Es como subirse a una máquina del tiempo. A la hora de discutir reformas los legisladores reviven viejos argumentos para convencer de los cambios que le “urgen” el país. Así se comprueba que no han sucedido
Martes 24 de septiembre de 2013
El hoy senador aseguró que era el momento de dar el desarrollo económico
que México había esperado ideas
A cinco años de distancia la refinería no está terminada. Solo se ha hecho
la barda perimetral
En las cámaras del Congreso mexicano pareciera que no pasan los años.
Los discursos de los diferentes partidos políticos se congelaron. El Congreso se volvió una cápsula del tiempo.
Lo mismo en el 2007, el 2008 o el 2013 las discusiones recurren a los mismos conceptos e ideas. Lo único que cambia es el partido en el poder.
Desde la Presidencia de la República el optimismo se convierte en las siglas del partido. Desarrollo y progreso son los términos más socorridos.
En la Cámara de Diputados y Senadores no solo regresan los mismos personajes, sino que las “reformas urgentes” que se discutieron hace cinco años nuevamente son los temas que enfrentan al partido en el gobierno con su oposición.
Ya haya sido el PAN y ahora el PRI en las últimas administraciones, se presentan reformas que al aprobarse son aplaudidas y al par de años ya se consideran insuficientes.
En un movimiento cíclico vuelven a subir a la palestra como “necesarias” para el país.
La reforma energética es el ejemplo más evidente de este reciclaje de ideas, discursos y acusaciones entre partidos.
En el 2008 se realizó la primera edición de esta película política del país. Apenas cinco años después estamos presenciando la segunda versión.
En el 2007 le tocó a la reforma fiscal y se inventaron los impuestos IETU e IDE.
Actualmente la nueva administración del PRI ya propuso la desaparición de esos dos gravámenes y optó por cobrar IVA en otros productos y consumos. También optó por modificar el ISR.
En el 2007 se habló de un impacto de tres puntos sobre el Producto Interno Bruto.
Los miles de millones de pesos de ambas reformas, se aseguró, se utilizarían en temas prioritarios. Se pondría sensibilidad social al gasto. Hoy se dice lo mismo.
El reciclaje… otra vez
El martes 28 de octubre del 2008 inició de manera normal la sesión en la Cámara de Diputados. En el ambiente aún privaba el cierre de 16 días del salón de sesiones por la defensa del petróleo. El recuerdo de una gigantesca manta que cubrió las 500 curules, con el mensaje de “clausurado”, daría foto para la historia.
Para esa fecha ya se había realizado un foro con especialistas y legisladores. La antigua Cámara de Senadores, en la calle Xicoténcatl del Centro Histórico de la Ciudad de México, fue la sede.
Se habían logrado una serie de cambios para satisfacer a las exigencias de los partidos de izquierda, que entonces habían formado lo que se llamaba el Frente Amplio Progresista, equivalente a la Alianza Cívica que ahora apoya al PRD en las actividades para evitar cambios constitucionales.
Ese día todos los partidos hicieron sus posicionamientos. El común denominador fue que cada partido se apropió la autoría de las partes positivas.
Igual que ahora, el PRI dijo que el objetivo principal que se cumpliría con la reforma sería fortalecer a Petróleos Mexicanos.
“Es el momento de modernizar y fortalecer a Pemex; es momento de que el Congreso ratifique al Consejo de Administración; es momento de reponer reservas; es momento de regular y transparentar los contratos de Pemex; es momento de una política energética colegiada y de planificación transexenal; es momento de un nuevo marco regulatorio eficaz y competitivo; es momento de mayor inversión; es momento de una mayor participación de empresas mexicanas en las actividades de Pemex”.
Fueron las palabras del diputado José Asención Orihuela.
“Chon”, como lo llaman todos, dio un discurso cargado de esperanzas y tintes nacionalistas. El hoy senador aseguró que era el momento de dar el desarrollo económico que México había esperado por tantos años.
“Es momento que Pemex sea palanca para el desarrollo de nuestro país; es el momento de hacer historia. Es el momento de una reforma que brinde estabilidad, crecimiento y modernidad; es el momento de los mexicanos.
