Julio Hernández López: Astillero
La identidad del Coloso de las Fiestas Patrias añadió certezas a la conmemorativa saga felipista de despilfarro, frivolidad, irresponsabilidad e inducción contrarrevolucionaria. El enigmático cuerpo en partes –¡en época de descuartizados!– que fue llevado a la Plaza de la Constitución para ser armado y levantado como aparatosa presunción de una suerte de Hombre Nuevo, proveniente de luchas varias, pero decidido a avanzar y triunfar, resultó tener el rostro de Benjamín Argumedo, el León de la Laguna, cuyos cambios de bando combatiente en la Revolución Mexicana acabaron ubicándolo en el catálogo negativo, en la estantería de quienes habiendo peleado desde flancos revolucionarios terminaron siendo considerados traidores o, cuando menos, inconsecuentes crónicos: Argumedo, preservado en el recuerdo más por un corrido que por su tino histórico, combatió a Madero y Villa, reconoció a Huerta y terminó sus días peleando al lado de Zapata. A pesar de ese carácter, cuando menos polémico o dudoso, la cara de Argumedo fue usada por el escultor Juan Carlos Canfield para el famoso Coloso de la noche del 15. Él mismo lo reconoció así en su página de Internet, aunque, con sentido culposo, quitó la referencia horas después de que en las redes sociales comenzó una intensa discusión sobre el tema; aun así no pudo evitar reconocer en otros espacios que había usado el rostro del general lagunero como referencia, todo ello como parte de una serie de enredos y tropiezos que coronó ayer la SEP al dictaminar, mentirosamente, que: El rostro del Coloso no retrata ningún personaje en particular. A la mendacidad absoluta, la oficina de prensa de Alonso Lujambio pretendió añadir un regaño o advertencia a quienes critican o disienten, pues la tal SEP considera indebido que se busque politizar la producción artística de los creadores del Coloso con alegatos que quieren generar división donde no debe haberla. ¿No retrata ningún personaje en particular? Lean lo que en una entrevista declaró el escultor Canfield: Yo le comento, con toda sinceridad, que nuestro director escénico es Jorge Vargas, él es del estado de Durango y al principio, dado que teníamos que darle una identidad al Coloso, Jorge sugirió que tomáramos únicamente el rostro de Benjamín Argumedo, por el tremendo carácter que tiene este retrato.
No es un dato desdeñable ni aislado el de la personalidad tomada como base para la construcción de una obra que se pensó en términos de recrear y consolidar la conciencia histórica de los mexicanos. Mucho menos si esa reivindicación o exaltación encubierta tiene como compañía otros esfuerzos de la administración calderonista por disminuir, confundir o combatir la visión histórica, hasta ahora dominante, que proviene justamente de la victoria de las posiciones independentistas, nacionalistas, revolucionarias y populares, a contrapelo de las entreguistas, conservadoras, elitistas y reaccionarias a las que el panismo gobernante se adhiere activamente. Calderón dedicó el año entero a desinflar cualquier espíritu genuino de celebración épica relacionada con la Independencia y la Revolución mexicanas, convirtiendo su organización en botín político y económico, fuente de nuevas riquezas particulares, motivo de más desánimo popular. Por ello se pretendió instaurar como tema oficial del bicentenario una pésima tonadilla (letra de Jaime López y música de Aleks Syntek), cuya ejecución fue repudiada el propio 15; por ello se pervirtió el significado de la serpiente en el escudo nacional, según las cartas ansiosas de legitimación que Felipe envió a millones de domicilios asegurando que representa a los enemigos del país. Y el hecho de que la serpiente esté siendo devorada por el águila, significa que el pueblo mexicano vence a sus enemigos. Felipe ansioso de legitimar su guerra sangrienta, al grado de acomodar el sentido de las fiestas patrias y la interpretación de los símbolos patrios a sus obsesiones belicistas. A la extrema desesperación ha llevado a Ciudad Juárez el Padre de la Patria Fallida, el comandante Calderón. Luego que un joven fotógrafo fuera asesinado en una plaza comercial y otro fuera herido, el Diario de Juárez ha llegado a un punto doloroso: pedir tregua al narcotráfico gobernante y solicitar indicaciones respecto a lo que ha de publicarse o no. En su editorial de ayer, disponible en http://bit.ly/aAt6ns y titulado: ¿Qué quieren de nosotros?, los directivos de esa publicación expresan: “... queremos que nos expliquen qué es lo que quieren de nosotros, qué es lo que pretenden que publiquemos o dejemos de publicar, para saber a qué atenernos. Ustedes son, en estos momentos, las autoridades de facto en esta ciudad, porque los mandos instituidos legalmente no han podido hacer nada para impedir que nuestros compañeros sigan cayendo, a pesar de que reiteradamente se los hemos exigido”. Las palabras de los periodistas juarenses se producen al mismo tiempo que va confirmándose la versión, dada a conocer por algunos de los secuestrados en Durango y luego supuestamente rescatados por las labores de inteligencia de