Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
De mayo a octubre de 2008, el valor de los ahorros de 39 millones de asalariados del sector privado que cotizan en las Administradoras de Fondos para el Retiro, mejor conocidas como Afore, disminuyó en 45 mil millones de pesos, pérdida que afectó en mayor medida a los afiliados más jóvenes, agrupados en el Fondo 5 que aglutina a los menores de 26 años, en consonancia con la reforma legislativa de marzo pasado y que constituyó “cinco fondos básicos” para manejar los ahorros de acuerdo con la edad.
La pérdida en los ahorros de los jóvenes asalariados está relacionada con la crisis originalmente hipotecaria, mutada a financiera y ahora del capitalismo salvaje, y su impacto en las caídas de las bolsas, en particular la Mexicana de Valores, donde está depositada una parte de los recursos.
En contrapartida, las Afore que en su mayoría son subsidiarias de los grupos financieros que controlan al voraz oligopolio bancario --del que nos ocupamos el 21 de noviembre-- en el mismo lapso tuvieron utilidades por 16 mil 181 millones de pesos.
Como siempre, los asalariados son los perdedores de la mercadolatría que padecen los gobernantes desde 1982. Priístas y panistas constituyen --en plena debacle neoliberal-- básicamente lo mismo. Ahora la propaga alegremente Felipe de Jesús Calderón Hinojosa en Santiago de Chile, a bordo del Mercedes Benz blindado que usaba Augusto Pinochet Ugarte, pionero en la aplicación de los dogmas neoliberales en América Latina.
Sólo para los funcionarios de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, la pérdida de valor en los ahorros de los asalariados no es tal. El argumento: “Hoy por hoy no existe un solo trabajador que se retire vía sus recursos en la Afore, sino que esto sucederá dentro de 10 o 15 años”. Es preciso recordarles que en 11 años las Afore alcanzaron ganancias por 121 mil millones de pesos, en tanto que las pérdidas acumuladas en los fondos de pensión de los asalariados son de 64 mil 600 millones de pesos.
La lógica de la Consar de que vendrán tiempos mejores, se empata con la práctica del economista que a dos años de gobierno no tiene buenas cuentas por rendir a los aterrorizados y empobrecidos ciudadanos, y se refugia en la venta de un gran futuro: ¡México será la quinta economía del mundo en 2040!
Esa mitomanía y el engaño como práctica ordinaria, llevó al estudiante Diego Alberto, de 12 años de edad, a expresar su enojo con la condición de acarreado al acto presidencial del Monumento a la Revolución, el 20 de noviembre, con un sonoro “¡Voto por voto! ¡Casilla por casilla!”
A la devaluación de 30 por ciento del peso, combinada con la incontrolable inflación en los precios de productos básicos, el persistente desempleo, la pérdida del poder adquisitivo de los salarios y ahora la minusvalía en los ahorros, colocan a los trabajadores en una posición de fragilidad extrema, merced al catarrito previsto por Agustín Carstens Carstens con la crisis económica en Estados Unidos. Dice el doctor Pablo Ruiz Nápoles que el secretario de Hacienda “está enojado porque los mensajes que él mandaba no fueron muy bien recibidos” (Forum 183, XI-08, pp. 16-18).
La abulia, la incompetencia y el dogmatismo del grupo gobernante y del jefe de éste, causan estragos en el país, vapulean la economía de los asalariados y también de las capas medias con los injustificables gasolinazos cuando los precios del crudo siguen a la baja.
En cualquier momento los trabajadores, nuevamente exprimidos en sus limitados recursos materiales, encontrarán cauces en las calles y en los centros de trabajo para expresar su desacuerdo y defenderse, con todo e hilarante anuncio de Joaquín Gamboa Pascoe: ¡Los obreros están listos para sacrificarse más!
Acuse de recibo
Comparto, resumida, la reflexión del periodista yucateco Marcos Antonio Heredia Pérez: “Toda vida es una experiencia única e irrepetible. Si hace cuatro décadas saliste de tu tierra natal para vivir en la ahora, creo, ciudad más grande del mundo, pues qué bueno. Lo importante es que decidiste y ahí estás... Te conozco hace 40 años y cuatro meses. Y la última vez que nos hemos visto fue hace 32 años, en algún receso del Congreso Latinoamericano de Periodistas, en junio de 1976, de donde surgió la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap) que impulsaron el peruano Genaro Carnero Checa y Luis Suárez (ambos fallecidos ya), entre otros…
En otras palabras, Eduardo, me da gusto que recuerdes aquella decisión de hace cuatro décadas. Es de mal gusto hacer comparaciones, pero varios jóvenes de aquel tiempo son hoy diputados y senadores, supuestamente de izquierda, y puede ser que algunos hayan trocado la ideología por el plato de lentejas, la vida muelle y el dejar hacer, dejar pasar algunas leyes. Creo que seguimos con el ánimo de hacer posible la utopía, aunque esto vaya contra la definición de la palabra. De lo contrario, qué triste papel haríamos. Creo que el cinismo todavía no ha mellado la esperanza. Seguimos vivos y eso es ganancia. ¿No crees?”
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