“Estas nuevas leyes promueven la creación de nuevos empleos, nuevas áreas de desarrollo, mayor crecimiento, promueven un México mejor. Es el momento de México. En los albores del bicentenario, el PRI vuelve a ser vector de unidad nacional y generador de nuevos paradigmas de desarrollo. El PRI seguirá trabajando por un México unido y próspero. Ese seguirá siendo nuestro compromiso”.
Entonces el partido tricolor era oposición.
De las tres primeras fuerzas políticas ocupaba el tercer lugar.
Durante toda esa legislatura el PRI jugó a ser bisagra entre las propuestas de Felipe Calderón con la bancada panista y los partidos de izquierda encabezados por el PRD, y la fuerte influencia del excandidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador.
Ahora los priistas están en el Gobierno. Ahora hacen la defensa con el mismo discurso. Sin embargo ahora recurren a la “urgencia” que tiene el país y olvidan el desarrollo que entonces daban por hecho se daría al aprobar ese proyecto.
“Estamos decididos a acompañar esta reforma energética del presidente Enrique Peña Nieto, visionaria en sí misma, audaz en su planteamiento, nacionalista en su concepción. No habrá un minuto en el que no estemos dispuestos a dialogar con quien sea necesario, para conseguir el propósito de regresarle a México niveles de crecimiento y bienestar, que se nos han negado en los últimos 15 años”, dijo el diputado Manlio Fabio Beltrones días después de que se presentara el proyecto energético del Ejecutivo.
Cuando el PAN hablaba desde la presidencia de la República se mostraba ufano con sus propuestas.
Aunque la reforma energética tuvo cambios sustanciales, el diputado Jorge Nordhausen, cercano a Felipe Calderón, vendió este proyecto el día de su aprobación como la panacea para el sector.
“Pemex se consolida y fortalece con su autonomía de gestión y financiera. Hoy Pemex podrá enfrentar sus retos presentes y futuros con mayor eficacia, al contar con mayores recursos financieros y mayor flexibilidad en su operación.
“Si esta soberanía vota hoy a favor de esta reforma energética habremos obtenido los siguientes logros: que Pemex tenga autonomía presupuestaria, con lo que podrá disponer de los excedentes de ingresos que genere y aprobar las adecuaciones a su presupuesto, sin necesidad de la autorización de la Secretaría de Hacienda”.
Otros tiempos, y todo igual
En las calles de la Ciudad de México antes de la aprobación de la reforma del 2008, hubo protestas, marchas, bloqueos a las principales avenidas. El calderonismo había logrado ya la reforma fiscal e iba por la energética. Comparado con la administración de Vicente Fox esto era un triunfo evidente.
Por eso a pesar de que “descafeinaron” la propuesta original, la presumían desde tribuna. Hoy el PAN da cuenta que el discurso de Nordhausen fue insuficiente. Han presentado nuevamente una reforma energética que busca –lo dice su exposición de motivos– cumplir con los objetivos enumerados desde tribuna por su legislador hace apenas cinco años.
Hoy nuevamente se habla de autonomía de gestión, de consolidar a Pemex para poder dar frente a lo que se viene en un futuro a corto, mediano y largo plazo. Solo que ahora lo dice el PRI, porque ahora ellos gobiernan.
El presidente de la Comisión de Energía, el priista Marco Bernal, con una nula experiencia en temas energéticos, pero una gran lealtad a Manlio Fabio Beltrones, ha sido de los promotores del proyecto en las redes sociales.
Lo hace recurriendo al desarrollo económico, a la generación de empleos, al progreso del país.
“Buscamos hacer una reforma energética que dé a nuestro país mayor competitividad, mayor crecimiento y mayor generación de empleos”, escribió el 20 de agosto en su cuenta de Twitter.
En ese mismo foro vendió la misma idea del panismo en sus tiempos de gobierno.
“Mejoraría la economía de las familias toda vez que bajarían los costos de los recibos de la luz y el gas. Un beneficio más es aumentar la inversión de empleos a través del despegue de la industria petrolera”.
La izquierda no se escapa. En el 2008 el PRD vivió una de sus mejores épocas políticas, fue la primera vez que estuvo muy cerca de la presidencia de la República y en consecuencia su representación en las cámaras del Congreso de la Unión fue la más numerosa en su historia como partido político.
