Ezequiel Flores Contreras
Indígenas tlapanecos de la comunidad de La Lucerna, municipio de Malinaltepec, sobreviven en el bosque. Foto: Ezequiel Flores |
MALINALTEPEC,
Gro. (apro).- Más de tres mil indígenas me’phaa (tlapanecos) que
abandonaron seis comunidades de este municipio y que desde la semana
pasada viven en precarios campamentos instalados en los cerros, se
opusieron a ser reubicados en albergues de Tlapa y demandaron ayuda
real y no paliativos.
Autoridades comunitarias de los poblados de La Lucerna, Moyotepec y San Juan de las Nieves, entrevistados por Apro, plantearon la reubicación de sus poblados afectados por la tormenta Manuel en sitios seguros de la misma zona.
También reprocharon la tardía reacción del gobierno, que comenzó a enviar ayuda casi una semana después de las severas lluvias provocadas por la tormenta Manuel. Advirtieron que lo más apremiante es la rehabilitación de caminos y la garantía de tener un lugar seguro para vivir.
Los estragos por el paso de Manuel dejaron una estela de muerte, daños y desolación en la mayoría de los 18 municipios que conforman la región de la Montaña.
En esta región, los ríos, derrumbes y deslaves arrasaron con poblados enteros, destruyeron viviendas y cultivos; los caminos y carreteras siguen destrozados y mantienen incomunicadas a decenas de comunidades de seis municipios considerados como los más pobres del país.
Esta situación generó un éxodo de personas en busca de víveres y para salvar sus vidas.
Desde el sábado 14, al menos tres mil indígenas me’paah de Malinaltepec abandonaron las comunidades de Tepeyac, Filo de Acatepec, Unión de las Peras, Lucerna, Moyotepec y El Tejocote porque sus viviendas, caminos y cultivos fueron afectados por los derrumbes y deslaves.
Las víctimas, en su mayoría niños y mujeres, se refugian en la parte alta de sus comunidades, donde instalaron precarios campamentos en una zona boscosa.
En esta franja de la montaña guerrerense, ubicada al suroeste de Tlapa de Comonfort sobre la carretera Tlapa-Marquelia –que se encuentra destrozada–, las autoridades municipales reportaron al menos 22 muertos.
Durante un recorrido por esta parte afectada de Malinaltepec se constató que familias enteras se encuentran sobreviviendo en un ambiente insalubre y por demás dramático.
Las temperaturas rondan los 10 grados durante el día y caen abruptamente en la noche. Al amanecer el frío come los huesos.
Esta situación ha provocado brotes de fiebre y diarrea, principalmente entre los menores, que a pesar de la tragedia ríen y juegan.
La contingencia es atendida por personal de la Secretaría de Salud estatal mediante brigadas que imparten consultas y entregan medicamento a los enfermos en los campamentos improvisados.
No obstante, algunas personas permanecen en sus casas porque no pudieron salir debido a que están inmovilizadas por su avanzada edad o por complicaciones físicas.
En Moyotepec, donde el camino fue destrozado y se llega caminando sobre la sinuosa pendiente de un cerro, al menos tres mujeres que presentan embolia y fracturas están en sus casas atendidas por familiares.
Ello, a pesar del riesgo que existe debido a que persisten las lluvias y los deslaves en este lugar, que fue desalojado por al menos mil 300 personas que instalaron campamentos en el cerro.
En otra casa de Moyotepec, la señora Margarita Justo Petronilo reza frente a un altar que puso en memoria de su hija Yoloxóchitl Anastacio, una jovencita de 15 años que murió sepultada en la casa de su madrina, la madrugada del sábado 14 en el poblado del Tecojote, donde un alud provocó la muerte de cinco personas más.
En el campamento de los pobladores de La Lucerna, la señora Victoria Guevara Castro, de 70 años, refiere que las torrenciales lluvias provocaron el deslave de un cerro que sepultó parcialmente su casa, pero afortunadamente logró escapar junto a sus hijos, nueras y nietos.
“Se acabó la casita de material que construimos con el dinero que mandó mi hijo desde Estados Unidos; ahora estamos como si no tuviéramos nada”, expresó con angustia reflejada en el rostro.
En La Lucerna resultaron dañadas 114 viviendas y damnificadas mil 150 personas que ahora están viviendo en el monte, informó el comisario municipal, Domingo Altamirano Aburto.
Al respecto, dijo que van a permanecer en el cerro hasta que las autoridades gubernamentales les consigan un terreno seguro en la misma zona y les ayuden a construir sus casas.
Por ello, rechazó la propuesta de ser reubicados en los albergues instalados en Tlapa de Comonfort.
En el mismo sentido opinaron autoridades comunitarias del resto de las comunidades afectadas por la tormenta.
No obstante, en el campamento de la comunidad de El Tepeyac, el Ejército evacuó a 30 personas, mujeres y niños principalmente.
Los damnificados fueron trasladados a un albergue instalado por la Iglesia católica en un inmueble ubicado en Tlapa, donde desde la semana pasada se encuentran refugiadas unas 100 personas del mismo poblado.
Ante la negativa de los pobladores para ser evacuados de los campamentos, las autoridades gubernamentales desplegaron ayer una caravana donde repartieron despensas, cobertores y colchonetas en cinco lugares, excepto en La Lucerna.