la Secretaría federal de Seguridad Pública: no hubo tales hazañas liberadoras, pues los captores soltaron a los periodistas y éstos, luego de correr por las calles, encontraron a policías federales, en una peculiar sucesión de acontecimientos que han hecho cuando menos a uno de los camarógrafos involucrados hablar de montajes, procesos éstos de fabulación de los que ha sido insistentemente acusado el secretario García Luna. Y, mientras las desgracias de origen natural golpean con fuerza en lugares como Veracruz, dañados estructural e institucionalmente por la corrupción y el desorden gubernamentales, y mientras la Iglesia católica entra en Oaxaca a tratar de mediar en el conflicto de San Juan Copala para impedir la masacre anunciada que el ulisismo no quiere impedir, ¡hasta mañana, con los priístas buscando diseminar por el país los candados contra alianzas partidistas que están produciendo en Toluca! Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Enrique Galván Ochoa: Dinero
En su edición de ayer domingo publicó El Diario de Ciudad Juárez un editorial insólito dirigido a los capos del narcotráfico: “Ustedes son, en estos momentos, las autoridades de facto en esta ciudad, porque los mandos instituidos legalmente no han podido hacer nada para impedir que nuestros compañeros sigan cayendo, a pesar de que reiteradamente se lo hemos exigido”. El principal periódico de la ciudad, fundado en 1976 por Oswaldo Rodríguez Borunda, ha sufrido el asesinato de dos reporteros –Armando Rodríguez hace casi dos años, y Luis Carlos Santiago Orozco, el jueves de la semana anterior–, acribillados en ataques que las procuradurías federal y estatal no han resuelto. Añade el editorial: Ésta no es una rendición. Como tampoco significa que claudicamos al trabajo que hemos venido desarrollando. Se trata de una tregua para con quienes han impuesto la fuerza de su ley en esta ciudad, con tal de que respeten la vida de quienes nos dedicamos al oficio de informar. El Diario tiene ediciones hermanas en distintas ciudades de Chihuahua y en El Paso, Texas. Agrega: Somos comunicadores, no adivinos. Por tanto, como trabajadores de la información queremos que nos expliquen qué es lo que quieren de nosotros, qué es lo que pretenden que publiquemos o dejemos de publicar, para saber a qué atenernos. Después del asesinato del primer reportero, los directivos del periódico se reunieron con el presidente Calderón a solicitar garantías, recibieron una promesa, es obvio que no fue cumplida. De ahí la lógica del editorial: si el gobierno no puede proteger a los periodistas, que digan los capos cuáles son sus demandas, para saber a qué atenerse. A ese punto han llegado las cosas. Días aciagos esas son las circunstancias sin precedente que prevalecen en el ejercicio de la actividad periodística de México cuando La Jornada llegó el domingo a su aniversario número 26. Hubo un tiempo en que el periodismo era actividad de periodistas, pero nos ha tocado ver cómo grandes grupos empresariales han ido tomando el control de los medios de difusión, con frecuencia los aprovechan no para los mejores fines. A uno de estos grupos se atribuye la intención de imponer al próximo presidente de la República. Ahora se agrega la violencia como amenaza constante y sin ninguna protección o garantía del gobierno. Han sido asesinados más de 60 periodistas en la década del panismo. ¿No son circunstancias lamentables y terribles?
Nuestro aniversario La Jornada es un periódico que pertenece a una especie en extinción: los dueños somos periodistas. Su fundador, Carlos Payán, es un creador, un personaje que tuvo el talento de reunir a periodistas e intelectuales en una aventura que comenzó sin un solo peso en caja, y nuestra directora general, Carmen Lira, antes fue reportera y corresponsal, tanto en Washington como en zonas de guerra, y subdirectora del periódico. Sigue haciendo periodismo. Recientemente logró una entrevista exclusiva con Fidel Castro que fue reproducida en todo el mundo. Le ha tocado una época muy difícil, en lo político y lo económico, pero aun así, mantiene al periódico a flote, y sin mengua de su línea editorial. Es fácil decirlo, pero se necesitan compromiso, valor y una gran energía para no desviar el camino. Por eso escribo estas líneas, en días aciagos para México y para el ejercicio de nuestra profesión. Quiero felicitar a la admirable periodista Carmen Lira por el aniversario de La Jornada, así como a todos mis compañeros. Mexicana de Aviación Se acumularon a lo largo del puente bicentenario varios expedientes que esperan solución. Sobresale el de Mexicana de Aviación. Lo último que se supo fue que Tenedora K se salió del negocio, no perdió mucho, había adquirido en mil pesos las acciones de la aerolínea. No se ve a ningún otro interesado por el momento, sin embargo, las autoridades anuncian que volverá a volar la próxima Navidad. Ha perdido varios aviones que fueron recuperados por las firmas que los habían arrendado a Gastón Azcárraga, por tanto, ya no podrá cubrir todas las rutas. Dejó un tiradero el superempresario egresado de la Universidad Harvard.
