OPINIÓN
Antes de tomar su periodo vacacional de verano, la gobernadora de Sonora Claudia Pavlovich anunció que habría cambios en su gabinete de gobierno.
La titular del Ejecutivo en la entidad se encuentra justo en la mitad de su periodo, al cumplir tres años, restándole otros tantos para dejar la gubernatura.
Sin embargo, a diferencia del escenario político del inicio de su sexenio, la segunda mitad será con un poder legislativo con mayoría de un partido distinto al suyo.
Si bien cuando tomó posesión lo hizo con un congreso mayormente ocupado por personas de su partido, el PRI, ahora lo hará con una abrumadora mayoría de Morena.
Eso la coloca en una especie de isla partidista, pues también los municipios serán gobernados en su mayoría por representantes de Morena.
Recientemente circuló una lista de autoría anónima de posibles sustitutos de quienes ocupan algunas dependencias de gobierno y que podrían ser removidos.
La lista referida no es preocupante, pues desde el principio se comprobó que era una especie de burla o broma hacia personas que participaron como candidatas y candidatos en la reciente contienda, y que obtuvieron menor votación que los ganadores.
Lo que realmente preocupa es que la ciudadanía desconozca la aportación ciudadana de hace poco más de un año, para modificar la forma en el nombramiento de la instancia de la mujer.
En mayo de 2017 gracias a la participación activa de organizaciones y mujeres, se logró la aprobación de una Ley del Instituto Sonorense de las Mujeres (ISM) que marcó un antes y después en la elección de la titular de esa dependencia.
Además se pudo introducir una nueva forma de elegir a las integrantes de los consejos social y consultivo, así como darles voz y voto en la junta de gobierno colocando igual número de integrantes que los representantes gubernamentales, con capacidad de decisión.
Esto que se dice tan fácil, quedó plasmado en la Ley 181 del ISM, artículo 18, y en su reglamento, en el artículo 49.
Esa forma novedosa obliga al Estado a realizar una convocatoria abierta, transparente, especificando los requisitos que deben cumplir las aspirantes, las cuales por supuesto deberán contar con un perfil acorde a la defensa y promoción de los Derechos Humanos de las mujeres.
Su trayectoria en el tema también será importante, pero sobre todo evitará que una vez más la instancia de las mujeres, sea tratada como una dependencia más a la cual puede ir cualquier persona a dirigirla.
Además de cambiar el nombre de Directora General a Coordinadora Ejecutiva, la Ley del ISM no sugiere, sino que obliga a que la próxima titular sea electa con la nueva metodología.
Es por ello que resulta preocupante que tanto en la lista de broma, como en otras que se han publicado posteriormente en algunos medios, se incluya al ISM como instancia candidata a cambiar a su coordinadora por dedazo, pues eso ya no puede suceder.
En caso de que el ISM esté dentro de los cambios, tanto la gobernadora, como las y los integrantes de la Junta de gobierno del Instituto, deberían estar conscientes de que ya no sería válido, y sería ilegal hacer un nombramiento directo.
De igual forma la ciudadanía preocupada debería vigilar, conociendo y haciendo suyas las leyes, pues costó mucho trabajo conseguir que la original iniciativa de la gobernadora Pavlovich de Ley del ISM que sustituyó a su decreto de creación, incluyera un cambio de paradigma.
Para los poderes tradicionales se dificulta pensar en un mecanismo abierto a la luz de todos los ojos, que consiga nombrar a la mejor profesionista, con preparación acorde, pero sobre todo, con convicción de que las mujeres tenemos derecho a ejercer nuestros derechos.
El ISM debe pasar por una transformación que se irá logrando en la medida en que se aplique la Ley y su reglamento.
Ciudadanizarlo; nombrar a la coordinadora y profesionales especialistas por convocatoria abierta; someter a evaluación los programas; impulsar la prevención de la violencia hacia las mujeres con enfoque de género; y transparentar los recursos, son necesarios de inmediato.
Afortunadamente ya existe la ruta para elegir a la próxima coordinadora general. Y si bien no se mencionan las profesionales especialistas cuyo trabajo repercute directamente en la vida de las mujeres, por convicción debería extenderse el criterio.
Más aún, las y los próximos presidentes municipales deberían tomar el ejemplo, y como acción afirmativa seleccionar a sus titulares de las instancias municipales de las mujeres, por convocatoria abierta y transparente, emulando la Ley del ISM.
Deberían pues, dejar atrás el oscuro periodo en el que dichas instancias se veían como extensiones del DIF nombrando a las familiares, amigas o hijas de la o el presidente municipal, o solo como cuota de su partido.
De igual forma, el gobierno del Estado podría hacer lo mismo con otras instituciones de atención a las mujeres, desde las cuales se instrumenta la política pública de salvaguarda de la vida, la dignidad, integridad, y el derecho a una vida libre de violencia.
Es el caso del Centro de Justicia para las Mujeres (Cejum), que concentra la cara amplia del Estado para recibir, apoyar y representar a las mujeres que necesitan ayuda para salir de su situación de violencia, sin que sus vidas peligren.
Es pues necesario, que todas las instancias de las mujeres, y centros de atención que buscan garantizar el ejercicio de sus Derechos Humanos, empiecen a profesionalizarse, iniciando por su titular. Los cambios dan oportunidades de mejora, las mujeres nos lo merecemos.
**Periodista integrante de la Red Nacional de Periodistas y directora del blog Mujer Sonora http://mujersonora.blogspot.mx/
Twitter: @mujersonora
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Silvia Núñez Esquer*
Cimacnoticias | Hermosillo, Son.-
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