La ayuda gubernamental llegó a una semana de la tragedia provocada por la tormenta Manuel y después de que pobladores de esta zona retiraron piedras, lodo y árboles que mantenían obstruido el camino principal que conecta a las seis comunidades del municipio de Malinaltepec.
La tardía reacción gubernamental ha prolongado la pesadilla de los indígenas y mestizos que habitan en la montaña guerrerense.
Autoridades comunitarias de los poblados de La Lucerna, Moyotepec y San Juan de las Nieves, entrevistados por Apro, plantearon la reubicación de sus poblados afectados por la tormenta Manuel en sitios seguros de la misma zona.
También reprocharon la tardía reacción del gobierno, que comenzó a enviar ayuda casi una semana después de las severas lluvias provocadas por la tormenta Manuel. Advirtieron que lo más apremiante es la rehabilitación de caminos y la garantía de tener un lugar seguro para vivir.
Los estragos por el paso de Manuel dejaron una estela de muerte, daños y desolación en la mayoría de los 18 municipios que conforman la región de la Montaña.
En esta región, los ríos, derrumbes y deslaves arrasaron con poblados enteros, destruyeron viviendas y cultivos; los caminos y carreteras siguen destrozados y mantienen incomunicadas a decenas de comunidades de seis municipios considerados como los más pobres del país.
Esta situación generó un éxodo de personas en busca de víveres y para salvar sus vidas.
Desde el sábado 14, al menos tres mil indígenas me’paah de Malinaltepec abandonaron las comunidades de Tepeyac, Filo de Acatepec, Unión de las Peras, Lucerna, Moyotepec y El Tejocote porque sus viviendas, caminos y cultivos fueron afectados por los derrumbes y deslaves.
Las víctimas, en su mayoría niños y mujeres, se refugian en la parte alta de sus comunidades, donde instalaron precarios campamentos en una zona boscosa.
En esta franja de la montaña guerrerense, ubicada al suroeste de Tlapa de Comonfort sobre la carretera Tlapa-Marquelia –que se encuentra destrozada–, las autoridades municipales reportaron al menos 22 muertos.
Durante un recorrido por esta parte afectada de Malinaltepec se constató que familias enteras se encuentran sobreviviendo en un ambiente insalubre y por demás dramático.
Las temperaturas rondan los 10 grados durante el día y caen abruptamente en la noche. Al amanecer el frío come los huesos.
Esta situación ha provocado brotes de fiebre y diarrea, principalmente entre los menores, que a pesar de la tragedia ríen y juegan.
La contingencia es atendida por personal de la Secretaría de Salud estatal mediante brigadas que imparten consultas y entregan medicamento a los enfermos en los campamentos improvisados.
No obstante, algunas personas permanecen en sus casas porque no pudieron salir debido a que están inmovilizadas por su avanzada edad o por complicaciones físicas.
En Moyotepec, donde el camino fue destrozado y se llega caminando sobre la sinuosa pendiente de un cerro, al menos tres mujeres que presentan embolia y fracturas están en sus casas atendidas por familiares.
Ello, a pesar del riesgo que existe debido a que persisten las lluvias y los deslaves en este lugar, que fue desalojado por al menos mil 300 personas que instalaron campamentos en el cerro.
En otra casa de Moyotepec, la señora Margarita Justo Petronilo reza frente a un altar que puso en memoria de su hija Yoloxóchitl Anastacio, una jovencita de 15 años que murió sepultada en la casa de su madrina, la madrugada del sábado 14 en el poblado del Tecojote, donde un alud provocó la muerte de cinco personas más.
En el campamento de los pobladores de La Lucerna, la señora Victoria Guevara Castro, de 70 años, refiere que las torrenciales lluvias provocaron el deslave de un cerro que sepultó parcialmente su casa, pero afortunadamente logró escapar junto a sus hijos, nueras y nietos.
“Se acabó la casita de material que construimos con el dinero que mandó mi hijo desde Estados Unidos; ahora estamos como si no tuviéramos nada”, expresó con angustia reflejada en el rostro.
En La Lucerna resultaron dañadas 114 viviendas y damnificadas mil 150 personas que ahora están viviendo en el monte, informó el comisario municipal, Domingo Altamirano Aburto.
Al respecto, dijo que van a permanecer en el cerro hasta que las autoridades gubernamentales les consigan un terreno seguro en la misma zona y les ayuden a construir sus casas.
Por ello, rechazó la propuesta de ser reubicados en los albergues instalados en Tlapa de Comonfort.
En el mismo sentido opinaron autoridades comunitarias del resto de las comunidades afectadas por la tormenta.
No obstante, en el campamento de la comunidad de El Tepeyac, el Ejército evacuó a 30 personas, mujeres y niños principalmente.
Los damnificados fueron trasladados a un albergue instalado por la Iglesia católica en un inmueble ubicado en Tlapa, donde desde la semana pasada se encuentran refugiadas unas 100 personas del mismo poblado.
Ante la negativa de los pobladores para ser evacuados de los campamentos, las autoridades gubernamentales desplegaron ayer una caravana donde repartieron despensas, cobertores y colchonetas en cinco lugares, excepto en La Lucerna.
La ayuda gubernamental llegó a una semana de la tragedia provocada por la tormenta Manuel y después de que pobladores de esta zona retiraron piedras, lodo y árboles que mantenían obstruido el camino principal que conecta a las seis comunidades del municipio de Malinaltepec.
La tardía reacción gubernamental ha prolongado la pesadilla de los indígenas y mestizos que habitan en la montaña guerrerense.
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