Contacto de Inteligencia Militar vinculado al cártel del Golfo
Investigadores de la PGR identificaron, en la memoria de los teléfonos celulares de José Guadalupe Veloz Chávez –exagente del Ministerio Público federal y enlace entre Inteligencia Militar y la PGR–, las claves, seudónimos, alias y apodos de supuestos miembros del cártel del Golfo y Los Zetas, a quienes el agente advertía de operativos contra ellos, según la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDSC/001/2003, a la que Contralínea tuvo acceso. Los datos fueron corroborados por testigos protegidos ante el Ministerio Público de la federación
José Réyez
José Guadalupe Veloz Chávez, alias el Rapidín, excoordinador de agentes del Ministerio Público de la federación en Nuevo Laredo, Tamaulipas, y enlace entre la Procuraduría General de la República (PGR) y militares de la Unidad de Inteligencia de la Secretaría de la Defensa Nacional, fue acusado de revelar información clasificada de las actividades de la PGR, en el combate al narcotráfico, a la organización que comandaba Osiel Cárdenas Guillén, mediante el uso de lenguaje cifrado, claves, seudónimos y apodos, a cambio de 10 mil dólares al mes. El dinero lo recogía su lugarteniente, el agente de la Agencia Federal de Investigación (AFI) Jonathan Chaires Bustillo, alias el Soldado Rayan, en la casa de seguridad de Punto Limpio, ubicada en la avenida López de Lara de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Fue en esa casa de seguridad de Punto Limpio donde Veloz Chávez conoció a Osiel Cárdenas Guillén y donde le fue entregado el aparato de comunicación con funciones de teléfono y radio, “para que informara diariamente al Caris, Lazcano, el Reyes, el Gordo Mata y Leopoldo Flores Soto, alias el Polo, respecto de los operativos, cateos y arribos de personal militar, de la PGR y de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada, para que Osiel y su grupo de escoltas Los Zetas se retiraran de Nuevo Laredo para no ser detenidos y se trasladaran a otras casas de seguridad ubicadas en Reynosa, Tampico y Monterrey. Entre los oficiales del Ejército que coordinaban los operativos antinarco, estaba el coronel Dagoberto Espinoza, del Regimiento de Caballería, quien ponía al tanto a Veloz Chávez de las detenciones que realizaban.
Veloz Chávez se encargaba también de conseguir para el cártel las actuaciones ministeriales de los procesos abiertos en contra de miembros de la organización, para saber fechas y domicilios en los cuales se llevarían a cabo diligencias del Ministerio Público, y toda clase de operativos de la PGR, cuyas copias entregaba al Gordo Mata, encargado de la “plaza” de Nuevo Laredo.
Se apoyaba también en el comandante José Mijangos, quien permitía que Veloz Chávez comisionara a agentes de la AFI en supuestas investigaciones en brechas y en diferentes lugares, pues en realidad no podían trabajar porque estaban con Osiel Cárdenas Guillén, por lo que Los Zetas les ponían los jales para justificar su trabajo y detenían a quienes éstos dijeran en una evidente simulación para beneficio de la organización y para justificarse ante sus superiores.
La información que obtenía Veloz Chávez se la enviaba a Efraín, el Chispa o Z14, y a Samuel, el Metro Tres, encargados de la “plaza” de Miguel Alemán, por órdenes de Osiel Cárdenas, quien después dio la instrucción de cambiar a Veloz Chávez de Miguel Alemán a Nuevo Laredo, Tamaulipas.
El agente del Ministerio Público Jaime Aguilar Aguilar, adscrito a Ciudad Victoria, quien formó parte del grupo de control de drogas denominado Operación Guardían, que coordinaba Veloz Chávez, relató ante la autoridad ministerial que junto con Veloz realizaban operativos en brechas y carreteras, investigaciones de narcomenudeo a tienditas (como se les conoce a los lugares clandestinos donde se venden drogas), y algunos cateos relacionados con un miembro del cártel apodado el Amarillo; sin embargo, precisó que al llegar a los domicilios, éstos ya estaban vacíos.
Agregó que “uno de los informantes de Veloz Chávez era un general del Ejército Mexicano, cuyo nombre dijo no recordar, y que ‘casi la totalidad de de las investigaciones que teníamos con Veloz Chávez eran de narcomenudeo, y ninguna relacionada con algún miembro de la organización de Osiel Cárdenas’”.
Vinculación con el cártel
El dictamen del análisis técnico del contenido de dos teléfonos celulares que le fueron decomisados a Veloz Chávez, realizado por los especialistas de la PGR José Antonio Rodríguez Vilchis y el ingeniero Guillermo Flores Rentería, de la Coordinación Técnica de la entonces Unidad Especializada en Delincuencia Organizada, revelaron la supuesta relación de Veloz Chávez con varios miembros del cártel del Golfo y Los Zetas, de acuerdo con el oficio DGAST/316/2003 de la PGR contenido en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDSC/001/2003.
