¿Qué podemos hacer? ¿Cómo podemos hacer algo en favor de un cambio verdadero?
Para empezar, aceptemos que la tendencia natural en aquellos que no han participado es, primero, entender las cosas
, es decir, continuar atrapados en el miedo a participar. Hay quienes prefieren dejar la política a los políticos y no mancharse en el inmundo lodo. Sin embargo, sus vidas están modeladas por los políticos y la política. Todos podemos participar y nuestra actuación siempre tendrá efectos. El que se atreva a cruzar la línea entre las fantasías interiores y la acción pública está haciendo política. Es dañino seguir los noticiarios en la televisión o hacer caso de lo que dice la mayoría de los comunicadores. Los medios están controlados por grupos de interés y responden a planes maestros para inducir el comportamiento de las masas conforme a lo que les conviene. Pero los ciudadanos ya no quieren gato por liebre. Millones han despertado y millones despertarán en las próximas semanas. Esta es una verdadera revolución cultural.
Son muchísimas las vertientes de acción: podemos promover el voto, acercarnos a las estructuras que se han creado en todo el país, coordinar la acción simultánea de grupos de votantes. Podemos defender el voto capacitándonos para ser representantes en las casillas o generales, y estimular y supervisar a los representantes en cada sección y en cada casilla.
Podemos utilizar las redes sociales y convertir nuestras computadoras en un instrumento de acción política. Podemos presentar quejas ante el IFE y el Trife. Hacer presión para que actúen como árbitros eficaces para que corrijan los abusos en la utilización de recursos, manipulación de encuestas, en la coacción y compra de votos. La conciencia lleva a la participación y ésta a la organización. Sin organización no hay acción política y sin conciencia y pasión la participación lleva a un pantano.
Si eres partidario de AMLO, conéctate y apúntate con estas claves (www.apuntateamorena.mx ó www.amlosi.org); si estás en favor de no actuar, del No cambio, continúa observando el espectáculo. Tarde o temprano formarás parte del elenco, probablemente como víctima.
Abril es el mes más cruel, dice el poeta. Se acaba, se va. Quedan muy pocos días de campaña, dicen los operadores, se lamentan los adherentes, simpatizantes, groupies, sicofantes y publicistas imaginarios que siguen los pasos de Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador; sin excluir a la cauda menor de Gabriel Quadri, porque donde hay poco también hay menos competencia y mayores esperanzas. Pero como el inicio de campaña en Semana Santa, el segundo tercio empieza el Día del Trabajo. Y sigue el 5 de mayo.
Los días de guardar sirvieron para que los candidatos a la Presidencia de esta República laica y democrática fueran a misa papal a los pies del cerro del Cubilete; para que acudieran ante los obispos de la Conferencia del Episcopado Mexicano, en memoria de las conjuras de notables en La Profesa y como anticipado pago de diezmos modernos de la democracia sin adjetivos a la teocracia. De lo del César, ni hablar. Evocaría el cesarismo sexenal, fantasma que atemoriza a la derecha y a la izquierda, que une los extremos de ambas: milagro que en Guadalajara, donde es candidato a gobernador de Jalisco el sacristán del cardenal Sandoval, López Obrador ofreciera revisar el caso del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, después de reunirse con el cardenal José Francisco Robles.
Venezuela: Buena parte de la prensa venezolana –por ejemplo El Universal, Últimas Noticias, Ciudad de Caracas– dedica amplio espacio a la nueva Ley del Trabajo (LOT) que, curiosamente, el presidente Hugo Chávez dio a conocer mediante su Twister chavezcangueando. La misma tiene importantes mejoras para los trabajadores: en caso de nacimiento de un hijo, la madre tendrá seis semanas de reposo prenatal y 20 de reposo posnatal (o sea, dos meses más que antes), será imposible despedir a un trabajador antes de dos años del nacimiento de su hijo (antes era sólo uno) y la liquidación, en caso de despido, será doble y no simple, como hasta ahora. Uno de los diarios más ferozmente opositores –Tal Cual– no informa al respecto. ¿Será que no hay trabajadores entre quienes lo leen?
La Habana. Después de aplicarse en algunas zonas de la provincia, llegó a la capital una de las medidas más populares de la reforma económica: la venta ambulante de frutas y vegetales. Es una extensión real del mercado tradicional hacia los barrios, las calles y esquinas, como en la tradición de décadas anteriores.
De dientes para afuera todo mundo dice estar comprometido con la causa de los compañeros ex braceros que trabajaron en Estados Unidos en el periodo de 1942 a 1964; sin embargo, "del dicho al hecho hay un gran trecho". Veamos:
Néstor de Buen: Una nueva central de trabajadores
Es, sin duda, una buena noticia. Porque hasta ahora las centrales de trabajadores lo único que han logrado ha sido hacerse cómplices de las maniobras del Estado para perjudicar a los trabajadores. No me extraña que haya sido el pleno del Sindicato Mexicano de Electricistas el que haya propuesto la idea bajo la influencia, sin la menor duda, de Pablo González Casanova, quien tanto ha hecho por el movimiento obrero.
