Como sombra de la visita papal estarán las diversas denuncias de pederastia contra el fundador de la Legión de Cristo, las que nunca fueron atendidas por Joseph Ratzinger. En más de 600 páginas se exponen esos abusos.
El Vaticano ocultó un expediente de Marcial Maciel Degollado, fundador de los Legionarios de Cristo, que contenía las denuncias de los abusos sexuales cometidos por éste desde 1940. Las pruebas del encubrimiento ya se tienen, pero el papa Benedicto XVI no tiene previsto en su agenda reunirse con las víctimas de esos abusos durante su visita a México, como sí lo ha hecho en otros países.
El archivo, que se encuentra en su mayor parte en la Congregación Pontificia para los Religiosos y la Vida Consagrada, y que fue entregado a los ex legionarios que denunciaron los abusos sexuales de Maciel Degollado, consta de 212 documentos y más de 600 páginas, en donde se tipifican los delitos y abusos del fundador de la Legión.
Estos documentos inéditos se darán a conocer el sábado 24 de marzo, un día después de la llegada a Guanajuato de Benedicto XVI. De haberse tomado en cuenta, podrían haber obstaculizado el proceso de beatificación del papa Juan Pablo II.
El ex sacerdote Alberto Athié Gallo, quien denunció los abusos cometidos por Maciel a Juan Manuel Fernández Amenábar, ex rector de la Universidad Anáhuac, manifestó que el expediente les fue entregado por personas que se encuentran indignadas por la rapidez con que se otorgó la beatificación de Juan Pablo II.
Entre los documentos que se encuentran en el expediente está la misiva que Athié Gallo envió en 1999 a Joseph Ratzinger, entonces responsable de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y que fue llevada al Vaticano por el obispo de Coatzacoalcos Carlos Talavera, quien obtuvo como respuesta del actual Papa lo siguiente: “Lamentablemente, el caso de Marcial Maciel no se puede abrir porque es una persona muy querida del papa Juan Pablo II, y además ha hecho bien a la Iglesia. Lo lamento, no es posible”.
También se incluirán los documentos clave presentados por los ex legionarios a las autoridades vaticanas, como la carta que el ex nuncio Justo Mullor les recomendó que entregarán.
Todos esos documentos, afirmó, se encuentran en las oficinas del Vaticano, por lo que el actual Papa, al tener conocimiento de las denuncias, debió haber atraído toda la información en su carácter de titular responsable de la congregación institucional de aplicar el Derecho Canónico.
Tan sólo con la denuncia de los ex legionarios presentada en 1998, habría sido suficiente para solicitar los expedientes de Marcial Maciel que se tienen en la Arquidiócesis de México y en la Diócesis de Cuernavaca desde la década de los años sesenta del siglo pasado, porque el cardenal Darío Miranda y el obispo Sergio Méndez Arceo enviaron documentos en los que exponían la problemática de Maciel.
El Vaticano consideró que esas evidencias, las denuncias, las cartas y la súplica de las víctimas que demandaban justicia, eran “irrelevantes”.
Tras conocer el archivo, Athié Gallo pregunta: “Si, como dicen algunos, Juan Pablo II desconocía el caso Maciel, ¿entonces quiénes ocultaron la información y por qué motivos, sobre todo por el costo que tendría para el Papa y para su beatificación? ¿Qué poder tenía Maciel para neutralizar la labor del cardenal Ratzinger, quien tenía conocimiento de las denuncias, y por qué prevaleció la versión del fundador de los Legionarios de que era un complot en su contra?”.
Por lo mismo, el ex sacerdote señala que “hay una responsabilidad del actual Papa, porque al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe no actúo en contra de Marcial Maciel”.
Los expedientes encubiertos se integraron en un libro intitulado La voluntad de no saber, publicado por Random House Mondadori, y que se presentará el próximo sábado y será entregado a la Nunciatura Apostólica y al cardenal Norberto Rivera Carrera, entre otros. Los autores son: José Barba, Alberto Athié y Fernando González.