La identidad del Coloso de las Fiestas Patrias añadió certezas a la conmemorativa saga felipista de despilfarro, frivolidad, irresponsabilidad e inducción contrarrevolucionaria. El enigmático cuerpo en partes –¡en época de descuartizados!– que fue llevado a la Plaza de la Constitución para ser armado y levantado como aparatosa presunción de una suerte de Hombre Nuevo, proveniente de luchas varias, pero decidido a avanzar y triunfar, resultó tener el rostro de Benjamín Argumedo, el León de la Laguna, cuyos cambios de bando combatiente en la Revolución Mexicana acabaron ubicándolo en el catálogo negativo, en la estantería de quienes habiendo peleado desde flancos revolucionarios terminaron siendo considerados traidores o, cuando menos, inconsecuentes crónicos: Argumedo, preservado en el recuerdo más por un corrido que por su tino histórico, combatió a Madero y Villa, reconoció a Huerta y terminó sus días peleando al lado de Zapata. A pesar de ese carácter, cuando menos polémico o dudoso, la cara de Argumedo fue usada por el escultor Juan Carlos Canfield para el famoso Coloso de la noche del 15. Él mismo lo reconoció así en su página de Internet, aunque, con sentido culposo, quitó la referencia horas después de que en las redes sociales comenzó una intensa discusión sobre el tema; aun así no pudo evitar reconocer en otros espacios que había usado el rostro del general lagunero como referencia, todo ello como parte de una serie de enredos y tropiezos que coronó ayer la SEP al dictaminar, mentirosamente, que: El rostro del Coloso no retrata ningún personaje en particular. A la mendacidad absoluta, la oficina de prensa de Alonso Lujambio pretendió añadir un regaño o advertencia a quienes critican o disienten, pues la tal SEP considera indebido que se busque politizar la producción artística de los creadores del Coloso con alegatos que quieren generar división donde no debe haberla. ¿No retrata ningún personaje en particular? Lean lo que en una entrevista declaró el escultor Canfield: Yo le comento, con toda sinceridad, que nuestro director escénico es Jorge Vargas, él es del estado de Durango y al principio, dado que teníamos que darle una identidad al Coloso, Jorge sugirió que tomáramos únicamente el rostro de Benjamín Argumedo, por el tremendo carácter que tiene este retrato.
No es un dato desdeñable ni aislado el de la personalidad tomada como base para la construcción de una obra que se pensó en términos de recrear y consolidar la conciencia histórica de los mexicanos. Mucho menos si esa reivindicación o exaltación encubierta tiene como compañía otros esfuerzos de la administración calderonista por disminuir, confundir o combatir la visión histórica, hasta ahora dominante, que proviene justamente de la victoria de las posiciones independentistas, nacionalistas, revolucionarias y populares, a contrapelo de las entreguistas, conservadoras, elitistas y reaccionarias a las que el panismo gobernante se adhiere activamente. Calderón dedicó el año entero a desinflar cualquier espíritu genuino de celebración épica relacionada con la Independencia y la Revolución mexicanas, convirtiendo su organización en botín político y económico, fuente de nuevas riquezas particulares, motivo de más desánimo popular. Por ello se pretendió instaurar como tema oficial del bicentenario una pésima tonadilla (letra de Jaime López y música de Aleks Syntek), cuya ejecución fue repudiada el propio 15; por ello se pervirtió el significado de la serpiente en el escudo nacional, según las cartas ansiosas de legitimación que Felipe envió a millones de domicilios asegurando que representa a los enemigos del país. Y el hecho de que la serpiente esté siendo devorada por el águila, significa que el pueblo mexicano vence a sus enemigos. Felipe ansioso de legitimar su guerra sangrienta, al grado de acomodar el sentido de las fiestas patrias y la interpretación de los símbolos patrios a sus obsesiones belicistas. A la extrema desesperación ha llevado a Ciudad Juárez el Padre de la Patria Fallida, el comandante Calderón. Luego que un joven fotógrafo fuera asesinado en una plaza comercial y otro fuera herido, el Diario de Juárez ha llegado a un punto doloroso: pedir tregua al narcotráfico gobernante y solicitar indicaciones respecto a lo que ha de publicarse o no. En su editorial de ayer, disponible en http://bit.ly/aAt6ns y titulado: ¿Qué quieren de nosotros?, los directivos de esa publicación expresan: “... queremos que nos expliquen qué es lo que quieren de nosotros, qué es lo que pretenden que publiquemos o dejemos de publicar, para saber a qué atenernos. Ustedes son, en estos momentos, las autoridades de facto en esta ciudad, porque los mandos instituidos legalmente no han podido hacer nada para impedir que nuestros compañeros sigan cayendo, a pesar de que reiteradamente se los hemos exigido”. Las palabras de los periodistas juarenses se producen al mismo tiempo que va confirmándose la versión, dada a conocer por algunos de los secuestrados en Durango y luego supuestamente rescatados por las labores de inteligencia de la Secretaría