El puerto de Acapulco, Guerrero,
fue el municipio que se llevó la peor parte ante el paso de la tormenta
tropical “Manuel”, fenómeno natural que es una muestra importante de
que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, debe mirar hacia el
sur del país, señala The Economist.
Más de 80 muertos y decenas de miles de personas damnificadas fue el saldo que dejaron las tormentas tropicales "Ingrid" y "Manuel"; sin
embargo, las inclemencias climáticas no es el único mal que aqueja al
puerto guerrerense, ya que en los últimos años, Acapulco ha disminuido
considerablemente su turismo, menciona la publicación.
A pesar de
que el apogeo turístico del puerto es un recuerdo de antaño, hace poco
Acapulco parecía recuperarse ante un creciente turismo
de lujo, pero esto fue breve; el número de visitas extranjeras
disminuyó de 350,000 personas en 2008 a 65,000 en 2012, siendo la
violencia la razón principal del desplome.
"Una ciudad de 850,000 habitantes, vio el asesinato de 1,000 personas tan sólo el año pasado", asevera The Economist.
De
entre las localidades afectadas ante el paso de "Manuel" por Guerrero,
se encuentran los municipios de Renacimiento y Zapata, considerados
como los más violentos en México, afirma el semanario británico.
Un aproximado de 40,000 "valientes" turistas que visitaban el estado de Guerrero quedaron
varados ante las tormentas tropicales; ante las afectaciones en el
puerto, el presidente Peña Nieto se unió a las labores de rescate; sin
embargo, la violencia y el paso de las tormentas tropicales deben de
ser una alerta para el mandatario de que en el sur de México, “también
necesita atención”.
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