9/25/2013

Después de la lluvia, las tormentas


Detrás de la Noticia
 Ricardo Rocha


Todavía faltan 68 largos días para que concluya la temporada de huracanes —el 30 de noviembre— y ya hay truenos, relámpagos y saldos negros en la catástrofe que ha castigado la mayor parte de este país.

Primero, la creciente sospecha de que los efectos de Ingrid y Manuel pudieron haberse evitado o disminuido considerablemente. Hablamos de al menos 120 muertos, 68 desaparecidos 500 mil damnificados, 60 mil casas destruidas, 500 municipios afectados en 24 estados, 3 mil kilómetros de autopistas y carreteras dañados y 115 puentes siniestrados. Hasta el momento.

Ya hemos dicho que aun más pestilentes que los lodos de la inundación son los lodos de la corrupción. Así que nuevamente emergen los fraudes gigantescos, como en Acapulco, con permisos de construcción en humedales y depósitos naturales de agua, lo mismo en zonas carísimas como Punta Diamante, con hoteles cinco estrellas, que en áreas populares como la unidad habitacional Luis Donaldo Colosio, donde se construyeron miles de departamentos de interés social. Igual el secreto a voces del timo kilométrico de la Autopista del Sol que se otorgó como graciosa concesión y luego se rescató a altísimo costo a pesar de que, desde el principio, se supo que era una untada de pavimento, por lo que una vez más no resistió los temporales.

En todos estos rebrotes de putrefacción han vuelto a revolverse nombres de ex gobernadores, políticos y empresas como: Ruiz Massieu, Figueroa, Torreblanca, ICA y Fernández de Cevallos. Pero hay expedientes más recientes. Como la cauda de especulaciones sobre si la Conagua alertó a tiempo y a quienes debía sobre la magnitud de Ingrid en el Golfo y Manuel en el Pacífico. Sobre todo al Sistema Nacional de Protección Civil de Gobernación, del que también hay dudas razonables sobre si cumplió con los protocolos o si pecó de lentitud o negligencia. A propósito, el Subsecretario de Normatividad de Medios, Eduardo Sánchez, salió a dar la cara para adelantar que esa entidad dará en breve un informe detallado sobre la cronología de las primeras horas a partir de la emergencia iniciada el viernes 13 de septiembre.

Y hablando de esa fecha, es importante que el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, dé su versión de la fiesta que ofreció a la “clase política guerrerense” la noche del 13 de septiembre cuando —según testigos— los mariachis y sus respectivos acompañamientos etílicos se prolongaron hasta las seis de la mañana del sábado 14. Para entonces había ya lluvias torrenciales en todo el estado. Así que, o el gobernador es el prototipo de la inconsciencia o tiene pendiente una grave acusación contra quienes jamás le avisaron lo que estaba ocurriendo desde que se sentó a la mesa con ex gobernadores, amigos, rivales y posibles sucesores.

Y hablando de excesos, 20 mil dólares (casi 262 mil pesos) por una sentada en el bacarat son muchos aquí y en China, o en Las Vegas, donde fue pillado también in fraganti el mero 15 de septiembre un mexicano eufórico. Lo que no tendría nada de particular si no se tratase del mismísimo director general del Fondo de Desastres Naturales, quien solidario se acercó a muchos mexicanos como El Canelo, Luis Miguel, Alejandro Fernández y El Buki para festejar por allá las fiestas patrias. Así que José María Tapia Franco también podría aducir que nadie le avisó; y de paso explicar si sus cuantiosas apuestas corresponden a su sueldo o si, de casualidad, dispone de ahorritos o de algún fondo del que pueda echar mano para divertirse como suele.

¿Será que por todas estas versiones que circulan en las redes y de boca a boca, la afluencia de donantes al centro de acopio del Zócalo no ha sido la que se esperaba? ¿O es que de verdad nadie en el gobierno está enterado de que en las crisis lo más preciado es la percepción de la confiabilidad? Cierto, nadie puede dejar de valorar los viajes cotidianos de Peña Nieto. Pero, al parecer, algunos los están contrarrestando desde su gobierno.


@RicardoRoc

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