Sin embargo también fue un cataclismo para esa organización política. El bloqueo de Avenida Reforma en el 2006 encabezado por López Obrador como estrategia para defender los resultados electorales tuvo un costo político muy alto.
Además de la división creada entre las dos tribus –Chuchos y Obradoristas– más fuertes por la dirigencia nacional haría de su triunfo electoral una llamarada de petate. Igual que hoy que se acreditan el que la reforma hacendaria no contenga IVA en alimentos y medicinas, en la reforma energética se ufanaban de impedir la privatización.
El coordinador de los diputados en la legislatura del 2008, Javier González Garza, alertaba desde tribuna: “No solo evitamos el clásico albazo, sino que impedimos una legislación lesiva a los intereses del país. Las acciones, dentro y fuera del Congreso, informaron a todos los habitantes del país sobre este tema y los convencimos. Todas las encuestas demostraban que para la gente la propuesta de Calderón era privatizadora.
“Al concluirse la semana pasada el proceso legislativo en el Senado, podemos decir que como partido tuvimos grandes logros. El más importante, sin duda, fue eliminar los elementos más privatizadores de las iniciativas del Ejecutivo; además, conseguimos que se diera a Pemex autonomía técnica, presupuestaria y de gestión”.
Con Cuauhtémoc Cárdenas como orador, los perredistas presentaron en el Monumento a la Revolución su proyecto de reforma energética el 19 de agosto y se propuso la autonomía presupuestaria y de gestión para la paraestatal.
“De manera concreta, nuestras iniciativas pretenden alcanzar los siguientes objetivos: conceder autonomía presupuestal y de gestión de Pemex y CFE. Se otorga esta autonomía para ejercer los recursos aprobados en función del Plan de Negocios de Pemex y las necesidades energéticas del país”, dijo el hijo del General Lázaro Cárdenas.
Hace cinco años el coordinador perredista González Garza presumió que por presión del PRD se logró como parte de la reforma el proyecto de construcción de una refinería.
“Propusimos la autonomía de Petróleos Mexicanos; eliminar Pidiregas y usar el superávit de la paraestatal para inversión, además de la construcción de una nueva refinería, añejas propuestas del PRD en las que ahora nos han dado la razón”.
A cinco años de distancia la refinería no está terminada. Solo se ha hecho la barda perimetral.
Impacto presupuestal
La reforma fiscal corre la misma suerte. El discurso para venderla a los mexicanos está condenado a vagar como alma en pena. Otra vez la recaudación y el crecimiento económico. Otra vez la justicia a través del pago de impuestos para tener mayor infraestructura.
El jueves 13 de septiembre del 2007 se realizó la sesión para votar la reforma fiscal del segundo sexenio panista.
En el dictamen aprobado por mayoría, se advertía que uno de los muchos beneficios sería que el país crecería tres puntos porcentuales al término del sexenio, y ya estaba repartido entre los estados y la federación.
Los discursos de los diferentes partidos políticos se congelaron. El Congreso se volvió una cápsula del tiempo.
Lo mismo en el 2007, el 2008 o el 2013 las discusiones recurren a los mismos conceptos e ideas. Lo único que cambia es el partido en el poder.
Desde la Presidencia de la República el optimismo se convierte en las siglas del partido. Desarrollo y progreso son los términos más socorridos.
En la Cámara de Diputados y Senadores no solo regresan los mismos personajes, sino que las “reformas urgentes” que se discutieron hace cinco años nuevamente son los temas que enfrentan al partido en el gobierno con su oposición.
Ya haya sido el PAN y ahora el PRI en las últimas administraciones, se presentan reformas que al aprobarse son aplaudidas y al par de años ya se consideran insuficientes.
En un movimiento cíclico vuelven a subir a la palestra como “necesarias” para el país.
La reforma energética es el ejemplo más evidente de este reciclaje de ideas, discursos y acusaciones entre partidos.
En el 2008 se realizó la primera edición de esta película política del país. Apenas cinco años después estamos presenciando la segunda versión.
En el 2007 le tocó a la reforma fiscal y se inventaron los impuestos IETU e IDE.
