Ingrid Spiller, coordinadora regional de Fundación Heinrich Böll
Por Sandra Torres Pastrana
México DF, 28 nov 08 (CIMAC).- Vale la pena mirar el contexto local, regional y buscar soluciones diferenciadas para lograr el acceso al agua, ya que siempre son las mujeres, niñas y niños, indígenas y campesinado, la población más golpeada, que no cuentan con acceso al agua o sencillamente el servicio del recurso es insuficiente.
Así lo consideró Ingrid Spiller, coordinadora regional de la Fundación Heinrich Böll, para México, Centroamérica y El Caribe, en entrevista con Cimacnoticias, en el marco del foro Cambios políticos en Latinoamérica, ¿Nuevas políticas del agua? impulsado por esta Fundación y que hoy concluye en la Ciudad de México.
Destacó Spiller que se tiene que analizar, por país, cuáles son los grupos que están siendo más vulnerables y qué necesitan. En este sentido, consideró se deben de buscar soluciones más adecuadas para estos grupos, los cuales incluyen también a las mujeres.
Spiller consideró que las soluciones tienen que ser diferenciadas, porque en el campo, por ejemplo, se tienen esquemas de agua diferentes que en las ciudades, “dependiendo de cómo se maneje la empresa pública encargada de abastecer el agua, se tienen que buscar soluciones técnicas mucho más simples”, indicó.
“Si hablamos de comunidades indígenas, quizá ya existen formas tradicionales del manejo del agua, uno tiene que buscar mejorarlas y no llegar a implantar una”, puntualizó.
Para Spiller, las decisiones que toman los funcionarios de México para que el agua se corte en ciertos horarios y en ciertos barrios, sobre todo pobres, afecta directamente a las mujeres, porque ellas deben de salir a trabajar y no pueden estar esperando a que un servidor público tome la decisión de mandar agua en un horario que él determina y que ellas en ese momento posiblemente se encuentran trabajando y no puedan abastecerse de agua.
En este sentido Spiller, en su artículo “Por el derecho al agua: la sociedad civil internacional, sus temas y estrategias”, considera que los gobiernos han hecho, hasta ahora, una política en contra de los pobres, ya que el agua potable y limpia está siempre disponible en cantidad suficiente sólo para aquellos que tienen recursos económicos.
Además destaca que, aunque en todo el mundo más del 90 por ciento del suministro de agua es responsabilidad del sector público, para muchos países sobre todo los pobres esto no garantiza que el suministro de agua potable sea destinado en cantidad y calidad suficiente especialmente a los grupos pobres de la población.
BIEN COMÚN, DERECHO Y RESPONSABILIDAD
Bajo estas circunstancias, Spiller considera muy importante que la gente se convierta en ciudadanos activos y entiendan que el agua efectivamente es un bien común y tienen derecho a este, pero también, tiene una responsabilidad.
Por tanto, bajo esta responsabilidad, la gente tiene que involucrarse, “no podemos dejar el asunto en los burócratas ellos harán lo que les dé la gana”, manifestó.
En este sentido Spiller, en su artículo anteriormente mencionado, destaca que los movimientos a favor del agua ahora saben que es necesario definir desde su propia perspectiva el “derecho al agua”, y demostrar que no hay que encontrar en primer lugar una respuesta técnica para solucionar la crisis de agua potable, en cambio y principalmente, hay que buscar alternativas democráticas.
Finalmente, Spiller manifestó su preocupación ante la crisis que se padece a nivel mundial y se agudizará para el año próximo, consideró, que primeramente mucha más gente va a tener menos ingresos o quizá pierdan sus trabajos, “hoy esa gente tiene que gastar gran parte de su sueldo en agua limpia, entonces si empiezan a ganar menos, el porcentaje del gasto en agua va a aumentar”.
“Esto por tanto, los pondrá ha decidir si gastar en agua limpia o comprar comida y ropa, esto quizá propicie que la gente consuma agua sucia, lo cual, significaría un aumento en las enfermedades y las muertes por consumo de aguas contaminadas”, concluyó.
