Jesusa Cervantes
MÉXICO, DF, 21 de enero (apro).- En su segunda comparecencia ante la LXI Legislatura, el secretario de Seguridad Pública (SSP) federal, Genaro García Luna, debió escuchar la exigencia de senadores y diputados para que se rectifique la “guerra” contra el crimen organizado.
Sin embargo, a poco menos de un mes de la muerte del narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, los legisladores no cuestionaron sobre el tema al titular de la SSP, y tampoco le exigieron cuentas sobre la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, quien ayer cumplió nueve años de haberse fugado del penal jalisciense de Puente Grande, una de las cárceles de máxima seguridad a cargo del gobierno federal.
Después de seis horas de comparecencia, en lo que fue la última intervención, el PRI cuestionó al funcionario federal y, en forma dramática, presentó una fotografía que exhibía troncos humanos descabezados.
De esa forma el Revolucionario Institucional intentó decirle a García Luna que las cifras que ofreció al inicio de su comparecencia, entre ellas decomisos de armas o dinero incautado, no han servido de nada pues la violencia y la saña de los cárteles de la droga se siguen manifestando.
El encargado de cuestionar al secretario de Seguridad Pública fue el vicecoordinador del PRI, Carlos Ramírez Marín, quien presentó tres diapositivas. En la primera una frase: “La única variable no considerada ha sido:”. Y en la segunda: “La realidad”.
Antes de mostrar la tercera diapositiva, Ramírez Marín soltó al secretario:
“Es evidente que no van bien las cosas. ¿Para usted la estrategia sí esta funcionando, o bien…la gente debe sentirse menos aterrorizada?”
Y remachó: “Algo debe haber que no se está haciendo bien. Le quiero preguntar, ¿en qué parte de esta guerra estamos ganando? Si después de todas las leyes que les hemos dado, de triplicar los recursos para seguridad, de incrementar el número de policías, por qué hay más elementos del Ejercito en las calles haciendo operativos que no pueden realizar las policías, quién tiene el mando de los operativos, lo que dice la ley o quien es necesario? ¿Por qué el consumo de droga se ha incrementado en siete años?
Después de eso, el priista mostró una diapositiva con varios cuerpos mutilados, rodeados por civiles:
“Nosotros no éramos así. Esto no pasaba antes. ¡Esta realidad no nos puede decir que estamos bien!”, acusó.
Y denunció que “esta realidad que estamos viviendo no nos puede decir que somos un país que está fortalecido en espiritualidad, que su ideología es la mejor, y la responsabilidad ha sido de los tres niveles de gobierno”, sin embargo, “el que tiene los recursos, el que tiene la fuerza y el que está al mando de la autoridad competente, es usted”.
En seguida aclaró que su partido, el PRI, o algún otro, “estamos para batir palmas cuando vivimos esta realidad tan cruda”.
El señalamiento fue en referencia a la intervención del panista Roberto Gil, quien en su intervención sostuvo que “México tiene buenas noticias. ¡Las cifras que nos ofrecen son buenas noticias para México!”.
García Luna, quien se mostró más receptivo luego de la exhibición de la fotografía con los cuerpos destazados, pareció responder, por vez primera, más natural.
Al “nosotros no éramos así” de Ramírez Marín, le dijo que esto no es nuevo, es una práctica del narco que ha venido utilizando desde 1989, era una práctica de “El Güero” Palma.
Lo nuevo, insistió, es que ahora la difusión de imágenes forma parte de la estrategia del crimen organizado para intimidar a dos núcleos: a otros narcotraficantes y a la propia sociedad para que se repliegue, para alcanzar impunidad.
García Luna ofreció entonces su análisis.
Sostuvo que en 2005, cuando en la guerra de Oriente se hicieron públicas las ejecuciones, éstas generaron un fuerte impacto en la sociedad, por lo que los narcotraficantes decidieron emular esa práctica; “adoptaron el mismo esquema para generar un impacto social”.
Es decir, el nivel de violencia entre los narcotraficantes ha existido, por lo menos desde 1989, pero ahora forma parte de una estrategia de los grupos criminales. “Obedece a una lógica, de intimidación entre ellos, para generar miedo entre la sociedad y para buscar un repliegue de las autoridades”, asumió.
Reveló que luego de la muerte de Beltrán Leyva, aparecieron “200 mantas en contra de esa acción”, con lo que se buscaba intimidar a la autoridad de la siguiente forma: “Asumimos nuestra responsabilidad, sin embargo, no se vale que ustedes rompan el código de no meterse con las familias”.
El uso de las fotografías con cuerpos destazados, remachó, es una estrategia del narcotráfico y las mantas también.