Actualmente la nueva administración del PRI ya propuso la desaparición de esos dos gravámenes y optó por cobrar IVA en otros productos y consumos. También optó por modificar el ISR.
En el 2007 se habló de un impacto de tres puntos sobre el Producto Interno Bruto.
Los miles de millones de pesos de ambas reformas, se aseguró, se utilizarían en temas prioritarios. Se pondría sensibilidad social al gasto. Hoy se dice lo mismo.
El reciclaje… otra vez
El martes 28 de octubre del 2008 inició de manera normal la sesión en la Cámara de Diputados. En el ambiente aún privaba el cierre de 16 días del salón de sesiones por la defensa del petróleo. El recuerdo de una gigantesca manta que cubrió las 500 curules, con el mensaje de “clausurado”, daría foto para la historia.
Para esa fecha ya se había realizado un foro con especialistas y legisladores. La antigua Cámara de Senadores, en la calle Xicoténcatl del Centro Histórico de la Ciudad de México, fue la sede.
Se habían logrado una serie de cambios para satisfacer a las exigencias de los partidos de izquierda, que entonces habían formado lo que se llamaba el Frente Amplio Progresista, equivalente a la Alianza Cívica que ahora apoya al PRD en las actividades para evitar cambios constitucionales.
Ese día todos los partidos hicieron sus posicionamientos. El común denominador fue que cada partido se apropió la autoría de las partes positivas.
Igual que ahora, el PRI dijo que el objetivo principal que se cumpliría con la reforma sería fortalecer a Petróleos Mexicanos.
“Es el momento de modernizar y fortalecer a Pemex; es momento de que el Congreso ratifique al Consejo de Administración; es momento de reponer reservas; es momento de regular y transparentar los contratos de Pemex; es momento de una política energética colegiada y de planificación transexenal; es momento de un nuevo marco regulatorio eficaz y competitivo; es momento de mayor inversión; es momento de una mayor participación de empresas mexicanas en las actividades de Pemex”.
Fueron las palabras del diputado José Asención Orihuela.
“Chon”, como lo llaman todos, dio un discurso cargado de esperanzas y tintes nacionalistas. El hoy senador aseguró que era el momento de dar el desarrollo económico que México había esperado por tantos años.
“Es momento que Pemex sea palanca para el desarrollo de nuestro país; es el momento de hacer historia. Es el momento de una reforma que brinde estabilidad, crecimiento y modernidad; es el momento de los mexicanos.
“Estas nuevas leyes promueven la creación de nuevos empleos, nuevas áreas de desarrollo, mayor crecimiento, promueven un México mejor. Es el momento de México. En los albores del bicentenario, el PRI vuelve a ser vector de unidad nacional y generador de nuevos paradigmas de desarrollo. El PRI seguirá trabajando por un México unido y próspero. Ese seguirá siendo nuestro compromiso”.
Entonces el partido tricolor era oposición.
De las tres primeras fuerzas políticas ocupaba el tercer lugar.
Durante toda esa legislatura el PRI jugó a ser bisagra entre las propuestas de Felipe Calderón con la bancada panista y los partidos de izquierda encabezados por el PRD, y la fuerte influencia del excandidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador.
Ahora los priistas están en el Gobierno. Ahora hacen la defensa con el mismo discurso. Sin embargo ahora recurren a la “urgencia” que tiene el país y olvidan el desarrollo que entonces daban por hecho se daría al aprobar ese proyecto.
“Estamos decididos a acompañar esta reforma energética del presidente Enrique Peña Nieto, visionaria en sí misma, audaz en su planteamiento, nacionalista en su concepción. No habrá un minuto en el que no estemos dispuestos a dialogar con quien sea necesario, para conseguir el propósito de regresarle a México niveles de crecimiento y bienestar, que se nos han negado en los últimos 15 años”, dijo el diputado Manlio Fabio Beltrones días después de que se presentara el proyecto energético del Ejecutivo.
Cuando el PAN hablaba desde la presidencia de la República se mostraba ufano con sus propuestas.
Aunque la reforma energética tuvo cambios sustanciales, el diputado Jorge Nordhausen, cercano a Felipe Calderón, vendió este proyecto el día de su aprobación como la panacea para el sector.