Este será la segunda ocasión en que públicamente se darán a conocer archivos de la Santa Sede en los que se expone la forma en que se ocultaron los delitos de Maciel Degollado. La primera ocasión fueron presentados por Fernando González en su libro Marcial Maciel, de editorial Tusquets, donde se dan a conocer archivos del padre Luis Ferreira Correa, quien fungió como vicario general de la Legión, y de Flora Garza Barragán, quien fuera una de las principales benefactoras de Maciel Degollado.
NO SE REUNIRÁ CON VÍCTIMAS
El nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, afirmó que el Papa, durante su visita a México del 23 al 26 de marzo, no se reunirá con las víctimas de abusos sexuales de sacerdotes y que sólo ofrecerá un mensaje a la niñez mexicana.
Esta respuesta, consideró Athié, es desconcertante porque en todos los lugares donde hay denuncias de pederastia contra sacerdotes y que ha visitado el Pontífice, se desarrolla un encuentro privado con las víctimas para pedirles perdón. “Es lamentable que no se reúna con los ex Legionarios de Cristo que desde 1997 hicieron pública la denuncia de los abusos sexuales de Maciel”.
El Papa se ha reunido con víctimas de abusos sexuales en sus viajes a Estados Unidos y Australia (abril y julio de 2008), Portugal y Malta (abril de 2010) y Reino Unido y Alemania (septiembre de 2011). El cardenal William Levada, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dijo que se han presentado a esta instancia un total de cuatro mil casos de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes.
Athié comentó que este grupo de ex legionarios han luchado durante más de dos décadas, pese a ser “denostados, difamados, calumniados acusados de mentirosos, ‘complotistas’, enemigos de la Iglesia”. Además, y aunque fueron los primeros en denunciar a Maciel, “no han recibido ni una sola palabra de parte de la Santa Sede o del Papa”, precisó.
Comentó que, seguramente, en su mensaje para los niños en la Plaza de la Paz el Papa no hablará de los sacerdotes pederastas, ni de la forma en que han sido encubiertos y de los pagos millonarios que han hecho.
LOS EX LEGIONARIOS NO BUSCAN REUNIÓN CON EL PAPA
El grupo de los ex Legionarios de Cristo que denunciaron los abusos sexuales de Maciel afirmaron que no buscarán un encuentro con Benedicto XVI en su visita a México, y que, en caso de ser requeridos para sostener un diálogo con él, declinarán la invitación.
José Antonio Pérez Olvera, ex legionario, en entrevista con M Semanal sostuvo que “no estamos dispuestos a platicar con él”, porque “hemos observado que al reunirse en otros países con las víctimas de abusos sexuales llora, pide perdón, pero no hace nada contra los sacerdotes que dañaron a los niños”.
Además, cuestionó, “¿qué nos puede decir a nosotros si él conoció de nuestras denuncias y no hizo nada? Así que no nos puede engañar... La realidad es que el Vaticano encubrió a los sacerdotes pederastas, y no estamos dispuestos a aparentar o prestarnos al doble juego que se pretende hacer en el caso de Marcial Maciel”.
Recordó que tan sólo el delegado pontificio para la Legión, el cardenal Velasio de Paolis, en su visita a León el mes pasado, señaló que se les habían dado a tres o cuatro víctimas de Maciel entre 20 y 25 mil pesos. “Ni siquiera está seguro de lo que declara, vive en una ambivalencia tremenda; lo único que cuidan es el bolsillo de los Legionarios”.
Además, hay cientos de víctimas, porque los miembros de la orden siguen abusando y eso es indignante. “No estamos dispuestos a que se laven la cara cuando se ha denunciado y no ha actúo... Al proteger a Marcial Maciel cayeron en las redes del seductor y se abrió un boquete a la Iglesia”.
