tomado de La Jornada, lunes, 16 de junio de 2008
Carlos Fazio
El pasado 13 de marzo, en La Habana, los cancilleres de México y Cubaabrieron una nueva fase en la relación bilateral signada, dijeron, poruna “confianza renovada” y el apego a las normas del derechointernacional. Un día después, como parte de una “diplomacia paralela”a la del régimen de Felipe Calderón, el mexicano Manuel Espino,presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA),inauguraba en San José de Costa Rica el foro “Solidaridadlatinoamericana al encuentro de Cuba”.
Al término del mismo, losparticipantes –entre quienes figuraba el ex presidente Vicente Fox–emitieron una declaración en la que pedían permiso a las autoridadescubanas para que una delegación de la ODCA viajara a la isla aentrevistarse con el presidente Raúl Castro, la oposición y ladisidencia interna, a fin de promover “una transición política ypacífica” que permita establecer “una economía social de mercado” en Cuba.
En el documento de 26 puntos destacaban las habituales demandasvinculadas con los derechos humanos y el libre acceso a “los mediosmodernos de comunicación, información y nuevas tecnologías”.Aunque el Directorio Democrático Cubano (DDC), miembro de la ODCA, sedesmarcó parcialmente de la Declaración de San José, cabe recordar quesus principales dirigentes, Orlando Gutiérrez y Javier de Céspedes –con el copatrocinio de José María Aznar y la fundación alemana KonradAdenauer–, abonaron el camino de Fox a la copresidencia de laInternacional Demócrata de Centro (IDC, la antigua InternacionalDemócrata Cristiana) y el de Espino a la ODCA, su filial americana.Creado por la Agencia Central de Inteligencia a comienzos de los años90 como una organización pantalla para desarrollar actividadeshostiles y subversivas contra Cuba, en los últimos años el DDC, uno delos principales grupos de la mafia de Miami, buscó y logró penetrar ala ODCA de Espino y Fox, logrando afianzar una base en México para tales fines.
Desde su surgimiento, el DDC ha sido subvencionado con fondos de loscontribuyentes estadunidenses a través de la Agencia Internacionalpara el Desarrollo (USAID, que depende del Departamento de Estado), laNational Endowment for Democracy (NED) y el Instituto RepublicanoInternacional (IRI). Entre las actividades encomendadas por la CIA aesa organización figuran la fabricación y distribución de propagandacontra Cuba mediante artículos y publicaciones, y organizar seminariosy conferencias en diferentes universidades de Europa y América Latina.
En mayo, forzada por la Oficina de Auditoría del gobierno de EstadosUnidos (GAO) a medio transparentar la distribución de los 45 millonesde dólares asignados por la administración de Bush para los planes dedesestabilización de Cuba durante 2008, la AID reunió a un grupo deorganizaciones no gubernamentales afines y acordó promover el envíosecreto de material electrónico a la isla a través de “intermediarios”latinoamericanos y europeos, para realizar el trabajo sucio queWashington no puede hacer legalmente.
El jefe para América Latina de la AID, José Cárdenas, ex directivo dela Fundación Nacional Cubano Americana, subrayó ahí la necesidad deintroducir a Cuba, en “forma clandestina”, panfletos de propaganda, celulares y equipos de comunicación modernos, computadoras y softwaresincluidos.
Ante el carácter secreto de la misión, Elaine Grigsby,directora del llamado Proyecto Cuba de la AID, garantizó que siexistieran solicitudes de desclasificación de documentos en virtud dela Ley de Libertad de Información, la AID “sólo emitiría un resumengeneral” y mantendría en secreto los detalles de los programas de cada ONG.Clara Davis, de la agencia del Departamento de Estado que monitorealos intercambios con Cuba, propuso utilizar las llamadas “licenciashumanitarias” para la infiltración de agentes a la isla bajo lacobertura de proyectos vinculados con salud pública, medio ambiente einiciativas específicas.
La búsqueda de agentes encubiertos extranjeros se intensifica ante lascrecientes dificultades que encuentran los diplomáticos de la Secciónde Intereses Norteamericana en La Habana (SINA, por sus siglas eninglés) y su jefe, Michael Parmly, para la promoción del terrorismo yla subversión en Cuba.
El 18 y 19 de mayo, la seguridad del Estado exhibió en la televisióncubana videos que comprueban la complicidad de Parmly y otrosfuncionarios de la misión de Estados Unidos en Cuba, con el terroristaSantiago Álvarez, cuyo dossier fue difundido por la Interpol conalerta roja. Actualmente, Alvarez está preso en Miami, acusado por elFBI de la tenencia ilegal de un cuantioso arsenal (ametralladoras,rifles, explosivos C-4, dinamita, detonadores, munición y unlanzagranadas, según el Miami Herald).
Con un frondoso prontuario, Álvarez, quien condujo en el barcoSantrina al terrorista confeso Luis Posada Carriles, autor del crimende Barbados, en su fuga desde México a Estados Unidos hace un par deaños, dirige desde la cárcel la fundación Rescate Jurídico, que pormedio de la SINA canaliza fondos a mercenarios proanexionistas residentes en la isla.
Parmly fue exhibido como una vulgar “mula” de Álvarez en el trasiego de fondos para la subversión en la isla, encontravención de los acuerdos bilaterales entre Cuba y Estados Unidos,y del artículo 41 de la Convención de Viena para las Relaciones Diplomáticas.El viernes 13, en Madrid, Felipe Calderón alentó una “nueva aurora” entérminos de derechos humanos y democracia en Cuba.
México, vía la ODCA de Fox y Espino, se ha convertido en una guarida de mercenarios y terroristas patrocinados por el Directorio Democrático Cubano. La agenda de la ODCA es la misma de la AID y la CIA. De allí la duda:
¿diplomacia paralela la de Fox-Espino o complementaria de la calderonista?
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