federal de Seguridad Pública: no hubo tales hazañas liberadoras, pues los captores soltaron a los periodistas y éstos, luego de correr por las calles, encontraron a policías federales, en una peculiar sucesión de acontecimientos que han hecho cuando menos a uno de los camarógrafos involucrados hablar de montajes, procesos éstos de fabulación de los que ha sido insistentemente acusado el secretario García Luna. Y, mientras las desgracias de origen natural golpean con fuerza en lugares como Veracruz, dañados estructural e institucionalmente por la corrupción y el desorden gubernamentales, y mientras la Iglesia católica entra en Oaxaca a tratar de mediar en el conflicto de San Juan Copala para impedir la masacre anunciada que el ulisismo no quiere impedir, ¡hasta mañana, con los priístas buscando diseminar por el país los candados contra alianzas partidistas que están produciendo en Toluca! Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Enrique Galván Ochoa: Dinero
En su edición de ayer domingo publicó El Diario de Ciudad Juárez un editorial insólito dirigido a los capos del narcotráfico: “Ustedes son, en estos momentos, las autoridades de facto en esta ciudad, porque los mandos instituidos legalmente no han podido hacer nada para impedir que nuestros compañeros sigan cayendo, a pesar de que reiteradamente se lo hemos exigido”. El principal periódico de la ciudad, fundado en 1976 por Oswaldo Rodríguez Borunda, ha sufrido el asesinato de dos reporteros –Armando Rodríguez hace casi dos años, y Luis Carlos Santiago Orozco, el jueves de la semana anterior–, acribillados en ataques que las procuradurías federal y estatal no han resuelto. Añade el editorial: Ésta no es una rendición. Como tampoco significa que claudicamos al trabajo que hemos venido desarrollando. Se trata de una tregua para con quienes han impuesto la fuerza de su ley en esta ciudad, con tal de que respeten la vida de quienes nos dedicamos al oficio de informar. El Diario tiene ediciones hermanas en distintas ciudades de Chihuahua y en El Paso, Texas. Agrega: Somos comunicadores, no adivinos. Por tanto, como trabajadores de la información queremos que nos expliquen qué es lo que quieren de nosotros, qué es lo que pretenden que publiquemos o dejemos de publicar, para saber a qué atenernos. Después del asesinato del primer reportero, los directivos del periódico se reunieron con el presidente Calderón a solicitar garantías, recibieron una promesa, es obvio que no fue cumplida. De ahí la lógica del editorial: si el gobierno no puede proteger a los periodistas, que digan los capos cuáles son sus demandas, para saber a qué atenerse. A ese punto han llegado las cosas. Días aciagos esas son las circunstancias sin precedente que prevalecen en el ejercicio de la actividad periodística de México cuando La Jornada llegó el domingo a su aniversario número 26. Hubo un tiempo en que el periodismo era actividad de periodistas, pero nos ha tocado ver cómo grandes grupos empresariales han ido tomando el control de los medios de difusión, con frecuencia los aprovechan no para los mejores fines. A uno de estos grupos se atribuye la intención de imponer al próximo presidente de la República. Ahora se agrega la violencia como amenaza constante y sin ninguna protección o garantía del gobierno. Han sido asesinados más de 60 periodistas en la década del panismo. ¿No son circunstancias lamentables y terribles?
Nuestro aniversario La Jornada es un periódico que pertenece a una especie en extinción: los dueños somos periodistas. Su fundador, Carlos Payán, es un creador, un personaje que tuvo el talento de reunir a periodistas e intelectuales en una aventura que comenzó sin un solo peso en caja, y nuestra directora general, Carmen Lira, antes fue reportera y corresponsal, tanto en Washington como en zonas de guerra, y subdirectora del periódico. Sigue haciendo periodismo. Recientemente logró una entrevista exclusiva con Fidel Castro que fue reproducida en todo el mundo. Le ha tocado una época muy difícil, en lo político y lo económico, pero aun así, mantiene al periódico a flote, y sin mengua de su línea editorial. Es fácil decirlo, pero se necesitan compromiso, valor y una gran energía para no desviar el camino. Por eso escribo estas líneas, en días aciagos para México y para el ejercicio de nuestra profesión. Quiero felicitar a la admirable periodista Carmen Lira por el aniversario de La Jornada, así como a todos mis compañeros. Mexicana de Aviación Se acumularon a lo largo del puente bicentenario varios expedientes que esperan solución. Sobresale el de Mexicana de Aviación. Lo último que se supo fue que Tenedora K se salió del negocio, no perdió mucho, había adquirido en mil pesos las acciones de la aerolínea. No se ve a ningún otro interesado por el momento, sin embargo, las autoridades anuncian que volverá a volar la próxima Navidad. Ha perdido varios aviones que fueron recuperados por las firmas que los habían arrendado a Gastón Azcárraga, por tanto, ya no podrá cubrir todas las rutas. Dejó un tiradero el superempresario egresado de la Universidad Harvard.