08/STP/GG
Por Sandra Torres Pastrana
México DF, 28 nov 08 (CIMAC).- Vale la pena mirar el contexto local, regional y buscar soluciones diferenciadas para lograr el acceso al agua, ya que siempre son las mujeres, niñas y niños, indígenas y campesinado, la población más golpeada, que no cuentan con acceso al agua o sencillamente el servicio del recurso es insuficiente.
Así lo consideró Ingrid Spiller, coordinadora regional de la Fundación Heinrich Böll, para México, Centroamérica y El Caribe, en entrevista con Cimacnoticias, en el marco del foro Cambios políticos en Latinoamérica, ¿Nuevas políticas del agua? impulsado por esta Fundación y que hoy concluye en la Ciudad de México.
Destacó Spiller que se tiene que analizar, por país, cuáles son los grupos que están siendo más vulnerables y qué necesitan. En este sentido, consideró se deben de buscar soluciones más adecuadas para estos grupos, los cuales incluyen también a las mujeres.
Spiller consideró que las soluciones tienen que ser diferenciadas, porque en el campo, por ejemplo, se tienen esquemas de agua diferentes que en las ciudades, “dependiendo de cómo se maneje la empresa pública encargada de abastecer el agua, se tienen que buscar soluciones técnicas mucho más simples”, indicó.
“Si hablamos de comunidades indígenas, quizá ya existen formas tradicionales del manejo del agua, uno tiene que buscar mejorarlas y no llegar a implantar una”, puntualizó.
Para Spiller, las decisiones que toman los funcionarios de México para que el agua se corte en ciertos horarios y en ciertos barrios, sobre todo pobres, afecta directamente a las mujeres, porque ellas deben de salir a trabajar y no pueden estar esperando a que un servidor público tome la decisión de mandar agua en un horario que él determina y que ellas en ese momento posiblemente se encuentran trabajando y no puedan abastecerse de agua.
En este sentido Spiller, en su artículo “Por el derecho al agua: la sociedad civil internacional, sus temas y estrategias”, considera que los gobiernos han hecho, hasta ahora, una política en contra de los pobres, ya que el agua potable y limpia está siempre disponible en cantidad suficiente sólo para aquellos que tienen recursos económicos.
Además destaca que, aunque en todo el mundo más del 90 por ciento del suministro de agua es responsabilidad del sector público, para muchos países sobre todo los pobres esto no garantiza que el suministro de agua potable sea destinado en cantidad y calidad suficiente especialmente a los grupos pobres de la población.
BIEN COMÚN, DERECHO Y RESPONSABILIDAD
Bajo estas circunstancias, Spiller considera muy importante que la gente se convierta en ciudadanos activos y entiendan que el agua efectivamente es un bien común y tienen derecho a este, pero también, tiene una responsabilidad.
Por tanto, bajo esta responsabilidad, la gente tiene que involucrarse, “no podemos dejar el asunto en los burócratas ellos harán lo que les dé la gana”, manifestó.
En este sentido Spiller, en su artículo anteriormente mencionado, destaca que los movimientos a favor del agua ahora saben que es necesario definir desde su propia perspectiva el “derecho al agua”, y demostrar que no hay que encontrar en primer lugar una respuesta técnica para solucionar la crisis de agua potable, en cambio y principalmente, hay que buscar alternativas democráticas.
Finalmente, Spiller manifestó su preocupación ante la crisis que se padece a nivel mundial y se agudizará para el año próximo, consideró, que primeramente mucha más gente va a tener menos ingresos o quizá pierdan sus trabajos, “hoy esa gente tiene que gastar gran parte de su sueldo en agua limpia, entonces si empiezan a ganar menos, el porcentaje del gasto en agua va a aumentar”.
“Esto por tanto, los pondrá ha decidir si gastar en agua limpia o comprar comida y ropa, esto quizá propicie que la gente consuma agua sucia, lo cual, significaría un aumento en las enfermedades y las muertes por consumo de aguas contaminadas”, concluyó.
08/STP/GG
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