“Pemex se consolida y fortalece con su autonomía de gestión y financiera. Hoy Pemex podrá enfrentar sus retos presentes y futuros con mayor eficacia, al contar con mayores recursos financieros y mayor flexibilidad en su operación.
“Si esta soberanía vota hoy a favor de esta reforma energética habremos obtenido los siguientes logros: que Pemex tenga autonomía presupuestaria, con lo que podrá disponer de los excedentes de ingresos que genere y aprobar las adecuaciones a su presupuesto, sin necesidad de la autorización de la Secretaría de Hacienda”.
Otros tiempos, y todo igual
En las calles de la Ciudad de México antes de la aprobación de la reforma del 2008, hubo protestas, marchas, bloqueos a las principales avenidas. El calderonismo había logrado ya la reforma fiscal e iba por la energética. Comparado con la administración de Vicente Fox esto era un triunfo evidente.
Por eso a pesar de que “descafeinaron” la propuesta original, la presumían desde tribuna. Hoy el PAN da cuenta que el discurso de Nordhausen fue insuficiente. Han presentado nuevamente una reforma energética que busca –lo dice su exposición de motivos– cumplir con los objetivos enumerados desde tribuna por su legislador hace apenas cinco años.
Hoy nuevamente se habla de autonomía de gestión, de consolidar a Pemex para poder dar frente a lo que se viene en un futuro a corto, mediano y largo plazo. Solo que ahora lo dice el PRI, porque ahora ellos gobiernan.
El presidente de la Comisión de Energía, el priista Marco Bernal, con una nula experiencia en temas energéticos, pero una gran lealtad a Manlio Fabio Beltrones, ha sido de los promotores del proyecto en las redes sociales.
Lo hace recurriendo al desarrollo económico, a la generación de empleos, al progreso del país.
“Buscamos hacer una reforma energética que dé a nuestro país mayor competitividad, mayor crecimiento y mayor generación de empleos”, escribió el 20 de agosto en su cuenta de Twitter.
En ese mismo foro vendió la misma idea del panismo en sus tiempos de gobierno.
“Mejoraría la economía de las familias toda vez que bajarían los costos de los recibos de la luz y el gas. Un beneficio más es aumentar la inversión de empleos a través del despegue de la industria petrolera”.
La izquierda no se escapa. En el 2008 el PRD vivió una de sus mejores épocas políticas, fue la primera vez que estuvo muy cerca de la presidencia de la República y en consecuencia su representación en las cámaras del Congreso de la Unión fue la más numerosa en su historia como partido político.
Sin embargo también fue un cataclismo para esa organización política. El bloqueo de Avenida Reforma en el 2006 encabezado por López Obrador como estrategia para defender los resultados electorales tuvo un costo político muy alto.
Además de la división creada entre las dos tribus –Chuchos y Obradoristas– más fuertes por la dirigencia nacional haría de su triunfo electoral una llamarada de petate. Igual que hoy que se acreditan el que la reforma hacendaria no contenga IVA en alimentos y medicinas, en la reforma energética se ufanaban de impedir la privatización.
El coordinador de los diputados en la legislatura del 2008, Javier González Garza, alertaba desde tribuna: “No solo evitamos el clásico albazo, sino que impedimos una legislación lesiva a los intereses del país. Las acciones, dentro y fuera del Congreso, informaron a todos los habitantes del país sobre este tema y los convencimos. Todas las encuestas demostraban que para la gente la propuesta de Calderón era privatizadora.
“Al concluirse la semana pasada el proceso legislativo en el Senado, podemos decir que como partido tuvimos grandes logros. El más importante, sin duda, fue eliminar los elementos más privatizadores de las iniciativas del Ejecutivo; además, conseguimos que se diera a Pemex autonomía técnica, presupuestaria y de gestión”.
Con Cuauhtémoc Cárdenas como orador, los perredistas presentaron en el Monumento a la Revolución su proyecto de reforma energética el 19 de agosto y se propuso la autonomía presupuestaria y de gestión para la paraestatal.
“De manera concreta, nuestras iniciativas pretenden alcanzar los siguientes objetivos: conceder autonomía presupuestal y de gestión de Pemex y CFE. Se otorga esta autonomía para ejercer los recursos aprobados en función del Plan de Negocios de Pemex y las necesidades energéticas del país”, dijo el hijo del General Lázaro Cárdenas.
