5/08/2013

El Pacto: ¡no se rían, que es en serio!




 Detrás de la Noticia
Ricardo Rocha



Creo que es una expresión de mi fraterno Héctor Suárez, ahora aplicable a quienes siguen carcajeándose de los riesgos del pacto, porque creen que seguirá delante de cualquier manera y por una puritita inercia convenenciera. Que los amagos del PAN y el PRD son baladronada de cantina, porque en el fondo sus dirigencias sobreviven gracias al pacto. Nada más falso.

Como diría aquel, vamos por partes: el pacto no es la panacea que hará descender el maná del cielo, curará a los enfermos y convertirá nuestros pequeños infiernos cotidianos en un gran paraíso común; no obstante, es el mejor invento político de los últimos tiempos, ni más ni menos; y ha sido hasta ahora un instrumento que ya probó su efectividad al empujar en el Congreso de la Unión dos reformas fundamentales: en educación y telecomunicaciones. Un proceso en el que, por cierto, quedó claro que no se trató de suplir a las cámaras de Senadores y Diputados reduciéndolas a ser una oficialía de partes, sino de crear una instancia catalizadora de iniciativas particularmente complejas.

Es difícil anticipar desde ahora quién será el gran beneficiario del pacto. Es evidente que en primera instancia Enrique Peña Nieto podría pasar a la historia como el presidente de las grandes reformas. Pero los beneficios para el PAN y el PRD no serían menores al quedar evidenciados no sólo con la vieja etiqueta de “oposiciones responsables”, sino como motores del cambio desde la oposición. Yo preferiría pecar de ingenuo y creer que los grandes beneficiarios del Pacto por México seremos efectivamente todos los mexicanos; que, por fin, podríamos acceder a una modernidad nacionalista más allá de los pleitos de coyuntura de los partidos. Siempre he creído que la gran virtud del Pacto es que de él nos beneficiamos todos.

Sin embargo, no pocos aduladores y ejercitantes del poder todavía cuasiomnímodo que emana desde la presidencia insisten en la soberbia. En creer y pregonar que el pacto es una dádiva del presidente para darle respiración artificial a dos partidos moribundos después de la derrota de julio de 2012. Se equivocan. Es cierto que en el pacto todos toman, pero también todos ponen. En este sentido, no pueden menospreciarse las presiones internas que en sus partidos han enfrentado Gustavo Madero —en el PAN— y Jesús Zambrano —en el PRD—, y que los han obligado a un esfuerzo formidable para mantenerse en el pacto. Por eso el affaire Veracruz sí que estuvo a punto de descarrilar todo el acuerdo. Así que a reserva de que se deslinden responsabilidades de los “compadres” que queriendo “ayudar” jugaron chueco, hay que darle al asunto su justa y muy grave dimensión.

Por ello, era absolutamente indispensable una reestructuración, una reafirmación del pacto tal cual se dio ayer. Una nueva convocatoria del gobierno federal a las principales fuerzas políticas de este país para pactar un addendum que, en voz del artífice del propio pacto, Miguel Ángel Osorio Chong, se resume en 11 compromisos para evitar que en las próximas elecciones se haga uso de programas sociales y recursos gubernamentales para coaccionar el voto; adicionalmente, respetar la ley, garantizar la limpieza electoral, propiciar la participación de la sociedad civil y algo muy importante: el compromiso de imparcialidad de delegados y operadores de programas sociales federales. En suma, un blindaje electoral en serio.

No menos importante ha sido la participación de los tres líderes de los partidos mayoritarios: Jesús Zambrano, del PRD, quien expuso que los nuevos compromisos deben ser de carácter ético y no sólo político; Gustavo Madero, del PAN, quien llamó a erradicar el clientelismo electoral, al que calificó como una realidad que tiende a convertirse en cultura política; y César Camacho Quiroz, del PRI, quien advirtió que el pacto no puede ser rehén de las elecciones por importantes que éstas sean.

Por supuesto, hay que destacar el compromiso que reasume el presidente Enrique Peña Nieto al afirmar que el pacto seguirá buscando que los beneficios lleguen a quien más los necesita, pero sin condicionamientos. A ver si es cierto. Y no se rían, que es en serio.

@RicardoRocha_MX
ddn_rocha@hotmail.com
Periodista

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