La norma —cuyo nombre sería Norma Oficial Mexicana de Partería— apenas está en etapa de borrador y podría ser presentada este 2022. Por medio de ella se establecerán los criterios necesarios para vincular la labor de las parteras con los servicios de salud sexual, reproductiva, materna y neonatal del sistema de salud pública en México.
De igual forma, la labor y los saberes de estas mujeres serán reconocidos y tendrán certeza y protección jurídica. Además, se les brindarán los insumos necesarios para que puedan seguir ejerciendo su trabajo dentro y fuera de sus comunidades, y la protección se extenderá a quienes acudan a dichos servicios.
Por otro lado, se creará el Registro Nacional de Partería. En él se contabilizará el número de atenciones y alumbramientos brindados por las parteras en toda la República Mexicana; de igual forma, se tendrá un registro de los sitios donde se lleva a cabo esta práctica.
Finalmente, aunque no se especificó de qué forma, este Registro Nacional también facilitará el trámite del certificado de nacimiento para las y los niños nacidos bajo la asistencia de una partera.
Los problemas de las parteras para emitir certificados
En nuestro país, los artículos 1 y 2 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos protegen los derechos de los pueblos indígenas a preservar su cultura y aprovechar debidamente su medicina tradicional. Además, en los artículos 6 y 93 de la Ley General de Salud se reconocen al conocimiento y el desarrollo de la medicina tradicional como uno de los objetivos del Sistema Nacional de Salud.
A pesar de esto, las parteras (una de las transmisoras y preservadoras de estos saberes tradicionales) siguen encontrándose con dificultades a la hora de ejercer sus trabajos. De acuerdo con el proyecto “Situación actual de la partería indígena en México”, uno de los principales obstáculos para las parteras es su incapacidad de emitir certificados de nacimiento, un documento esencial para realizar diferentes trámites en México y garantizar la protección de los derechos de niñas y niños.
Según el proyecto, no hay claridad acerca de cómo es que las parteras pueden tramitar este certificado o ayudar a que las madres de los recién nacidos lo obtengan. Incluso, algunas de ellas afirman que solían emitir hojas de alumbramientos años atrás pero que el Registro Civil ya no reconoce su validez.
Por otra parte, el certificado de nacimiento también se ha vuelto un método para invisibilizar el trabajo de las parteras, pues con él, el control de la natalidad sólo queda en manos del Sector Salud. Además, el personal médico es el único que puede emitir estos documentos aunque no haya atendido el parto.
De acuerdo con María Elena Álvarez-Buylla Roces, directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) está realizando un trabajo conjunto con 180 parteras de 14 pueblos originarios en todo México. Además, Zoé Robledo Aburto, director general del IMSS, afirma que la institución a su cargo cuenta con 6 mil 664 parteras rurales voluntarias.
Pese a lo anterior, de acuerdo con López-Gatell, durante las últimas tres décadas la práctica de la partería ha ido disminuyendo por la falta de reconocimiento y regulaciones de esta labor. A la par, el subsecretario afirmó que México se ha convertido en uno de los cuatro países con la mayor cantidad de cesáreas innecesarias, una práctica que puede considerarse como violencia obstétrica.
La oficialización de la partería a través de una norma ayudaría a terminar con dichas prácticas. Además, haría más fácil para las parteras preservar, transmitir y alimentar sus conocimientos.
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