Para conocer la información contenida en la memoria de los aparatos de telefonía móvil, “se procedió a la manipulación y combinación de algunos de los botones en su teclado alfanumérico. El aparato maneja tecnología GSM (global system communication), introducida en Europa a principios de octubre de 1992. Uno de los componentes fundamentales del sistema es el uso de tecnologías criptográficas a escala militar que ofrecen una absoluta seguridad, desde la autentificación de la tarjeta de memoria hasta la conversación (de tal manera que) “nadie puede simular vía radio ser otro abonado ni descifrar las conversaciones vía radio”, señala el reporte de los especialistas de la PGR.
Así, dice la dependencia federal, el Rapidín tenía registrado en su Nextel, en la posición número 27 con la clave Delta, que corresponde a Arturo Guzmán Decena, ya fallecido, conocido como Z1, Artur o Decena; en la posición número 30 la clave Efraín Gzz, misma que corresponde a Efraín o el Chispa, con clave Z14, quien era el encargado, hasta el día de su detención, de la ciudad de Miguel Alemán; la posición 31, con clave el Rápido cel, corresponde a Chávez Veloz; la posición 72, con la clave Mm, pertenece a Víctor Manuel Vázquez Mireles, Meme el Cabezón o Meme Loco; la posición 108 con clave Yellow corresponde al Amarillo, conocido también como Antonio Galarza.
La posición **1, con la leyenda Águila, es la clave que corresponde “a una madrina de la federal de nombre Gerardo, alias el Gera; la posición **3, con la leyenda Amarillo, corresponde a Antonio Galarza, contador de la organización del cártel del Golfo; en la posición **4, con la leyenda Balo, es la clave que corresponde a una madrina de la federal apodado el Tigrillo o el Balo; en la posición **7 aparece la leyenda Camilo, clave que pertenece a un colombiano responsable de trasladar droga de Colombia a Guatemala y de Reynosa hacia Estados Unidos; en la posición **15, con la leyenda Cmdtpatiño, clave que corresponde al Comadante Mateo, quien además tiene las claves de Aviador, Marihuano, Patiño; en la posición **65, con la leyenda Xx, pertenece a Jorge Eduardo Costilla Sánchez, encargado de la ciudad de Matamoros.
Los investigadores resolvieron que en la posición número **7 de la lista de los números telefónicos, almacenados en la memoria dentro del rubro de “detalles de llamadas”, aparece la leyenda Amarillo, clave que corresponde a Antonio Galarza o Yellow; en la posición **8, en el mismo rubro, aparece la leyenda Camilo, que corresponde al colombiano referido líneas arriba y con la posición **13, del mismo rubro de memoria, la leyenda Xx que corresponde a Eduardo Costilla Sánchez, el Coss, Sombra o George y Xx, actual líder del cártel del Golfo.
El seis de agosto de 2003, el testigo protegido Francisco Alberto Vázquez Guzmán, con clave confidencial Rufino, manifestó que en la lista de llamadas del teléfono celular de Veloz Chávez aparece, en la posición 16, con la leyenda César, César García, clave Chiken o Pollo, “cuyo jefe inmediato es Osiel Cárdenas Guillén”. Agregó que el Pollo “se encarga de checar la cocaína de Colombia, de interceptar llamadas telefónicas y rentar casas de seguridad para la organización delictiva”.
Dijo que en la posición 30, con la leyenda Efraín Gzz, corresponde a Efraín Torres, alias el Chispa, exmilitar integrante de Los Zetas; en la posición 102, con la leyenda Tommy Pegaso, pertenece a Tomás Sauceda Gamboa, hermano de Gregorio Sauceda Gamboa, alias el Goyo o Metro dos; en la posición 108, con la leyenda Yellow, pertenece a Antonio Galarza, alias Toño, quien “se desempeñaba como contador y tesorero de la organización de Osiel Cárdenas Guillén en Reynosa, también como madrina e informante de la policía judicial de Matamoros”.
En esa misma fecha, el testigo protegido Yeraldín confirmó ante la autoridad ministerial lo dicho por los testigos Rufino y Rafael respecto de las posiciones, claves y alias de los supuestos miembros del cártel de Osiel Cárdenas Guillén. Agregó que a Camilo lo apoyaba César Eduardo García Martínez “arreglando los embarques de cocaína desde Colombia”.
Con estos testimonios y otras probanzas, la PGR determinó que Veloz Chávez “se incorporó a dicha organización criminal, la cual le dio la función de informador de los movimientos policiacos que detectara desde su cargo de servidor público, agente del Ministerio Público de la federación adjunto (…) El grupo criminal aprovechó la membresía del activo y obtuvo de éste que comisionara a agentes de la policía de investigación (AFI) para que brindaran seguridad al jefe de la banda Osiel Cárdenas Guillén. A cambio de ello, la organización pagó una mensualidad a Veloz Chávez”.
Testigo revela subgrupos del cártel
El testigo protegido Antonio Treviño Bautista, clave Rafael, refirió la existencia de “otra célula de la misma organización criminal, célula a la que se le dio la encomienda de vigilar los movimientos de las corporaciones policiacas y advertir a la organización de su presencia o de la práctica de un operativo. En esta tarea, los integrantes de la célula se auxiliaban de reporteros, como era el caso de Treviño Bautista, a quienes se les denominaba Halcones”.