Hace cinco años el coordinador perredista González Garza presumió que por presión del PRD se logró como parte de la reforma el proyecto de construcción de una refinería.
“Propusimos la autonomía de Petróleos Mexicanos; eliminar Pidiregas y usar el superávit de la paraestatal para inversión, además de la construcción de una nueva refinería, añejas propuestas del PRD en las que ahora nos han dado la razón”.
A cinco años de distancia la refinería no está terminada. Solo se ha hecho la barda perimetral.
Impacto presupuestal
La reforma fiscal corre la misma suerte. El discurso para venderla a los mexicanos está condenado a vagar como alma en pena. Otra vez la recaudación y el crecimiento económico. Otra vez la justicia a través del pago de impuestos para tener mayor infraestructura.
El jueves 13 de septiembre del 2007 se realizó la sesión para votar la reforma fiscal del segundo sexenio panista.
En el dictamen aprobado por mayoría, se advertía que uno de los muchos beneficios sería que el país crecería tres puntos porcentuales al término del sexenio, y ya estaba repartido entre los estados y la federación.
“En caso de que esa honorable Asamblea apruebe el presente Dictamen,
las disposiciones del paquete de iniciativas que conforman la reforma
integral de la Hacienda Pública, contribuirán a que a finales del
sexenio se alcance una recaudación adicional de 3 puntos porcentuales
del PIB, de los cuáles uno por ciento correspondería a las entidades
federativas y el 2 por ciento al Gobierno Federal”.
Además de que se aseguraba en ese documento, que quedó inscrito en la Gaceta Parlamentaria de la Cámara baja, que ese dinero se invertiría en combatir la pobreza y otros proyectos de alta prioridad para México.
“Ello permitiría hacer frente a las crecientes demandas de la sociedad en materia de servicios públicos, desarrollo regional, empleo, combate a la pobreza, así como avanzar en la sustentabilidad de las finanzas públicas para hacer frente a la eventual reducción de los ingresos petroleros”.
Hace un par de semanas el secretario de Hacienda Luis Videgaray presentó el paquete económico para el 2014 y también una nueva reforma fiscal para el país. ¿Qué promete ese proyecto?
“La reforma Social y Hacendaria incrementará de manera significativa los ingresos públicos en aproximadamente 3 puntos porcentuales del PIB, aunque su maduración completa se observará en más de un ejercicio fiscal. Este es el caso como en otras reformas que han modificado el marco tributario y fiscal debido a que diversas disposiciones requieren de tiempo”.
El Congreso mexicano es una cápsula del tiempo.
Mismas promesas, cinco años después
En las reformas petrolera y fiscal propuestas y aprobada con cambios en el 2008, los mismos discursos acompañaron los debates y justificaciones de los diputados. Aquí una muestra de las frases empleadas por legisladores del 2008 y 2013 en cuanto a Pemex y Hacienda.
> 2008
“Es el momento de modernizar y fortalecer a Pemex; (...) es momento de reponer reservas; es momento de regular y transparentar los contratos de Pemex; de una mayor participación de empresas mexicanas en las actividades de Pemex”
José Asención Orihuela
PRI
> 2013
“Esta reforma energética (...)visionaria en sí misma, audaz en su planteamiento, nacionalista en su concepción. (...) Para conseguir el propósito de regresarle a México niveles de crecimiento y bienestar, que se nos han negado”
Manlio Fabio Beltrones
PRI
> 2008
“ (...) Si vota hoy a favor de esta reforma energética habremos obtenido los siguientes logros: que Pemex tenga autonomía presupuestaria, con lo que podrá disponer de los excedentes de ingresos que genere y aprobar las adecuaciones a su presupuesto”
Jorge Nordhausen
PAN
> 2013
“Nuestras iniciativas pretenden alcanzar los siguientes objetivos: conceder autonomía presupuestal y de gestión de Pemex y CFE. (...) para ejercer los recursos aprobados en función del Plan de Negocios de Pemex y las necesidades energéticas del país”
Cuauhtémoc Cárdenas
Líder de izquierda
> 2008
“ (...)Tuvimos grandes logros. El más importante, sin duda, fue eliminar los elementos más privatizadores de las iniciativas del Ejecutivo; además, conseguimos que se diera a Pemex autonomía técnica, presupuestaria y de gestión”
Javier González Garza
Coordinador perredista
> 2008
“El paquete de iniciativas que conforman la reforma integral de la Hacienda Pública, contribuirán a que a finales del sexenio se alcance una recaudación adicional de 3 puntos porcentuales del PIB”
Dictamen de la reforma fiscal
aprobada en septiembre 2007
> 2013
“La reforma Social y Hacendaria incrementará de manera significativa los ingresos públicos en aproximadamente 3 puntos porcentuales del PIB, aunque su maduración completa se observará en más de un ejercicio fiscal”
Luis Videgaray
Secretario de Hacienda
Además de que se aseguraba en ese documento, que quedó inscrito en la Gaceta Parlamentaria de la Cámara baja, que ese dinero se invertiría en combatir la pobreza y otros proyectos de alta prioridad para México.
