 748 mil personas desempleadas, hoy hay 2 millones 459 mil: 711 mil más. Había 3 millones 267 mil personas subocupadas, ahora son 4 millones 100 mil, un aumento de más de 800 mil en esa condición. En la informalidad había, en 2007, 11.4 millones de personas, hoy son 12.5 millones, un millón 100 mil más.
Nada, pues, para celebrar.
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