6/21/2017

Los periodistas pal café. . . .


La presión más fuerte de un organismo internacional contra formas mexicanas de violencia proviene de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), por el grito de ¡Puto!, que suele ser coreado a la hora que un portero adversario despeja desde su área. Tal expresión ha sido castigada con multas y amenazas (en ambos casos, de cuantía creciente) contra partidos y estadios (ayer, la Federación Mexicana de Futbol recurrió al chantaje sentimental, convocando a los incondicionales de la selección mexicana a deponer su vocación por el polémico grito, para no colocar en riesgo eventuales triunfos del Tri).
Pero, aparte de esa batalla de la FIFA (un ente privado, dedicado al negocio del futbol profesional en el mundo) contra el grito al que tachan de homofóbico y grosero, la terrible realidad nacional sólo alcanza análisis, denuncia y señalamiento en organismos internacionales especializados en la defensa de los derechos humanos y en las libertades democráticas (textos valiosos, aunque con una difusión efímera y una generalizada desatención por parte de la institucionalidad mexicana) y, de vez en cuando (aunque cada vez con más frecuencia), en medios de comunicación extranjeros que reportan algunos de los perfiles de la cotidianidad salvaje de un país quebrantado. Las rutinas del narcohorror mexicano, con decenas de víctimas en un solo día, la injusticia económica y social, los terribles dramas individuales o familiares, quedan fuera de las primeras planas del exterior, escandalizadas por otros hechos.
Esa doble óptica ha sido llevada a lamentables niveles diplomáticos por el secretario mexicano de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso (el colocador de alfombra roja en Los Pinos para que un avasallado Enrique Peña Nieto recibiera al candidato antimexicano a presidir Estados Unidos, Donald Trump). Con una energía declarativa proveniente de la Casa Blanca y un descaro sustentado en negociaciones que favorecen, en otros terrenos, al grupo que actualmente desgobierna a México, Videgaray ha encabezado un vergonzoso intento de castigo continental a la vapuleada administración de Nicolás Maduro en Venezuela.
Las palabras utilizadas por Videgaray para promover una intervención diplomática extranjera en Venezuela son aplicables a la situación actual en México, pero la operación de varias naciones en la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la atención mediática en varios países, de manera marcada en México, tiene como objetivo el país que está en la mira de los intereses estadunidenses, probadamente impulsores de formas de desestabilización en aquellos lugares donde Washington considera que no se hacen las cosas como ese poder imperial desea (recuérdese Legado de cenizas: la historia de la CIA, libro escrito por Tim Weiner, quien ganó el Pulitzer por su cobertura periodística a temas de seguridad nacional estadunidense).
Videgaray, como representante de un gobierno que es candil de Venezuela y oscuridad de su casa, no ha podido, sin embargo, sacar adelante el encargo de orquestar el golpe diplomático contra Venezuela, a pesar de ser el anfitrión de la reunión ordinaria de la OEA en Cancún. En los hechos políticos fue rebasado por la canciller de Caracas, Delcy Eloína Rodríguez Gómez, quien llenó de calificaciones negativas a su contraparte mexicana e incluso dio apoyo a causas como la de los familiares de los 43.
En diversas intervenciones, Delcy Rodríguez detalló la terrible realidad mexicana, con sustento en informes y datos de organismos internacionales. De esa manera, lo que Videgaray y su equipo esperaban se convirtiera en un triunfo político, terminó en un fracaso doble, al no darse el procesamiento adecuado a las instrucciones de Washington y al quedar México, su institucionalidad y su canciller, exhibidos en esa realidad destrozada que no siempre tiene la suficiente difusión internacional. Así que, si de futbol se tratara: ¡Eeeeeehhhh!
Astillas
Ricardo Monreal reiteró ayer que aceptará no ser candidato a la jefatura del gobierno capitalino si tal es la decisión del presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador. Aun cuando ha reconocido que varios partidos han explorado la posibilidad de que sea su abanderado, si el dedito del tabasqueño le dice no, el zacatecano afirma que no traicionará al virtual abanderado presidencial. Otro precandidato en acción, Miguel Ángel Osorio Chong, exhortó ayer a la precandidata panista, Margarita Zavala, a dar ejemplo cívico y denunciar, ella o su equipo, el asalto a un vehículo de su campaña, sucedido en Sinaloa El especialista en tecnología para fines de espionaje, Edward Snowden, quien fue empleado de la CIA y de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos, antes de revelar secretos de esas oficinas y de la operación de redes mundiales de vigilancia, tuiteó ayer, en español: No importa si es una sorpresa, o si nos advirtieron. Lo que importa es que se trata de un crimen contra el público. Estas líneas, en referencia a lo publicado en The New York Times respecto del uso peñista del malware Pegasus contra periodistas y activistas. Ha sido vinculado a proceso Rafael Herrera Piedra, primo del priísta Jorge Herrera Caldera, durante cuyo gobierno fue operador financiero y muy especial contacto, portafolio en mano, con periodistas, empresarios y políticos. Tal vez éste sea el único punto relevante del informe de labores que dentro de tres meses presentará el sucesor panista José Rosas Aispuro quien, por cierto, no encuentra el equipo de espionaje (comprado a la firma italiana Hacking Team) que debería haberle entregado la administración de Herrera Caldera: Lo que sé es que el equipo no aparece, es parte de las investigaciones que se han estado realizando, pero hasta este momento no se ha podido detectar dónde está ese equipo... Y, mientras la imagen del sombrero de Javier Valdez volvió a aparecer, en manos de periodistas y con la demanda de justicia, durante una visita de Osorio Chong y jefes militares y de seguridad nacional a Mazatlán, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
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La presión más fuerte de un organismo internacional contra formas mexicanas de violencia proviene de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), por el grito de "¡Puto!", que suele ser coreado a la hora que un portero adversario despeja desde su área. Tal expresión ha sido castigada con multas y amenazas (en ambos casos, de cuantía creciente) contra partidos y estadios (ayer, la Federación Mexicana de Futbol recurrió al chantaje sentimental, convocando a los "incondicionales" de la selección mexicana a deponer su vocación por el polémico grito, para no colocar en riesgo eventuales triunfos del Tri).
Pero, aparte de esa batalla de la FIFA (un ente privado, dedicado al negocio del futbol profesional en el mundo) contra el grito al que tachan de homofóbico y grosero, la terrible realidad nacional sólo alcanza análisis, denuncia y señalamiento en organismos internacionales especializados en la defensa de los derechos humanos y en las libertades "democráticas" (textos valiosos, aunque con una difusión efímera y una generalizada desatención por parte de la institucionalidad mexicana) y, de vez en cuando (aunque cada vez con más frecuencia), en medios de comunicación extranjeros que reportan algunos de los perfiles de la cotidianidad salvaje de un país quebrantado. Las rutinas del narcohorror mexicano, con decenas de víctimas en un solo día, la injusticia económica y social, los terribles dramas individuales o familiares, quedan fuera de las primeras planas del exterior, escandalizadas por otros hechos.
Esa doble óptica ha sido llevada a lamentables niveles diplomáticos por el secretario mexicano de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso (el colocador de alfombra roja en Los Pinos para que un avasallado Enrique Peña Nieto "recibiera" al candidato antimexicano a presidir Estados Unidos, Donald Trump). Con una energía declarativa proveniente de la Casa Blanca y un descaro sustentado en negociaciones que favorecen, en otros terrenos, al grupo que actualmente desgobierna a México, Videgaray ha encabezado un vergonzoso intento de castigo continental a la vapuleada administración de Nicolás Maduro en Venezuela.
Las palabras utilizadas por Videgaray para promover una intervención diplomática extranjera en Venezuela son aplicables a la situación actual en México, pero la operación de varias naciones en la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la atención mediática en varios países, de manera marcada en México, tiene como objetivo el país que está en la mira de los intereses estadunidenses, probadamente impulsores de formas de desestabilización en aquellos lugares donde Washington considera que no se hacen las cosas como ese poder imperial desea (recuérdese Legado de cenizas: la historia de la CIA, libro escrito por Tim Weiner, quien ganó el Pulitzer por su cobertura periodística a temas de seguridad nacional estadunidense).
Videgaray, como representante de un gobierno que es candil de Venezuela y oscuridad de su casa, no ha podido, sin embargo, sacar adelante el encargo de orquestar el golpe diplomático contra Venezuela, a pesar de ser el anfitrión de la reunión ordinaria de la OEA en Cancún. En los hechos políticos fue rebasado por la canciller de Caracas, Delcy Eloína Rodríguez Gómez, quien llenó de calificaciones negativas a su contraparte mexicana e incluso dio apoyo a causas como la de los familiares de los 43.
En diversas intervenciones, Delcy Rodríguez detalló la terrible realidad mexicana, con sustento en informes y datos de organismos internacionales. De esa manera, lo que Videgaray y su equipo esperaban se convirtiera en un triunfo político, terminó en un fracaso doble, al no darse el procesamiento adecuado a las instrucciones de Washington y al quedar México, su institucionalidad y su canciller, exhibidos en esa realidad destrozada que no siempre tiene la suficiente difusión internacional. Así que, si de futbol se tratara: "¡Eeeeeehhhh!"
Astillas
Ricardo Monreal reiteró ayer que aceptará no ser candidato a la jefatura del gobierno capitalino si tal es la decisión del presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador. Aun cuando ha reconocido que varios partidos han explorado la posibilidad de que sea su abanderado, si el dedito del tabasqueño le dice "no", el zacatecano afirma que no "traicionará" al virtual abanderado presidencial. Otro precandidato en acción, Miguel Ángel Osorio Chong, exhortó ayer a la precandidata panista, Margarita Zavala, a dar "ejemplo" cívico y denunciar, ella o su equipo, el asalto a un vehículo de su campaña, sucedido en Sinaloa El especialista en tecnología para fines de espionaje, Edward Snowden, quien fue empleado de la CIA y de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos, antes de revelar secretos de esas oficinas y de la operación de redes mundiales de vigilancia, tuiteó ayer, en español: "No importa si es una sorpresa, o si nos advirtieron. Lo que importa es que se trata de un crimen contra el público". Estas líneas, en referencia a lo publicado en The New York Times respecto del uso peñista del malware Pegasus contra periodistas y activistas. Ha sido vinculado a proceso Rafael Herrera Piedra, primo del priísta Jorge Herrera Caldera, durante cuyo gobierno fue operador financiero y muy especial contacto, portafolio en mano, con periodistas, empresarios y políticos. Tal vez éste sea el único punto relevante del informe de labores que dentro de tres meses presentará el sucesor panista José Rosas Aispuro quien, por cierto, no encuentra el equipo de espionaje (comprado a la firma italiana Hacking Team) que debería haberle entregado la administración de Herrera Caldera: "Lo que sé es que el equipo no aparece, es parte de las investigaciones que se han estado realizando, pero hasta este momento no se ha podido detectar dónde está ese equipo"... Y, mientras la imagen del sombrero de Javier Valdez volvió a aparecer, en manos de periodistas y con la demanda de justicia, durante una visita de Osorio Chong y jefes militares y de seguridad nacional a Mazatlán, ¡hasta mañana! Twitter: @julioastillero,Facebook: Julio Astillero,Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx


Triste paradoja: mientras más culto es un mexicano menos dinero gana. Un profesionista con posgrado egresado de la UNAM, incluso de universidades privadas, el año 2005 ganaba 24 mil pesos mensuales, pero en 2016 su poder adquisitivo había bajado a 14 mil pesos, una pérdida de 10 mil. En el caso de los titulados con licenciatura, en 2005 ganaban 11 mil 500 pesos y el año anterior sólo 7 mil 600. Y la situación empeora en 2017. Miguel Reyes Hernández, director del Observatorio del Salario, y Miguel Alejandro López López, coordinador de la licenciatura en Economía y Finanzas de la Universidad Iberoamericana de Puebla, presentaron la edición 2017 del estudio. Otra de sus conclusiones, además de la nueva ‘‘pobreza culta’’ del país, es que el salario debe dejar de depender de la inflación y calcularse de acuerdo a lo que ordenan la Constitución y los tratados internacionales firmados por el gobierno mexicano. Implicaría un aumento a 598.4 pesos diarios o 17 mil 953 mensuales, para una familia de cuatro personas. Actualmente es de 80.04 al día, o 2 mil 401 al mes. Paralelamente, el uno por ciento más rico de la población se apropia de 40 por ciento de la riqueza. No habrá manera de superar la pobreza ni sus efectos colaterales, como el crimen, sin que se instituya el salario constitucional.
No le gustó la película
Desde el pasado fin de semana está disponible la serie del ex jefe del cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, a través de Netflix, en una coproducción con Univisión y Story House Entertainment. A El Chapo ‘‘no le gusta esto’’, de acuerdo con uno de sus abogados, José Refugio Rodríguez. El afamado capo mexicano prepara una demanda en contra de las productoras por el uso de su nombre sin su autorización. La defensa del narcotraficante indicó que la plataforma y la cadena de televisión incurren en daño moral a su figura con la inclusión de episodios de su vida dentro de la serie. El Chapo fue extraditado a Estados Unidos el 19 de enero de este año. En la actualidad se encuentra detenido en el ala de máxima seguridad del Centro Correccional Metropolitano de Nueva York, mientras espera su proceso.
Trump no ha hablado
Todavía falta que Trump diga su último tuit, pero por ahora nos atenemos a la noticia de que Ford Motor cancelará su plan de ensamblar el modelo Focus en México. En un cambio radical, decidió llevarse la producción a China. Pero Trump no ha hablado. Estados Unidos tiene un mayor déficit con China que con México, y el plan de la automotriz lo hará crecer. Además ¿en que quedó el ‘‘Primero América’’? ¿No que reviviría la producción industrial de su país? Ford tiene un nuevo jefe, Jim Hackett, ex presidente ejecutivo de la empresa de muebles de oficina Steelcase. Sustituye a Mark Fields, que fue el que tuvo el primer desencuentro con Trump.

No es lo mismo la geopolítica del petróleo que la del gas. Esta última ha desembocado en una guerra civil árabe entre Arabia Saudita (AS), potencia petrolera de primer orden, y Qatar, su anterior aliada en el esquema del Consejo de Cooperación del Golfo y una de las principales potencias gaseras del planeta.
Más allá de la añeja discordia contenida de Qatar y AS –cuando Doha es acusada de apoyar a los enemigos de Riad: desde Irán hasta los Hermanos Musulmanes, quienes fraguaron el montaje de la primavera árabe, primordialmente en Egipto–, a mi juicio, tanto el factor gasero como la próxima apertura de las transacciones internacionales de la divisa china, el renminbi, en Doha, la capital qatari, han contribuido enormemente en la discordia fronteriza entre AS y Qatar.
Considerando las discrepancias religiosas y raciales, Qatar –país árabe de orientación wahabita, curiosamente de la misma teología de AS– e Irán –país persa de esencia chiíta– sellaron su destino al compartir uno de los máximos campos gaseros del planeta en el Golfo Pérsico y cuyos emolumentos son retribuidos con el renminbi, dejando de lado al dólar, lo cual explica la furia tuitera de Trump contra Qatar, donde Estados Unidos (EU) ostenta su principal base militar en el Golfo Pérsico: Al Udeid, al sur de Doha.

ara el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, sería extraordinariamente tonto que la administración de Donald Trump abandonara o pusiera en peligro el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), porque la integración entre los tres países ya forma una interdependencia, de tal suerte que el salvaje de la Casa Blanca debe fortalecer esa unión.
Bien, esa es la recomendación del galardonado para su propio gobierno, pero, ¿y México? ¿Realmente nuestro país (como tal, no desde la óptica, los intereses y la chequera del grupúsculo político-empresarial que se ha beneficiado con ese mecanismo) ha resultado favorecido económica y socialmente con el TLCAN? Vamos, ¿este acuerdo ha procurado y/o impulsado el desarrollo nacional?
Stiglitz no llegó tan lejos. Dejó pasar este último aspecto, y ni lejanamente se refirió al balance mexicano de poco más de dos décadas de tratado comercial, en el que destacan elementos como la República maquiladora en la que se ha convertido el país, la híper concentración en unas cuantas empresas (la mayoría no nacionales) de las llamadas exportaciones (se importa masivamente para poder enviar el producto terminado al exterior), la creciente adquisición de alimentos en mercado del norte, la enorme dependencia del mercado estadunidense, la precarización del empleo como sinónimo de competitividad y el sometimiento gubernamental a las directrices de Washington (allí está el caso más reciente: Cancún), bajo el apotegma de pégame, pero no me dejes.
Como se ha comentado en este espacio, la Cepal documentó que para el caso mexicano el TLCAN ha estimulado la de por sí sólida concentración, porque en el caso del comercio exterior nacional a estas alturas alrededor de 340 empresas (la mayoría extranjeras; 12 años atrás sumaban 601) acaparan más de 73 por ciento de las exportaciones mexicanas (requieren importar buena parte de los contenidos –tres cuartas partes, por lo menos– para poder terminar el producto y así colocarlo en el mercado internacional, en detrimento de la cada día más pequeña y desvencijada industria autóctona).
Y de lo bien que le ha ido a los exportadores mexicanos da cuenta el inventario de los principales consorcios ampliamente beneficiados por el TLCAN (sin olvidar la generosidad del gobierno mexicano en materia fiscal, de infraestructura, etcétera, etcétera): General Motors, Daimler Chrysler, Ford Motor Company, Volkswagen, Nissan, Toyota, Sony, Samsung, Hewlett Packard y otras trasnacionales que aparecen como las grandes exportadoras que operan en el país, mientras la economía nacional a duras penas crece 2 por ciento como promedio anual, el bienestar de la mayoría de los mexicanos se mantiene en picada y a manos llenas se expulsa mano de obra.
Entonces, serán los gringos quienes decidan si sería una tontería o no abandonar el citado mecanismo trilateral, pero para México (el gran problema son los negociadores, fundamentalistas y agachados) puede ser una gran oportunidad para diversificar mercados, repartir los huevos en varias canastas, reactivar su planta industrial, vigorizar el campo nacional para que vuelva a producir lo que aquí se come (sólo en el caso del maíz la importación se ha incrementado casi 19 mil por ciento entre 1994 y 2016), y, en fin, convertirse en una verdadera potencia exportadora y no, como hasta ahora, en una abaratada República maquiladora. Y no se trata de desaprovechar ni rechazar la globalización, la apertura de mercados y conexos, sino de obtener beneficios reales para la nación toda.
En este sentido, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) realizó un ejercicio por demás interesante e ilustrativo (Manufacturas en México: ¿y el valor agregado?), del que se toman los siguientes pasajes:
El fundamentalismo no debe ser un componente de la política económica, particularmente en materia de comercio exterior y de política industrial. Durante los pasados 50 años, a nivel global, la ortodoxia económica no ha generado un país desarrollado. La región más productiva y competitiva del mundo, Así del este, es la mejor muestra de que la fórmula del éxito reside en modelos heterodoxos, basados en la realidad de cada nación.
En los pasados 30 años las naciones en desarrollo que aplicaron recomendaciones de política económica ortodoxa son los que menos han crecido, y México no es la excepción. Nuestro país apostó todo a la apertura económica sin fortalecer su base productiva, una estrategia que, además, no ha incidido favorablemente en incrementar su participación en el mercado global: en 1990 México tenía 1.2 por ciento de las exportaciones globales; hoy su participación apenas excede 2 por ciento. En el mismo periodo, China, una economía de Estado capitalista, elevó su participación de 2.1 a 13 por ciento.
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Para el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, sería extraordinariamente tonto que la administración de Donald Trump abandonara o pusiera en peligro el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), porque la integración entre los tres países ya forma una interdependencia, de tal suerte que el salvaje de la Casa Blanca debe fortalecer esa unión.
Bien, esa es la recomendación del galardonado para su propio gobierno, pero, ¿y México? ¿Realmente nuestro país (como tal, no desde la óptica, los intereses y la chequera del grupúsculo político-empresarial que se ha beneficiado con ese mecanismo) ha resultado favorecido económica y socialmente con el TLCAN? Vamos, ¿este acuerdo ha procurado y/o impulsado el desarrollo nacional?
Stiglitz no llegó tan lejos. Dejó pasar este último aspecto, y ni lejanamente se refirió al balance mexicano de poco más de dos décadas de tratado comercial, en el que destacan elementos como la República maquiladora en la que se ha convertido el país, la híper concentración en unas cuantas empresas (la mayoría no nacionales) de las llamadas exportaciones (se importa masivamente para poder enviar el producto terminado al exterior), la creciente adquisición de alimentos en mercado del norte, la enorme dependencia del mercado estadunidense, la precarización del empleo como sinónimo de competitividad y el sometimiento gubernamental a las directrices de Washington (allí está el caso más reciente: Cancún), bajo el apotegma de pégame, pero no me dejes.
Como se ha comentado en este espacio, la Cepal documentó que para el caso mexicano el TLCAN ha estimulado la de por sí sólida concentración, porque en el caso del comercio exterior nacional a estas alturas alrededor de 340 empresas (la mayoría extranjeras; 12 años atrás sumaban 601) acaparan más de 73 por ciento de las exportaciones mexicanas (requieren importar buena parte de los contenidos –tres cuartas partes, por lo menos– para poder terminar el producto y así colocarlo en el mercado internacional, en detrimento de la cada día más pequeña y desvencijada industria autóctona).

