Manuel Bartlett
Arranca el proceso para imponer la reforma constitucional de Peña Nieto y abrirles la explotación energética a las grandes transnacionales, instrumentos del poder hegemónico. Primero, visita del Vicepresidente de EU, Biden, quien felicitó a Peña por sus reformas, incluyendo la energética: “pasos difíciles pero necesarios”, reafirmación evidente de compromisos. Segundo, organización sesgada de foros en el Senado, debate simulado para arropar el dictamen que pretenden aprobar el 15 de octubre. En el primer foro, después de la presentación de Cárdenas firmemente en contra de la reforma, introducen cinco intervenciones con características peculiares, a favor. Se enlistó a grupos ocupados en la “integración energética en Norteamérica” para la seguridad energética de EU. Coaliciones integradas por corporaciones transnacionales de EU, Canadá y México, funcionarios, grupos de presión, académicos asociados en “tanques de pensamiento”. Participó el IMCO por conducto de su presidente, Juan Pardinas, organismo del sector empresarial encargado de cabildear para la privatización del sector energético, brazo mexicano del Consejo de Competitividad de América del Norte, integrado por grandes transnacionales de la región; participó en las negociaciones de la ASPAN y elaboró propuestas a favor de la privatización de Pemex en la reforma energética del 2008.
Participa el Comexi, otro organismo de la élite de América del Norte. Grupo de reflexión mexicano encargado de justificar ideológicamente el proyecto de integración del mercado energético de Norteamérica. Participan en él personajes comprometidos con la profundización de la agenda neoliberal del TLCAN, como Andrés Rozenthal, Luis Téllez y otros. Los representó en el foro Jaime Zabludovsky, ex vicepresidente de Comexi, miembro del Consejo de Administración de Pemex Exploración y Producción, desde donde se impulsó la privatización inconstitucional de la exploración y producción a través de ruinosos contratos a empresas privadas nacionales y extranjeras; ex subjefe del equipo mexicano para la negociación del TLCAN, subsecretario de negociaciones comerciales, socio de la empresa de consultoría Soluciones Estratégicas.
Estos grupos de cabilderos y funcionarios públicos, utilizan redes y conexiones con organizaciones académicas y corporativas a nivel internacional, fuertemente cohesionados, vinculados a la élite corporativa de los tres países, impulsan agendas para el diseño de políticas públicas acordes con sus intereses corporativos.
Concurrió Federico Reyes Heroles, presidente de Transparencia Mexicana, de quien esperaba un análisis de la enorme corrupción en Pemex y CFE, por su especialidad, pero, reconociéndose no experto en energía, apoyó la reforma de Peña Nieto, como en su momento su hermano Jesús, ex director de Pemex operó la reforma desnacionalizadora de Calderón.
Tercero. El espectáculo se montó apoyado por una estrategia de comunicación, preparada por el PRI: “Parte del éxito de los foros radica en su socialización en la opinión pública y reducir mediáticamente a la oposición”. “Participan los aparatos de comunicación de los poderes Ejecutivo y Legislativo, dependencias del ramo energético, asegurando (financieramente) espacios mediáticos, acercando plumas y líderes de opinión afines y reduciendo tribunas a la oposición”.
Esta estructura de manipulación, enorme negocio publicitario, es tan eficiente que una movilización multitudinaria convocada por López Obrador, venida de todo el país para oponerse a las reformas de Peña, que abarrotó todos los espacios de Paseo de la Reforma, desde Colón hasta Chapultepec, la “redujo” a contingentes intrascendentes, difundidos en espacios mediáticos secundarios. Grotesca desinformación. Ojalá, para el bien de México, Peña no se crea sus propias construcciones virtuales, irreales y acepte la propuesta de AMLO; no imponga, consulte primero a los mexicanos, ante quienes protestó “desempeñar leal y patrióticamente” su encargo.
mbartlett_diaz@hotmail.com
Senador de la república
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