1/08/2013

Promesas para la ciencia



Alberto Aziz Nassif
El 2013 inicia con una buena oferta para el desarrollo científico del país. El 3 de enero fue nombrado Enrique Cabrero al frente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), y en la toma de posesión Enrique Peña Nieto marcó prioridades y cinco compromisos: triplicar presupuesto en 10 años, políticas científicas regionales, fortalecer al Sistema Nacional de Investigadores, generar un sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación, y hacer una fundación para que la iniciativa privada participe. Como sabemos, apoyo que no se expresa en recursos no sirve, y el compromiso fue que al final del sexenio, para el 2018, el presupuesto para ciencia y tecnología será de 1% del PIB, porque ahora está atorado en 0.4%. México tiene retrasos importantes y ha llegado tarde a la sociedad del conocimiento, como dijo Cabrero.

Durante los sexenios panistas hubo falta de interés y poca sensibilidad para el desarrollo de la ciencia y la tecnología, se ha perdido un tiempo muy valioso. Veamos los problemas y las propuestas para cambiar la política en el campo científico. Además del atraso de México en relación a otros países con desarrollo similar o menor, Cabrero identificó al menos cinco problemas que es necesario empezar a resolver: un nivel muy bajo de inversión, una normatividad que no ayuda, una falta de política a largo plazo, un entramado institucional “rígido” y “burocratizado” que no sirve para la integración del sector y que lleva a otro problema, la falta de interconexión de los diferentes actores del campo científico y tecnológico.

Frente a este escenario, el nuevo director del Conacyt señaló varias propuestas de solución, desde la formación de más científicos y tecnólogos hasta la creación de más centros de investigación. Resulta un absurdo que no haya políticas integradas; por ejemplo, se promueve la formación de más doctores, pero no se abren las plazas suficientes para albergarlos en las universidades y centros de investigación. De unos 3 mil graduados sólo encuentran trabajo unos mil. La ciencia y la tecnología necesitan formar un sistema nacional, pero, al mismo tiempo, se tienen que reconocer las especialidades y agendas regionales. Una propuesta es crear un mapa sobre las capacidades científicas en el país y desarrollar clusters, racimos, que llevan a tener concentraciones integradas de empresas, universidades y centros de investigación en sectores estratégicos. Por lo pronto, el presupuesto para el sector científico tendrá un aumento de 18% respecto a 2012 y el propio Conacyt tendrá un 13% más que el año pasado, es decir, para este año serán 28 mil 313 millones de pesos. Ya es hora de empezar a invertir en la gente y no en armas o en gasto corriente para que se despilfarre entre gobernantes irresponsables que no rinden cuentas y se dedican a comprar votos para tener sus clientelas.

Una parte fundamental del desarrollo del país y del bienestar de los ciudadanos depende de que el gobierno asuma como una política de Estado a la ciencia y la tecnología y termine el regateo de recursos. Al panismo no le interesó el campo científico, con Fox hubo un intento de darle una cara empresarial, pero no hubo más recursos y Calderón estuvo muy ocupado en comprar armas. En realidad, uno de los problemas de fondo de los gobiernos pasados fue la falta de visión de un proyecto científico. Cada vez se comprueba más que los países que hoy marcan el ritmo en el concierto internacional son los que invierten en su gente, en educación de calidad y en un sistema de desarrollo científico y tecnológico. La sociedad del conocimiento forma los nuevos espacios en donde se producen información, se desarrollan tecnologías, se generan redes sociales y se crean nuevas formas de capital económico y social.

Como afirma Rafael Loyola, hay dos visiones que están en pugna sobre el desarrollo científico: una es la que ubica el problema sólo en términos empresariales de mercado, competitividad e innovación, pero no ve los mediocres resultados que hemos tenido en estos años; la otra plantea un cambio de modelo, con nuevas reglas del juego, más recursos, con una mirada amplia e incluyente de todas las disciplinas científicas, con un acento responsable para impulsar el desarrollo científico y tecnológico que necesita México en el siglo XXI. Existe un consenso entre las comunidades científicas del país y se prometen más recursos, nueva normatividad y una integración entre los actores del campo científico. Deseamos éxito a Enrique Cabrero y esperamos que las promesas presidenciales empiecen a cumplirse…

 @AzizNassif
Investigador del CIESAS

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