Pedro Echeverría V.
1. Cuando se habla en México de educación lo primero que aparece son los gastos de la secretaría en salarios; después vienen otras partidas menos importantes. Esto demuestra una vez más el enorme papel de los profesores en todo el sistema educativo, escasamente sustituidos por la tecnología de los cursos por televisión y los cursos por correspondencia. Sin embargo el 70 por ciento de los profesores llamados “de base” (por estar muy abajo) son mal tratados en los salarios mientras existe un 30 por ciento de privilegiados siempre muy atentos para ascender en la pirámide de los privilegios. Esta división social y de ingresos se registra entre el magisterio y la alta burocracia, así como en todos los grados y niveles en el ramo educativo.
2. Por lo publicado el día de hoy, cientos rectores, directores, “investigadores eméritos” de centros de estudio, cobran desde hace muchas décadas o años, cerca de 200 mil pesos al mes, mismos que serían superiores a los 108 mil pesos que el presidente electo ha fijado como su salario tope. La realidad es que teniendo al frente las nóminas, fácilmente la secretaría de Hacienda podría ver en cada Universidad y demás centros a qué altos burócratas y académicos hay que recortar con la mitad del salario así como los presupuestos de instituciones que deben ser recortados, dado que el gasto magisterial es el más importante. El 90 por ciento de los académicos de altos salarios no son los mejores sino son los que mejor se han movido alrededor de la alta burocracia.
3. Los rectores suelen ser los políticos más consumados en las instituciones y la alta burocracia académica la que mejor se ha adaptado. Tres ejemplos: a) Invité a una investigadora a una conferencia y me respondió que ya tenía las dos conferencias que le valían en sus puntos. b) Invité a un académico a escribir un artículo periodístico y me respondió que ningún artículo valía punto alguno, aunque tenga mil. c) Otro me recomendó que publicara en revista extranjera con traducción a otro idioma para que me valgan puntos. Así se la pasan muchos profesores y universitarios, buscando que es lo que vale para obtener puntuaciones y no lo que ayuda a saber o a servir. Si esto no es superado, la educación continuará siendo un centro de privilegios para unos cuantos al servicio del poder.
4. ¿Y qué fue la “Carrera magisterial” (CM) sino una estrategia política de división, un gran centro de corrupción que comenzó a dividir al magisterio cuando luchábamos en 1989 contra el liderazgo de Jongitud Barrios? Antes nuestras luchas eran unitarias porque representaban a todo el magisterio. A partir de CM se hincharon o inflaron los intereses individuales o particulares y surgió la división definitiva. Desapareció el interés por los niños y la educación y creció el deseo de ganar más dinero mediante la presentación de comprobantes y exámenes a modo. Ni dar clases, ni aprender, lo importante es colocar los papeles para ascender en la pirámide de la CM que multiplicó los ingresos cuatro veces de ese sector más aguzado del magisterio y su liderazgo sindical espurio. (20/VII/18)
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