Rafael Hernández Martínez describió, al ser interrogado por el Ministerio Público, la estructura del cártel de Osiel Cárdenas, asignada al Gordo Mata y al Metro II en la “plaza” de Nuevo Laredo, Tamaulipas: “El Gordo Mata cuenta con Leopoldo Flores Soto, el Miguel; Luis Reyes Henríquez, el Caris o el Caro; Talibán uno y Talibán dos; Marino uno y Marino dos; Solano uno y Solano dos; los hermanos Ortices (sic); Daniel Pérez Rojas; el Cachetes; el Balo. En Reynosa se encuentran el Mamito; el Chuqui; Omar; el Pelón, clave R2; el Puma Mayor; el Pollo Chiken, clave Tango 95; el Flaco Arellano; el Cascarita; el Pantera; don Sergio, alias el Rojo”.
Agustín Martínez Hernández o Ricardo Hernández Martínez, Rafael, formaba parte de la escolta de Osiel Cárdenas y fue detenido junto con éste en marzo de 2003, de acuerdo con el informe del 14 de marzo de ese año, suscrito por el capitán segundo de infantería Pedro David Herrejón Tecanhuey y el teniente de caballería Giovanni Mejía Peñaloza, y que dio origen a la averiguación previa PGR/UEDO111/2003, relativa “a la detención de los sujetos identificados como Osiel Cárdenas Guillén, Víctor Manuel Hernández Barrón y Hernández Martínez, por los delitos de violación a la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada, Contra la Salud y portación de arma de fuego”.
Al ampliar su declaración el 17 de marzo de 2003, Rafael recordó que para que Osiel Cárdenas controlara la ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas, le costó aproximadamente seis meses, “y en la actualidad está controlada y cuenta con el apoyo de las autoridades federales, siendo el Gordo Mata y el Caris los encargados de la ‘¿plaza’. Por lo que hace al Yanqui, comandante de la Policía Federal Investigadora, recibe cada mes 10 mil dólares por la protección que brinda a la organización, además un ministerio público a quien apodan el Rapidín [Veloz Chávez] es quien lleva a cabo la relación entre el Gordo Mata y el Caris con los nuevos comandantes que llegan a la ‘plaza’”.
El testigo Rafael dio cuenta de la existencia de otros grupos secretos en la estructura del cártel del Golfo a los que se denominaban H y Omega, el primero era comandado por el Gulón, y estaba integrado por 12 personas que se dedicaban a patrullar las calles de la ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas, para avisar y detectar de cualquier operativo, función que realizó durante tres años en que se comunicaban diariamente con Halcón uno. Elementos de la Policía Federal Preventiva y de la Secretaría de Seguridad Pública tenían contacto con ambos grupos. Los Halcones, los H y Los Omegas eran parte de la organización delictiva comandada por Osiel Cárdenas, mejor conocida como cártel del Golfo”.
Testimonio de la suegra del Z1
El extenso expediente de la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDSC/001/2003, en contra de Veloz Chávez, quien fue sentenciado a 15 años y siete meses de prisión luego de perder el amparo directo 401/2006, registra la declaración ministerial de Angélica Lagunas Jaramillo, esposa de Omar Lord Méndez Pitalua y suegra de Arturo Guzmán Decena, alias Z1, acribillado el 21 de noviembre de 2002; ambos miembros de Los Zetas. Dijo que este grupo delictivo llegaba a su negocio a comprar vino, oro y perfumes, así como a una cafetería en Matamoros, Tamaulipas.
Fue aquí donde conoció a Osiel Cárdenas, el 16 de agosto de 2001, quien llegó y le exigió una cuota por los productos que vendía. Posteriormente la amenazó de muerte para que aceptara rentar casas de seguridad para la organización, lo cual llevó a cabo en 10 ocasiones –el encargado de buscar los inmuebles era Guzmán Decena–; después ella acudía a las inmobiliarias para el trámite correspondiente, por el que le pagaban 100 dólares por cada contrato, además de no cobrarle derecho de piso por vender sus mercancías.
Dijo que en esa ocasión, Osiel estaba acompañado por su cuerpo de escoltas entre los que figuraban Heriberto Lazcano Lazcano, Luis Reyes, Alfonso Lechuga, José González y Omar Méndez Pitalua, entre otros: “Sujetos que, armados, buscaban a grameros o casas para reventar a los polleros, a los que vendían contrabando de vinos y licores, así como a prostitutas de la Calle 10, que tenían que pagar derecho de piso. Además, se encargaban de cuidar las playas para impedir la llegada de lanchas con indocumentados, droga o mercancía de contrabando sin pagar el derecho de piso. Lagunas Jaramillo dijo que algunos reporteros de los periódicos locales de Tamaulipas, que trabajaban en El Bravo y PM, los apoyaban. (JR)
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