Caricatura sin Monitos
En nuestro país hemos dejado que las aguas del destino acomoden los causes. No somos capaces de tomar el timón del mañana proyectando lo que necesitamos para ser un pueblo mejor en todos los sentidos. Ejemplos vemos en el recorrido y nosotros, simplemente, quedamos como espectadores sorprendidos.
Hablo de la ciudadanía, que, irresponsablemente, hemos dejado que los gobernantes dicten las frecuencias convenientes a sus intereses personales, con el consecuente perjuicio, para toda la población.
Mientras en la década de los sesentas, México, se perfilaba como ejemplo de países emergentes después de la segunda guerra mundial, otros sufrían por sobrevivir. Ahora, esas naciones que nos envidiaban, son las potencias que dictan al mundo su agenda.
En cambio " El cuerno de la abundancia", como llegó a ser conocido en el ámbito mundial nuestro territorio, se quedó hueco. Al parecer, para algunos cerebros malignos, la sociedad mexicana existente en esos tiempos, que se caracterizaba por la unión familiar, era un obstáculo para sus aviesas intenciones.
El mejor remedio encontrado fue, la vieja formula que utilizan los expansionistas: la desestabilización social, por medio de bruscos movimientos en la economía.
El decenio de los setentas, se dedicó a pavimentar un camino, para que las crisis recurrentes pudiesen pasar sin dificultad alguna. Hasta la fecha, las padecemos; con todo lo que incluye su presencia. De esta manera, en tan solo treinta y pico de años, se desmanteló la escala de valores de nuestra colectividad y con ayuda de medios de difusión al servicio de gobernantes traicioneros, en particular de la televisión, se impusieron los modelos pertinentes y necesarios, para realizar con éxito la transición que se buscaba.
Así, cuando la globalización se hizo una moda, fue muy sencillo convencer a una masa que ni era de aquí y menos de allá. Sólo por ahí algunos "barrocos" (así les llaman despectivamente a los que, en estos tiempos, aman a su patria), alzaron una voz en medio del griterío de las alabanzas.
Una resultante del proceso demoledor a que nos han sometido, es la constante frustración, la cual ha derivado en una depresión social. Misma que proporciona los elementos necesarios (tristeza, inactividad, falta de interés, en pocas palabras, dejadez), a los vividores del poder, para manejar a su antojo las riendas del otrora caballo desbocado, ahora convertido, en manso burro de carga.
Una resultante del proceso demoledor a que nos han sometido, es la constante frustración, la cual ha derivado en una depresión social. Misma que proporciona los elementos necesarios (tristeza, inactividad, falta de interés, en pocas palabras, dejadez), a los vividores del poder, para manejar a su antojo las riendas del otrora caballo desbocado, ahora convertido, en manso burro de carga.
¿Que tiene que ver lo anterior, en la desgracia ocurrida el viernes pasado en una discoteca de la ciudad de México, en donde se perdieron 12 seres humanos, entre policías y jóvenes estudiantes? ¿Acaso lo relaciona usted, a las primeras de cambio? Lo ahí sucedido, es el reflejo de las variantes de que le hable en los párrafos precedentes. Una sociedad que lucha por conseguir los elementos de satisfacción que le han condicionado durante muchas horas de imágenes que ni nos corresponden.
En donde un físico atrayente abre las puertas exitosas del momento, las de la riqueza monetaria. Mercancía convertida en la llave que no tiene limite, pues con el dinero, nos han enseñado hasta la saciedad, se consigue todo, incluso, el perdón de los pecados venideros. Por eso, en un país con 60 millones de pobres, existen cerca de 30 millones de tarjetas bancarias circulando, para evitar esa imposibilidad de compra momentánea, que terminará convirtiéndose en una molestia de mayor alcance al momento de no poder pagar el mínimo requerido.
Lo importante, es, mantener el falso ímpetu que obstruye la correcta visión de nuestra existencia.
Esa banda sin fin, es un casino en donde nunca ganaremos. Y por desgracia, no podemos parar pues perderíamos el equilibrio, como mucha gente que tiene que fugarse por doquier. Ahí podemos ver a los jóvenes que a los 14 años, no tienen deseos de nada más que de tener dinero. Ellos han aprendido la lección. ¿Para que estudiar si al fin y al cabo después de "fregarse" tantos años, no encontraran trabajo, y menos remunerado decentemente? ¿Por qué saber un poco de algo, si la gente que tiene dinero puede conseguir doctorados en las universidades más prestigiadas? Eso es perder el tiempo, "time is Money".
Familias desmembradas porque no alcanza el presupuesto y ambos padres tienen trabajar fuera de casa, dejando la educación de sus hijos en las manos de la caja idiota; que los deforma y atiborra su interior de sentimientos encontrados. Ese es, el México que siembran, por lo que, no nos extrañe la cosecha.
Lo demás, policías improvisados, jefes prepotentes, dirigentes corruptos, gobernantes ladrones, etcétera. Ya es una costumbre. La constante que nosotros hemos amamantado durante años. Solamente, con las tragedias, despertamos por unos días, para sacudir nuestra pereza. Pero al rato seremos los actores de cosas similares: corrupción, cochupo, trácala, transa, chingaremos al de enfrente; lavaremos nuestras culpas y nos sentaremos a ver la final de la copa europea y, esperaremos, con una cerveza en la mano, la próxima desgracia.
caricaturasinmonitos@yahoo.com
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