Editorial La Jornada
En
coincidencia con la decisión de la juez encargada del concurso
mercantil de Mexicana de Aviación, Edith Alarcón, de abrir una nueva
convocatoria a potenciales inversionistas de la aerolínea, la Comisión
Permanente del Congreso de la Unión emitió un punto de acuerdo en el
que solicita a la Comisión Federal de Competencia investigar presuntas
prácticas monopólicas de Grupo Aeroméxico, principal beneficiario de la
larguísima agonía a que ha sido sometida su anterior competidora. En
tanto, en la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de
México, un grupo de trabajadores de Mexicana se manifestó para exigir a
las autoridades que expliquen los avances de las demandas en contra del
empresario Gastón Azcárraga –antiguo propietario de la aerolínea– y de
Andrés Conesa, ex presidente de la concentradora gubernamental de
acciones Cintra, por las presuntas irregularidades durante y después
del proceso de reprivatización de la empresa.
Tales afectaciones contrastan con la escandalosa impunidad que gozan los responsables del desastre que afronta la aerolínea, empezando por su anterior propietario, Gastón Azcárraga, cuya conducción empresarial fue tan turbia y cuestionable que consiguió, en cosa de cinco años, llevar a la compañía de una situación de bonanza económica a una de quiebra. No menos grave ha sido la inacción de las autoridades de la pasada administración federal, que primero toleraron tales manejos y posteriormente declinaron emprender una investigación seria para esclarecer las presumibles responsabilidades mercantiles, civiles y penales incurridas.
Por
lo demás, la apertura de una nueva convocatoria para potenciales
inversionistas de Mexicana obliga a recordar que la falta de solución
al larguísimo conflicto de la empresa aérea no se debe a la ausencia de
grupos o individuos interesados en capitalizarla, ni a la falta de
voluntad de los trabajadores, sino a los persistentes obstáculos
impuestos desde oficinas de funcionarios gubernamentales, entre los que
pueden inscribirse los episodios de hostigamiento de autoridades contra
potenciales inversionistas, denunciados en su momento por trabajadores,
por el anterior juez del concurso, Felipe Consuelo Soto, y por los
propios empresarios.
Ahora que la administración federal entrante ha asumido el compromiso público de recomponer las distintas rutas de catástrofe heredadas por su antecesora, lo menos que cabe esperar es que emprenda las acciones de esclarecimiento necesarias para despejar, o confirmar, la sospecha de que en los últimos dos años ha existido la consigna de impedir que Mexicana vuelva al espacio aéreo; para hacer visibles los motivos de este encarnizamiento contra la empresa y sus trabajadores y para determinar qué intereses inconfesables y qué complicidades político-empresariales se han conjurado para evitar la reactivación de la línea aérea.
Ahora que la administración federal entrante ha asumido el compromiso público de recomponer las distintas rutas de catástrofe heredadas por su antecesora, lo menos que cabe esperar es que emprenda las acciones de esclarecimiento necesarias para despejar, o confirmar, la sospecha de que en los últimos dos años ha existido la consigna de impedir que Mexicana vuelva al espacio aéreo; para hacer visibles los motivos de este encarnizamiento contra la empresa y sus trabajadores y para determinar qué intereses inconfesables y qué complicidades político-empresariales se han conjurado para evitar la reactivación de la línea aérea.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario