5/07/2013

México idealizado




 
Alberto Aziz Nassif

La visita del presidente Obama a México presentó el perfil de una nueva relación con México, al menos en la narrativa. El presidente Peña Nieto fue muy insistente en marcar una agenda múltiple para bajarle el perfil a los temas negros de narcotráfico y migración ilegal. La construcción de la visita se hizo sobre un discurso que enfatizó los temas económicos, la cooperación en materia de ciencia y un mayor intercambio de estudiantes.

Para Obama era muy importante decirle a Peña Nieto su interés en la reforma migratoria, y la parte mexicana puso especial énfasis para que Estados Unidos aceptara su “nueva estrategia” contra el narcotráfico. La reforma migratoria es un tema caliente en el Congreso de nuestros vecinos, pero todavía no sabe el desenlace. Es una problemática sensible que polariza porque incide en la economía y en la política estadounidense. En el caso mexicano la prensa de EU hizo público el nivel de intervención que durante el sexenio pasado tuvieron las agencias de inteligencia en México. Con el PRI en Los Pinos ha cambiado la relación y el semáforo de entrada pasó de verde a amarillo. Es importante destacar dos problemas: uno es que ambos países son responsables de los malos resultados de la estrategia punitiva, y el otro es que la “nueva estrategia”, si es que existe una diferente, todavía no da resultados. El gobierno pidió un año para que disminuyera el clima de violencia.

Esta visita puede resultar muy productiva si se traducen las intenciones en políticas públicas y en una nueva dinámica de las relaciones bilaterales. Hemos visto muchas visitas, cumbres, reuniones internacionales, en donde hay ofertas que no concretan nada. La visita de dos presidentes que están al inicio de sus mandatos es un buen momento para establecer un nuevo enfoque bilateral. Sin duda se plantearon temas importantes como el objetivo de hacer de Norteamérica una de las regiones más competitivas; y concluir las negociaciones del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica, como forma de fortalecer el TLCAN. Habría que ver de cómo potenciar la economía de los dos países, urgidos por tasas más altas de crecimiento, y desarrollar mejores estrategias para enfrentar el desafío de los países asiáticos. En la agenda también se propusieron varios encuentros: un diálogo económico de alto nivel, un grupo de trabajo binacional y un foro bilateral sobre educación superior, innovación e investigación. En cada uno de estas propuestas habrá que tener un seguimiento cercano porque fácilmente pueden quedar en buenos deseos o más reuniones, pero sin ninguna acción efectiva.

Pero el acto estelar no fue entre los dos presidentes y sus equipos de trabajo, sino en la reunión de Obama con estudiantes en el Museo de Antropología. Ese viernes por la mañana el presidente hizo gala de su oratoria y pronunció un discurso en donde dijo lo que piensa del México idealizado. Expresó el tono de una muy buena relación entre vecinos, socios y amigos. La construcción de argumentos fue para hacer un reconocimiento a destacados representantes de la cultura de nuestro país, citas de Octavio Paz, Benito Juárez, Amado Nervo, menciones sobre Sor Juana, Diego Rivera y Frida Kahlo, para presentar la mejor versión de México, la de un país ideal (que no existe), con una democracia fuerte, una economía en auge, una seguridad que mejora, un gran liderazgo internacional. Al mismo tiempo, Obama hizo un reconocimiento de problemas que nos afectan como el tráfico de armas y el alto consumo de drogas de su país, lo cual le permitió señalar su lucha (fallida) por el control de armas y su amplia responsabilidad en la lucha contra las drogas (fracasada). El discurso terminó con una invitación para que los dos países impulsen cinco temas: expansión económica, construcción conjunta de bienes, búsqueda de energías alternativas, educación y más innovación y tecnología.

¿A quién le habló Obama? ¿A los migrantes?, ¿a los estudiantes?, ¿a la prensa de su país? Sí, pero sobre todo, a los legisladores que votarán la reforma migratoria. Veremos si las relaciones entran a una etapa distinta y si la agenda negra permite que los proyectos de cooperación y desarrollo puedan llegar a buen puerto. En suma, el México idealizado es parte de la buena diplomacia, pero sobre todo es parte de la estrategia interna de Obama. Por lo pronto, a Peña Nieto le vino de maravilla la visita…

@AzizNassif
Investigador del CIESAS

No hay comentarios.:

Publicar un comentario