Pedro Echeverría V.
1. Todos los políticos –incluso todos los seres humanos- tienen un origen ideológico y de clase social. Nadie nace ni se puede desarrollar en un botellón descontaminado. Hace 50 años –por malsanas enseñanzas- solía descalificar en la lucha por el socialismo a todo el que no fuera marxista/leninista, que no fuera obrero, campesino o miserable. A pesar de que Marx, Bakunin, Engels, Lenin, Trotski, Luxemburgo, Gramsci, Mao, Fidel Castro y el Che, jamás fueron obreros o campesinos, los adopté porque eran –según yo- “intelectuales obrerizados”; era sólo una posición ideológico-política. Sin embargo, al pasar los años me fui dando cuenta que en el capitalismo y en la socialdemocracia quien llegue al gobierno (sea campesino, obrero, militar, comunista, socialista, clase mediero, todos) actuará más o menos igual, es decir, a favor de la clase dominante, aunque diga querer lo contrario. Funciona como una simple pieza de la maquina de explotar.
2. Esto viene a colación porque cuando hablamos de políticos y de partidos en lugar de ir al fondo, a lo definitivo, nos pasamos viendo los orígenes primeros. Si eso fuera verdad los que hicieron “la primera revolución socialista del mundo” hubiesen sido los más limpios, honestos y democráticos de todos los tiempos y Stalin y su grupo no fue nada de eso. Si eso fuera cierto el único partido en México heredero de la revolución fue el PNR/PRM/PRI y Elías Calles su creador, y eso evidentemente no ha sido así. Entonces si así fuera, los orígenes clericales, de hacendados terratenientes y fascistas del PAN, no le darían ninguna autoridad para criticar; y los orígenes priístas del PMT, PST, PRD, PT y otros, no estarían tan mal porque vienen de la revolución mexicana. Por eso he dicho muchas veces que a los políticos mexicanos se les debe conocer o reconocer por sus últimos 10 años de actuación no por sus orígenes partidarios y de clase.
3. Recuerdo que Castillo Peraza quien fuera mi amigo y colega del periodismo sólo a mediados de los 80, cuando se encumbró en el PAN y anduvo de la mano con el presidente Salinas, repetía que “el PRD era el PRI de los setenta” y para descalificarlo más decía que “todos sus dirigentes venían del PRI”. Lo risible es que los panistas saben de dónde vienen pero sólo hablan de manera parcial de su creador (Gómez Marín) sin decir que se encumbró entre los funcionarios callistas del Banco de México y para crear el PAN tuvo que aliarse con los ricos del país, el clero y el extranjero. Fidel Castro fue un estudiante burgués, Guevara y Allende profesionistas, Chávez un militar, Evo un campesino, Lula un obrero socialista, el uruguayo Mujica de la guerrilla urbana, Bachelet socialista, Robles maoísta, Pazco trotskista, Amalia García comunista. Basta con analizar cada gobierno y sus personas para ver que los orígenes no tienen nada que ver con sus actuaciones de los últimos 10 años.
4. Parece que cada persona o político es lo que ha hecho en los últimos 10 años, aunque le queden rasgos de su vida anterior: el estudiante burgués, el militar, el campesino, el profesionista y el socialista, haciendo buenos gobiernos. Por el contrario, el obrero socialista, el guerrillero urbano, la socialista, la maoísta, el trotskista y la comunista gobernando para el neoliberalismo, vendiéndose a la derecha, haciendo de saltimbanqui y promoviendo la corrupción. El poder –nunca lo olviden- destruye hasta al más modesto revolucionario y mayor poder lo hace enemigo de lo que era antes. No me olvidaré nunca que Lenin escribió el magnífico libro El Estado y la Revolución un mes antes que se hiciera del gobierno y un año después, estando en el poder, a mediados de 1918, escribió El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo” para condenar a todos aquellos que luchaban contra el centralismo y el despotismo del poder.
5. A partir de entonces todos los traidores exizquierdistas en el poder olvidan El Estado y la Revolución y aplican la condena o descalificación de “enfermedad infantil”, a todos aquellos jóvenes anarkos y anarko-punk que cuestionan el poder y denuncian las componendas de los antes revolucionarios. También por eso los jóvenes marcusianos franceses y alemanes del 68 escribieron el libro: “Leninismo, enfermedad senil del comunismo”. Pero el problema no fue de Lenin -.como denunció en su tiempo Rosa Luxemburgo- sino las condiciones de la Rusia campesina, monárquica, aristocrática y semifeudal, así como el imperialismo mundial, que obligó al gobierno ruso a imponer un poder centralizado y despótico para evitar su derrumbe. ¿O acaso no es fácil para quienes escogimos siempre estar en las barricadas tener absoluta libertad y nunca aceptar algún poder porque corrompe? Por eso se aconseja que en ves de estar arriba haya que estar abajo –con el movimiento de masas- empujando.
6. Tuve más de cien amigos de “izquierda comunista” que eran “rabanitos”, es decir, rojo por fuera y blanco por dentro; que cuando en los gobiernos de Echeverría, López Portillo, Salinas y Zedillo les abrieron la puertas de los empleos, los dineros y los negocios, entraron corriendo y les encantó. Incluso con Fox, argumentando contra Cárdenas, llegaron a ocupar altísimos cargos en embajadas y consulados. Pero viéndolo bien tampoco son culpables porque forman parte de una estructura capitalista que lo absorbe todo. ¡Imagínense cuántos izquierdistas estudiosos e inteligentes, incluso muy honestos, veían que panistas y priístas tontos se aprovechaban de todo mientras ellos seguían esperando una oportunidad que al fin les ofrecieron! Lo que pasa es que para vivir al margen de los “placeres” de grandes cenas, buenos vinos, lujosos hoteles, continuos viajes por avión y jugosos ingresos, se necesita una conciencia enraizada.
7. Lo que ofrece el sistema capitalista a quienes piensa que pueden prestarle un buen servicio, casi nadie puede despreciarlo. ¿Se acuerdan del “cañonazo de 20 mil pesos” de que hablaba Obregón y de la “maiceada” que daba Porfirio Díaz a los “intelectuales”? Entonces ser obrero, explotado, en el sistema capitalista o haber sido comunista o socialista no es ninguna garantía para ser un buen líder o un buen gobernante. Los expriístas Camacho, Ebrard, Cárdenas, Muñoz Ledo son los mismos socialdemócratas que los exsocialistas o comunistas Pablo Gómez, Rosario Robles, Amalia García o algunos exguerrilleros que andan por ahí; eso han demostrado en los últimos 10 o 12 años. López Obrador y sus más cercanos colaboradores, a pesar de su expriísmo, sacan aún algunas ventajas por los procesos de radicalización que están mostrando. Sin embargo los próximos meses serán decisivos para conocer si negociarán con los de arriba o se decidirán por los trabajadores. Esta decisión será definitiva.
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