Con espionaje a activistas y periodistas, gobierno los coloca como criminales: Ruelas

El "nuevo PRI" es como "el viejo", pero con "internet y malware": Denise Dresser.

Redacción AN

Ana Cristina Ruelas, directora de Artículo 19 para México y Centroamérica, señaló que el espionaje es un mecanismo real de control efectivo de la información; “el gobierno controla aquella información que sale de fuentes críticas y esto es algo muy preocupante”. 

Al hablar del reportaje publicado este lunes por el diario New York Times, refirió que este tipo de software es “para identificar criminales y es muy preocupante que el gobierno vea a defensores, activistas y periodistas como similares a estos criminales”. 

¿Qué hacen estos defensores, activistas y periodistas para que el gobierno los ponga en el mismo lugar que a criminales?, preguntó. 

Lamentó que además se metan con las familias de ellos -como es el caso de Emilio Aristegui– y “penetren en lo más íntimo, privado”. 

Ruelas consideró que se deben explicar “cuáles fueron las motivaciones para hacer esto”. 

“Si pidieran permiso al poder judicial, no les daría ese permiso. Y por eso lo hacen, porque pueden, porque quieren y porque no hay sanciones”, señaló. 

“Lo que termina sucediendo es que cuando hablas por teléfono, terminas limitando tus palabras porque sabes que alguien podría estar escuchando”, ejemplificó. 

Además, criticó que en México la persona que da luces sobre posibles hechos de corrupción es la perseguida, no quienes cometieron el hecho de corrupción. 

Luis Fernando García, director de la Red en Defensa de los Derechos Digitales, la calificó como una investigación sin precedentes, en la que se detectan 76 nuevos casos de intentos de infección. 

“Se utiliza la misma infraestructura, llegan los mensajes en una coyuntura específica”, subrayó. 

Una infección cuesta aproximadamente 77 mil dólares. 

A su vez, la politóloga Denise Dresser señaló que se trata del “nuevo PRI” que es como “el viejo”, pero con “internet y malware”. 

Recordó que el actual gobierno federal se ha caracterizado por el “atropello constante de las normas”.