Poiré ofreció a la institución total apoyo gubernamental si hacía la solicitud respectiva
Para evitar problemas con televisoras, la mayoría de consejeros rehusó
imponerel enlace
No nos creemos que somos autoridad, deploran
Leonardo Valdés, consejero presidente del IFE, el jueves, durante la
sesión en que el organismo se negó a solicitar una cadena nacional para
la difusión del debateFoto José Carlo González
Alonso Urrutia
Periódico La Jornada
Viernes 4 de mayo de 2012, p. 2
Un día antes de la sesión del Consejo General del
Instituto Federal Electoral (IFE) en la cual se determinó la negativa a
pedir una cadena nacional para transmitir el debate entre candidatos
presidenciales –que se realizará el domingo a las ocho de la noche–, vía
telefónica se hizo del conocimiento de la institución la postura
oficial: si el organismo hacía la solicitud, el gobierno la aprobaría.
Era el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, quien ofrecía el
respaldo, con el aval pleno de Los Pinos.
Al día siguiente, cuando los partidos de la Revolución Democrática,
del Trabajo, Movimiento Ciudadano y Acción Nacional formalizaron su
petición de que se efectuara una sesión extraordinaria para discutir el
tema, el consejero presidente, Leonardo Valdés, tenía claro que no
habría objeción gubernamental a la decisión y, acorde con el artículo 62
de la Ley Federal de Radio y Televisión, se decretaría la cadena, a
pesar de lo cual se pronunció en contra.
Las presiones
El cabildeo gubernamental no fue lo único que pesó en la
decisión, pues las presiones de los concesionarios y del PRI se
intensificaron para que se rechazara esa pretensión.
Apenas comenzó a saberse que el Movimiento Progresista invocaría la
referida legislación –que se contrapone al artículo 70 del Código
Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, que sólo
considera potestativo para los concesionarios–, se iniciaron contactos
con consejeros electorales para desactivar tal posibilidad.
En paralelo, desde temprano el PRI hizo saber su postura, misma que,
durante la sesión, expuso con estridencia: bajo ninguna circunstancia
admitían la posibilidad de que se inmiscuyera a Gobernación en asuntos
electorales, la cual fue matizada con una expresión de sus
deseosde que el debate fuera transmitido lo más ampliamente posible.
La división en torno al tema comenzó a expresarse desde el
martes, ponderando diversos escenarios, entre ellos, la secuela que le
implicaría al IFE: forzar la decisión y obligar a todos los
concesionarios de radio y televisión a transmitir resultaría
contraproducente de cara a los dos últimos meses antes de las
elecciones, en especial con la principal empresa involucrada, Televisión
Azteca.
La empresa del Ajusco ha mantenido una sistemática campaña en sus canales en contra del IFE desde que se instrumentó el nuevo modelo de comunicación política, y la negativa a transmitir el debate es solamente otro capítulo de esa difícil relación, que podría hacerse aún más ríspida en esta última fase si se hubiese aprobado la cadena nacional.
En ese contexto, se planteó una opción que formalizó el consejero Lorenzo Córdova en la sesión del Consejo General: que el IFE sólo corriera traslado a Gobernación de la petición de los cuatro partidos.
En principio, esa propuesta tenía el apoyo de varios consejeros, pero, finalmente, en medio de los cabildeos en el instituto, sólo Córdova y Alfredo Figueroa la respaldaron.
Con el argumento de que el artículo 70 del Cofipe es muy claro sobre el carácter potestativo de los concesionarios a transmitirlo y, en la lógica de que ordenar una cadena nacional sería
imponerel debate a todos los ciudadanos, se optó por negar la petición la noche del miércoles.
No nos creemos que somos autoridad, lamentó un funcionario del IFE, cuando era inminente la negativa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario