El
secretario de Comunicaciones y Transportes defendió de forma férrea el
proceso; unas horas más tarde, él mismo anunció que el presidente
Enrique Peña Nieto había decidido revocar la licitación que había
ganado un consorcio chino-mexicano.
Una y otra vez, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, defendió -el pasado jueves- el proceso de licitación del nuevo tren México-Querétaro, que había ganado un consorcio chino-mexicano.
Pese a los cuestionamientos de los senadores, el funcionario no se movió de su postura: la licitación fue correcta y no se podía ampliar el plazo para que más empresas participaran. Incluso aseguró que se ponía “en peligro” el proyecto, si “se extienden los plazos”.
Incluso, consideró que “sería ilegal” reponer el procedimiento:
“Se retiran 16 empresas, creo que ya lo comente, inclusive durante mi presentación, exactamente las razones por las que no se aceptaron prórrogas y lo que es retirarse, disculparse o no presentar oferta. Reponer el procedimiento, creo que sería ilegal y habría todo el motivo para qué se pensara quizás en otro foro, pero muy parecido a este, que por qué estoy beneficiando a otras empresas al retirar la oferta que legalmente ganó.
“Si la oferta es ilegal, tenemos toda la razón para retirarla; pero si no lo es, creo que debemos respetar la oferta y no favorecer a otros que no cumplieron en tiempo y forma lo que se pidió, en tiempos legales, en formas legales y en procedimientos legales. ¿Cuál era el proyecto de otras empresas? Vale la pena; vale la pena ver cuál era. No presentaron nada; no había nada. No había nada. Si están pidiendo 8 meses más para hacer su proyecto, bueno, entonces que participen en otras licitaciones. Pero en esta se les fue la oportunidad”, sostuvo.
LAS DUDAS
“Hay dudas fundadas” porque “misteriosamente” ganó una empresa china, asociada con empresas relacionadas con Carlos Salinas y EPN, apuntó la senadora Marcela Torres, frente al secretario, en su comparecencia en el Senado el pasado 6 de noviembre.“No quedan claras, creo, para nadie, las razones por las cuales no se puede aplazar. A mí me hubiera gustado, como mexicana… comparar, simplemente poder comparar con lo que planteaban las empresas alemanas o las empresas japonesas, tanto en calidad técnica como en precio. Creo que no sólo a mí. Siempre quedará la duda, a pesar de todo lo que usted nos diga hoy, de cómo hubieran sido esos proyectos, cómo hubieran sido esos proyectos, ¿hubieran sido mejores? ¿Hubieran sido menos costosos? Creo que las prisas de la Secretaría nos salen muy caras a los mexicanos: es casi la mitad de mi presupuesto anual en el estado. Entonces, ¿por qué no ampliar los plazos? ¿Por qué no comparar?”, le preguntó.
Ruiz Esparza respondió: “¿Por qué no ampliar el plazo, senadora Torres? ¿Por qué no aplazar? Creo que ya fui muy puntual, las razones que doy por las que no se aplazan. Solamente agregaría una: el poner en peligro el proyecto. Si en un momento dado se extienden los plazos, de tal manera, ya nos pasó y ya lo vivimos en los casos –y no quiero con esto denostar nada, nada más reflejar lo que es el mercado– de los suburbanos 2 y 3, que en ese caso iba el Secretario de Comunicaciones y Transportes del Estado de México y que había 4 mil millones de pesos depositados en 50 un fideicomiso para apoyar al gobierno federal en la construcción, se pidieron seis meses de plazo extendido; era Banobras quien conducía junto con SCT y nosotros como Secretaría de Comunicaciones del Estado de México, se pidieron otros seis meses y no hubo proyectos”.
“Yo creo que si hay una oferta de alguien que cumplió, de alguien que sí cumplió con los términos y que también se puede inconformar por haber esa oferta y que le ampliamos los plazos o desconocimos su oferta en estos términos, al margen de la cuestión diplomática exterior y de lo que pueda pasar ahí, porque no hay que olvidar que ahí el trato no es con las empresas ni con el gobierno de la República de China, simple y sencillamente yo vi el riesgo claro, no yo, porque no es que yo sea la Secretaría, somos un grupo de servidores públicos, de que en un momento dado el proyecto se pusiera en riesgo y no hubiera proyecto”, agregó.
El senador Javier Corral fue más allá y expuso, ante el secretario, los vínculos que tenían las empresas ganadoras del tren.
“La relación de los dueños de estas empresas con el PRI o con el Presidente es diversa. Gerard (dueño de GIA) excuñado del ex presidente priista Carlos Salinas de Gortari Hinojosa Cantú, guarda estrecha amistad con Peña, mientras que la familia Hank simboliza el origen del Grupo Atlacomulco, al que se vincula al mandatario”, apuntó.
“Vázquez Raña y De Oteyza, han tenido una afinidad histórica con los gobiernos del PRI, mientras que los Miguel han financiado campañas de ese partido. Pues son y resultan muchos nombres. El gran asunto es que todos ellos, vinculados con el PRI y con el Presidente de la República o porque financiaron en algún momento su campaña o porque fueron proveedores de aviones y helicópteros para las mismas o porque han estado vinculados amistosamente o porque han sido patrocinadores históricamente del PRI en el Estado de México. Pero ahora nos ocupa, dentro de estos 90 mil millones de pesos, el proyecto de 50 mil, que es el Tren México-Querétaro de alta velocidad. ¿Y qué preocupa, señor Secretario? Preocupan varias cosas: Primero, que el último día para recibir ofertas, desertaron al mismo tiempo 16 empresas, declinando su participación; se quedó una sola“, indicó.
Ruiz Esparza no dio un paso atrás: todo estuvo bien. Además, aseguró que el consorcio que ganó la licitación fue la única empresa que trabajó en el proyecto y “nadie más se preocupó por esto”.
Al terminar la comparecencia, el funcionario salió del Senado y unas horas más tarde anunció en televisión, primero, y después en un comunicado, que el presidente Enrique Peña Nieto había decidido revocar la licitación.
Ruiz Esparza manifestó que el presidente “tiene la sensibilidad de que lograr que el proceso de licitación esté alejado de duda alguna por parte de la sociedad y del Congreso de la Unión“.
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