Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Con el nombre que encabeza estas líneas fueron puestos en operación los lineamientos y las políticas para combatir el delito “más lacerante para la sociedad”. Es la tercera estrategia que en apenas 13 años se da a conocer, pero el fenómeno creció exponencialmente bajo los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón con su estúpida guerra, también en los 14 meses de Enrique Peña.
A grandes males, grandes soluciones: un comisionado (Nacional Antisecuestro), un comité (Especial de Seguimiento) con “representantes” de la sociedad civil designados por el titular de la Secretaría de Gobernación o por el jefe institucional de éste.
Cuando las instituciones no funcionan o pervirtieron su razón original de ser, nada mejor que la creación de organismos paralelos que multiplican a la ineficiente y costosísima burocracia, la que descarga su improvisación en la ciudadanía para amargarle la existencia con tramites y requisitos que rayan en lo absurdo, mientras el discurso presidencial pregonó en La Habana, en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la competitividad regional como llave del éxito en los mercados globales. ¿Competitividad con trámites que obligan a decenas de millones de mexicanos a perder cientos de miles de millones de horas-hombre en documentos que van al cesto de la basura o al negocio privado del papel reciclado?
Mas es preciso reconocer que frases de los discursos pronunciados en el Palacio de Covián son rescatables: “En esta materia hay un solo resultado aceptable: la disminución sistemática y sostenida de la incidencia del secuestro” (Miguel Osorio).
Omito los acostumbrados datos que ilustran, pues el nuevo comisionado (más los que se acumulen), Renato Sales Heredia, llamó a “no tenerle miedo a las cifras”, aunque las que se conocen podrían “quedarse cortas”, debido a que hay una “enorme cifra negra” de casos no denunciados, “por cada acusación, 10 no se hacen del conocimiento de las autoridades”. De ese tamaño es el problema que desbordó a las autoridades y mantiene en la indefensión a los habitantes de Durango, estado de México, Guerrero, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas, donde suceden 74 por ciento de los secuestros.
Finalmente los que dicen mover a México (¿hacia atrás?) toman cartas en este gravísimo problema, pues estaban “muy ocupados” en “negociar las reformas estructurales” como justificó Leo Zuckermann en La Hora de Opinar.
Lo que no queda clara es la naturaleza integral de la estrategia, como bien reconocen los autores existen cárteles que tras la detención de sus capos y la carencia de recursos secuestran y extorsionan, aprovechan los flujos migratorios irregulares para “expandir su ámbito de acción”. O como reconoció Jesús Murillo: es un resultado de “los efectivos golpes que dimos a los cárteles del narcotráfico”.
No acaban de enterarse los estrategas gubernamentales que los cárteles son la columna vertebral del crimen organizado y que operan en todos los terrenos: narcóticos (tráfico global y venta en México), secuestro, extorsión, trata de personas, tráfico de éstas y venta de sus órganos… Que estas ramificaciones les aportan, al decir de expertos de las Naciones Unidas, más del 50 de sus ganancias.
Acaso desconocen también que la trata es el giro más rentable para el crimen organizado. Sin regateos hago votos por el éxito de la estrategia anunciada, en beneficio de la agobiada ciudadanía, pero es obligado prever desde ahora el desplazamiento de los cárteles a otras actividades ilícitas.
Acuse de recibo
“Dada la desunión entre mexicanos arduamente cultivada por los gobiernos durante más de 70 años, es muy natural la cooptación que ahora, aunque de manera desordenada y obvia, el PRI-gobierno actual intenta lograr de los grupos de autodefensa (…) Hoy celebro la expansión de estos grupos, la posibilidad del Congreso Popular, y en última instancia, la de una desobediencia civil masiva por la que recuperemos nuestra nación y recursos”, concluye la señora María Cervantes sobre Michoacán arde y emprenden otro programa (15-I-14)… En el nuevo anuncio televisivo y radiofónico de la Cámara de Diputado “juran los propagandistas del legislador (Manlio Fabio) Beltrones que “¡Somos los que defendemos a la nación!”, informa la profesora chiapaneca Judith Urbina y concluye: “Dime de qué presumes y te diré de qué careces”... Respecto a la Utopía Alcances del acuerdo gobierno-autodefensas (29-I-14), apunta la traductora Soledad Ramírez: “Dentro de este nuevo ‘reality show’ que yo denomino cooptación, otro personaje cuestionable es la señora (Isabel) Miranda (Torres) de Wallace, quien valiéndose de sus relaciones surgidas de su negocio de anuncios ‘espectaculares’, se hizo estrecha aliada de (Genaro) García Luna, al punto de que según reportajes –información pública–, mandó torturar al menos a dos sospechosos del secuestro de su hijo Hugo. (María Elena) Morera descubrió lo que es vivir del presupuesto (…)”
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