Luego detalló que la forma de operar de las bandas criminales es involucrando a su entorno:
“Hoy, el dinero, la logística, la protección institucional, se la da su entorno; es decir, el dinero de sus ganancias no lo pone a su nombre, sino a la de su hermana, su novia, su esposa, su amante. Y si queremos combatirlos, parte de la solución esta ahí, en su entorno, y ahí se está combatiendo”, se ufanó.
Las respuestas de Genaro García Luna sorprendieron a los legisladores, quienes por vez primera parecieron poner más atención al discurso del funcionario federal.
A pesar de las respuestas inesperadas, Ramírez Marín no se dio por satisfecho, pues el titular de la SSP nunca argumentó “¿en qué parte de la guerra se está ganando?”.
En cambio, le generó escozor la revelación de que esta es la nueva estrategia de los grupos criminales: mostrar ante los medios qué tan sanguinarios son y pueden ser.
“El problema de todo esto es que esta táctica (que usan los narcos) tenga un motivo. Me aterra que diga que después de la muerte de Beltrán Leyva aparecieron 200 mantas”, dijo el priista.
Y luego de sus reclamos cerró su intervención, con una aclaración: para lograr el respaldo de la sociedad se debe recuperar la confianza de ésta, “y esa es su tarea”.
Otro de los partidos que cuestionó a García Luna fue el PT, aunque éste nunca le exigió cuentas de por qué la mayoría de los detenidos vinculados con el narcotráfico forman parte de los grandes cárteles y, en una proporción mínima, del que encabeza “El Chapo” Guzmán.
El senador petista Ricardo Monreal Ávila centró su reclamo en el lavado de dinero, en la falta de verificación de las miles de operaciones “extrañas” que ocurren en el sistema bancario y de las cuales, aseguró, tiene conocimiento Hacienda, la Comisión Nacional Bancaria y el Sistema de Administración Tributaria.
Afirmó que para atacar al narcotráfico hay que minar sus ganancias: el lavado de dinero.
Consideró que “el país esté asolado por la mala política económica, asolado por el crimen organizado --que parece estar protegido por la autoridad--, y los ciudadanos están pagando más impuestos de manera formal a Hacienda, y ahora también a las bandas de delincuentes. ¡Qué cinismo, qué desvergüenza! Esto no es personal, no es contra usted señor secretario, sino contra un sistema que está podrido y del que usted forma parte”.
Otros partidos, como el PRD, se concentraron en reclamar la falta de capacitación de los policías y los bajos salarios con los que se les retribuye, como fue el caso de la diputada Teresa Incháustegui.
O centraron su intervención en reclamar los hechos relacionados con el ‘Michoacanazo’.
El senador Jesús Garibay García pidió informes sobre lo que se conoció como el primer acto terrorista ocurrido en México en la época del panismo y que fue el ‘granadazo’ del 15 de septiembre de 2008, en la ciudad de Morelia.
En tanto el PAN, a través de Roberto Gil Zuart, se dedicó a elogiar las cifras de detenciones, acopio de armas y recursos decomisados al narcotráfico que ofreció García Luna al inicio de su comparecencia.
“Esto muestra que las instituciones son más fuertes que los delincuentes, que no hay ocasión para decir que hay un Estado fallido. El hecho de que (las autoridades) no guarden silencio (y vengan a comparecer), es muestra de que el narco no es más fuerte que nuestras instituciones”, dijo.
“Sólo con la fuerza del Estado se le puede combatir (al crimen organizado), y cómo actuar, pues con un agudo sentido de los costos, porque el costo contrario es empeñar el futuro de la sociedad”, sostuvo el panista, en lo que pareció una respuesta a los legisladores que reclamaron que en los últimos tres años, “en la guerra contra el narco” declarada por Felipe Calderón, suman ya 15 mil muertos.
“Estas son buenas noticias, México tiene buenas noticias”, enfatizó el panista Roberto Gil, quien se afanaba en convencer que sí se está ganando la guerra contra el narcotráfico y que nadie lo podía poner en duda, luego de conocer las cifras del secretario de Seguridad Pública federal.
Y como si tratara de poner en práctica las recomendaciones de un manual de auto-superación, en donde a base de repeticiones se puede modificar la realidad, el panista dijo una y otra vez que “México tiene buenas noticias. ¡Estas son buenas noticias para México!”.
En los escaños del Salón Verde, donde se realizó la comparecencia, la oposición se mofaba del optimismo desbordado de Gil Zuart. En contraste, los panistas exhibían su beneplácito.
A ellos sí los convenció su correligionario que todo en México marcha bien.
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