Pedro Echeverría V.
1. Hace alrededor de 500 años, cuando el famoso pensador Etienne de la Boétie escribió su fabuloso discurso de la Servidumbre voluntaria preguntando: “¿Como tantos hombres pueden someterse a un tirano?” no había medios de información (cine, TV, radio, revistas y prensa escrita) desarrollados ni la religión acarreaba a tantos seguidores. Sin embargo, la represión, los castigos corporales y los asesinatos eran brutales y permanentes. Además, y era los más importante, se carecía de ideas organizativas y armas para la resistencia. Si hoy se asesinan a decenas de miles en un solo país, ¿cuántos miles eran asesinados antes, sin chistar?
2. Recuerdo que conocí el texto de 1548 de Étienne de La Boétie hace unos 40 años por recomendación de alguno de mis amigos Roberto Tocavén o Jorge González Rodarte; por plena coincidencia era lo que necesitaba y me gustó tanto que lo he citado en mis artículos más de 20 veces. Según informan los estudiosos franceses, el texto original se perdió, pero el amigo de La Boétie, Miguel de Montaine, conservaba alguna copia que más tarde puso en circulación. Obviamente, por subversivo, el texto fue escondido por siglos.
3. La tesis desarrollada en el Discurso ha sido genial. “Aunque sería anacrónico calificarlo como anarquista, esta tesis aún resuena hoy en día en la reflexión libertaria sobre el principio de autoridad”. Aunque era una fuerte el poder de las tiranías asesinas, La Boétie, contrario a lo que hemos hecho tradicionalmente, dirigió su atención no a los tiranos sino a los sujetos privados de libertad. De este modo, llegó a formular su pregunta más inquietante: «¿cómo puede ser que «tantos hombres, tantos pueblos, tantas ciudades, tantas naciones soporten a veces a un tirano solo, que sólo tiene el poder que le dan?»9
4. Para La Boétie, la tiranía es un sistema autodestructivo y aunque el pueblo no ha elegido conscientemente estar bajo el yugo del tirano, tiene la responsabilidad moral de romper el vínculo de sumisión establecido con el déspota. Sostiene que los individuos a menudo se asocian y permanecen bajo el yugo del tirano por la supuesta seguridad que se les brinda, pero que realmente se traduce en explotación. Sin embargo, aunque su libertad está restringida, el sujeto naturalmente tiene el deseo de libertad, aunque no lo sepa empíricamente. Este hecho es incluso verificable entre animales no humanos.
5. Me sorprende y me pone feliz el haber coincidido con muchos pensadores que han citado y usado ese discurso: Montaigne o Cyrano de Bergerac se dice que fue plagiado durante la Revolución francesa por Marat. En el siglo XIX el Discurso sobre la servidumbre voluntaria se le dio categoría de obra mayor e influyó en pensadores como Stirner. Mas tarde retomado por escritores como Bergson, Clastres o Weil. Posteriormente por autores como Reich, Deleuze o Guattari la cuestión de la servidumbre voluntaria fue puesta como enigma central de la filosofía política, en concreto en El Antiedipo.
6. Algunos autores han recalcado, por su parte, los paralelismos existentes entre la obra de La Boétie y la de Rousseau. «¿Cómo puede el hombre, a quien su nacimiento y su naturaleza hacen libre, soportar la realidad universal de la dominación y la servidumbre? Con dos siglos de diferencia, esta cuestión parece ser común a La Boétie y Rousseau: ambos trabajan en torno al aparente enigma de que la servidumbre real contradice la libertad natural». «¿cómo un pequeño número de actores puede establecer de manera duradera un poder sobre un gran número de actores?” (2/IX/22)
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