Caricatura sin Monitos
Hago una pausa a la labor que me ha mantenido alejado de usted querido lector (a), para hacer un llamado urgente a la reflexión. Este momento que la vida nos regala, es necesario que tengamos muy clara nuestra responsabilidad con el destino. Es definitorio, no podemos posponer la decisión.Debemos recordar, pues pareciera que se nos olvida, la infame conducción del país desde los tiempos de los nefastos Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari. Que siguieron al pie de la letra, el mosquita muerta de Zedillo y el más grande de los tontos del país.
Ella, trajo como consecuencia el atraso en muchos sectores importantes. Tan obvios son, que no necesito referirlos. También, las secuelas de las políticas estúpidas en materia económica, han formado un ejercito de pobres y desempleados. Nuestra calidad de vida, ha bajado tremendamente y muchas familias se han desintegrado con la ayuda de lo anteriormente dicho. En pocas palabras, el plan de unos enfermos, ha dado al traste con la hermosa nación que poseíamos.Todo lo dicho, no hubiese sido posible sin la colaboración de quien, prefiriendo la comodidad, le otorgaba su representación a esa bola de pillos.
Pues, sin oposición alguna, ellos, tan campantemente, hicieron de las suyas. Hoy, el esfuerzo será mayor.Si permitimos que continúen y abran en dos a PEMEX, el pedacito de futuro que nos queda, no alcanzará a cubrir la incertidumbre en que se convertirán nuestras vidas. Y no estoy exagerando. Simplemente, hay que voltear la vista unos años y comparar los tiempos resultantes de la zapa elaborada por enfermos. O lo que es peor, imaginemos, cual será, dentro de 20 años.Ante la tromba que representan los intereses, colonialistas, debemos levantar el dique de la unión.
Pero no, de aquella que un día pregona y al siguiente se arrincona.
Tenemos que hacer de lado, la manipulación de las conciencias por aquellos que han demostrado por muchos años ser los verdaderos enemigos de la nación. Pero sobre todas las cosas, no olvidar lo que nos han hecho. No olvidar el nombre de los ladrones. No olvidar, las mentiras repetidas por años. Ni tampoco, aquellos que han tenido que huir buscando la supervivencia en otras tierras. Y menos aún, lo que nos han arrebatado de la vida.Es el momento, apoyemos de cualquier forma. Si usted no puede o no quiere manifestarse, esta en su derecho. Sólo le pido, se informe y si puede, ayude con su comentario a quien sigue por hipnosis, repitiendo lo que dicen los pericos.
No se trata de guerra de colores, ni siquiera es una invitación a sacar a pasear a los rencores; no, estamos hablando de nuestra patria y, aunque para muchos, esos principios sean caducos, siguen siendo lo valioso de la vida. Pues sin ellos, cualquier cosa tiene precio. Despertemos, no es un juego. Los apatridas, son insaciables. Demostremos nuestra capacidad para manejar el destino de un país, que nos perdona todo.
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