En
un encuentro privado del que anoche se esperaba conocer por lo menos la
foto, el presidente Enrique Peña Nieto fue recibido ayer en La Habana
por el comandante Fidel Castro en una plática que duró cerca de una
hora, previa a la visita que el mandatario mexicano hiciera al Palacio
de la Revolución para encontrarse con el presidente de Cuba, Raúl
Castro.
Después de muchas e intensas gestiones de la comitiva diplomática
mexicana para que Castro accediera a reunirse con el Presidente de
México, como ya lo había hecho previamente con las mandatarias de
Brasil, Dilma Rousseff, y de Argentina, Cristina Fernández, finalmente
el líder histórico de la Revolución cubana aceptó recibir en su
residencia de la isla a Peña Nieto, quien con este encuentro pone fin a
un periodo de frialdad y distanciamiento que duró más de 12 años en las
relaciones entre México y Cuba.
Castro, que comenzó su distanciamiento con México desde la gestión
de Ernesto Zedillo, quien criticó duramente la falta de derechos
humanos y políticos en la isla durante la Cumbre Iberoamericana en La
Habana en 1999, se volvió un duro crítico de los gobiernos mexicanos
durante la última parte de su presidencia. Después de que Zedillo
recibiera al anticastrista exiliado Carlos Montaner, mientras su
canciller Rosario Green se reunía con el opositor cubano Elizardo
Sánchez, el comandante respondió con una alocución en la televisión
cubana en la que criticó la dependencia de México hacia Estados Unidos
y lamentó que “los niños mexicanos conozcan más a Mickey Mouse que al
cura Hidalgo”.
Fue el inicio del enfriamiento de relaciones en la última etapa de
un presidente del PRI que se agudizaría después con el primer
presidente panista en México, Vicente Fox, al grado de llevar a un
retiro de embajadores de ambos países. El vergonzoso incidente del
“Comes y te vas” durante la Cumbre de las Américas de Monterrey, aunado
a una deliberada política rupturista del canciller Jorge Castañeda,
llevó a una crisis diplomática en las relaciones México-Cuba
establecidas ininterrumpidamente desde 1902 y en las que nuestro país
siempre defendió el derecho de autodeterminación de la isla frente al
embargo y las presiones de Estados Unidos al régimen de Castro.
Con Felipe Calderón hubo un tibio intento de recomponer la
desgastada relación con La Habana, pero el segundo presidente del PAN
logró muy poco. En 2008, la canciller Patricia Espinosa visitó Cuba
mientras en Brasil, Calderón y el presidente Raúl Castro se reunieron
para intentar acabar con las diferencias. Casi al final de su sexenio,
Felipe Calderón hizo una fría visita a la isla en la que intentó,
infructuosamente, ser recibido por Fidel Castro que se restablecía de
su delicado estado de salud.
Por eso fue tan significativo que anoche, por fin, Peña Nieto
lograra la buscada reunión con el comandante. Pareció por momentos que
había reticencia de Castro para recibir al Presidente mexicano, pero al
final, aún en espera de que se difunda la fotografía o imágenes del
encuentro, éste se produjo con todo el simbolismo político que encierra.
Porque a final de cuentas es claro que, en los 52 años que gobernó a
su país, Fidel Castro Ruz desarrolló una empatía y una afinidad con el
régimen del PRI que lo cobijó y lo auspició en su movimiento
revolucionario que planeó desde México, de donde zarpó en el barco
Granma para iniciar la lucha que lo llevaría a derrocar a Fulgencio
Batista en 1959. Castro nunca pudo entenderse con los dos presidentes
del PAN ni con el menos priista de los presidentes del PRI, que fue
Zedillo.
Por eso ayer el comandante debió reencontrar en Peña Nieto a la
misma vieja sangre y el ADN del viejo PRI que tan bien conoció durante
décadas, mientras que el Presidente de México encontró en el vetusto
comandante la oportunidad de enderezar la extraviada política exterior
mexicana. Esa foto, decían anoche en la comitiva del Presidente, “valió
toda la visita”.
NOTAS INDISCRETAS… Un solo periodista del canal 4news de Estados
Unidos pudo lograr en apenas unos días lo que no puede lograr todo el
aparato de inteligencia del gobierno mexicano: ubicar y localizar a
Servando Gómez La Tuta, uno de los principales líderes de los
Caballeros Templarios. Cuando todo el Ejército, la Policía Federal y la
PGR se supone que buscan a La Tuta en Michoacán, Guillermo
Galdós no sólo logró encontrarlo sino que además le arrancó una
confesión bastante clara y contundente: “Soy un delincuente”. La
pregunta es qué tan confiado y tranquilo se sentirá Servando Gómez como
para tomarse el tiempo de dar entrevistas y aparecer en la televisión
de Estados Unidos, como si en el fondo supiera que las autoridades o no
quieren o no pueden atraparlo… Los dados cierran con Escalera. Semana
redonda.
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