Además, el secretario de Estado, Mike Pompeo, ha declarado que la
caravana ha “violado la soberanía de México, sus leyes y sus procesos
migratorios”, lo cual, dijo, en Estados Unidos el presidente Donald
Trump no permitirá que suceda.
Según las autoridades de Estados Unidos, el problema es de México,
por lo que ellas mismas “confían” en que los “líderes” mexicanos “sepan
cuáles son los mejores pasos para resolver esta situación… mediante una
acción oportuna”. Esto lo dijo Mike Pompeo luego de conversar con Luis
Videgaray.
En la víspera de unas elecciones que podrían ser cruciales para
Trump, la Casa Blanca asume una posición actualizada de defensa nacional
frente a sus “enemigos”. El comunismo ya no es amenaza, ahora la es un
mundo que, se dice, lo asedia y quiere seguir sacando provecho a sus
costillas, aprovechándose de su bonhomía.
Unos 300 mil migrantes atraviesan México cada año rumbo al coloso del norte.
Una caravana, sin embargo, pone en peligro la soberanía de Estados
Unidos, luego de violar la de México. Esta es la versión de los
gobernantes estadunidenses.
Esos miles de migrantes hondureños vienen en caravana para
contrarrestar el peligro que es para ellos atravesar México, a merced de
bandas de delincuentes organizados que los acosan, secuestran,
extorsionan, agreden y asesinan. Pero no amenazan la soberanía de ningún
país, entendiendo por ésta la capacidad efectiva de tomar decisiones
propias. El derecho al refugio está vigente en las leyes
internacionales.
Dicen los voceros de la Casa Blanca que dentro de los migrantes de la
caravana vienen “árabes”, aunque el presidente de Estados Unidos admite
que no se puede demostrar tal afirmación, lo cual, agrega, no quiere
decir que “no sea así”. Esto está sacado de una película de Groucho
Marx, algo de la mejor comedia cómica estadunidense.
El agonizante gobierno mexicano se propuso contener la caravana
imponiendo la condición de registros individuales previos. Si el
gobierno de México iba a admitir de cualquier forma a los migrantes de
esa caravana, ¿para que cerró el puente?, ¿por qué no programó la
recepción de los hondureños dentro del territorio nacional y no en la
frontera? Hubo que actuar con estupidez para crear el espectáculo de
miles de personas aglomeradas desesperadamente sobre un puente, con tal
de enviar a Washington el deplorable mensaje de que el gobierno mexicano
se estaba resistiendo, tal como lo demandaba el señor Trump.
Con esas órdenes demenciales, Peña Nieto propició aquel señalamiento
de Mike Pompeo en el sentido de que la soberanía mexicana había sido
violada.
No existe crisis de migración en la frontera entre México y Estados
Unidos. Se ha venido reduciendo desde hace tiempo el número de mexicanos
que buscan pasar al norte sin visa. Cada año son más los expatriados
voluntarios que los deportados en el mismo lapso.
En cuanto a los migrantes centroamericanos, ellos seguirán
atravesando México sin que eso ponga en peligro a ninguno de los dos
países.
Pero, aunque no haya crisis, a Trump le conviene hacer creer que
existe: “esta es la elección de la caravana”, ha dicho en referencia a
los próximos comicios en Estados Unidos. De la composición de la Cámara
de Representantes depende el proyecto de concluir el muro fronterizo,
pero, antes que nada, el mantener la mayoría republicana.
Al revisar la política estadunidense en relación con el resto del
mundo, Donald Trump ha ubicado en el centro, junto a su balanza
comercial, a las migraciones y a la consecuente delincuencia infiltrada,
incluyendo a terroristas. El presidente, sin embargo, en lugar de
buscar soluciones, responde con una actitud de confrontación. Al hacer
esto, soslaya que el déficit comercial no le es adverso, en general, a
la economía estadunidense, al tiempo que ésta requiere migrantes.
Primero, porque no es posible sustituir masiva y rápidamente casi toda
clase de importaciones. Segundo, porque ya se está cerca del “pleno
empleo”. En términos de agregados económicos, ¿qué van a comprar?;
¿quién va a trabajar?
Si Trump tuviera éxito en su política de llevar a Estados Unidos a
ser “grandioso otra vez”, sólo crearía nuevos y mayores problemas. Lo
que por ahora está en el fondo es que tal política no despega, pero, en
cambio, sí se están creando puros conflictos.
México no debe caer en ese perverso juego.
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