FEMEN
es un movimiento en femenino (se niegan llamarse a sí mismas
feministas) cuyas acciones de protesta consisten en hacer topless y
pintarse eslóganes en el cuerpo, cosa que las ha hecho famosas en todo
el mundo). Según una de sus fundadoras, Alexandra Shevchenko, este movimiento reivindica una mujer “femenina”, con talones y minifalda, en vez de una mujer “masculina” y resentida, imagen tópica de la feminista “radical”.
Me encantaría que Shevchenko leyera el libro de Beatriz Gimeno, La construcción de la lesbiana perversa, que conociera cómo se construye la lesbiofobia – a través de la visibilidad y representación de las lesbianas en los medios de comunicación – y se diera cuenta que su discurso no es tan original ni autónomo, que no es el resultado de una mente femenina preclara sino que hunde sus raíces en el patriarcado, en la forma en que éste demoniza la lesbiana porque nunca podrá reducirla a ser un mero objeto erótico. Cosa que, lamento decirlo, sí ocurre con las mujeres de su movimiento.
Es evidente que el patriarcado ha hecho un buen trabajo si aún hay mujeres que asocian feminismo con marimachos amargadas que matarían a los hombres y que se dejan crecer barbas. Mujeres no feministas del mundo uniros y renunciar a los frutos del feminismo como el sufragio universal o al acceso a la educación ¿Ah no? Vaya, vaya.
Es verdad que nuestro país, en la época del destape no mostramos el cuerpo en revistas ni en películas esgrimiendo a continuación un discurso feminista. Pero es verdad que este fue el principio de nuestra libertad, como creo que sí ocurre en su caso. Lo que sí tuvimos es una señora lesbiana maravillosa llamada Mary Trini que salía al escenario en pantalones porque creía que debía ser escuchada como cantante sin tener que ser juzgada por su cuerpo, dijeron de ella cosas tan absurdas como que estaba enferma o tenía una pata de palo. Es curioso como se parecen ambos discursos, el de la feminista fea y la cantante sin faldas porque tiene la pata palo.
Una vez dicho esto, doy la bienvenida FEMEN. Tendríamos que vivir en Ucrania, con una sociedad que tiene una idea muy determinada de lo que es ser mujer, con la imposición de un solo modelo “hiper-feminizado” en el sentido más convencional de la palabra, para comprenderlas.
Muchas, y seguramente algunos, lamentaremos estás escisiones en el feminismo, hay tanta igualdad por la que luchar que no podemos perder fuerzas en absurdas divisiones.
Pero de misma manera que no hay un solo tipo de mujer, tampoco existe un único feminismo. Somos un movimiento fuerte, vivo, dinámico y necesario. Debatimos, discutimos y esto es parte de nuestra fuerza y no de nuestra debilidad. Bienvenido sea el debate.
FEMEN es una buena noticia para la igualdad, porque es un principio lleno de esperanza. FEMEN también tendrá voces dispares y algunas que sienten mujeres en pantalones, sin depilarse a la cera o acostándose entre ellas. Que en el feminismo cabemos todas. Verán que la mitad de la humanidad es variopinta y tiene infinitas formas y posibilidades y son tan mujeres las unas como las otras. Dejaran de asociar lesbianas con feas y descubrirán Jodie Foster y Elena Maya. Y verán que la fealdad no es exclusiva de una orientación sexual. Y un día también debatirán sobre la fealdad, descubrirán que la representación social del cuerpo de la mujer no es tan ingenuo ni gratuito.
Que no solo de la mirada y el placer masculino vive el cuerpo femenino, criticaran la forma en que los medios los representen. Verán que de la misma manera que hay muchos cuerpos femeninos (enfermos y sanos, bajos y altos, gordos y delgados, jóvenes y viejos) y que es una verdadera tiranía intentar que desaparezca la riqueza de nuestros cuerpos en pro de un estereotipo. Que tal vez en vez de cambiar la imagen del feminismo tan solo han caído en un estereotipo.