OTRAS VÍCTIMAS SÍ SOLICITARON ENCUENTRO
Integrantes de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual de Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés) solicitaron audiencia con Benedicto XVI durante su visita a Guanajuato. Joaquín Aguilar, representante de SNAP en México y quien fue abusado sexualmente por el sacerdote Nicolás Aguilar, informó que la petición se entregó el viernes nueve en la Nunciatura Apostólica. “Así como se ha reunido con víctimas de otros países, también tiene que hacerlo con los mexicanos, sobre todo aquí, en la tierra de Marcial Maciel, porque él dañó a mucha gente”.
Joaquín Aguilar comentó que, de no aceptarse el encuentro, “se pondría pensar que para el Papa existen varias categorías de católicos y que los mexicanos no están a la altura de los irlandeses o estadunidenses”.
La solicitud hecha aún puede proceder porque en otras naciones “se han dado los encuentros fuera de agenda y no se les dedica mucho tiempo. Sería un gesto del Vaticano abrir un espacio para las víctimas mexicanas; de lo contrario, daría un mensaje negativo si ni siquiera tocara el tema en México”.
Aguilar, quien llevó su caso ante una corte de Estados Unidos, consideró que “no quieren escuchar unas disculpas del Papa porque eso ya lo ha hecho varias veces; lo que buscamos es justicia, y que los sacerdotes responsables de los abusos sean llevados ante la justicia”.
El Vaticano pretende “borrón y cuenta nueva”, “pero así no se opera. Se requiere que abran sus archivos y los entreguen a las autoridades civiles para que los responsables sean condenados por sus delitos y que a las víctimas se les dé atención”.
Se espera que en esta visita Benedicto XVI se reencuentre con la Iglesia católica mexicana y se comprometa con las víctimas a que se hará justicia.
La agenda papal no es latinoamericana
El presidente Felipe Calderón busca el silencio del papa Benedicto XVI sobre la lucha que ha iniciado en contra del crimen organizado; de “lograr esa jugada maestra, justificará su actuar” y ganaría votos para su partido en las próximas elecciones, consideran sectores críticos de la Iglesia católica, que demandan a las fuerzas políticas no manipular la visita.
Alejandro Ortiz, integrante del Observatorio Eclesiástico, en su texto “Las alegrías que provoca la llegada del papa Benedicto XVI”, considera que una persona feliz por la visita es el presidente Calderón. “En tiempos de repudios, movilizaciones y de diálogos contra su ‘guerra contra el narcotráfico’, el Presidente ‘brinca de contento’ con la llegada de alguien que puede ser un gran aliado”.
Miguel Álvarez Gándara, quien fuera secretario del obispo Samuel Ruiz, mencionó que la agenda papal no está definida en la lógica latinoamericana, sino más coyuntural, diseñada por el gobierno mexicano. Explica que México tiene un vínculo fundamental en lo guadalupano, pero el Papa no va a la Basílica de Guadalupe, que es un punto de contacto con el pueblo pobre. “Sí va al Cerro del Cubilete, que tiene otro contexto histórico que no representa a todos los mexicanos sino sólo a un sector”.
Además, se ha mencionado que viene en una temática de paz, pero no reconoce a todos los actores para tratar esa agenda. “No se ha tenido la sensibilidad de abrirla para ese tema. El Papa viene con la mejor voluntad, pero puede ser llevado a una manifestación que legitime la estrategia del gobierno y puede incidir en el proceso electoral”.
Dio a conocer que diversas organizaciones han solicitado a la Nunciatura Apostólica y al Vaticano tener un encuentro con Benedicto XVI para tratar el tema de la paz, pero no han obtenido respuesta. “Esperamos que brille su identidad eclesial y acceda a reunirse con actores de la paz. Que vaya más allá de su agenda”.
Sergio Cobos, sacerdote jesuita, calificó de muy importante que otras fuerzas no manipulen la visita del Papa, como pueden ser los partidos políticos, y que respeten el Estado laico. Los sacerdotes, dijo, “esperamos que con su visita se refuercen los derechos humanos”.
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