La grave situación económica del estado ha empeorado en el gobierno de Miguel Ángel Yunes, pues si bien es cierto que recibió una deuda de 87 mil millones de pesos, en los primeros seis meses de su gestión aumentó el pasivo en $4 mil 800 millones, más de 5.5 por ciento, proporción que podría ser mucho mayor, pues la administración estatal oculta los intereses y la tasa bancaria a la que fueron contratados los créditos.
A mediados de marzo la fracción priísta en la Legislatura se sumó al rechazó a la solicitud del Ejecutivo de restructurar 45 mil millones de pesos de pasivos, pero algo sucedió, pues semanas después no sólo aprobaron el nuevo endeudamiento sino que desde el Altiplano le fue autorizado a Yunes un adelanto de las participaciones federales para que comenzara a trabajar, pues, con su estilo catastrofista, había advertido que estaba en riesgo la funcionalidad del gobierno.


Los trabajos de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que se realizan en Cancún, Quintana Roo, se vieron paralizados ayer por el empeño de las naciones afines a Washington de obtener los votos de dos terceras partes de los países miembros –23 de 34– que les permitirían aprobar la resolución que impulsan en contra del gobierno de Venezuela.

Sobre las declaraciones de Videgaray
Al interrumpirse la reunión de consulta de la OEA, en la que el grupo de países encabezado por EU, México, Colombia, Brasil, Argentina, Perú, Guatemala, Honduras y Chile no alcanzó mayoría para imponer una propuesta sobre Venezuela, el canciller Luis Videgaray, visiblemente decepcionado, declaró: "...estos resultados ponen en evidencia la incapacidad para lograr un acuerdo y eso no debe pasar inadvertido porque, mientras tanto, en Venezuela continúa la violencia. ¿Qué les vamos a decir a los venezolanos que están en las calles, a las familias que han perdido a alguno de sus miembros? ¿Qué les diremos a quienes no tienen qué comer y buscan comida en los basureros, a los enfermos que en los hospitales no tienen medicinas?" ¡Literal!



Teresa Buchman (12/6/17, 16:48) escribe en las redes sociales: "¿De qué nos sorprendemos? ¿Acaso no sabíamos que iban a amañar las elecciones? Siempre pasa lo mismo". No es ella la única mexicana que piensa así. Contra una larga historia de fraudes persistentes e impunes donde la elección que se ha pensado más aceptable –la de Vicente Fox– llevó a imponer al PRI una multa de mil millones de pesos (el llamado Pemexgate), y al PAN-PVEM (a través de Amigos de Fox) otra por 545 millones de pesos, hay una memoria como la que se advierte en la expresión de esa ciudadana.



El 29 de julio de 2013, el abogado de origen irlandés James Comey fue nombrado director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) para ocupar el cargo por los siguientes 10 años; no acabó su encargo, el pasado 9 de mayo lo despidió el presidente Donald Trump. En respuesta, el 8 de junio, el funcionario originario de Nueva York se presentó ante la Comisión de Inteligencia del Senado estadunidense y soltó una bomba informativa que devastó políticamente al magnate, lo colocó en el limen de la ilegalidad: insinuó que había obstruido la justicia y entreabrió una puerta que eventualmente, aunque no en lo inmediato, podría concluir con la destitución del zafio mandatario.



La diversificación religiosa en México es un abanico amplio y colorido. El panorama sociorreligioso en el país sigue transformándose y a las creencias más conocidas ahora se suman distintas formas de percibir lo divino. La diversificación apuntada también conlleva actitudes sobre y ante la vida, así como prácticas éticas derivadas de las distintas creencias.



Barack Obama mantuvo como presidente una política continental laxa y, hasta cierto punto, convivió con la rebeldía sudamericana de su tiempo. Aun así, la maquinaria burocrática del aparato diplomático pudo dar severos golpes, de los llamados semiblandos, en Honduras y Paraguay. Muy a pesar del nulo interés de Donald Trump hacia la región sur, sus alfiles de los departamentos de Estado y de Defensa despliegan, con semioculto garrote, una especie de retorno a sus dominios de siempre. Doblegado Brasil a su voluntad mediante una conjura de perversos legisladores que destituyeron a Dilma Rousseff, y con la Argentina de Mauricio Macri plegada, gozosamente y por completo a sus dictados, el momento de retomar la normalidad del dominio estadunidense se antoja propicio. Lejos parecen quedar los astutos y vigorosos liderazgos de Lula, Kirchner, Chávez, Mujica y Correa que lograron, en sus propios países y para la región, un margen de independencia aceptable. El teatro de operaciones ha cambiado y, por tanto, adecuado para ejecutar las tareas pendientes. Eso quiere decir, en términos secos, el cerco final a la Venezuela de N. Maduro. Removido tan molesto pivote de resistencia, tanto los andinos (Bolivia y Ecuador) aún aferrados a sus posturas, como la espina cubana, quedarán débiles y aislados.



La Reserva Federal quiere regresar a tasas de interés más cercanas a lo "normal". Hace una semana incrementó la tasa de referencia para situarla en el rango de 1 y 1.25 por ciento. Según la Fed esta medida ayudará a mantener firme la recuperación económica y dará mayor estabilidad al mercado de trabajo.



Los artistas y escritores siguen siendo los mejores termómetros de la sociedad y, sin proponérselo, sus mejore

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