5/24/2012

Deslindes de EPN al por mayor


Utopía


Eduardo Ibarra Aguirre

El candidato presidencial del Partido Revolucionario visitó la casa matriz que lo ayudó en forma decisiva a construir su imagen y vaya que la aprovechó para deslindarse en primer lugar de Televisa, con las preguntas que le formularon los siete entrevistadores; de Carlos Salinas (“no es mi patrón ni mi asesor”); de Elba Esther Gordillo (“no será secretaria de Educación Pública ni parte del equipo”); de Humberto Moreira (presidente y ex del Institucional por decisión del mismo Enrique Peña); del tío y otrora jefe Arturo Montiel (“no meto las manos al fuego por él”); del enriquecido y eterno dirigente de los petroleros Carlos Romero y de Tomás Yarrington.
            Demasiados deslindes en un solo programa, Tercer  Grado, que Joaquín López-Dóriga anunció una y otra vez como “completamente en vivo”, mientras que Denisse Mearker confirmó vía Twitter que “ya había sido grabado”, como todos los de perfil político, lo que permitió editarlo al gusto del cliente mexiquense, sin duda el mejor producto de Televisa en su existencia.
            Deslindes que contrastan como la noche respecto del día, con la ventaja que, según las encuestas de las principales empresas, supera Peña Nieto al candidato del Movimiento Progresista hasta en 21.1 puntos porcentuales, como asegura GEA-ISA –la que orquestó el milagro de 2006 con Felipe Calderón–, en el día número 66 de la campaña presidencial.

            Con tan alucinante ventaja que acaso ningún candidato presidencial de ninguna democracia occidental llegó a acumular, no se entienden los acuerdos suscritos con Manuel Espino para que Volver a Empezar promueva el voto útil a favor del candidato tricolor; y menos aún la alianza de éste con René Arce y Víctor Hugo Círigo, antes amos y señores de Iztapalapa, la porción territorial más poblada de México.

            Menos todavía se pueden comprender los afanes deslindadores del gobernador del estado de México, quien inmediatamente negó “vínculos electorales” a la detención y arraigo del divisionario Tomás Ángeles y otros militares; también dejó colgado de la brocha al tamaulipeco en aprietos por presuntas operaciones de multimillonario lavado de dinero en la bella Isla del Padre –en la que viví en 1961 como hijo de Graciela Aguirre Chávez, trabajadora doméstica indocumentada–, y San Antonio, Texas, por proteger al cártel del Golfo.

            Tiene poca consistencia la conducta de la elite priísta al salir, corriendo, a deslindarse de los señalamientos de fiscales federales de Estados Unidos sobre que Yarrington Ruvalcaba aceptó millones de dólares en sobornos del cártel del Golfo e invirtió el dinero en bienes raíces en Texas. Inversiones con dinero lícito o ilícito a las que no escapa ninguno de los que gobernaron Tamaulipas y aún viven o las disfrutan sus familiares. “Estamos haciendo patria y rescatando territorio que era mexicano”, solían decir.

            Para Enrique Peña su partido “no está para defender a nadie”, respaldó “quitar la militancia” a Tomás Yarrington y que el tricolor deje que “los militantes se defiendan solos”. Electoralmente la actitud es impecable por oportunista, pero insostenible si se toma en cuenta que despacharon en el Palacio de Gobierno de Ciudad Victoria por la candidatura, apoyo y estructura del Revolucionario. Más aún: si tuvieron los vínculos criminales que se presumen y que la Procuraduría General de la República investiga también en las personas de Manuel Cavazos y Eugenio Hernández, fue por su doble condición, ya que si fueran de Acción Nacional no los molestarían.

            El cartel del Golfo tiene como antecedente –que padecí en los años 50– al temido y temible Juan N. Guerra y su sólida amistad con Raúl Salinas Lozano, padre de los Salinas de Gortari.  

Acuse de recibo
“Ningún político en condiciones de contender para la Presidencia de la República, debe estar sujeto a compromisos que lo limiten en la actuación precisa de hablar con la mayor claridad y sensatez que exige la ciudadanía,  para expresar lo realmente manejado en sus períodos de administración (…) El comentario es de Norma Falcón Ruiz y corresponde a Televisa y Peña en aprietos (21-V-12)… Con el encabezado “México / Ya son 5 los periodistas asesinados en 25 días”, el Relator Especial de Naciones Unidas para la Promoción y Protección del Derecho a la Libertad de Opinión y Expresión, Frank La Rue, “expresa su más profunda consternación ante el condenable asesinato del periodista Marco Antonio Ávila, quien fuera secuestrado en Ciudad Obregón este 17 de mayo”... Pero la Fundación para la Libertad de Expresión dice “es el octavo en el lapso de un mes y el número 95 de 2000 a la fecha, el oficio de periodista en México se encuentra en una situación de emergencia extrema”... Amnistía Internacional emitió una acción urgente por “las agresiones y amenazas de muerte” contra los integrantes del poblano Centro de Apoyo al Trabajador, toda vez que se encuentran en “grave peligro”. Menciona las amenazas de muerte contra Blanca Velázquez, directora del CAT, y el secuestro –durante 17 horas– de José Enrique Morales Montaño.

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