Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Tardíamente, por desgracia, se empieza a valorar en el discurso presidencial que sin la intervención de la sociedad toda, el gobierno federal no estará en condiciones ni aptitud de ganar la denominada guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado.
Eduardo Ibarra Aguirre
Tardíamente, por desgracia, se empieza a valorar en el discurso presidencial que sin la intervención de la sociedad toda, el gobierno federal no estará en condiciones ni aptitud de ganar la denominada guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado.
Después de un mayo escandalosamente sangriento, una tarde dominical y un lunes 16 en los que perdieron la vida 30 personas entre tiroteos y ejecuciones, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa pidió a la sociedad que no se amedrente ante el embate de la criminalidad, pues la denuncia ciudadana es la clave para ganarle a quienes pretenden inmovilizar al gobierno y operar en la impunidad.
El pedimento lo formuló en la fastuosa ceremonia de inauguración del centro de mando de la Policía Federal Preventiva, el más grande y moderno en su tipo y que cuenta con áreas de capacitación, salas de monitoreo satelital, oficinas para denuncias ciudadanas y espacio para el resguardo temporal de presuntos criminales.
El gabinete de seguridad, los procuradores estatales y los secretarios de Seguridad Pública de diversos estados, como es comprensible acompañaron al titular del Ejecutivo, quien aprovechó la ocasión para subrayar que abandona el discurso de confrontación con el Congreso, en mala hora utilizado en un par de ocasiones en Madrid, España, para solicitar a las fuerzas políticas enfrentar unidos al narcotráfico por encima de diferencias partidistas.
Lo que ya no resultó tan comprensible fue la presencia de Elba Esther Gordillo Morales, Miguel Ángel Yunes Linares y Joel Ayala Almeida. Con tales personajes la invitación a los partidos políticos es un llamado más a misa, además de que el combate a la delincuencia organizada no contempla a la de cuello blanco y menos aún a los aliados de Calderón Hinojosa.
En el primer caso está documentadamente señalada como autora intelectual del asesinato, entre otros, de Misael Núñez Acosta. El segundo fue denunciado en semanas recientes, en un comunicado del Partido Democrático Popular Revolucionario, como controlador de una de las rutas por las que se abastece el narcotráfico. Cierto o falso, es apabullante el silencio de Yunes y la prócer del corporativismo que tanto rechazaba Acción Nacional hasta 2000, y que ahora alimenta Petróleos Mexicanos con multimillonarias aportaciones a Carlos Romero Deschamps.
Tiene completa razón, por otra parte, el economista y abogado, cuando asegura que lo que está en juego en esta batalla “es el futuro de México y los enemigos no están en otro continente, sino en nuestras calles”. Justamente por ello, es lamentable que 15 meses y muchas vidas perdidas después de que anunció los 10 puntos del programa para vencer al crimen organizado, limite la participación de la sociedad a “la denuncia ciudadana”.
Más que lamentable es de rechazarse que Genaro García Luna --como en otras ocasiones Eduardo Medina-Mora Icaza-- pronuncie discursos en los que culpa a gobiernos anteriores “porque estamos pagando un deterioro de décadas en los cuerpos policiacos” del país. Supone García que la opinión pública es amnésica y no registra que en el sexenio anterior él dirigió la Agencia Federal de Investigación “de primer mundo”, como presumían sus jefes Vicente Fox Quesada y Rafael Marcial Macedo de la Concha.
Más aún: los burócratas principales de la seguridad pública se forjaron en el foxismo, ocuparon puestos clave y hoy cobran en otras dependencias, como los ya mencionados y Daniel Francisco Cabeza de Vaca Hernández, subsecretario de Gobernación y exprocurador general de la República.
Mientras el grupo gobernante persista en tratar a la ciudadanía como retrasada mental, como lo hizo el michoacano al asegurar que no intervino en la destitución de Santiago Creel Miranda, no se involucrará la sociedad en la guerra contra el crimen organizado y ésta no avanzará con solidez.
Acuse de recibo
El lector guerrerense Porfirio Barrera Jiménez dice: “Te envío una nota porque no estoy de acuerdo con la postura de (Cuauhtémoc) Cárdenas (Solórzano) hacia El hijo desobediente, que ha salido recientemente de las aguas profundas. Estoy preocupado pues las élites del poder mediático, político, económico y religioso van a dar la pelea con todo el poder del Estado para sacar su reforma del petróleo y debemos estar preparados ya que se aproximan vientos difíciles para todos los grupos sociales en el país”… Paloma Saiz Tejero invita al 2º. Gran Remate de Libros, organizado por la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana y la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, en el Auditorio Nacional, del martes 24 al domingo 29 de junio de 2008, de las 11:00 a las 19:00 horas. La entrada es libre… Recibo informaciones sobre cómo en toda la aldea se realizan preparativos para festejar el 26 de junio el primer centenario del nacimiento de Salvador Allende Gossens, el médico socialista de Valparaíso que fue asesinado el 11 de septiembre de 1973, por hacer nuevos caminos al andar para la libertad y la justicia social.
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