10/10/2008

Tortuga paradigmática


El escándalo en Chihuahua ya no se refiere a los abusos del ejército, a tener una de las policías más corruptas del mundo, ahora se trata de la seudo eficacia de los jueces.

En una ocasión le mencione al alcalde Gustavo Elizondo que mi hija y unas amigas habían sido detenidas por elementos de su policía y acusadas de haberse pasado un alto en una calle a la que todavía no llegaban, pero como el vehículo tenía placas gringas, la mordida solamente fue de 20 dólares. Mi hija me confesó ofendida que le había dado miedo tratar con un malandro en uniforme y por eso animó a las amigas que la acompañaban, incluida a la que manejaba, que se cooperaran para pagar. Elizondo guardó silencio y yo no pude menos que preguntarme sobre que porcentaje de esos 20 dólares llegó a sus bolsillos. Me dí cuenta que el verdadero peligro en Juárez no era el de los feminicidios sino la policía que actúa como verdaderos maleantes.

Posiblemente sea injusto pensar que el alcalde se beneficiaba de la corrupción policíaca, pero mucho se comenta en Juárez que el dinero de la corrupción sigue el rumbo de una gran pirámide cuya cúspide esta en la alcaldía y hasta hay quién calcula que los tres años de esa presidencia municipal deben generar unos 20 millones de dólares.Los policías tratando de quitarse de encima la acusación –injusta dicen ellos- de ser tan corruptos, culpan a los jueces sosteniendo que ellos cumplen con su tarea pero los jueces dejan salir a los delincuentes. Y si, uno ve que un ladrón detenido infraganti recibe una sentencia –si es que la recibe- mucho menor de lo que le correspondería.

Y bueno, ahora ha salido la historia de la eficacia de ambos componentes del sistema legal y la ciudadanía se les ha ido a la yugular. Juzgue usted:
Un joven caminaba por las orillas del Río Bravo y vio una tortuga, el animal le gusto y le pareció fácil llevárselo, pero en eso fue detenido por la policía municipal acusado de caminar en la rivera del río, confieso no saber que era un delito.

Estando en la delegación policíaca, acusado de un crimen que no es, como tampoco es un delito caminar por el río, un policía descubrió que el joven traía escondida una tortuga y entonces lo consignaron por traer consigo una especie protegida. Yo no sabía que había tortugas de esas en el río.

El juez sin dudarlo lo condenó a nueve años de prisión.El PRI con buen y oportunista olfato, anunció que estaba juntando una lana para pagar la fianza de 30,000 y en unos días el joven salió a la libertad aunque no al fin de la pesadilla legal. Ahora el gobernador en su informe se quejó de la falta de los jueces que son duros contra un joven inocente, pero son blandengues con el crimen organizado. Convendría analizar las sentencias del juez específico, a ver como trata a los malandros.

Por supuesto que nunca se explicó que hace la policía municipal patrullando las orillas del río mientras la ciudad esta asolada por el crimen, porque además esa es una zona federal donde el municipio no tiene competencia. Ya roban carros a mano armada en las principales calles de la ciudad y no hay negocio -indistintamente de su tamaño- que se salve de los delincuentes.

Mientras eso sucedía el Estado Mayor Presidencial detenía, maltrataba y consignaba a dos jóvenes que se atrevieron a protestar, uno gritándole espurio a Calderón. Que los jóvenes hayan asistido a recibir un premio por sus méritos académicos tampoco les da el derecho a protestar, esta libertad ha sido restringida por el diseño fascista que hoy conduce la política nacional en manos de militares y policías corruptos.

Como vemos, la ley es expedita cuando no hay dinero o influencias de por medio o cuando al poder político le interesa intimidar y amedrentar a la sociedad.
Felipe Calderón ha logrado el proyecto de la ultraderecha religiosa: amedrentar, espantar a la sociedad y atacar directamente la autoestima social para que aceptemos que se nos machaquen las libertades en nombre de una seguridad que no llega, pero para que de paso aceptemos que la sociedad es la culpable de la hecatombe porque se ha alejado de los valores de la madre iglesia, y que entonces aceptemos que la verdadera senda es volver a las enseñanzas religiosas, donde se repudia la libertad de elegir y se refuerzan las fobias y persecuciones, mientras se tolera el abuso contra los niños y las asociaciones políticas que generan macro limosnas y una serie interminable de abusos.

La tortuga es paradigmática para mostrar la miopía y el abuso de jueces y policías y lo lejos que estamos de la justicia.

Samuel Schmidt <
schmidt@mexico.com>

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