6/23/2017

Efectos emocionales del abandono paterno

MUJERES Y SALUD MENTAL
Por: Alejandra Buggs Lomelí*

“Tener hijas e hijos, no te convierte en padre…criarles sí”
Anónimo

Comprendo que haya separaciones y divorcios necesarios, sin embargo, tengo que reconocer que no creo lograr entender el abandono de algunos padres hacia sus hijos.

Abandono que puede llegar a la total desaparición de la vida de sus hijas o hijos, a quienes concibieron y de quienes no les interesa cómo está  su vida, ni en lo económico ni en lo emocional, pensando únicamente en ellos mismos, desde un lugar egocéntrico y narcisista, e interesándose únicamente por su bienestar.

Escribo sobre este tema, en el marco del Día del Padre y porque he conocido diferentes historias de abandono paterno, dentro del consultorio como fuera de él, algunas de estas historias más cercanas otras no tanto; sin embargo, muchas de ellas son historias que me conmueven…

Esta es una de esas historias: hace aproximadamente 4 años, me enteré de una historia que considero indignante por los alcances que llegó a tener la actitud del padre abandonador. Este hombre se había establecido en una relación con una mujer 12 años menor que él, una mujer joven/adulta que creyó o quiso creer en la historia que él le contó, “voy a separarme de mi esposa y tú y yo tendremos una relación, solo dame tiempo por mis dos hijos que ya tengo con ella”.

Por supuesto que ni tenía intenciones de separarse, ni era por cuidar de los hijos que ya tenía, toda era un invento para mantener la relación.

Me queda claro que en toda relación hay algo que se llama corresponsabilidad, y hasta donde sé,  la responsabilidad de la mujer de esta historia, fue creerle cada mentira que este hombre le contó.

De esa relación nació un niño, quien primero fue abandonado por el padre desde el embarazo, y quien después regresó cuando el niño tenía un año, pero “no regresa por interés hacia el niño sino hacia mí”, narra la madre, quien ya no permitió ser manipulada y solo pedía que el papá viera por su hijo,  lo que sólo duró un año.

Este hombre dejó de ver a su hijo, cuando este tenía 2 años y hasta el día de hoy, que tiene ya 8 años, no lo ha vuelto a ver. No lo visita, no colabora ni económica ni emocionalmente con la manutención de su hijo, no sabe cuántas veces se ha enfermado ni de qué, cuánto mide, qué le gusta, qué no le gusta y sobre todo no tiene idea de lo que su hijo siente por no sentirlo en su vida.

Abandonó a su hijo y a la madre, dejándola sin trabajo (porque él era su jefe), la corrió del trabajo porque no convenía a sus intereses que la vieran embarazada y para que a él no le fuera a perjudicar dicha situación.

Algo que es indignante e inconcebible, ya que hasta la fecha continua, es el hecho de que jamás ha vuelto a hacer un intento por ver a su hijo de 8 años, quien afortunadamente se ha convertido en un ser maravilloso, sensible, honesto, estudioso y bondadoso, muy probablemente lo contrario de su padre, gracias al apoyo constante de su madre y de su familia, quienes lo han contenido con amor, cuidado y protección.

Probablemente puedan pensar que es esta una historia de tantas,  sacada de un libro o una película, pero no, es triste y preocupantemente una realidad que viven muchas niñas y niños abandonados, que después se convierten en personas adultas que salen o no adelante en sus vidas.

Algunas estadísticas arrojan que aproximadamente un 23 por ciento de mujeres embarazadas son abandonadas por sus parejas, quienes terminan abandonando a sus hijas e hijos también.

Generalmente las mamás de hijas/os con padres ausentes, les procuran la mejor vida posible, para que no resulten tan afectados, sobre todo en sus emociones. La mayoría de las mujeres se ocupan de sus hijas o hijos de manera impresionante, ofreciéndoles lo mejor para su óptimo desarrollo físico, emocional, social, psíquico y económico.

Cuando cuentan con el apoyo del entorno familiar y de las amistades cercanas, la niña o el niño se siente acogido, valorado, querido y tiene oportunidad de relacionarse con alguna figura masculina, como puede ser un tío o un abuelo, teniendo la oportunidad  llenar esos huecos con la figura paterna que ven en esas presencias masculinas significativas.

DESAMPARO Y SALUD

Cuando hay abandono paterno, algunas niñas y niños presentan constantemente problemas de salud porque su sistema inmunológico se ve afectado por el estrés que les genera la sensación de desamparo, aún con los esfuerzos que la madre y sus seres queridos cercanos hacen por compensarles las carencias por la ausencia del papá. Sin embargo, la herida de abandono es tan profunda que se manifestará de una u otra manera.

A veces pueden ser niñas o niños con alguna dificultad para controlar sus impulsos y ser más vulnerables a la presión en la escuela por parte de sus compañeros, y presentar ansiedad, depresión; su autoestima puede verse afectada.

Pueden experimentar sensación de vacío y a veces dificultad para relacionarse, una hija o hijo espera el afecto, la comunicación, y una interacción constante con su padre, para poder abrirse al mundo a través de la seguridad que le da sentirse respaldado  tanto por  su madre y como por su padre. Cuando esto no existe la sensación que pueden experimentar es de inadecuación e inseguridad.

Niñas y niños, ante la inconsistencia y el trato esquivo de su padre, no saben qué atenerse y desarrollan expectativas que los papás ausentes no cumplen. Esta ausencia de padre puede generar, en la etapa adulta, inseguridades al no creer en sí mismas/os, y desapego afectivo, es decir, miedo a comprometer sentimientos para evitar ser traicionad



CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 

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