Escrito por Autor Invitado
por Luis Villegas Montes
“Dos Tipos de Cuidado” es una película mexicana dirigida por Ismael Rodríguez que se filmó en 1952 y fue protagonizada por Jorge Negrete y Pedro Infante; las personas versadas dirán de ella que es una “comedia ranchera” pero
yo digo que es un clásico. En mi vida no sé cuántas veces la he visto
y, siempre, desde la primera vez, la disfruto al máximo. Mucho. Hoy, 40
años después de verla por primera vez, continúo riéndome en las escenas
culminantes: La de las “coplas”, la del juego de cartas, la carta a la
hija del General, entre otras.
Ciertamente el cometido del cine –como
el de los libros– no necesariamente es instruir; uno lee por muy
diversas razones y para fines distintos y uno de ellos es la diversión.
Pues junto con “Ahí está el Detalle”, del extraordinario “Cantinflas”,
“Dos Tipos de Cuidado” es una de las películas más divertidas y
entrañables de todos los tiempos. Filme de enredos, donde el equívoco
constituye un ingrediente recurrente, no faltan escenas cursísimas (que
por supuesto me encantan), situaciones hilarantes y canciones rancheras
infaltables en una serenata que se respete. Por alguna extraña razón,
Jorge “El Bueno” y Pedro “El Malo”, me hacen inmensamente feliz aun
ahora.
Pues, con todo y eso, estos párrafos no
están destinados a ensalzar las virtudes de dicho filme. En lo
absoluto. Ocurre que, tal vez, querida lectora, apreciable lector,
usted no lo sabía, no lo tenía presente o, de plano, entre los festejos
de la Navidad y el Año Nuevo se le olvidó, pero aquí estoy yo para
recordarle que, para tipos de cuidado, los que nos desgobiernan.
Un soleado 2 de abril de 2012, acá por
Juaritos, se paseaba orondo y sudoroso –pero bien peinado–, el entonces
candidato a la Presidencia de la República por el PRI-PVEM, Enrique
Peña Nieto. Ese día, Enrique “El Guapo” firmó ante Notario su
compromiso de brindar a Juárez, “un trato fiscal deferente”; y convocó a los sectores productivos a definir desde el gobierno “mecanismos fiscales que privilegien
la condición de Ciudad Juárez y la vuelvan una ciudad competitiva, es
decir, un trato de excepción fiscal por ser una ciudad de las más
importantes del mundo por su conexión con Estados Unidos”.
Pues mire usted por dónde, al igual que
Pedro “El Malo” –quien no tuvo empacho en casarse con la novia de su
mejor amigo–, la trastada con la que nos salió don Enrique “El Guapo”,
quien justo 20 meses después de sus promesas de amor eterno a Juárez,
puso en marcha una de las reformas fiscales más drásticas,
inequitativas y gravosas para la economía en general y para la juarense
en lo particular. Estas son algunas de las novedades de don Enrique “El
Guapo” que entraron en vigor el pasado 1º de enero:
1. Impuesto de 8 por ciento a alimentos “chatarra”;
2. Gravamen a refrescos y bebidas azucaradas;
3. IVA de 16 por ciento en alimentos procesados para mascotas;
4. IVA de 16 por ciento en goma de mascar;
5. Homologación del IVA en las fronteras del 11 al 16 por ciento;
6. Transporte terrestre foráneo tendrá IVA;
7. Elevan límite de deducibilidad de impuestos;
8. Aumentó el pago de ISR;
9. Gravamen a la turbosina;
10. Gravamen de 10 por ciento a ganancias en la Bolsa;
11. Desaparición del Régimen de Pequeños Contribuyentes, y
12. Continúa el aumento mensual al precio de las gasolinas.
Y en Chihuahua no nos quedamos atrás
con un aumento a la tarifa del Impuesto sobre Nóminas, el pago de un
“engomado” vehicular y la amenaza latente de una serie de casetas de
cobro en distintos tramos carreteros en el territorio de la Entidad,
estamos aviados.
¿A ver? Querida lectora, apreciable
lector, dígame usted, si puede, de los dos, del Presidente de la
República, Enrique Peña Nieto, y del Gobernador del Estado, César
Horacio Duarte Jáquez, ¿quién es “El Bueno” y quién es “El Malo”?
La buena noticia es que el PRI sí sabe gobernar. ¿O no?
Luis Villegas Montes.
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