“Ello permitiría hacer frente a las crecientes demandas de la sociedad en materia de servicios públicos, desarrollo regional, empleo, combate a la pobreza, así como avanzar en la sustentabilidad de las finanzas públicas para hacer frente a la eventual reducción de los ingresos petroleros”.
Hace un par de semanas el secretario de Hacienda Luis Videgaray presentó el paquete económico para el 2014 y también una nueva reforma fiscal para el país. ¿Qué promete ese proyecto?
“La reforma Social y Hacendaria incrementará de manera significativa los ingresos públicos en aproximadamente 3 puntos porcentuales del PIB, aunque su maduración completa se observará en más de un ejercicio fiscal. Este es el caso como en otras reformas que han modificado el marco tributario y fiscal debido a que diversas disposiciones requieren de tiempo”.
El Congreso mexicano es una cápsula del tiempo.
Mismas promesas, cinco años después
En las reformas petrolera y fiscal propuestas y aprobada con cambios en el 2008, los mismos discursos acompañaron los debates y justificaciones de los diputados. Aquí una muestra de las frases empleadas por legisladores del 2008 y 2013 en cuanto a Pemex y Hacienda.
> 2008
“Es el momento de modernizar y fortalecer a Pemex; (...) es momento de reponer reservas; es momento de regular y transparentar los contratos de Pemex; de una mayor participación de empresas mexicanas en las actividades de Pemex”
José Asención Orihuela
PRI
> 2013
“Esta reforma energética (...)visionaria en sí misma, audaz en su planteamiento, nacionalista en su concepción. (...) Para conseguir el propósito de regresarle a México niveles de crecimiento y bienestar, que se nos han negado”
Manlio Fabio Beltrones
PRI
> 2008
“ (...) Si vota hoy a favor de esta reforma energética habremos obtenido los siguientes logros: que Pemex tenga autonomía presupuestaria, con lo que podrá disponer de los excedentes de ingresos que genere y aprobar las adecuaciones a su presupuesto”
Jorge Nordhausen
PAN
> 2013
“Nuestras iniciativas pretenden alcanzar los siguientes objetivos: conceder autonomía presupuestal y de gestión de Pemex y CFE. (...) para ejercer los recursos aprobados en función del Plan de Negocios de Pemex y las necesidades energéticas del país”
Cuauhtémoc Cárdenas
Líder de izquierda
> 2008
“ (...)Tuvimos grandes logros. El más importante, sin duda, fue eliminar los elementos más privatizadores de las iniciativas del Ejecutivo; además, conseguimos que se diera a Pemex autonomía técnica, presupuestaria y de gestión”
Javier González Garza
Coordinador perredista
> 2008
“El paquete de iniciativas que conforman la reforma integral de la Hacienda Pública, contribuirán a que a finales del sexenio se alcance una recaudación adicional de 3 puntos porcentuales del PIB”
Dictamen de la reforma fiscal
aprobada en septiembre 2007
> 2013
“La reforma Social y Hacendaria incrementará de manera significativa los ingresos públicos en aproximadamente 3 puntos porcentuales del PIB, aunque su maduración completa se observará en más de un ejercicio fiscal”
Luis Videgaray
Secretario de Hacienda
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