La Propuesta de López Obrador
El poder televisivo y los candidatos volvieron a ser tema en esta semana. No para la pantalla, por supuesto, pero sí en las redes sociales y en varios medios de prensa. El debate entre López Obrador y López Dóriga sobre el papel de Televisa hace seis años, así como la polémica generada por la frustrada contrarreforma electoral, aprobada hace una semana en la Cámara de Diputados, colocaron de nuevo el tema de la democratización de los medios de comunicación. Tema que han evitado Peña Nieto y Vázquez Mota.
Un adelanto de cómo actuarán los candidatos presidenciales frente a los medios masivos de comunicación se presentó desde el jueves 20 de octubre del 2011 en la pasarela que organizó la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT) con la presencia de los entonces precandidatos: Enrique Peña Nieto, del PRI-Partido Verde; Josefina Vázquez Mota, del PAN; y Andrés Manuel López Obrador, del PRD-PT-Movimiento Ciudadano.
La prensa de ese viernes 21 de octubre recogió las principales posiciones y, sobre todo, destacaron dos discursos: el de Peña Nieto y el de López Obrador. Confirmando que es el “candidato de las televisoras”, el ex gobernador del Estado de México les dio por su lado. Se comprometió a cambiar la reforma electoral de 2007 –que aprobó su propio partido-, porque significa una “doble tributación” para los concesionarios.
En tanto, López Obrador les exigió que no promuevan “descaradamente” a ningún candidato, como lo ha hecho Televisa (a la que “por respeto” no mencionó por su nombre) ni promuevan guerras sucias como la de hace seis años. El ex jefe de Gobierno capitalino también se pronunció en contra de los monopolios y afirmó que, de ser presidente de la República, permitiría que tanto las televisoras entren al mercado de la telefonía como que Telmex pueda dar servicio de televisión restringida.
Josefina Vázquez Mota, la más aplaudida por los concesionarios presentes, también les prometió cambiar aspectos de la reforma electoral que suspendió la compra de tiempo-aire en medios de comunicación electrónica. “Yo también los haré sentir en casa cuando esté en Los Pinos”, afirmó la ex coordinadora de la fracción legislativa del PAN en San Lázaro.
Reforma sintetizó así en su primera plana la pasarela del jueves: “Defiende Peña a TV. Critica la legislación; dice que obliga a pagar doble tributación a los concesionarios”. En un recuadro destaca: “…y López Obrador los encara”.
El Universal publicó como nota principal el evento con este encabezado: “Peña y Josefina, por revertir ley electoral”. Y de segunda cabeza: “Llama AMLO a radiodifusores a dejar prácticas monopólicas”.
La Jornada mandó a interiores la información del evento. En su nota principal de la sección política le da voz a López Obrador: “Radio y tv no han garantizado el derecho a la información: AMLO. Descarta expropiar o retirar concesiones; debe darse impulso a la competencia en un marco de absoluto respeto a la legalidad”. En sus notas complementarias destacan los pronunciamientos de coyuntura: “Descalifica Peña Nieto a Fox” y “Cuestiona Vázquez Mota método panista”.
Milenio Diario destacó así el evento: “Ofrece AMLO paz a la CIRT y TV a Slim”, mientras que Nuevo Excélsior publicó: “Peña Nieto: no a pacto con crimen, la ley no se negocia”.
El problema fundamental es que ninguno de los entonces precandidatos se comprometió con una reforma a la Ley Federal de Radio y Televisión y a la Ley de Telecomunicaciones para cumplir con una demanda tan añeja como la frustrada transición a la democracia: la democratización de los medios masivos de comunicación.
Fue hasta el 17 de abril de este año, en plena campaña, que López Obrador propuso en Jalapa, Veracruz, la democratización de los medios, aclarando que no va a expropiar a ninguna cadena de televisión, pero sí a combatir los monopolios.“Quiero aclarar que cuando proponemos la democratización de los medios de comunicación, no hablamos de expropiar, sino de que el Estado cumpla el mandato constitucional de garantizar el derecho a la información”, advirtió.
El aspirante presidencial de la izquierda ha sido el único que se metió al tema “vetado” por los dueños de las dos televisoras. Propuso eliminar el régimen de concesiones; crear un sistema para aprovechar mejor el espectro radioeléctrico y que no lo detenten dos grupos solamente, sobre todo, en materia de televisión abierta.