Carlos Fernández-Vega: México SA
Con motivo del 25 aniversario luctuoso de los sismos de 1985, el inquilino de Los Pinos aseguró que el México que nos hace falta es aquel que surgió durante el terremoto: el de la solidaridad, la fraternidad, más humano, de la unidad y el trabajo colectivo para superar los retos que nos ha tocado vivir; el que no se arredra ante la adversidad y encuentra el camino para salir adelante, es decir, reclama aquel México que él, su gobierno, los poderes fácticos que lo mantienen sentado en la residencia oficial y la clase política en su conjunto temen, abominan y mantienen permanentemente sedado. Cinco lustros después de aquella tragedia, en su discurso de ocasión Felipe Calderón dejó a un lado el hecho de que el surgimiento de ese México solidario y movilizado se dio ante la vergonzosa incapacidad e inmovilidad gubernamentales para atender el desastre, con un ridículo cuan temeroso inquilino de Los Pinos encerrado bajo mil candados en la residencia oficial y sin voluntad para atender las urgencias nacionales, obsesionado no con la reconstrucción ni la superación de la emergencia, no con salvar vidas ni enterrar a nuestros muertos, sino con la peligrosa posibilidad de que la sociedad movilizada rebasara al aparato de Estado, lo que –muy a su pesar– sucedió de inmediato. El fatuo discurso dominical de Calderón enaltece al México que él mismo aborrece, lo que demuestra con su propio ejercicio cotidiano de lo que llama gobierno (antisocial, sectario, excluyente, ineficiente, corrupto, enfermo). Para la ocasión, el inquilino de Los Pinos subrayó que el temblor de 1985 despertó el México que nos hace falta, el de la solidaridad, unidad y trabajo colectivo para superar los retos que ha enfrentado el país; pero también, dijo, del México que no se arredró ante la adversidad y encuentra el camino para salir adelante. Frente a los desastres naturales, como los que se están viviendo en estos momentos en diversos puntos de la geografía nacional, los mexicanos hemos sabido siempre cerrar filas como el gran pueblo que somos, y hemos dado una respuesta unida y eficaz. Esa es la fuerza que nos mueve a tender la mano a quienes sufren una emergencia, y la fuerza que nos impulsa a hacer de la prevención una tarea de todos. Esa, también, debe ser la fuerza que nos mueva para hacer frente, unidos, a todos nuestros desafíos. ¡Cómo se repite la farsa! Aterrorizado, Miguel de la Madrid permaneció cuatro días encerrado en Los Pinos, y dejó que el espontáneo movimiento solidario se hiciera bolas con la emergencia, el tiradero, la organización, el salvamento, los muertos y los heridos. Lo único que autorizó fue que los soldados tomaran las calles, lo que sólo entorpeció las labores de rescate. Fue la sociedad en su conjunto, no el gobierno, la que vigorosamente atendió la emergencia, ofreció esperanza y comenzó a dar salidas y soluciones al desastre. Cuatro largos, decisivos días duró el asalto del movimiento solidario; después, el temeroso aparato de Estado se dedicó a combatirlo, a minimizarlo, a sedarlo, a corromperlo (de allí surgieron oscuros liderazgos populares que prevalecen con todo y video difusión de pacas de dinero con sus respectivas ligas) para tomar las riendas y normalizar la situación a golpe de discursos y corrupción. Veinticinco años después, que involucran a cinco gobiernos (de MMH a Calderón) aún hay damnificados del terremoto, familias enteras que se mantienen sin recibir la oportuna respuesta prometida tras aquel aciago 19 de septiembre de 1985, sin olvidar que buena parte de la clase política que hoy dice gobernar y asegura que sacará del hoyo al país, de una u otra suerte formó parte del aparato de gobierno de aquel entonces. La magnitud del terremoto nos tomó por sorpresa, y tuvimos que actuar sin el apoyo de un plan de emergencia a la altura de las circunstancias. Al ver el desquiciamiento de la ciudad me di cuenta de que lo primero que tenía que hacer era transmitir la sensación de que había mando, pues lo peor que puede ocurrir ante situaciones como éstas es dejar que cundan la anarquía, la agitación y el desorden. Resultaba necesario conservar la serenidad, pero al mismo tiempo mostrar decisión (Memorias de Miguel de la Madrid, Cambio de rumbo. Testimonio de una Presidencia, 1982-1988, FCE). El pánico real del ex mandatario, del aparato de Estado, él mismo lo resume en uno de sus apuntes en el mismo libro: “sea como fuere, los terremotos provocaron una movilización social masiva que, desde nuestro punto de vista, abría la posibilidad de que brotara, en forma espontánea o provocada, la violencia social; en los primeros cinco u ocho días posteriores (al terremoto) percibí esta posibilidad, pues la energía generada por la movilización, al combinarse con los sentimientos de dolor, coraje o insatisfacción por la insuficiencia institucional para atender la situación, creaban el fermento necesario para desatar la violencia. Afortunadamente, la realidad fue otra. En el caos surgieron los líderes naturales, pero éstos y sus seguidores se dejaron orientar por las instituciones para prestar su ayuda” (el subrayado es mío), o lo que es lo mismo, se dejaron orientar por el burocratismo, el clientelismo político, y –el sello de la casa– la corrupción a manos llenas. Pues bien, aterrorizado, Felipe Calderón acumula cuatro años encerrado en Los Pinos. Como MMH, ha sido un fracaso, con un gobierno igual de excluyente que de ineficiente, dedicado no sólo a desatender las urgencias nacionales, sino a profundizarlas. Según su propio dicho, la magnitud del crimen organizado que dice combatir también lo tomó por sorpresa y sin un plan de emergencia. Ha sido igual de inmóvil que de incapaz, pero eso sí, se ha mantenido muy activo en eso de orientar a los líderes naturales para desactivar eventuales movimientos sociales, y ha sido afanoso en eso de sedar permanentemente a la sociedad para evitar que reaccione, que se organice y responda. Entonces, ¿en serio Felipe Calderón quiere ese México solidario y movilizado que despertó en los sismos de 1985?