Pero ahora celebraremos que existan, que empiecen, que trabajen en pro de la igualdad. Gracias Femen por vuestras protestas en contra la ejecución de una mujer por adulterio en Irán, contra el turismo sexual, a favor de los derechos, de la igualdad y la justicia.
Me encantaría que Shevchenko leyera el libro de Beatriz Gimeno, La construcción de la lesbiana perversa, que conociera cómo se construye la lesbiofobia – a través de la visibilidad y representación de las lesbianas en los medios de comunicación – y se diera cuenta que su discurso no es tan original ni autónomo, que no es el resultado de una mente femenina preclara sino que hunde sus raíces en el patriarcado, en la forma en que éste demoniza la lesbiana porque nunca podrá reducirla a ser un mero objeto erótico. Cosa que, lamento decirlo, sí ocurre con las mujeres de su movimiento.
Es evidente que el patriarcado ha hecho un buen trabajo si aún hay mujeres que asocian feminismo con marimachos amargadas que matarían a los hombres y que se dejan crecer barbas. Mujeres no feministas del mundo uniros y renunciar a los frutos del feminismo como el sufragio universal o al acceso a la educación ¿Ah no? Vaya, vaya.
Es verdad que nuestro país, en la época del destape no mostramos el cuerpo en revistas ni en películas esgrimiendo a continuación un discurso feminista. Pero es verdad que este fue el principio de nuestra libertad, como creo que sí ocurre en su caso. Lo que sí tuvimos es una señora lesbiana maravillosa llamada Mary Trini que salía al escenario en pantalones porque creía que debía ser escuchada como cantante sin tener que ser juzgada por su cuerpo, dijeron de ella cosas tan absurdas como que estaba enferma o tenía una pata de palo. Es curioso como se parecen ambos discursos, el de la feminista fea y la cantante sin faldas porque tiene la pata palo.
Una vez dicho esto, doy la bienvenida FEMEN. Tendríamos que vivir en Ucrania, con una sociedad que tiene una idea muy determinada de lo que es ser mujer, con la imposición de un solo modelo “hiper-feminizado” en el sentido más convencional de la palabra, para comprenderlas.
Muchas, y seguramente algunos, lamentaremos estás escisiones en el feminismo, hay tanta igualdad por la que luchar que no podemos perder fuerzas en absurdas divisiones.
Pero de misma manera que no hay un solo tipo de mujer, tampoco existe un único feminismo. Somos un movimiento fuerte, vivo, dinámico y necesario. Debatimos, discutimos y esto es parte de nuestra fuerza y no de nuestra debilidad. Bienvenido sea el debate.
FEMEN es una buena noticia para la igualdad, porque es un principio lleno de esperanza. FEMEN también tendrá voces dispares y algunas que sienten mujeres en pantalones, sin depilarse a la cera o acostándose entre ellas. Que en el feminismo cabemos todas. Verán que la mitad de la humanidad es variopinta y tiene infinitas formas y posibilidades y son tan mujeres las unas como las otras. Dejaran de asociar lesbianas con feas y descubrirán Jodie Foster y Elena Maya. Y verán que la fealdad no es exclusiva de una orientación sexual. Y un día también debatirán sobre la fealdad, descubrirán que la representación social del cuerpo de la mujer no es tan ingenuo ni gratuito.
Que no solo de la mirada y el placer masculino vive el cuerpo femenino, criticaran la forma en que los medios los representen. Verán que de la misma manera que hay muchos cuerpos femeninos (enfermos y sanos, bajos y altos, gordos y delgados, jóvenes y viejos) y que es una verdadera tiranía intentar que desaparezca la riqueza de nuestros cuerpos en pro de un estereotipo. Que tal vez en vez de cambiar la imagen del feminismo tan solo han caído en un estereotipo.
Pero ahora celebraremos que existan, que empiecen, que trabajen en pro de la igualdad. Gracias Femen por vuestras protestas en contra la ejecución de una mujer por adulterio en Irán, contra el turismo sexual, a favor de los derechos, de la igualdad y la justicia.
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