Guillermo Almeyra: Hollande, ¿y después?
Lo más probable –aunque, por supuesto, la seguridad matemática no se aplica a la política– es que François Hollande, el candidato del Partido Socialista francés, sume el 6 de mayo a su 28.8 por ciento casi todos los votos de Jean-Luc Mélenchon, del Frente de Izquierda, que logró el 11, más los dos puntos de los ecologistas, otro punto de la extrema izquierda, un tercio del ocho por ciento que tuvo el centroderechista Bayrou y un quinto del 18 por ciento que votó por la extrema derecha para protestar contra la crisis y contra Nicolas Sarkozy. Eso le daría al socialdemócrata, si votase la misma cantidad de electores que en el primer turno, un "piso" de entre 47 y 48 por ciento de los votos, contra 44-45 para el presidente saliente. Según las matemáticas, sería suficiente para ganar. Por un pelo y con una Francia dividida en dos, pero ganar.
Rolando Cordera Campos: ¡Es la soberanía!
En Europa se pone a prueba, con intrigante insistencia, una de las definiciones clásicas de locura: hacer la misma cosa una y otra vez y esperar que haya resultados diferentes. La imposición de la señora Merkel de una receta emanada de uno de los grandes mitos teutones contemporáneos, el del equilibrio fiscal, no puede sino resultar en más de lo mismo pero peor: la austeridad, entendida como contracción de la actividad económica, profundizada por el recorte fiscal, sólo puede arrojar más desempleo, menos consumo, menos recaudación e, inevitablemente, reproducción del déficit fiscal… para volver a empezar.
Antonio Gershenson: La energía del viento y la del agua
Cuando ya tuvimos plantas hidroeléctricas de tamaño importante, se les usaba hasta donde se pudiera, porque, a diferencia de las otras plantas principales, las termoeléctricas no consumían combustible. Sin embargo, la limitación de las "hidros" eran las estaciones del año. Cuando venía la estación o estaciones secas, ya no alcanzaba el agua acumulada en las presas grandes.
Robert Fisk: Contrarrevolución: nuevo capítulo en Medio Oriente
Fue mi viejo amigo jordano-palestino Rami Khouri quien primero vislumbró lo que hoy ocurre en Medio Oriente: es la contrarrevolución. Bahrein aplasta la disidencia, al igual que Siria. El siniestro Omar Solimán, ex jefe de inteligencia de Hosni Mubarak, se postula para presidente; la cancelación de su candidatura, decidida la semana pasada por un nada confiable "comité electoral", bien puede ser revocada. Libia está en guerra consigo misma. Yemen tiene de regreso al hombre de confianza de su antiguo dictador. Hubo 61 muertos en una batalla entre soldados y Al Qaeda la semana pasada… en solo un día. En total, un desbarajuste tremendo.
José Antonio Rojas Nieto: ¿Qué hacer con el petróleo en Argentina?
Pareciera que no, pero en el mundo continúa la discusión sobre las características que debe tener la industria petrolera en general, y las empresas petroleras en particular. Todavía más –y, sin duda, con mucha conflictividad social y política– se debate sobre el carácter público o privado, sea nacional o extranjero de los recursos naturales, en este caso, de los hidrocarburos. Sí, la propiedad originaria de petróleo y gas natural –en realidad de todos los bienes cuya producción se encuentra atada a los recursos naturales– continúa siendo objeto de debate. Y donde –como en México– hay definiciones fundantes claras, éstas se nublan con prácticas regresivas. La ríspida relación entre Argentina y España a partir de la nacionalización del 51 por ciento de las acciones de la empresa Yacimientos Petroleros Fiscales (YPF) propiedad de la española Repsol, es un ejemplo más de ello. También lo confirman los recientes esfuerzos de Bolivia, Ecuador, Venezuela y muchas otras naciones del mundo –incluida Brasil– por ganar más control, hacerse cargo e, incluso, recuperar plenamente la propiedad, el uso y el disfrute de su riqueza natural energética. Y esto al margen de los diversos modelos de organización industrial.
Ángeles González Gamio: Jirafas y libros en Santa María
Siempre es gratificante darse una vuelta por la colonia Santa María la Ribera. Hoy estamos aquí para visitar la Feria del Libro del Kiosko Morisco, que hoy concluye, así es que apúrese a venir.
Bárbara Jacobs: Cómo escribir un artículo
Si supiera cómo escribir un artículo, no me encontraría en el dilema que plantea escribir cualquier artículo, pero en especial un artículo sobre cómo escribir un artículo, y todavía menos cuando el aprieto tiene lugar en el terrible momento en el que enfrento el plazo de entregar al periódico el artículo quincenal que le he venido entregando, sin interrupción, y con puntualidad, durante los pasados 18 años y cinco meses, acontecimiento (obsesión) que hoy, por primera vez, habría tenido que interrumpir de no haber sido porque de pronto me posesionó la inspiración redentora de escribir mi artículo sobre cómo escribir un artículo, recurso, por otra parte, del que han echado mano incluso los clásicos. O recordar, de Lope de Vega, Un soneto me manda hacer Violante...
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