¿Por qué los jóvenes se muestran renuentes a integrarse a las corporaciones policiacas y, sin embargo, cientos se unen a diario a las filas del crimen organizado? El último censo realizado por el Inegi informó que en nuestro país los jóvenes de entre 15 y 29 años representan 26.8 por ciento del total de la población, es decir, casi 27 de cada 100 mexicanos son jóvenes menores de 30 años. El pasado 13 de septiembre la OCDE señaló que el país registra 7 millones 226 mil 680 jóvenes inactivos de entre 15 y 29 años.
El Registro de delincuentes sentenciados, elaborado por el Programa de Estudios de Seguridad Pública y Estado de Derecho, División de Estudios Jurídicos del CIDE, señala que en 2006 fueron sentenciados 55 mil 218 jóvenes de entre 16 y 25 años de todo el país por delitos de los fueros común y federal: 19 mil 291 contaban con instrucción primaria, 21 mil 266 con secundaria, 8 mil 410 con preparatoria y 2 mil 292 con formación superior. En 2007 se sentenció a 53 mil 871 jóvenes: 17 mil 970 con instrucción primaria, 21 mil 653 con secundaria, 8 mil 345 con preparatoria y 2 mil 298 universitarios.
En 2008 hubo 52 mil 896 jóvenes sentenciados: 16 mil 830 con educación primaria, 21 mil 721 con secundaria, 8 mil 602 con educación media superior y 2 mil 377 con educación superior. En 2009 se sentenció a 48 mil 444 jóvenes de entre 18 y 25 años de todo el país por delitos de ambos fueros: 15 mil 443 contaban con educación primaria; 21 mil 31 con secundaria, 8 mil 448 con preparatoria, 2 mil 28 con formación profesional y ocho con algún posgrado. En ese sentido, ¿cuál es el pensamiento, la aspiración y la expectativa de los jóvenes en el México contemporáneo?
Las corporaciones policiales y las fuerzas armadas exigen a los jóvenes una serie de requisitos para poder integrarse a esas instituciones y ofrecen salarios y prestaciones de ley, pero exigen tener entre 18 y 35 años, 1.60 metros de estatura mínima, acreditar estudios de enseñanza media básica, no estar sujeto a proceso penal, no hacer uso de sustancias ilegales ni padecer alcoholismo, no tener tatuajes y gozar de buena salud física y mental, entre algunos otros requisitos.
¿Cuáles son los requisitos para integrarse a las filas del crimen organizado? Uno solo, lealtad. A cambio, éste ofrece, entre otras cosas, dinero, estabilidad, sentido de pertenencia, solidaridad, pero sobre todo, reconocimiento. Los jóvenes ofrecen al crimen organizado todo a cambio de dinero. Algunos medios de comunicación inciden en este proceso, ya que en la imagen que éstos proporcionan del narcotraficante los jóvenes perciben arquetipos a seguir.
Julio Tadeo Berrones Ramírez, El Rayas, uno de los sicarios que participaron en el ataque al casino Royale, era hace unos años estudiante de ingeniería en la UANL. Trabajaba de chofer y su sueldo no le alcanzaba. ¿Cuántos Julio Tadeo hay en nuestro país? Demasiados. Tristemente, el estadio de violencia en el que se encuentra nuestra sociedad continúa reproduciéndose y robándoles la perspectiva de futuro a muchos jóvenes.
En este punto, ¿cuáles han sido los errores de la planeación nacional en lo referente al modelo educativo, económico, social y religioso? Vivimos una descomposición social que es consecuencia de la delincuencia y la impunidad, que separa al individuo de la sociedad, despojándolo de sus valores básicos. Por ello, es necesario un gran pacto social basado en el establecimiento de una nueva institucionalidad que redefina las relaciones entre los diferentes actores sociales, políticos, económicos y religiosos, ente los que destacan los distintos niveles de gobierno. Se trata de crear compromisos y responsabilidades que posibiliten el desarrollo integral de la sociedad.
* Analista en temas de seguridad y justicia
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