Escrito por Jenaro Villamil
Fuente: terra.com.mx
Mientras las empresas encuestadoras
patrocinadas por las televisoras insisten en la inamovilidad de las
preferencias electorales, como si el “inevitable” triunfo de Enrique
Peña Nieto fuera una consigna y no el resultado de una deliberación de
los electores, los sondeos entre estudiantes universitarios reflejan que
hay una importante disminución del apoyo hacia el candidato
presidencial priista, en la primer mes de la campaña electoral.
El periódico Reforma reveló que
entre marzo y abril de este año, Peña Nieto tuvo una caída de 9 puntos
en las preferencias electorales entre estudiantes de nivel superior:
pasó de 39 a 30 por ciento del apoyo, mientras que el candidato de la
izquierda, Andrés Manuel López Obrador subió de 19 a 35 por ciento,
colocándose en primer lugar. La candidata presidencial del partido
gobernante, Josefina Vázquez Mota también tuvo una disminución
importante: bajó de 41 a 32 por ciento, perdiendo el primer lugar que
tenía en ese segmento de la población.
Es decir,
sin tomar en cuenta los recientes acontecimientos en las universidades
privadas como las protestas en la Universidad Iberoamericana contra Peña
Nieto, el apoyo a López Obrador en el Instituto de Estudios Superiores
Tecnológicos de Monterrey (el Tec), o la proclividad hacia el candidato
de la izquierda en universidades como la Anáhuac o el ITAM (que en el
2006 fueron anti López Obrador), las encuestas de Reforma –periódico más proclive a apoyar al PAN- reflejan un cambio importante en las preferencias universitarias.
También en el universo de la población
de educación media (bachillerato), hubo movimientos significativos que
no revelan las encuestas de empresas de los medios electrónicos. Peña
Nieto disminuyó de 42 a 40 por ciento de preferencia, mientras que
Vázquez Mota también bajó de 31 a 28 por ciento y López Obrador tuvo un
ligero crecimiento de 25 a 28 por ciento, emparejándose con la candidata
panista.
El movimiento en el primer mes de la
campaña de las preferencias es más significativo por rangos de edad. En
el sector de 18 a 24 años, jóvenes que llegaron a la edad de votar bajo
los gobiernos del PAN, la disminución de Peña es significativa: bajó de
48 a 41 por ciento, mientras la panista Vázquez Mota aumentó de 29 a 33
por ciento y López Obrador tuvo un ligero incremento de 21 a 23 por
ciento.
En el segmento de 25 a 29 años de edad,
la caída de Peña Nieto es todavía más importante. Disminuyó de 55 a 42
por ciento (13 puntos menos), mientras que el ascenso de López Obrador
fue de 17 a 29 por ciento (12 puntos más) y Vázquez Mota disminuyó un
punto, al pasar de 27 a 26 por ciento.
Estos movimientos demoscópicos
anticiparon y explican las protestas convocadas a través de las redes
sociales en más de 13 ciudades mexicanas, destacadamente el Distrito
Federal, Guadalajara, Puebla y Monterrey, el pasado 19 de mayo. No sólo
fueron movilizaciones “anti Peña Nieto”, fueron una novedosa manera de
protestar contra las encuestas patrocinadas por las televisoras.
Este es el segmento del electorado más
dinámico que puede marcar la diferencia en las elecciones del 1 de
julio. Antes del inicio de la campaña, el índice de abstencionismo o de
voto indeciso era muy alto entre los jóvenes universitarios.
La población universitaria en México
asciende a 3 millones 650 mil jóvenes, de los cuales, tres cuartas
partes estudian en una universidad pública y sólo el 25 por ciento en
instituciones privadas.
Lo que ha unificado a este sector de la
población es otro denominador más importante: su fuente de información,
socialización y deliberación ya no son los medios analógicos sino los
digitales, especialmente, las redes sociales. Facebook, Youtube, Twitter
y los blogs se transformaron en menos de dos años en los elementos más
importantes de movilización de estos jóvenes estudiantes.
Por tanto, la ostentosa operación publicitaria de Peña Nieto en las redes sociales, con su ejército de bots, sus call centers,
sus ciberactivistas pagados e impostados bien puede convertirse en uno
de los despilfarros más inútiles. No es con dinero como se convencen a
los usuarios de las redes sociales.
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