Las rebanadas del pastel
¿Quiere el inquilino de Los Pinos un México solidario, fraterno, más humano, de unidad y, sobre todo justo? Bien, fuera discursos y que empiece con el caso de la guardería ABC de Hermosillo, con enjuiciar a los suyos como responsables de la muerte de 49 bebés, y que atienda de inmediato los justos reclamos de las madres de los niños que quedaron marcados por aquel incendio. Lo demás es puro bla, bla, bla.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx • http://twitter.com/cafevega
Con motivo del 25 aniversario luctuoso de los sismos de 1985, el inquilino de Los Pinos aseguró que el México que nos hace falta es aquel que surgió durante el terremoto: el de la solidaridad, la fraternidad, más humano, de la unidad y el trabajo colectivo para superar los retos que nos ha tocado vivir; el que no se arredra ante la adversidad y encuentra el camino para salir adelante, es decir, reclama aquel México que él, su gobierno, los poderes fácticos que lo mantienen sentado en la residencia oficial y la clase política en su conjunto temen, abominan y mantienen permanentemente sedado. Cinco lustros después de aquella tragedia, en su discurso de ocasión Felipe Calderón dejó a un lado el hecho de que el surgimiento de ese México solidario y movilizado se dio ante la vergonzosa incapacidad e inmovilidad gubernamentales para atender el desastre, con un ridículo cuan temeroso inquilino de Los Pinos encerrado bajo mil candados en la residencia oficial y sin voluntad para atender las urgencias nacionales, obsesionado no con la reconstrucción ni la superación de la emergencia, no con salvar vidas ni enterrar a nuestros muertos, sino con la peligrosa posibilidad de que la sociedad movilizada rebasara al aparato de Estado, lo que –muy a su pesar– sucedió de inmediato. El fatuo discurso dominical de Calderón enaltece al México que él mismo aborrece, lo que demuestra con su propio ejercicio cotidiano de lo que llama gobierno (antisocial, sectario, excluyente, ineficiente, corrupto, enfermo). Para la ocasión, el inquilino de Los Pinos subrayó que el temblor de 1985 despertó el México que nos hace falta, el de la solidaridad, unidad y trabajo colectivo para superar los retos que ha enfrentado el país; pero también, dijo, del México que no se arredró ante la adversidad y encuentra el camino para salir adelante. Frente a los desastres naturales, como los que se están viviendo en estos momentos en diversos puntos de la geografía nacional, los mexicanos hemos sabido siempre cerrar filas como el gran pueblo que somos, y hemos dado una respuesta unida y eficaz. Esa es la fuerza que nos mueve a tender la mano a quienes sufren una emergencia, y la fuerza que nos impulsa a hacer de la prevención una tarea de todos. Esa, también, debe ser la fuerza que nos mueva para hacer frente, unidos, a todos nuestros desafíos. ¡Cómo se repite la farsa! Aterrorizado, Miguel de la Madrid permaneció cuatro días encerrado en Los Pinos, y dejó que el espontáneo movimiento solidario se hiciera bolas con la emergencia, el tiradero, la organización, el salvamento, los muertos y los heridos. Lo único que autorizó fue que los soldados tomaran las calles, lo que sólo entorpeció las labores de rescate. Fue la sociedad en su conjunto, no el gobierno, la que vigorosamente atendió la emergencia, ofreció esperanza y comenzó a dar salidas y soluciones al desastre. Cuatro largos, decisivos días duró el asalto del movimiento solidario; después, el temeroso aparato de Estado se dedicó a combatirlo, a minimizarlo, a sedarlo, a corromperlo (de allí surgieron oscuros liderazgos populares que prevalecen con todo y video difusión de pacas de dinero con sus respectivas ligas) para tomar las riendas y normalizar la situación a golpe de discursos y corrupción. Veinticinco años después, que involucran a cinco gobiernos (de MMH a Calderón) aún hay damnificados del terremoto, familias enteras que se mantienen sin recibir la oportuna respuesta prometida tras aquel aciago 19 de septiembre de 1985, sin olvidar que buena parte de la clase política que hoy dice gobernar y asegura que sacará del hoyo al país, de una u otra suerte formó parte del aparato de gobierno de aquel entonces. La magnitud del terremoto nos tomó por sorpresa, y tuvimos que actuar sin el apoyo de un plan de emergencia a la altura de las circunstancias. Al ver el desquiciamiento de la ciudad me di cuenta de que lo primero que tenía que hacer era transmitir la sensación de que había mando, pues lo peor que puede ocurrir ante situaciones como éstas es dejar que cundan la anarquía, la agitación y el desorden. Resultaba necesario conservar la serenidad, pero al mismo tiempo mostrar decisión (Memorias de Miguel de la Madrid, Cambio de rumbo. Testimonio de una Presidencia, 1982-1988, FCE). El pánico real del ex mandatario, del aparato de Estado, él mismo lo resume en uno de sus apuntes en el mismo libro: “sea como fuere, los terremotos provocaron una movilización social masiva que, desde nuestro punto de vista, abría la posibilidad de que brotara, en forma espontánea o provocada, la violencia social; en los primeros cinco u ocho días posteriores (al terremoto) percibí esta posibilidad, pues la energía generada por la movilización, al combinarse con los sentimientos de dolor, coraje o insatisfacción por la insuficiencia institucional para atender la situación, creaban el fermento necesario para desatar la violencia. Afortunadamente, la realidad fue otra. En el caos surgieron los líderes naturales, pero éstos y sus seguidores se dejaron orientar por las instituciones para prestar su ayuda” (el subrayado es mío), o lo que es lo mismo, se dejaron orientar por el burocratismo, el clientelismo político, y –el sello de la casa– la corrupción a manos llenas. Pues bien, aterrorizado, Felipe Calderón acumula cuatro años encerrado en Los Pinos. Como MMH, ha sido un fracaso, con un gobierno igual de excluyente que de ineficiente, dedicado no sólo a desatender las urgencias nacionales, sino a profundizarlas. Según su propio dicho, la magnitud del crimen organizado que dice combatir también lo tomó por sorpresa y sin un plan de emergencia. Ha sido igual de inmóvil que de incapaz, pero eso sí, se ha mantenido muy activo en eso de orientar a los líderes naturales para desactivar eventuales movimientos sociales, y ha sido afanoso en eso de sedar permanentemente a la sociedad para evitar que reaccione, que se organice y responda. Entonces, ¿en serio Felipe Calderón quiere ese México solidario y movilizado que despertó en los sismos de 1985?
Las rebanadas del pastel
¿Quiere el inquilino de Los Pinos un México solidario, fraterno, más humano, de unidad y, sobre todo justo? Bien, fuera discursos y que empiece con el caso de la guardería ABC de Hermosillo, con enjuiciar a los suyos como responsables de la muerte de 49 bebés, y que atienda de inmediato los justos reclamos de las madres de los niños que quedaron marcados por aquel incendio. Lo demás es puro bla, bla, bla.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx • http://twitter.com/cafevega
El Inegi ha venido dando a conocer en fechas recientes los indicadores a junio de diversos sectores.Industria. Producción físicaEn el primer semestre de este año el Indice de volumen físico de la actividad industrial total promedió 110.3 puntos, 6.6% arriba de su equivalente de 2009 pero lejos aún de recuperar la pérdida de -10.4% en ese año respecto de 2008 (Gráfico 1).De los sectores industriales, la Minería aumentó su producción física 4.1% en el semestre, Electricidad, agua y gas por ductos 2.2, y Manufacturas 11.6%; el único que siguió decreciendo (-8.0% en 2009) fue la Construcción, con -2.7%.
Que se vayan todos. La famosa consigna argentina contra la clase política, cuando ese país estaba en su peor momento de crisis en 2001, ahora retumba en los muros de las calles de Estados Unidos, no necesariamente como un movimiento coherente, sino como expresión de hartazgo con todo, y enfocada en particular sobre el liderazgo político en Washington. Casi tres años después de que estalló la peor crisis económica desde la gran depresión, después del rescate de Wall Street y empresas gigantescas como General Motors por el sector público, con una tasa de desempleo de casi 10 por ciento (y casi 17 por ciento si se incluye el subempleo), con uno de cada siete estadunidenses ahora en la pobreza (el número más alto en medio siglo), y con una concentración de la riqueza igual a la que prevalecía en 1928 (justo antes de la gran depresión), y con pronósticos de que para la gran mayoría no habrá alivio durante años, la confianza en la clase política visiblemente está por los suelos.
Carlos Martínez Rentería: Salón Palacio
Arrancó el cuarto Festival Tijuana Interzona. Frente a un entorno de cruda violencia, resulta muy estimulante saber que se organizó por cuarta ocasión (del 17 al 26 de septiembre). Ha consolidado la actividad cultural independiente más importante en su tipo de aquella siempre vanguardista y provocadora ciudad fronteriza. Según su director, Leobardo Sarabia, los motivos son: el arte en la frontera, las tendencias de la literatura, la prevalencia de la tradición musical, la apreciación cinematográfica, el grafiti callejero, la música clásica, la electrónica y el rock, con su veta antiautoritaria. Otras dinámicas son los cuerpos en movimiento, la escena teatral, el performance y el esplendor gráfico del diseño, los impresos, la fotografía y la memoria histórica. La propuesta es ser un espacio de confluencia, fiesta sensorial y celebración de la cultura.