“Si Carlos Slim o los periódicos Reforma o El Universal, La Jornada o cualquier otra empresa editorial o cualquier ciudadano, quiere tener un canal de televisión abierta no tendrá problema”, afirmó López Obrador.
“Así como también, si Emilio Azcárraga, Ricardo Salinas o cualquier otro empresario o ciudadano desean participar en el negocio de las telecomunicaciones, de la telefonía, podrán hacerlo, porque no debe haber, bajo ninguna consideración, repito, prácticas monopólicas”.
“Que haya todos los canales de televisión o estaciones de radio que sean técnicamente posibles, con absoluta libertad, sólo evitando que se concentren en unas cuantas manos como sucede en la actualidad”, sintetizó.
Desgraciadamente, López Obrador no abundó sobre otros aspectos fundamentales de esta agenda que no se circunscriben sólo al reparto del pastel del espectro: qué política aplicará en materia de acceso universal a la banda ancha; qué política frente al proceso de digitalización de las señales de televisión que quedó trunco durante este sexenio; qué compromiso hace a favor del derecho de las audiencias y no sólo de los concesionarios.
La ecuación de la democratización de los medios de comunicación está incompleta si no se toman en cuenta a las propias audiencias. Los derechos fundamentales en la sociedad de la información no están plenamente garantizados: la libre expresión (ya lo vimos frente a los intentos de criminalizar a los usuarios de Twitter, como sucedió en Veracruz); el software libre; el derecho a la privacidad (algo que se ha convertido en un caballito de batalla ante el crecimiento exponencial de Facebook); el derecho de réplica (no sólo pensado para los partidos o los políticos); y los derechos al sano esparcimiento, a contenidos con calidad y a la no discriminación por orígenes étnicos, socioeconómicos o de género en las pantallas televisivas.
A pesar de que es una propuesta incompleta, López Obrador es el único de los tres candidatos punteros que se ha atrevido a pronunciarse en esta materia.
Casualmente, después de este discurso del martes 17 de abril, arreciaron las críticas de Televisa en su contra. El comentarista estelar y vocero de facto de la empresa, Joaquín López Dóriga inició desde el 22 de abril un ataque frontal hacia López Obrador. El pretexto fue la crítica del perredista al papel de Televisa durante la “guerra sucia” del 2006. El contexto es, sin duda, esta posición nada grata para Azcárraga Jean.
Peña Nieto y Vázquez Mota
Como en el caso de la privatización de Pemex, de una reforma fiscal y una reforma laboral para “flexibilizar” el mercado, Peña Nieto y Vázquez Mota tienen otra coincidencia fundamental: no meterse con el tema de la democratización de los medios de comunicación.
No sólo por cálculo electoral sino por una razón muy sencilla: ambos candidatos han fincado su desarrollo, a partir de una alianza con las dos grandes televisoras, los grupos radiofónicos más importantes, los grupos editoriales con mayor fuerza y no plantean nada específicamente, en el terreno de la Ley Federal de Radio y Televisión ni en la Ley de Telecomunicaciones.
En ninguna de sus conferencias de prensa, en ninguno de los “compromisos firmados” o en sus “encuentros ciudadanos” han realizado planteamiento alguno a favor de una transformación del statu quo en esta materia.
El único panista que ha insistido en este terreno es Javier Corral, aspirante al Senado de la República. Corral criticó a Vázquez Mota cuando en octubre de 2011, la candidata presidencial ofreció enmendar la reforma electoral del 2007.
Corral Jurado consideró que Vázquez Mota es “rehén” de los concesionarios de medios electrónicos y calificó como “desesperanzador” que les ofreciera mantener sus privilegios, con tal de “ganar el aplauso fácil” de los concesionarios.
A pesar de mantenerse callado, Peña Nieto, el PRI y el Partido Verde han aprobado una serie de “listas” de candidatos a diputados federales y senadores por la vía plurinominal, donde las televisoras y algunos grupos radiofónicos tienen un escaño asegurado.
Seis representantes de Televisa y seis de TV Azteca tienen un asiento asegurado en las “listas” del PRI-PVEM. Entre ellos, dos ex directores de la televisora de Ricardo Salinas Pliego –Tristán Canales y Jorge Mendoza-, además de Ninfa Salinas. En el caso de los personajes vinculados a Televisa, las posiciones más fuertes se garantizaron a través del Partido Verde.
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