Arrancó el cuarto Festival Tijuana Interzona. Frente a un entorno de cruda violencia, resulta muy estimulante saber que se organizó por cuarta ocasión (del 17 al 26 de septiembre). Ha consolidado la actividad cultural independiente más importante en su tipo de aquella siempre vanguardista y provocadora ciudad fronteriza. Según su director, Leobardo Sarabia, los motivos son: el arte en la frontera, las tendencias de la literatura, la prevalencia de la tradición musical, la apreciación cinematográfica, el grafiti callejero, la música clásica, la electrónica y el rock, con su veta antiautoritaria. Otras dinámicas son los cuerpos en movimiento, la escena teatral, el performance y el esplendor gráfico del diseño, los impresos, la fotografía y la memoria histórica. La propuesta es ser un espacio de confluencia, fiesta sensorial y celebración de la cultura.
Fenómenos naturales y desastres humanos
Ayer se conmemoraron 25 años de los sismos que sacudieron al centro del país y que causaron una inconmensurable destrucción humana y material en la ciudad de México. Por una cruel coincidencia, la fecha encontró al país ante una nueva situación de emergencia, esta vez por la entrada del huracán Karl a Veracruz, a la que se sumaron lluvias pertinaces en varias entidades de la República.
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Ayer se conmemoraron 25 años de los sismos que sacudieron al centro del país y que causaron una inconmensurable destrucción humana y material en la ciudad de México. Por una cruel coincidencia, la fecha encontró al país ante una nueva situación de emergencia, esta vez por la entrada del huracán Karl a Veracruz, a la que se sumaron lluvias pertinaces en varias entidades de la República.
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El Correo Ilustrado
CFE ¿empresa de clase mundial?
A los habitantes de la zona centro del país se les engañó vilmente haciéndoles creer que al desaparecer Luz y Fuerza del Centro (LFC) tendrían un excelente servicio de energía eléctrica y que el gobierno, al ahorrarse las transferencias millonarias entregadas a LFC que sólo servían para pagar privilegios a sus trabajadores, bajaría las tarifas.
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CFE ¿empresa de clase mundial?
A los habitantes de la zona centro del país se les engañó vilmente haciéndoles creer que al desaparecer Luz y Fuerza del Centro (LFC) tendrían un excelente servicio de energía eléctrica y que el gobierno, al ahorrarse las transferencias millonarias entregadas a LFC que sólo servían para pagar privilegios a sus trabajadores, bajaría las tarifas.
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Arturo Balderas Rodríguez: El Tea Party y su revolución
La corriente ultraconservadora del Partido Republicano autodenominada Tea Party, que toma su nombre del movimiento surgido en las colonias estadunidenses que en 1773 se negaron a pagar el impuesto a las importaciones de té al reino de la Gran Bretaña, ha puesto de cabeza a los republicanos debido a que su radicalismo pone en peligro la intención de ese partido de arrebatar la mayoría a los demócratas en el Congreso de Estados Unidos.
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La corriente ultraconservadora del Partido Republicano autodenominada Tea Party, que toma su nombre del movimiento surgido en las colonias estadunidenses que en 1773 se negaron a pagar el impuesto a las importaciones de té al reino de la Gran Bretaña, ha puesto de cabeza a los republicanos debido a que su radicalismo pone en peligro la intención de ese partido de arrebatar la mayoría a los demócratas en el Congreso de Estados Unidos.
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Iván Restrepo: Obesidad frente a grandes intereses económicos
Hace 12 años el gobierno del presidente William Clinton aprobó un ambicioso programa para atacar uno de los problemas más visibles y costosos de la sociedad estadunidense: la obesidad.
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Hace 12 años el gobierno del presidente William Clinton aprobó un ambicioso programa para atacar uno de los problemas más visibles y costosos de la sociedad estadunidense: la obesidad.
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Gustavo Esteva: Grito de horror
Todavía hay algo que decir, más allá del lamentable y desangelado espectáculo en que se convirtió la conmemoración. No se ha comentado suficientemente la medida en que las clases políticas se empeñan en caminar hacia atrás, con nostalgia por sus antiguas ilusiones inconfesables. Continuar
Todavía hay algo que decir, más allá del lamentable y desangelado espectáculo en que se convirtió la conmemoración. No se ha comentado suficientemente la medida en que las clases políticas se empeñan en caminar hacia atrás, con nostalgia por sus antiguas ilusiones inconfesables. Continuar
Hermann Bellinghausen: Dos hermanos
Ahora sí que como dijera Cioran, si me han avisado no nazco, iba diciendo Negro Nonato en su más último trote por el Centro, en esos días expropiados por la autoridad por algún nuevo pretexto o la combinación de varios. Había ido a visitar a su hermano Blanco Nonato (nada que ver con Cristóbal Nonato de Fuentes, esos son otros Nonato), que tiene su negocio en la calle de Guatemala. Continuar
Ahora sí que como dijera Cioran, si me han avisado no nazco, iba diciendo Negro Nonato en su más último trote por el Centro, en esos días expropiados por la autoridad por algún nuevo pretexto o la combinación de varios. Había ido a visitar a su hermano Blanco Nonato (nada que ver con Cristóbal Nonato de Fuentes, esos son otros Nonato), que tiene su negocio en la calle de Guatemala. Continuar
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